Agresiones en los trenes de Rio de Janeiro indignan Brasil

https://anovademocracia.com.br/52/7b.jpg

Agresiones en los trenes de Rio de Janeiro indignan Brasil

Print Friendly, PDF & Email

El día 13 de abril, trabajadores ferroviarios de Rio de Janeiro decretaron una huelga de 24 horas por mejores condiciones de trabajo y seguridad para los pasajeros que todos los días utilizan el servicio en condiciones precarias. Imágenes indignantes exhibidas en decenas de medios de comunicación en todo el país mostraron trabajadores intentando embarcar en los trenes apiñados bajo una profusión de puñetazos y latigazos asestados por agentes de la Supervia. El pueblo fue tratado como ganado de corte, y de esa misma forma es confinado y humillado todos los días a sangre fría.

En Rio de Janeiro, la situación de los transportes públicos empeora a cada día, sólo en los cuatro primeros meses del año los trabajadores de las empresas de ómnibus deflagraron tres huelgas. El pueblo se amontona en filas y autobuses repletos pagando caras tarifas y sufriendo todo tipo de falta de respeto. Los choferes amargan el caos del tránsito, pésimas condiciones de trabajo y bajísimos salarios. En las barcas que transportan miles de trabajadores entre el Rio y Niterói, otra gran revuelta en el inicio de abril. Después de horas de atraso, miles de personas invadieron las plataformas de embarque en una violenta protesta contra las pésimas condiciones de ese servicio.

El día 13 de abril fue la vez de los ferroviarios que cruzaron los brazos decretando huelga por tiempo indeterminado. De acuerdo con el Sindicato de los Trabajadores en Empresas Ferroviarias de la Central de Brasil, la empresa Supervia dimitió nueve trabajadores que participaron de la Asamblea que decidió por la paralización y no atendió ninguna de las reivindicaciones de la categoría.

El gerente estadual Sérgio Cabral tergiversó sobre el caos en los transportes y sobre las reivindicaciones de los trabajadores queriendo minimizar la repercusión del asunto en el monopolio de los medios de comunicación, lo que hace aún más esclarecedora la discrepancia entre el desfasado salario de trabajadores ferroviarios y de ómnibus — que no pasa de 1 mil reales — y los haberes millonarios de Eduardo Paes y Sérgio Cabral — 11,2 mil y 12,7 mil reales, respectivamente, y no estamos contando con los millonarios presupuestos de gabinete, "vale vestimenta", "auxilios", entre otros recursos que suman cuantías varias veces superiores al salario declarado. No podemos olvidarnos de los secretarios estaduales, que en marzo de 2007 tuvieron un reajuste salarial del 50%, elevando los sueldos de 6 mil para 9,5 mil reales.

Según carta publicada por el Sindicato de los Ferroviarios "el motivo de la paralización de advertencia es la seguridad de los trabajadores ferroviarios y de los propios pasajeros. Nosotros tenemos problemas como choques de trenes, mala señalización e insuficiencias de frenos. Además de eso, la empresa obliga los trabajadores a seguir viaje aún con las puertas de los vagones abiertas".

Caro y precario

Por diversas veces, A Nova Democracia denunció las pésimas condiciones de transporte ofrecidas por la millonaria empresa española Supervia, que desde 2004 elevó en cerca de 120% el precio de las tarifas. Una media de 24% al año. Y al contrario de los precios, la calidad del transporte cayó severamente, resultando en diversos accidentes con elevado número de muertos y heridos, además del aprieto en el salario de los ferroviarios, pésimas condiciones de señalización, falta de herramientas de trabajo y  habitualmente con exceso de pasajeros.

Aún con toda esa precariedad, imágenes grabadas por cámaras del monopolio The Globe, muestran agentes de la concesionaria agrediendo trabajadores con puñetazos, bastonazos y latigazos para que se expriman dentro de los vagones para el cierre de las puertas. Enseguida la Supervia anunció el despido de cuatro agentes revelados en las imágenes, pero según datos de la 14ª Vara Civil de la Capital, la seguridad contratada por la Supervia hace casi una década, practica agresiones y humillaciones en las plataformas de embarque y dentro de los trenes. En 9 de marzo de 2006 la empresa fue condenada a pagar una indemnización de 20 mil reales al pasajero Eliel Oliveira, golpeado por "vigilantes" cuando viajaba en una de las composiciones en 2001.

Sí, ¡vean como la Supervia fue rápida en dimitir los agresores! ¿Entonces por qué no mostraron la cara de sus directores responsables por la seguridad de las estaciones que todos los días instruyen los guardias a actuar de manera salvaje?

Y para minimizar la acción bestial de los agentes de la Supervia, The Globe escaló el periodista Alexandre García, que instalado hace décadas en el sucio gallinero del Planalto en Brasília con sus crónicas, ahora pasó también para opinar sobre todo.

En su comentario matinal del día 14 de abril, García formuló que:

Hay reglas contractuales y hay reglas de la cultura. Por ejemplo, en el Metro de Tokio, el más eficiente del mundo, existen los empujadores, que usan guantes impecablemente blancos para empujar los pasajeros para dentro de los vagones en momentos de capacidad máxima. En Nigeria agentes de policía usan pequeñas varas"… En la traducción esos agentes nigerianos son llamados de "Aquellos que empuñan el bastón". Y el comentarista portavoz de la Supervia continúa:

— Para ellos (pueblos japonés y nigeriano tratados como ganado) es normal agentes con una vara, empujadores…

Alexandre García dijo que empujar y golpear en el pueblo trabajador usando "guantes impecablemente blancos" y bastón es "cultura". Las imágenes prosiguen y muestran un policía asistiendo y participando de las agresiones en la estación. El "comentarista" aparentemente protesta contra la pasividad del policía delante de las agresiones, como si la policía de Rio o de alguna región del país tuviera la tradición de proteger el pueblo. Basta ver lo que anda ocurriendo con "el Choque de Orden" y las matanzas en las favelas. Entonces, si los agentes de la Supervia usaran guantes o bastones, para el señor García, estará todo bien.

Traducciones: [email protected]

Ao longo das últimas duas décadas, o jornal A Nova Democracia tem se sustentado nos leitores operários, camponeses, estudantes e na intelectualidade progressista. Assim tem mantido inalterada sua linha editorial radicalmente antagônica à imprensa reacionária e vendida aos interesses das classes dominantes e do imperialismo.
Agora, mais do que nunca, AND precisa do seu apoio. Assine o nosso Catarse, de acordo com sua possibilidade, e receba em troca recompensas e vantagens exclusivas.

Quero apoiar mensalmente!

Temas relacionados:

Matérias recentes: