Dos meses después de la invasión del mayor complejo de favelas de Río de Janeiro por las tropas de represión del Estado, organizaciones democráticas y de lucha en defensa de los derechos del pueblo, siguen repercutiendo denuncias de los habitantes contra abusos cometidos por la policía y por las fuerzas armadas.
Los últimos relatos narran la tortura de habitantes en sesiones de choque eléctrico y ahorcamientos. Además de eso, habitantes siguen relatando invasiones de viviendas, saqueos, amenazas, intimidaciones, toques de queda y ocultaciones de cuerpos. Nuestro equipo de reportaje conversó con la población del Complejo del Alemán y con representantes de la Red Contra la Violencia para saber más sobre esa nueva embestida del Estado contra el pueblo pobre en la capital fluminense.
En las 19 favelas del Complejo del Alemán y de Vila Cruceiro sitiadas por las tropas de represión del viejo Estado, sus 200 mil habitantes siguen bajo un estado de sitio no declarado impuesto por las policías de Sérgio Cabral y por las fuerzas armadas. Según representantes de la Red de Comunidades y Movimientos Contra la Violencia, a pesar del silencio de la mayoría de los habitantes, muchas denuncias siguen siendo relatadas a sus militantes todos los días.
— Uno anda por los callejones [de Vila Cruceiro] y siente que hay alguna cosa errada en el aire. Un clima de terror. La madre que tuvo el cuerpo del hijo lanzado a los cerdos fue buscar la policía. Ellos dijeron para ella que, si ella ‘fue capaz de colocar un vagabundo en el mundo, también era capaz de tirarlo de la pocilga’ — relata Alexandre Magalhães, militante de la Red.
Un informe final sobre las denuncias de abusos cometidos por policías contra la población del Complejo del Alemán y de Vila Cruceiro fue enviado al secretario ejecutivo de la CIDH, Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (Organización de los Estados Americanos), Santiago Cantón, firmado por varias organizaciones, entre ellas la Red Contra la Violencia, el Observatorio de Favelas, la seccional de Río de Janeiro de la Comisión de Derechos Humanos de la Orden de los Abogados del Brasil (OAB), el Núcleo Piratininga de Comunicación, entre otras.
En el documento, varios relatos llamaron la atención de nuestro equipo de reportaje. Uno de ellos contaba sobre una “habitante que vio policías invadir su residencia — estaba escondida en la casa de una vecina en la compañía de sus cinco hijos — y zurrar dos niños que allá se encontraban, casi matándolos. Los niños golpeados se escondieron dentro del baño. Los policías mataron otro muchacho en la sala de la casa con un cuchillo y después habrían colocado los otros dos niños para limpiar el local, no dejando marcas de lo que había acontecido”.
La conclusión final del informe no dejó dudas sobre el carácter fascista de la ocupación: “Vemos que la regla general ha sido la promoción de operaciones gubernamentales con características militares de guerra en las áreas socialmente excluidas — recogimiento de las poblaciones marginalizadas, revistas íntimas arbitrarias sobre transeúntes, inclusive niños, vigilancia ostensiva y enfrentamientos armados sistemáticos en favelas. Se trata del proyecto de criminalización de la pobreza con la utilización de fuerza bélica policial en comunidades pobres”.
Según miembros de la Red Contra la Violencia, representantes de la OAB también estuvieron en el Complejo del Alemán y se sorprendieron con la cantidad de policías de diferentes comisarías y batallones y paracaidistas presentes en las favelas, lo que según ellos, dificulta cualquier tipo de investigación.
— Esa diversidad de policías, sirve justamente para dificultar la investigación. Todo es construido para que la gente no sepa quién es que hizo que — afirma Camila Freitas Ribeiro, de la OAB.
Además de eso, habitantes siguen relatando abusos de todo tipo cometidos por policías civiles y militares, y militares del ejército. Según denuncias, los trabajadores que no sufrieron abusos están a punto de perder sus empleos, ya que muchos tienen miedo de salir de casa y encontrar todo destruido al regresar al hogar.
— Mucha gente está perdiendo el empleo, otros están perdiendo oportunidades de empleo, porque tenemos que quedarnos en casa vigilando nuestras cosas de quienes deberían protegerlas — acusa una habitante.
La denuncia que más llamó la atención de los militantes de la Red Contra la Violencia fue de un muchacho que, por tener el mismo apodo de un traficante, fue sometido a una sesión de torturas con choques eléctricos y ahorcamiento y sólo sobrevivió porque consiguió huir por un agujero en el tejado de su casa.
— Los policías del BOPE invadieron mi casa, quebraron todo, agredieron mis hijos, dieron choque en uno de ellos, sufocaron los otros diciendo que el mayor era bandido. Mi hijo es trabajador. Puede preguntar para cualquier vecino. Lo confundieron por qué él tiene el mismo apodo de un traficante de aquí del Morro, que inclusive ya murió. Soy nacida y criada aquí y nunca me aconteció eso. Un absurdo. Eso no puede quedar así — cuenta la habitante que no quise identificarse.
— Ellos sufocaron mis tres hijos con una bolsa de plástico hasta que los niños comenzaron a sangrar por la nariz. Reventaron los cables de la radio y comenzaron a darle choques preguntándole sobre armas y drogas. Mi hijo tiene las manos todas negras porque, hace años, él trabaja limpiando aire acondicionado. Pero ellos no quisieron saber y dijeron que iban a matarlo. Agarraron un pantalón, lo colocaron en vuelta de su cuello y comenzaron a girar para ahorcarlo. Pero cuando ellos se descuidaron, mi niño consiguió huir por el mismo agujero en el tejado por donde el BOPE entró — cuenta la empleada doméstica.
— Cuando yo intenté huir, ellos me acertaron el pie con una cuchillada. Yo no iba a quedarme aquí en casa para que me matasen sin nunca haber hecho mal a nadie. Y después me llevarían para abajo y me mostrarían para los periodistas diciendo: ‘Ahí, matamos otro bandido’. Yo inclusive fui en a la comisaria 21ª DP, pero ellos me dijeron que no iban a registrar la queja — relata el hijo mayor, que así como la madre, prefirió no identificarse.
Para ver más denuncias de abusos de las tropas de represión del viejo Estado contra los habitantes, visite anovademocracia.con.br/blog. Allá también están disponibles vídeos producidos durante el trabajo de reportaje de AND en el Complejo del Alemán y en la Vila Cruceiro en los meses de diciembre y enero.
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