El 6 de julio, más de 1100 familias de campesinos tomaron la hacienda Forquilla, municipio de Santa María de las Barreras — región sur del Estado de Pará. El área desapropiada por los campesinos hace parte de un complejo de 72 mil hectáreas de tierras irregulares que engloban las propiedades InajáPoran, Nortan, además de tierras de la extinta empresa de ingeniería Encol. La intención de las familias es resistir y cortar la tierra para iniciar la producción inmediatamente.
La hacienda Forquilla está localizada en el municipio de Santa Maria de las Barreras, en la micro región de Concepción do Araguaia. Gran parte de la población de aproximadamente 14 mil habitantes, es arraigada al campo.
Es la producción de los pequeños y medios campesinos que mueve toda la economía de la región. Las líneas de crédito de los bancos privados o del Estado son adjudicadas apenas para los grandes latifundistas, mientras que el pequeño o medio productor realiza decenas de infructíferas visitas a los bancos.
— Casi siempre la respuesta es la misma "el dinero ya se acabó " — denuncia un viejo campesino.*
— O cuando se consigue algún financiamiento, el banco impone una lista de normas para gastar, muchas veces obligando el colono a comprar cosas por precios mayores que los de mercado.
Transitando por la región se verifica que la situación del pueblo pobre es dramática. No hay empleo, los sueldos son bajos, y los comerciantes ven sus lucros caer a niveles insoportables. Muchos negocios acaban cerrando. Los pequeños madereros son violentamente reprimidos por el Ibama, que persigue y pune a los que viven y sustentan sus familias exclusivamente de la extracción de madera.
Además, la represión a los pequeños es una forma de beneficiar a los grandes madereros. Las promesas electorales de implantación de industrias, se resumieron apenas a los discursos. Y mientras que la situación es desesperadora para el pueblo que trabaja y produce, los latifundistas tienen acceso a líneas de crédito, consiguen perdón de deudas, apoyo incondicional de la policía y además mantienen verdaderos ejércitos de pistoleros alojados en las haciendas, fuertemente armados, amenazando y matando.
Resistencia al terror
En el período de mayo a julio, varios mandatos de reintegración de tierras fueron ejecutados por la Policía Militar por orden de la gobernadora del PT, Ana Júlia Carepa. Por otro lado atendiendo al apelo de la Revolución Agraria, centenas de familias de campesinos de la región de Concepción de Araguaia, Casa de Tabua, Redención, y alrededores, iniciaron una gran movilización, preparando una nueva toma de tierras.
El 6 de julio último, los campesinos tomaron la hacienda Forquilla, local donde el latifundio antes sembraba muerte y terror entre los colonos. En ese lugar fueron encontrados decenas de cadáveres por la Policía Federal. También está siendo investigada por el Ministerio de Trabajo la práctica de trabajo esclavo. El propio Incra declaró el área propia para asentamientos en inspecciones anteriores, pero estos procesos están parados hace años.
La impunidad impera en la región. Hace más de un año, la Liga de los Campesinos Pobres de Pará, denunció el asesinato de los campesinos Císero y 'Barba' por matones del latifundista Casio Du Val. Hasta el momento la investigación no obtuvo resultados, nadie fue castigado y los asesinos así como el mandante están sueltos. Después del asesinato, el juez Gercino José Silva Filho, fue hasta la región y prometió justicia. Hasta ahora nada.
Lo mismo ocurre en la hacienda Estrella de Maceió, propiedad de un grupo alagoano que tiene como socios Collor de Melo (el ex presidente dimitido) y Augusto Faria (hermano de PC Farias), que de acuerdo con relatos de los campesinos, en los últimos años viene cometiendo decenas de asesinatos, zurras, incendio de casas etc. contra los que reivindican un pedazo de tierra.
— Esto aquí es toda tierra pública, de la Unión, y no de esos bandidos que se apoderan de las tierras del pueblo. Contra ellos no se toma una medida. Son estas personas que mandan y desmandan en la región, ¡ahora es nuestra vez! — dice un campesino acampado en el área 6 de julio.
La paciencia acabó
— La paciencia acabó. El pueblo quiere tierra y fuimos para la tierra — exclamó decidido uno de los dirigentes del acampamento.
El 6 de julio, 1.100 familias acamparon a 12 kilómetros de la Casa de Tábua y allí resisten hace más de un mes. Las acometidas de grupos de pistoleros son respondidas con manifestaciones y mucha organización. Mientras la noticia de la toma se disemina rápidamente, nuevas familias llegan al área.
Los campesinos denuncian que en los días 9 y 11 de julio, diez hombres fuertemente armados de escopetas calibre 12 invadieron la entrada del campamento. Dos de ellos usaban uniforme de Policía Militar. Uno se identificó como abogado de la hacienda Forquilla, y los otros como guardias de la hacienda. No mostraron ninguna orden.
— Ellos querían saber si el área que reivindicamos es la hacienda Forquilla. Respondimos que no tenemos miedo de amenazas. Somos 1.100 familias que luchan por un pedazo de tierra y queremos todas las tierras. No tenemos lo que conversar con policía o pistolero — responde una campesina a nuestra pregunta sobre la disposición de las familias a una probable acometida del latifundio contra el campamento.
Luis Inacio, el nuevo latifundista del sur de Pará
Luis Inacio es el más nuevo latifundista paraense. En apenas este año él ya compró más de siete grandes haciendas.
— Él ahora es dueño de las haciendas San Roberto, Santa Bárbara, Espíritu Santo y otras, compró al contado y con todo dentro — informan los campesinos del campamento 6 de julio.
De acuerdo con lo que cuentan los campesinos, el responsable por la compra de las haciendas para el presidente es uno de sus hijos, conocido como 'Luliña', frecuentemente visto divirtiéndose por los bares de la ciudad Redención.
— Ese señor se hizo presidente prometiendo que si pudiese apenas realizar una acción en 'su gobierno' esta sería la reforma agraria. Ahora es otro latifundista. — reclaman los campesinos.
Ya es hora
Respondiendo a las acometidas del latifundio y sus bandos paramilitares, el 22 de agosto, aproximadamente 300 campesinos de las áreas 6 de julio, Buey Blanco, y Cafundó realizaron una manifestación que recorrió las principales calles de Redención. Con fajas y banderas de la Liga de los Campesinos Pobres, denunciaron la violencia e impunidad reinante en los campos paraenses. Entregaron un documento a la Vara (justicia) Agraria denunciando la acción de grupos de pistoleros contando con el apoyo de policías, atacan los campesinos que luchan por un pedazo de tierra.
En el mismo día, en la ciudad de Concepción del Araguaya, otros 300 campesinos de las áreas Gabriel pimienta, Unión Batente y otras, tomaron la sede del Incra cobrando agilidad en los procesos de inspección, desapropiación y emisión de documentos de posesión de varias áreas.
No pasarán
En la manifestación del 22 de agosto, los campesinos acampados, demostraron su intención de resistir en las tierras, cortar el latifundio, dividirlo en lotes, e iniciar la producción. Ellos denuncian la tentativa de cerco y acometidas armadas del latifundio contra las familias.
Según los coordinadores del área, el campamento 6 de julio sufre frecuentes ataques nocturnos. Armas son disparadas contra las familias del lugar. El 24 de agosto, algunos acampados encontraron en la margen de un embalse próximo al área, dos uniformes de la empresa de vigilancia Marca, de la ciudad de Marabá, así como los documentos de Wagner José Barbosa Guimarães — conocido matón de la región.
— Nosotros entramos en la tierra y nos quedaremos en ella. Cualquier acto de violencia contra los acampados será responsabilidad de los latifundistas Dr. Talita, Tulio y Tarcisio. Sabemos por lo que luchamos, vamos resistir — dijo un líder del campamento.
*La toma de la hacienda Forquilla es una acción reciente del movimiento campesino combativo del sur de Pará. Las amenazas e inseguridad para las familias todavía son grandes. Por este motivo, los nombres de los campesinos no son revelados en este artículo.
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