Nueva insurrección obrera en obras del PAC
Manifestantes incendeiam ônibus durante protestos na refinaria Abreu e Lima
Las obras de la Refinería Abreu e Lima y de otras instalaciones del Complejo Industrial Portuario de Suape , obras del PAC localizadas en Ipojuca, en la gran Recife – PE, están paralizadas en una nueva revuelta obrera contra las pésimas condiciones de trabajo y por reajuste salarial. Hasta el cierre de esa edición de AND, la huelga ya pasaba de la segunda semana.
La huelga también es contra la dirección oportunista del Sindicato de los Trabajadores de las Industrias de Construcción de Carreteras, Pavimentación y Obras de Terraplenado en el Estado de Pernambuco – Sintepav-PE – afiliada a la Fuerza Sindical, que, según denuncia de los trabajadores, promovió una asamblea casi vacía, convocada a toque de caja y cerró un acuerdo con las contratistas aceptando la propuesta patronal del 10,5% de reajuste, eso cuando los trabajadores exigen 15% de reajuste, mejores condiciones de trabajo, entre otras reivindicaciones.
Cuando los trabajadores supieron de la maniobra del sindicato oportunista, dieron inicio a las protestas. Las primeras manifestaciones ocurrieron el día 1º de agosto entre los obreros del Consorcio Conest, formado por Odebrecht Ingeniería Industrial y por la OAS y se extendieron rápidamente al Consorcio Ipojuca (Queiroz Galvão e IESA) y de la Engevix. El día 2 la revuelta se generalizó y los cerca de 45 mil obreros que trabajan en el complejo adhirieron a la huelga.
El día 7 de agosto, el Tribunal Regional del Trabajo de la 6ª Región decretó la huelga “abusiva” e “ilegal”, determinando el corte de los salarios de los huelguistas en los días parados y la suspensión de la cesta básica.
Una nueva asamblea fue realizada el día 8. Miles de trabajadores comparecieron y rechazaron la dirección del sindicato, que intentó una vez más frenar la movilización. La masa en revuelta atropelló los oportunistas y aprobó la continuidad de la huelga general. El coche de sonido del Sintepav-PE fue apedreado y los sindicalistas oficialistas tuvieron que huir a las prisas.
De igual manera como ha criminalizado y reprimido todas las luchas obreras, particularmente de las grandes obras del PAC, la gestión Rousseff y las contratistas ordenaron una represión brutal, desencadenada por la policía militar, que abrió fuego contra los manifestantes dejando decenas de obreros heridos. Hay vídeos hechos por los propios obreros disponibles en internet que comprueban esas denuncias. Los obreros resistieron e incendiaron varios autobuses.
Afinados en el discurso y en la práctica, el Sintepav y los patrones atacaron rabiosamente la huelga. En entrevista concedida al Jornal do Commércio, de Pernambuco, publicada en 8 de agosto, el presidente del Sintepav-PE, Aldo Amaral, afirmó que “el reajuste salarial del 10,5% fue tan positivo que la categoría reivindica el mismo beneficio en las obras del Porto de Pecém , en el Ceará, y de la Hidroeléctrica de Jirau, en Rondônia”.
Directores del Sintepav atacaron la paralización, que según ellos fue “incitada por personas enmascaradas y armadas con pedazos de palo” que habrían “intimidado los trabajadores a dejar sus locales de trabajo”, y que esa es una “huelga sin comando, sin rostro”.
El Sindicato Nacional de la Industria de la Construcción Pesada – Sinicon, entidad patronal, evaluó las acciones de los huelguistas como “actos de vandalismo”, y amenazó los trabajadores de despido “y con otras medidas legales, ya que las negociaciones ya fueron concluidas y la convención ya fue firmada junto al sindicato de la categoría” .
El Sintepav-PE, por su parte, reforzó las amenazas de los patrones alegando que “siempre apostó en las negociaciones civilizadas y en el respeto a las leyes en vigor en el País. De esta forma, no apoyará actos de vandalismo, documentos apócrifos o personas encapuzadas”.
Cabe recordar las graves denuncias hechas contra el Sintepav-PE durante la huelga ocurrida en Suape en febrero del año pasado: obreros acusaron dirigentes de ese sindicato de haber contratado matones que abrieron fuego contra una protesta de trabajadores, hiriendo seriamente el obrero Tiago Ramos Souza con un disparo en la boca. Tiago quedó varios días internado en el Hospital Portugués de Recife recuperándose de la lesión.
En el 12° día de paralizaciones, patrones y Sintepav actuaron juntos nuevamente, vaciando las obras, orientando los obreros a permanecer en sus casas y vetando la entrada de aquellos que se dirigían a las instalaciones para evitar la continuidad de las protestas y la radicalização de la huelga. En algunos sectores del complejo, los obreros volvían al trabajo.
Las obras de la refinería Abreu y Lima, que pertenecen a la Petrobras, se iniciaron en 2007 y su conclusión estaba prevista para 2011. Blanco de denuncias de sobreprecio, la industria sólo deberá entrar en operación en 2014. El coste de ese emprendimiento del PAC saltó de la previsión inicial de 2.300 millones de dólares para cerca de 20.000 millones de dólares, o sea, casi 870% de aumento.
Falta de seguridad en el trabajo mata obrero
En 18 de junio, cerca de ocho mil trabajadores de la empresa Odebrecht, que actúan en la construcción de las tres unidades industriales del complejo petroquímico (PTA, POY, PET), iniciaron huelga exigiendo mejores condiciones de trabajo, el cumplimiento de las normas de seguridad y el pago del adicional de peligrosidad del 30%. En ese mismo periodo, después de la muerte de un obrero que trabajaba en las obras de ampliación del puerto de atraque interno de Suape, cerca de 400 trabajadores del Consorcio Cabeços, formado por la Andrade Gutierrez y OAS, paralizaron los trabajos exigiendo el cumplimiento de las normas de seguridad y mejores condiciones de trabajo.
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