Traducción: Enrique F. Chiappa
En el día 8 de enero fue realizada Audiencia Pública, organizada por la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa de Pará, para oír las denuncias de los campesinos, víctimas de la violencia desencadenada por la "Operación Paz en el Campo". Los campesinos tornaron esta audiencia un gran acto contra la represión y en defensa de la lucha por la tierra.
Algunos días después de la "Operación Paz en el Campo" –organizada por las gerencias federal y estadual –torturar, humillar y dejar 23 campesinos presos en Redención y Concepción de Araguaia, Para, familiares de los presos y activistas de la Liga de los Campesinos Pobres (LCP) se dirigieron a Belem, capital del estado. Allá denunciaron la acción de la policía y pidieron apoyo de diversas entidades, inclusive de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa. Entonces el diputado estadual Arnaldo Jordy vicepresidente de la Comisión, que ya había denunciado la violencia a partir de la nota de la SD, CPT y FETAGRI, convidó los campesinos para participar de la reunión con la comisión, que decidió por una audiencia para oír las víctimas.
Al mismo tiempo, los campesinos estuvieron en radios, emisoras de televisión y periódicos de la capital y de la región sur de Pará para relatar lo que fue la operación "Paz en el Campo".
Con la Audiencia Pública fijada para el día 8, una campaña de movilización fue realizada en la región. Autos con amplificadores circularon por la ciudad anunciando el evento, radios locales entrevistaron los campesinos, y aquellos que participaron de las luchas por la posesión de la Hacienda Forkilla se ocuparon de divulgarlo boca a boca. No se hablaba de otra cosa en la ciudad.
Libertad
La liberación de los 21 campesinos y campesinas que continuaban presos dio un nuevo ánimo a la lucha por la tierra en la región. Ellos conquistaron la justa libertad en el día tres de enero, después de 45 días privados de la convivencia con los compañeros de lucha, familiares y amigos.
Un pedido de libertad provisoria ya había sido negado por el juez de Concepción de Araguaia. Mismo que la decisión del magistrado no haya causado sorpresa, ya que él propio había decretado la prisión de los campesinos, su justificativa fue una aberración jurídica, pues se fundaba no en hechos investigados, mas en el reportaje-porquería de la revista "Veja". Pero el abogado Marco Apolo Santana Leão, de la Sociedad Paraense de Defensa de los Derechos Humanos – SD; los defensores públicos del estado de Pará, Antonio Roberto Figueiredo Cardoso y Rossyvagner Santana Santos; el representante del Núcleo de los Abogados del Pueblo (NAP), Julio da Silveira Moreira, y los estudiantes de derecho Rafael Ferreira Vasconcelos y Aline Moura Ferreira Veiga, convencidos de que la injusticia no podría continuar, entraron con un pedido de Habeas Corpus.
El pedido fue aceptado y los campesinos fueron liberados, después de una discusión en la comisaría. Es que el comisario dijo que no podría soltarlos por que la fotocopiadora no estaba funcionando y él necesitaba entregar una copia del documento de liberación para los campesinos.
Rápidamente el representante del NAP consiguió las copias. Nada más mantendría presos injustamente los campesinos.
Al salir de la comisaría y del presidio de Redención, fuegos artificiales y mucha alegría. Después de 45 días presos injustamente, los campesinos y campesinas reveían familiares, amigos, compañeros de lucha y reverdecían el ánimo para continuar firmes, luchando por un pedazo de tierra, llevando adelante la Revolución Agraria.
La farsa
Con la libertad de los campesinos y campesinas, la farsa montada para justificar la Operación "Paz en el Campo" comenzaba a ser desvendada. La Operación fue organizada objetivando detener el crecimiento de la lucha campesina en la región y se concentró en la represión a la tomada de la Hacienda Forkilla, organizada por la Liga de los Campesinos Pobres. No se trataba de una acción para detener los bandos armados que operan en la región, como divulgó por la imprenta la gerente estadual Ana Julia Carepa, del PT. Al final, todos saben muy bien quienes son los pistoleros locales.
En el proceso policial abierto para investigar la ocupación de la Hacienda Forkilla por más de mil familias de campesinos pobres, el comisario responsable por el caso, Alberone Afonso Miranda Lobato, afirma que los campesinos son "personas fuertemente armadas y encapuzadas, con el objetivo de invadir propiedades rurales para ‘grilar’(apoderarse de tierras ajenas) tierras en la región sur de Pará"
En todo el documento trata de definir los campesinos como criminales, al mismo tiempo en que acaba revelando cuales son los intereses que el comisario defiende. Al solicitar la prisión preventiva de las personas que él creía que eran los líderes del movimiento afirma: "la necesidad de apartarlos preventivamente de la convivencia social, y de la propia sociedad de productores rurales, que no soporta más el clima de violencia e impunidad que impera en la región". Y más, afirma que la prisión de ellos serviría de ejemplo a los que deseen cometer el mismo crimen, o sea luchar por un pedazo de tierra.
En el informe del delegado Alberone, obtenido con exclusividad por el reportaje de AND, el comisario explica los orígenes de la Operación "Paz en el Campo": "Dada la gravedad de los hechos, fue solicitado mandato de Prisión Preventiva para los liderazgos del movimiento (…) lo que en el día 19 de noviembre del corriente año desencadenó la Mega Operación denominada "Paz en el Campo(…)".
De frente, sin miedo
En el día 8, Redención amaneció repleta de fajas que defendían la Operación "Paz en el Campo". Ellas habían sido colocadas por diversas entidades patronales, rurales, y hasta fueron subscriptas por el prefecto y por la Secretaría de Agricultura de Santana de Araguaia. Un outdoor, con una nota pública de agradecimiento, firmado por estas mismas entidades, fue colocado al lado de la sede de la Orden de los Abogados de Brasil (OAB).
Del lado de los campesinos, los operarios del Frigorífico Redención, en huelga por 17 días en la ocasión, anunciaron apoyo a la lucha. La LCP fue convidada a participar de un programa de radio local, que tuvo gran audiencia y participación por el teléfono.
Por cerca de las 14h, la sede de la OAB comenzó a agitarse. Campesinos y trabajadores vinieron de todos los lados. La calle fue cerrada por los campesinos, que colocando fajas exigiendo la desapropiación de las haciendas Forkilla y Bradesco y condenando la Operación "Paz en el Campo".
La LCP convidó varios acampamentos que sufrieron la acción de la operación "Paz en el Campo" para participar de la Audiencia.
En la abertura, un representante de los campesinos, expresó toda la indignación de ellos por la forma como venían siendo tratados:
–Yo quería dejar aquí mi protesta por la forma como autoridades civiles tratan las cuestiones de la tierra. Nosotros esperábamos que aquí estuviese el INCRA, el Secretario de Justicia y otros diputados – que inclusive se eligieron sobre la cuestión de la tierra. Nosotros, sinceramente, pensamos que el problema de la propiedad de la tierra, el acceso de los campesinos a la tierra, es un problema social y no un problema de crimen, de bandidismo.
Y continúa:
–Nosotros pensamos que parte de las autoridades civiles se negaron a comparecer a esta audiencia por que temían que se esclareciesen las cosas.
El auditorio permaneció lleno durante toda la Audiencia y centenas de campesinos y trabajadores de la ciudad se concentraron enfrente de la OAB para oír los relatos. La multitud se apretaba en el auditorio, con el objetivo de denunciar todo lo que estaba guardado en el pecho.
Una camioneta con amplificador transmitía al vivo toda la Audiencia. Mismo con calor intenso, los campesinos y la población local permanecieron en la plaza hasta el final del evento.
Todo el comando de la policía participó de la Audiencia, incluyendo Policía Civil, Militar y Federal, además del Ibama. El abogado latifundista Tarcísio Andrade, hijo de Jairo Andrade, también estuvo presente y defendió la Operación "Paz en el Campo". Ante la protesta de los campesinos presentes él interrumpió sus palabras.
Todos fueron obligados a oír los relatos y denuncias de los campesinos que no se amedrentaron ante el poder militar. Los campesinos denunciaron la acción del Estado. Los representantes de los acampamentos contaron de manera emocionante el sufrimiento que pasaron.
A las declaraciones que relataban torturas, se seguían preguntas de los policías: si los campesinos confirmarían las denuncias, si podrían reconocer los torturadores, sin titubear los campesinos mantenían firmes sus posicionamientos.
Al final de la audiencia, los campesinos continuaron en la puerta de la OAB y transformaron el evento en un verdadero acto por la Revolución Agraria. Ellos usaron el micrófono, en plena avenida principal de la ciudad, para hacer más denuncias y reafirmar el deseo de conquistar una tierra para vivir con dignidad.
Entrevista con José Lopes, uno de los campesinos presos
JL: Trabajaba en una colonia (asentamiento), en una tierra de mi cuñado. Toda mí vida trabajé en el campo. Siempre quise tener un pedazo de tierra para conseguir una vida mejor, más digna. Comprar una tierra con el fruto del trabajo es imposible. Aquí se gana muy poco.
AND: ¿Cómo supo de la toma de la Hacienda Forkilla?
JL: Supe que iban a ocupar la Forkilla y dividirla entre los campesinos. Comencé a participar de las reuniones de organización y fui para allá. Luego que entramos, comenzamos a cultivar. Plantamos maíz, sapallo, arroz, de todo. Estoy desde el comienzo. Ya eran siete meses.
AND: ¿Cómo fue la acción de la policía?
JL: Cuando la policía llegó, yo estaba plantando maíz junto con otros dos. La policía llegó golpeando, agrediendo a todos. Ellos me agarraron y me colocaron tres bolsas de plástico en el rostro, me taparon la boca. Permanecí casi media hora sofocado, caí al piso, mordí el plástico y conseguí respirar. Cuando tiraron la bolsa, ya estaba casi muerto, perdiendo los sentidos. Comenzaron a me dar trompadas y patadas en el estómago. Después me llevaron para el acampamento.
A los otros dos que estaban conmigo, también los golpearon bastante. Querían que dijese alguna cosa, pero no hablé. Preguntaban el nombre de los coordinadores, adonde estaban las armas. No salió nada de mi boca, y ellos sospechaban de mí. Yo siempre pensé que no debería contar nada por que la policía te mata de la misma manera.
AND: ¿Usted fue obligado a ingerir salsa de pimienta?
JL: Ellos me golpearon mucho. Me obligaron a comer salsa de pimienta con sal y cebolla. Tuve que tragar mucho, Me dieron cachetadas, me golpearon con cuchillo, cinturón. Decían que estaban siendo pagos para nos tirar de la Hacienda, vivos o muertos.
AND: ¿También lo obligaron a acostarse en el barro?
JL: Después de sacarnos de la plantación, nos llevaron para un corral, en la sede. Mandaron que nos acostásemos en el barro, en un chiquero de cerdos, y permanecer así, mientras éramos golpeados, con las manos esposadas para atrás. Llevaron todo el mundo para ese corral. Separaron las mujeres de los hombres.
Mis dedos están durmientes hasta hoy. Permanecí esposado unas 12 horas. Nos colocaron en una camioneta y nos trajeron para la prisión, a mí me prendieron y a los otros los soltaron.
AND: ¿Ellos le explicaron el motivo de la prisión?
JL: El comisario dijo que estábamos detenidos por ser bandidos, pistoleros y por formación de cuadrilla. Permanecí preso por 45 días.
AND: ¿Y como era en la prisión?
JL: Era muy duro. Casi no había agua, en un día tomábamos baño y en el otro no. También había mucha inmundicia dentro de la celda, los bichos circulaban entre nosotros. Lavábamos, pero no resolvía. No teníamos cama, ni colchón, nada. Los miércoles recibíamos visitas.
AND: ¿Pasaron por el examen de cuerpo de delito?
JL: El examen fue una farsa. Fue un mes después de nuestra prisión. El médico nos examinó y firmó un papel y nos mandó volver para la prisión. Nuestras marcas estaban casi todas curadas. Era el primer médico que veía desde que fui preso. Un día me sentí mal, pero no me dieron bola.
AND: ¿Es verdad que fueron amenazados?
JL: Unos amigos que nos visitaron contaron que el estanciero estaba diciendo en la ciudad que quería la cabeza de los 14 que estaban presos aquí en Redención, de cada uno. Que iba mandar eliminar todo el mundo. Uno se queda receloso, pero hasta ahora no vi nada.
AND: ¿Y ahora que pretende hacer?
JL: Yo no voy a desistir de mi sueño, mi sueño es un pedazo de tierra. Voy a volver para dentro de la Forkilla. Tenemos que conseguir nuestro objetivo, que es una tierra para trabajar.
AND: ¿Porqué pretende volver para la Forkilla?
JL: Nosotros estábamos realizados, criando nuestras gallinas, cerdos, plantando. Teníamos una buena vida, saludable, con mucha agua, aquello para mí era un paraíso. Nosotros vamos continuar con la lucha, tengo fe de que yo y mis compañeros vamos a conseguir un pedazo de tierra.
Historias de trabajo esclavo
No es difícil oír relatos de campesinos de la región acerca de la práctica de trabajo esclavo en la Hacienda Forkilla. Hace más de diez años que Jairo Andrade está en la lista sucia del trabajo esclavo del Ministerio del Trabajo y Empleo. Inclusive la Hacienda Forkilla es la mayor reincidente de trabajo esclavo en el país.
Encontramos un relato interesante* del Fray Xavier Plassat, miembro de la coordinación de la campaña de la CTP contra el trabajo esclavo:
"En el caso de la Hacienda Forkilla (Santa Maria de las Barreiras-PA), con ficha extensa en los registros de la SIT, el trabajador Deban sufrió tentativa de homicidio por parte del propietario, Jairo Andrade y huyó para Marabá adonde dio declaración en la Policía Federal (04/09/00). En 6 de setiembre, fue traído por la PF para la CTP de Xinguara, de donde, en el mismo día, un pedido de intervención del Grupo Móvil fue encaminado. Otros veinte trabajadores estaban retenidos en la hacienda adonde, según Deban, había cerca de 15 pistoleros. A pesar del Comisario haberse mostrado dispuesto para acompañar la operación, el Grupo Móvil apenas llegó en 18 de setiembre, no encontrando más nadie en el local. Durante este período, Deban permaneció bajo la protección de la CTP, en local próximo a Redención, donde podría obtener noticias de su mujer, que había sido retirada de la hacienda con sus hijos. Tres hombres llegaron a invadir la casa donde él se encontraba y, en 18/09, un hombre bastante sospechoso buscó Deban en la residencia de los agentes de la CTP en Xinguara".
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* Retirado del texto "Trabajo esclavo en Brasil, hasta cuando?"