200 años de Karl Marx

Karl Marx

200 años de Karl Marx

Celebrar los 170 años del Manifiesto del Partido Comunista

Karl Marx

En febrero de 2018, se completan exactos 170 años de la primera publicación del Manifiesto del Partido Comunista, escrito por Karl Marx y Friedrich Engels. Este mismo año, el Movimiento Comunista Internacional (MCI) y masas de todo el mundo celebran los 200 años de nacimiento del gran Karl Marx. Esta grandiosa fecha es una importante ocasión para reafirmar la plena vigencia de los principios establecidos en esta obra monumental para el proletariado del mundo entero.

El Manifiesto estableció por primera vez los principios fundamentales y el programa del proletariado internacional, por medio del cual se irguió su Partido, construido a su imagen y semejanza, como partido independiente y opuesto a todos los demás partidos en la historia, el  Partido Comunista.  Por eso, es también la certidumbre de nacimiento del Movimiento Comunista Internacional y su base de unidad más fundamental.

Los principios establecidos por el Manifiesto de 1848 son inmortales e imprescindibles para los comunistas, “son los principios y programa desplegados por el proletariado internacional, que llevarán la humanidad a un Nuevo  Mundo, a una sociedad sin clases, el Comunismo.”1. El nacimiento del Movimiento Comunista Internacional cambió para siempre la faz del mundo y el curso de la historia de la humanidad.

Basados en esos principios fundamentales, el  proletariado internacional desarrolló tres grandiosas etapas, el marxismo-leninismo-maoismo. Tres altos cimas que abrieron una Nueva Era con la gran Revolución Socialista de Octubre de 1917, elevando el proletariado al equilibrio estratégico con la victoria de la gran Revolución China de 1949, y que en torno a los años de 1980, con la Guerra Popular en Perú, avanzó su etapa de ofensiva estratégica, ofensiva que necesita ser impulsada con más y más guerras populares en todo el mundo, para oponer a la Guerra Imperialista mundial la Guerra Popular mundial, y barrer el imperialismo de la faz de la tierra.

Todos los revisionistas en la historia, desde Kautsky hasta Avakian, tuvieron que tirarse contra el Manifiesto. Kruschev en el XXII Congreso del PCUS, en 1961, afirmó que este era el nuevo “Programa de los comunistas”, y Avakian, afirmó que su “Nueva Síntesis” era el “nuevo Manifiesto del siglo XXI”.

Por eso, al celebrar los 170 años de la publicación del Manifiesto, partimos de la necesidad, planteada por el Presidente Gonzalo de estudiarlo en su totalidad, incluyendo todos los prefacios y notas establecidos desde su primera publicación en 1848, hasta el último prefacio escrito por Engels en 1893, que además de ser  un importante guía para estudiar su cuerpo fundamental (el texto lanzado en 1848), también sirven para complementar el cuerpo principal y aplastar las posiciones revisionistas, academicistas y otros desvíos. Por eso, con esa importante definición, el Presidente Gonzalo eleva la comprensión de que todos prefacios y notas de Marx y Engels son también parte del propio Manifiesto.

Conforme resaltado por Marx y Engels en el prefacio de la edición alemana de junio de 18722, la aplicación y vigencia de los principios fundamentales expuestos en el Manifiesto, establecen la necesidad de su aplicación creadora en cada época (hoy Marxismo-leninismo-maoismo) y en cada país (necesidad de pensamiento-guía): “la aplicación práctica de estos principios dependerá siempre y en todas las partes de las circunstancias históricas existentes, y que, por lo tanto, no se concede importancia exclusiva a las medidas revolucionarias enumeradas en el capítulo II.”.

Una importante cuestión que debe ser resaltada, y que se trata de materia de gran importancia para el MCI, fue Engels definir como parte del Manifiesto, en el prefacio de 1883, el papel de jefatura de Marx, al afirmar que “esta idea fundamental perteneciente única y exclusivamente a Marx. Yo lo declaré frecuentemente, pero justamente ahora es preciso que esta declaración figure en la cabeza del propio Manifiesto.”.

Con razón Engels afirmó en el prefacio de la edición inglesa de 1888 que: “La historia del ‘Manifiesto’ refleja en medida la historia del movimiento moderno de la clase obrera.”.

El Manifiesto del Partido Comunista fue escrito por Marx y Engels  entre diciembre de 1847 y enero de 1848, por encargo de la Liga de los Comunistas, una organización obrera internacional clandestina, que los incumbió de redactar un programa teórico y práctico para ser publicado. Fue publicado por primera vez en febrero de 1848, en Londres, Inglaterra, e inmediatamente fue traducido a centenas de idiomas, reproducido millones de veces, convirtiéndose en el documento político más importante de toda la historia.

El Manifiesto es el primer gran acontecimiento de la historia del movimiento proletario, pues con él, por primera vez, la clase más revolucionaria de la historia, se dotó de un programa de pensamiento y acción definitivo para transformar todo el mundo, emancipar a sí misma como clase y con eso emancipar toda la humanidad.

Engels resalta en el prefacio de la edición inglesa de 1888, que la derrota del proletariado en las Jornadas de Junio de 1848 (primera gran batalla entre el proletariado y la burguesía), pocos meses después de la publicación del Manifiesto, relegó a segundo plano, por cierto tiempo, las aspiraciones sociales y políticas de la clase obrera europea. Y, posteriormente, cuando el Comité Central de la Liga de los Comunistas fue prendido y condenado por la reacción prusiana en el famoso proceso de Colonia de 1852, siendo la Liga desorganizada, se abrió un periodo de dispersión del proletariado.

Fueron necesarias décadas de luchas para que el proletariado recobrara sus fuerzas para una nueva embestida contra la burguesía. Duros años de combate para que, por medio de su experiencia revolucionaria directa y en dura lucha contra todas las concepciones extrañas a su Clase, el proletariado irguiese el Manifiesto, haciéndolo volver a emerger y demostrando su vigencia, como base de unidad y programa único del proletariado, en torno al cual los comunistas pudieron reorganizarse y reunificar en las décadas siguientes.

“Los obreros de 1874, en la época de la disolución de la Internacional, ya no eran, ni mucho menos, los mismo de 1864, cuando la Internacional fue fundada. El prodhonismo en Francia y el lassalleanismo en Alemania agonizaban (…) Con efecto, los principios del ‘Manifiesto’ se difundieron definitivamente   entre los obreros de todos los países. Así, pues, el propio ‘Manifiesto’ se situó de nuevo en el primer plano.”.

Aún en el prefacio de la edición alemana de 1890, Engels, resalta, como el proletariado de Europa y América del Norte se había unido en torno a los principios establecidos por el Manifiesto y, organizados en la Asociación Internacional de los Trabajadores se habían constituido “como un único ejército, bajo la misma bandera y para un mismo objetivo inmediato: la jornada de ocho horas, proclamada ya en 1886 por el Congreso de la Internacional (Asociación Internacional de los Trabajadores) (…) Ah, si Marx estuviera a mi lado para verlo con sus propios ojos!”.

Luego en el prefacio de la edición alemana de 1883, el primero desde la muerte de Marx, Engels realiza una brillante síntesis de la “idea fundamental presente en el Manifiesto”, el materialismo histórico dialéctico, el reconocimiento de la lucha de clases como motor de la historia: “que la producción económica y la estructura social que de ella deriva necesariamente en cada época histórica constituyen la base sobre la cual descansa la historia política e intelectual de esa época; que, por lo tanto, toda la historia (desde la solución del régimen primitivo de propiedad común de la tierra) fue la historia de la lucha de clases, de la lucha entre las clases explotadoras y explotadas, dominantes y dominadas, en las diferentes fases del desarrollo social; y que ahora esta lucha llegó a una fase en que la clase explotada y oprimida (el proletariado) ya no puede emanciparse de la clase que lo explota y oprime (la burguesía), sin emancipar, a la vez y para siempre, la sociedad entera de la explotación, de la opresión y de las luchas de clases”.

El Manifiesto demuestra que, en esta época, el capitalismo simplificó todas y cada una de las contradicciones de clase en “dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado”, estableciendo el gran principio de la lucha de clases como principio fundamental en el cual todos debemos guiarnos, cabiendo a todos los hombres y mujeres tomar posición por una de las clases opuestas. Con eso, Marx acertó un golpe mortal en todas las variantes del socialismo pequeño burgués, cristiano, que se presentaban como corrientes independientes y reconciliadoras del antagonismo de clase.

Al establecer esta comprensión científica del socialismo, en el Manifiesto se estableció el importante principio de la inevitabilidad del socialismo y del comunismo: “la burguesía produce antes de todo, sus propios sepultureros. Su hundimiento y la victoria del proletariado son igualmente inevitables.” (capítulo 1, negrita nuestro). “Las armas de que se sirvió la burguesía para derrumbar el feudalismo se vuelven ahora contra la propia burguesía. Sin embargo, la burguesía no forjó solamente las armas que deben darle muerte, produjo también los hombres que empuñarán estas armas: ¡los obreros modernos, los proletarios!”.

En el Manifiesto, Marx establece el fundamento de la concepción de clase del marxismo según el cual, el Poder Político (Estado) “es la violencia organizada de una clase para la opresión de otra”.

Marx demostró que el desarrollo de la lucha de clases conduce a la revolución y a la dictadura del proletariado a través de la violencia revolucionaria en la cual “el proletariado, derrumbando por la violencia la burguesía, implanta su dominación”.

Luego, estableció de forma cabal la violencia revolucionaria para transformar toda orden social, como un principio fundamental del marxismo:

“Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrotando por la violencia toda orden social existente. Que las clases dominantes tiemblen ante una Revolución Comunista.” (capítulo IV, negrita nuestro).

En el prefacio de la edición alemana de 1872, Marx y Engels, incorporan al Manifiesto la experiencia desarrollada por el proletariado entre los años de la publicación del Manifiesto (1848) y 1872, especialmente aquella en la cual el proletariado fue elevado al Poder Político por dos meses, la Comuna de París, en 1871, hecho histórico y transcendental en la historia del movimiento proletario. Con base en el balance establecido por Marx en el documento Guerra Civil en Francia (1871), el principio de la dictadura del proletariado es incorporado al Manifiesto:

“La Comuna demostró, sobre todo que ‘la clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines”, refiriéndose el pasaje de Guerra Civil en Francia, en que Marx, afirma que esta maquinaria debe sí ser quebrada.

En el Manifiesto, Marx demostró que el proletariado está condenado a unirse, mientras “la burguesía vive en lucha permanente”. Así estableció la ley según “el verdadero resultado de sus luchas no es el éxito inmediato, sino la unión cada vez más extensa de los obreros”, en su proceso de lucha por su partido político independiente – hoy, lucha por la constitución o reconstitución de partidos comunistas maoistas militarizados – es una “lucha incesante” que por más que sea socavada: “surge de nuevo, siempre más fuerte, más firmes, más potente.” (capítulo I).

El internacionalismo proletario

Marx estableció en el Manifiesto, el principio del internacionalismo proletario afirmando que “El proletariado no tiene patria”, estableciendo también el gran lema que guía el proletariado hace 170 años: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”.

Este gran lema tiene un gran significado, pues a la vez es síntesis y guía. Síntesis porque expresa las tareas actuales del combate a la dispersión de fuerzas en el MCI que avanza en marcha rápida rumbo a la superación. Guía, porque expresa nuestra concepción de mundo, nuestra meta final, el comunismo, cuando a partir de la abolición de toda la propiedad privada, todas las clases y extinción del propio Estado, el proletariado podrá unificarse plenamente.

Los comunistas, como parte de una misma clase a nivel mundial que tiene su destino indisolublemente soldado, conciben que el comunismo no puede ser en un país, pero en todos, o todos entramos o nadie entra, por lo tanto, como afirmó el Presidente Gonzalo “no se es comunista si no piensa en el comunismo”3,  lo que nos demanda “poner el internacionalismo proletario en el mando y guía”, concretizando lo establecido por el Presidente Mao: “El internacionalismo es el espíritu del comunismo”4.

Este año, Partidos y Organizaciones marxistas-leninistas-maoistas, unidos bajo la bandera del maoismo y la Guerra Popular lanzaron la Campaña Mundial por los 200 años del nacimiento del gran Karl Marx, bajo la consigna: ¡Proletarios de todos los países os uníos!

Esta importante Campaña Mundial se suma y es parte de la lucha por la reunificación de los comunistas en el mundo, y contra el revisionismo, cuyo objetivo inmediato anunciado es la realización de una Conferencia Internacional Maoista Unificada, que establezca una nueva organización internacional maoista. Este paso significará un salto en la lucha por la reconstitución de la Internacional Comunista.

La reconstitución de la Internacional Comunista, que tiene como base las Guerras Populares en curso, destacadamente las Guerras Populares del Perú y de la India, en las cuales se está construyendo el nuevo Poder, a las cuales se suman las Guerras Populares en las Filipinas y Turquía y demás luchas de liberación nacional, y en los procesos de reconstitución de partidos comunistas marxistas-leninistas-maoistas militarizados en todo el mundo, para iniciar la Guerra Popular en cada país como parte y a servicio de la Revolución Proletaria Mundial.

Por lo tanto, esta importante Campaña Mundial  por los 200 años del nacimiento de Karl Marx desarrollada con base en la Guerra Popular, demuestra cómo está cumpliéndose y comprobando la plena vigencia de los principios del comunismo y programa definidos por el Manifiesto hace 170 años de su primera publicación. “Los proletarios no tienen nada a perder en ella, además de sus cadenas. ¡Tienen, en cambio, un mundo a ganar!” (capítulo IV).


Notas:

1. Partido Comunista del Perú (PCP). Sobre la construcción del Partido. Bandera Roja, nº 46, agosto de 1976.

2. Todas las citaciones y referencias al texto del Manifiesto del Partido Comunista fueron retiradas de la siguiente edición en español: Manifiesto del Partido Comunista Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pequín, 1964, y traducidas por los autores de este artículo. La referida edición está disponible en  http://marx2mao.com.

3. Partido Comunista del Perú (PCP). Poner en marcha el MRDP en función de culminar brillantemente. 1987.

4. Presidente Mao Tsetung. En Memoria de Norman Bethume. Ediciones del Pueblo, Pequín, agosto de 1952.

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