La huelga nacional de los bancarios fue concluida en 24 de octubre. La unión y movilización de la categoría garantizaron aumento mayor del que el inicialmente propuesto por los bancos. Los pelegos, como siempre, intentaron vaciar el movimiento.
Foto: Elza Fiúza-ABr
Faixas anunciam a greve dos bancários em Brasília |
La movilización de los bancarios comenzó a fines de septiembre. En Río de Janeiro, Distrito Federal, Bahia y Río Grande del Sur, el día 30 de septiembre, la categoría decidió por la huelga por tiempo indeterminado. El mismo día, hubo paralizaciones de 24h en todo el país como forma de presionar los bancos a presentar una nueva propuesta de reajuste salarial.
La Caja Economía Federal tuvo un logro 1.156% mayor, entre enero y septiembre de este año, si comparado al mismo periodo del año pasado. Pero aún así, los bancos ofrecían un reajuste del 7,5% en el salario y en los demás beneficios, como auxilio-alimentación y guardería. Los bancarios reivindicaban reposición de la inflación acumulada del 7,15%, 5% de aumento real, ticket-alimentación de R$ 17,50 por día, auxilio-guardería de R$ 415, valorización en los pisos salariales, Participación en los Logros y Resultados mayor que el año pasado, fin de las metas abusivas y del asedio moral. En 2008, los bancos tuvieron logros altísimos, aún con la supuesta crisis en la economía.
La paralización nacional por tiempo indeterminado fue decidida, en la mayoría de los estados, el día siete de octubre. Una semana después, las negociaciones eran retomadas con la Federación Nacional de los Bancos (Fenaban) e intermediadas por el Tribunal Regional del Trabajo (TRT). Los bancarios deberían suspender la paralización por dos días, pero en la práctica, continuaron de brazos cruzados.
El día 17 de octubre, la Fenaban presentó una nueva propuesta, con reajuste salarial del 9% para salarios de hasta R$ 1.500,00 y 7,5% para quien ganaba encima de este valor. La propuesta fue considerada insuficiente por la categoría. Cinco días después, la Fenaban presentó nueva propuesta, con reajuste salarial del 10% para quien ganaba hasta R$ 2.500,00 y del 8,15% para quien ganaba encima de este valor. La propuesta también aumentó el cálculo del PLR del 80% del salario más R$ 878,00 para 90% del salario más R$ 966,00. Los otros beneficios, como ticket-alimentación y auxilio-guardería, tuvieron porcentual de aumento del 8,15%.
A pesar de la decisión de la mayoría de la categoría de concluir la huelga, los operarios del Banco de Brasil y de la Caja Económica Federal (CEF) continuaron con los brazos cruzados. Ellos tenían demandas específicas para negociar con los bancos, que no presentaron nuevos beneficios. Los operarios de la CEF sólo concluyeron la paralización el día 24 de octubre.
Hace años los bancarios luchan contra la dirección oportunista de sus sindicatos. Las disputas entre CUT (PT) y Conlutas (PSTU) por el título de mejor vendedor de los intereses de los trabajadores a veces son atropelladas por la espontaneidad de las masas, que ignoran sus "líderes" y desencadenan movimientos que huyen al control de los pelegos.
*Pelego: En Brasil nombre dado a aquel "líder" sindical o político que tiene la función de amortiguar y distraer la lucha de sus representados. Trabaja disimuladamente contra los intereses de los trabajadores.
Obreros expulsan Policía y vigilantes en Goiás
Cerca de 400 trabajadores entraron en enfrentamiento con la policía y vigilantes privados tras la tentativa de prisión de un trabajador en el comedor de la empresa de minería Anglo-Americam en Barro Alto, Goiás. Los manifestantes quemaron cerca de 64 alojamientos, un coche de la policía y realizaron una protesta que duró 6 horas.
Barro Alto es una pequeña ciudad del norte goiano. Tuvo su formación vinculada a los movimientos de resistencia negra quilombola. Su población vivía principalmente de la vida campesina y rural hasta la instalación de industrias transnacionales que interesadas en su subsuelo, principalmente el hierro y el níquel.
La Anglo-American es una de las mayores empresas del mundo en el ramo de la minería. Con el incentivo de las gerencias estadual y federal, la Anglo-American viene extendiéndose por todo Brasil, robando a través de las lesivas exportaciones para el exterior, las riquezas minerales del país.
Esa empresa, como todas las grandes transnacionales, posee un fuerte esquema de seguridad privada para controlar todos los pasos de los trabajadores, vigilando alojamientos, controlando los hábitos y manteniendo una rigurosa disciplina de trabajo.
La Anglo-American contrató diversas empresas nacionales, siendo a Camargo Correia dla más importante, para controlar los peones de las obras de la Anglo-American. El nivel de explotación de los trabajadores era el más intenso posible: dormían en alojamientos suministrados por la empresa, que mantenía dura rutina de trabajo; cámaras de seguridad registraban todos los movimientos de los trabajadores, hasta en el baño existían cámaras escondidas, todo es vigilado. Una empresa de seguridad mantenía el control de los operarios, siendo accionada ante la señal de cualquier disturbio.
El domingo, 2 de noviembre, feriado, la situación era extremadamente tensa en el local. Un cartel en la entrada de la empresa anunciaba el estado de tensión. Eran cero días sin accidentes de trabajo, o sea, un día antes había ocurrido un accidente, alterando los ánimos de los obreros. Bastaba un hecho para explotar ese barril de pólvora.
Un obrero llegó al comedor del local para asistir un partido de fútbol. El trabajador estaba sin camiseta, lo que es contrario a las reglas de la empresa, que no admite operarios sin camiseta en locales comunes. El responsable por el comedor pidió de forma arrogante que el obrero se retirara del local, lo que él se negó a hacer. Llamaron la seguridad y nada. La Policía rápidamente atendió al llamado de la empresa. Alegando desacato a la autoridad, el policía dio voz de prisión al obrero, que fue defendido por los compañeros de trabajo, que lo quitaron de las manos del policía.
Indignados con toda la situación de explotación, cerca de 400 obreros partieron para la revuelta contra sus patrones. Pasaron la apedrear a la policía y la seguridad privada, lo que hizo con que esos se retiraran del local. Uno de los participantes de la protesta gritó: "¡vamos a quemar todo!", siendo listamente atendido por sus compañeros, que incendiaron el coche de la policía y de la seguridad privada, además de 64 alojamientos. La revuelta duró seis horas y sólo fue contenida tras negociación con los obreros.
Como respuesta a la rebelión de los obreros de la Anglo-American, la Camargo Correia inició un proceso de desplazamiento y despido de trabajadores. La revuelta de esos obreros demuestra el estado de tensión existente dentro de varias empresas brasileñas, demostrando el nivel explosivo que la lucha de clases alcanzó en el país. La insatisfacción revoltosa de esos obreros no acabará, ya que el sistema implementado en esas empresas es de extrema explotación.
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