Bancos quieren transformar São Paulo en paraíso de la especulación cambiaria

Bancos quieren transformar São Paulo en paraíso de la especulación cambiaria

En el último día 25 de marzo aconteció en el Hotel Unique, en el corazón de São Paulo, un banquete de ricos financistas extranjeros y nativos para marcar el lanzamiento oficial del llamado "Proyecto Omega", engendro presentado por sus idealizadores al distinguido público como un inofensivo "centro internacional de finanzas y negocios", pero que en realidad consiste en una feroz ofensiva del capital financiero para lubrificar los engranajes de la especulación y transformar el dinero brasileño en objeto principal de la timba cambiaria, haciendo de la capital paulista un verdadero centro de esquemas "off-shore", lo que en el lenguaje de los controladores de los casinos de los mercados de acciones y de monedas significa que se abren nuevas y enormes posibilidades para la rapiña extranjera en la semicolonia Brasil.

Son los enemigos del pueblo encontrando terreno libre, pavimentado por las gerencias oportunistas acomodadas en el viejo Estado, para hacer de la producción y del empleo en nuestro país nada más que juguetes del vaivén de capitales, todo en el sentido contrario al interés del pueblo en una economía de otro tipo.

El tal "Proyecto Omega" prevé, en líneas generales, la creación de un mercado de monedas en el país, la liberalización del cambio y la internacionalización del real. La implementación de estos requisitos del gran capital financiero aún depende de alguna anuencia de la gerencia petista, sobre todo del Banco Central, pero la confianza de los especuladores en Luiz Inácio y en Henrique Meirelles es tanta que ellos se adelantaron con la ceremonia de presentación del proyecto al mercado aún antes de que sean decretadas las tales medidas a su favor.

El propio Meirelles estuvo en Nueva York en el inicio de mayo para hilvanar acuerdos con los apostadores de Wall Street, a fin de tranquilizarlos. Finalmente, el "Proyecto Omega" tiene la intermediación de la Bolsa de Valores de São Paulo (Bovespa), de la Federación Brasileña de Bancos (Febraban) y de la Asociación Brasileña de las Entidades de los Mercados Financiero y de Capitales (Anbima) — un personal siempre dispuesto a dentellear los espolios del entreguismo —, pero quién lo exigió fueron los yanquis, y quién lo redactó fue una de las mayores empresas de consultoría financiera de USA, Boston Consulting Group (BCG). Pocos días después del viaje de Meirelles a Nueva York, más precisamente el día 9 de marzo, representantes del BCG realizaron en la sede de la Fiesp, en la Avenida Paulista, un seminario para explicar a empresarios los detalles de este nuevo gran arreglo en favor de los ricos y en detrimento de las masas.

Real, dinero codiciado por los casinos financieros

Los emisarios del Boston Consulting Group desembarcaron aquí cacareando que es preciso hacer en São Paulo lo que el capital financiero hizo en Miami, en USA, donde funciona un "banco de monedas", llamado Foreign Exchange (Forex), que mueve U$S 200.000 millones por año en capital especulativo. Para eso, requieren junto a la administración Luiz Inácio una completa revisión de la reglamentación brasileña en el área cambiaria, que no obstante ya es bastante amigable para el capital financiero farrista. Entre las demandas hechas por los banqueros de afuera y repasadas por los banqueros de aquí dentro a la gerencia petista está el permiso para que bancos extranjeros puedan abrir cuentas exclusivas en instituciones financieras de Brasil autorizadas a operar con cambio, las llamadas "cuentas banco-correspondiente", a fin de que especuladores de toda estirpe y de todos los cantos del mundo puedan tener acceso al mercado interbancario de monedas local.

Eso permitirá que los banqueros de los países imperialistas realicen, desde las potencias inclusive, operaciones de conversión de cualquier moneda en Real, utilizando cuentas que operan con el dinero brasileño. Explicando claramente, es la internacionalización del real. Más claro aún, se trata de la liberación completa para especularse a la gana con el valor del dinero que los trabajadores de todo el Brasil sudan de sol a sol para ganar y que apenas es suficiente para arcar con los gastos en el fin del mes.

Al reivindicar a sus lacayos del viejo Estado la transformación de São Paulo en un "centro financiero internacional", y al solicitar la internacionalización del Real, los banqueros de allá y de acá pretenden en realidad perpetuar una consecuencia de la actual crisis de superproducción del capitalismo: la transformación del Real en una de las divisas preferidas del mercado internacional de "derivativos" — aquel de las apuestas en valores futuros de activos, de commodities a tasas de intereses, pasando por las monedas corrientes de los diferentes países. Pues el mercado de derivativos en Brasil registró la mayor expansión entre todos los países del mundo en 2009, alcanzando un volumen de negocios de U$S 700.000 millones, y el Real fue objeto de apuestas de la orden de nada menos de que U$S 100.000 millones.

Tal financeirización de la economía es un emprendimiento altamente lesivo a las masas trabajadoras, porque significa la rápida multiplicación del capital opresor y el agravamiento de la apropiación privada de las riquezas.

Traducciones: [email protected]

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