La dramática situación por la cual pasa el estado de Río de Janeiro puede ser vista a través de varias ventanas. La primera muestra el origen del problema con la privatización del erario público y su incorporación al patrimonio de Sérgio Cabral y su cuadrilla. Las delaciones oriundas de las investigaciones de la “Lava Jato” sólo son la forma jurídica de revelar aquello que las protestas desde 2013 ya denunciaban en abundancia.
La segunda, como conexión inmediata de la primera, muestra los funcionarios públicos en la fila para recibir cestas básicas como si fuesen mendigos. Profesionales que dieron su fuerza de trabajo por más de veinte o treinta años reducidos a la condición de indigencia.
La tercera, muestra las protestas delante de la Asamblea Legislativa con los funcionarios recibiendo la única cosa concreta que la gestión Pezão puede darles: bombas de gas lacrimógeno y tiros de bala de goma. Todo para transformar en ley el asalto no sólo al funcionalismo como al pueblo fluminense en general.
Ventanas para el infierno
En una visión más panorámica podemos abrir la ventana que da para la salud y vamos a ver hospitales transfiriendo enfermos en medio de la noche para acabar el funcionamiento de sectores de atención. Podemos ver aún el Hospital Universitario Gaffrée y Guinle pegando fuego delante de las pésimas condiciones de conservación.
Abriendo la ventana de la educación tenemos su descripción en la palabra de Egberto Moura, sub rector de Pos Graduación de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ), en denuncia a la prensa local: “Las empresas tercereadas no reciben desde agosto, y ahí ya están amenazando cortar los servicios de limpieza, el servicio de recogimiento de basura ya fue cortado – la empresa ya anunció que va a cortar – y la cuestión del restaurante universitario que no consigue funcionar porque no recibió ningún recurso”. La UERJ, otrora orgullo de Río de Janeiro y, aún, tenida cómo la 5ª mejor Universidad brasileña, está parada después que ya aplazó varias veces el inicio de las clases referentes al segundo semestre de 2016, todo por falta de las mínimas condiciones de funcionamiento.
El chantaje de Pezão
Respondiendo a las protestas de funcionarios delante de los retrasos en el pago de los salarios y los reclamos de la población delante de la falta de atención en los hospitales y la precarización de los demás servicios públicos, Pezão escribió en el mensaje enviado a la Asamblea Legislativa del Estado de Río de Janeiro (Alerj) que sólo habrá dinero para cumplir los compromisos del estado con los servidores y con la población si el acuerdo firmado con Meirelles sea totalmente aprobado sin modificaciones, lo que incluye la elevación de los aportes jubilatorios para 22% y la venta de la Cedae (Compañía de aguas de Rio de Janeiro), lo que él consideró una obligación “irretractable e irrevocable” con la gestión de Temer.
Imponiendo esta condición de “o todo o nada”, Pezão se esfuerza a fin de, con su chantaje, hacer pasar en la Alerj un modelo elaborado por los vampiros Temer y Meirelles para chupar la sangre de la población de los demás estados de la federación, casi todos en condición de penuria delante de la recesión impuesta por la actual política de ajuste fiscal.
Plataforma para asaltar los estados
Las medidas que Temer y Meirelles intentan imponer a los estados son nada más, nada menos que la extensión para el conjunto del país de las medidas elaboradas desde la gestión Dilma/PT y previstas en el programa electoral de Aécio Neves del PSDB, del cual fueron extraídas.
No podemos dejar de atinar para el hecho de que siendo una imposición de sus amos imperialistas a través del FMI y del Banco Mundial, todas las medidas tienen como tela de fondo el favorecimiento a los bancos. No bastara los más de 900 mil millones de reales transferidos a los bancos en la forma de pago de intereses en los dos últimos años, la liberación del saqueo del FGTS, la privatización de empresas públicas como la Compañía Provincial de Aguas y Esgotos de Río de Janeiro (Cedae) como garantía de préstamos que los estados harán a los bancos, el cambio en las legislaciones previsional y laboral etc. tiene el mismo objetivo de agregar agua en la cuenca del sistema financiero.
Desempleo y quiebras
En el plano más general, la trama imperialista ejecutada por Temer-Meirelles, más que nunca apoyando la economía en la producción primaria para exportación (commodities), franqueando toda la tierra para el llamado “agronegocio” y las corporaciones de la minería, empujando aún más las masas rurales para las caóticas ciudades, y en ellas desempleando la fuerza de trabajo y extinguiendo derechos laborales y previsionales tiene por objetivo, en un segundo momento, rebajar el valor de los salarios y la masa salarial de los trabajadores para aumentar la tasa de explotación del trabajo en favor de la ampliación del logro máximo de los monopolios. En el rastro de tales medidas, como de hecho ya viene ocurriendo, tendremos el remate de la falencia de las pequeñas y medias empresas, la desnacionalización y la desindustrialización, cediendo cada vez más espacio para el favorecimiento y dominio mayor aún del capital transnacional.
Usando el parlamento corrupto y servil y, bajo la vista de una judicatura tolerante, la gestión Temer, al buscar mediar la disputa entre los varios grupos de poder, favoreciendo los de cima, camina rápidamente para un enfrentamiento de gran proporción con la mayoría del pueblo brasileño. En la tentativa de hacer pasar sus medidas, Temer incitará más aún la revuelta de los de bajo.
El campo y las calles serán el teatro de esta batalla.