Camponeses marcham pelas ruas de Manga, Norte de Minas, em passeata realizada durante o Congresso
El 7º Congreso de la Liga de los Campesinos Pobres del Norte de Minas y Bahia y el 2º Encuentro de Mujeres Campesinas fueron precedidos por el Encuentro de Delegados campesinos, realizado semanas antes, ocasión en que representantes electos en las áreas profundizaron los debates de los problemas de la lucha por la tierra y de organización de todo el movimiento, así como su relación con los problemas económicos, políticos y sociales del país y del mundo.
El Congreso, instancia máxima de decisiones de la LCP, realizado los días 13 y 14 de octubre, debatió y refrendó los debates del Encuentro de Delegados. Centenares de campesinos se reunieron y realizaron una gran manifestación de la lucha por la tierra en el municipio de Manga.
A las 6h de la mañana del día 13 de octubre, el reportaje de AND llegaba a las márgenes del Río São Francisco, en el municipio de Manga, norte de Minas Gerais. En ese día y al día siguiente, ocurrió el 7º Congreso de la Liga de los Campesinos Pobres – LCP y el 2º Encuentro de Mujeres Campesinas.
Mientras la balsa que atraviesa el Rio São Francisco no zarpaba en dirección a Manga, disfrutamos del exuberante nacer del sol que surgía por detrás del cerrado minero. A la vez, centenares de campesinos atravesaban el río en el sentido contrario, para trabajar.
A pesar de ser abrigo de un escenario natural bellísimo, desde enero no llueve en la ciudad. La sequía ha asolado gran parte de las ciudades de la región los últimos meses. Por eso, las condiciones de supervivencia de los campesinos pobres han sido cada vez más difíciles.
Pero ese no es el más grave de los problemas enfrentados por los trabajadores. Desde el inicio de la gestión Luiz Inácio/Roussef, el latifundio y el tan propalado agronegocio han expandido sus territorios e incrementado los ataques al movimiento campesino combativo. Bajo la bandera de la LCP, centenares de familias sostienen lucha heroica, cultivan y resisten en sus tierras en las cerca de 70 áreas conquistadas en más de 15 años de lucha contra el latifundio, un territorio que, según los coordinadores de la LCP, es equivalente al de la ciudad de Río de Janeiro.
En el desembarque de la balsa, en un muro, era posible avistar en grandes letras: “Viva la Revolución Agraria!”, luego abajo de la frase “Bienvenidos a Manga”.
Después de llegar a la ciudad, nuestro equipo conoció la sede de la LCP del Norte de Minas y Bahia y siguió para el local del Congreso. En el camino, miembros de la LCP relataron que varios locales fueron solicitados por la coordinación de la Liga para la realización del evento. Las escuelas estaduales de la región fueron solicitadas a la Superintendencia Regional de Educación de Januária. A pesar de no haber actividades escolares, en pleno feriado, todos los pedidos fueron negados. La escuela municipal CAIC había sido reservada pero, encima de la hora, el espacio, que había sido garantizado para el congreso antes de las elecciones municipales, fue “cancelado”. Las promesas de antes de la farsa electoral no duraron una semana siquiera.
Enfrentando todas las dificultades y las maniobras del latifundio, los campesinos se movilizaron, consiguieron el local para su congreso, el Centro Polideportivo de Manga. Como si no bastase, antes del inicio de las actividades, el agua del gimnasio fue cortada. Una vez más los campesinos se organizaron y reconectaron el abastecimiento, garantizando la realización del evento.
Tras breves intervenciones de los coordinadores de la LCP, centenares de campesinos de las diversas áreas salieron en marcha por las calles de Manga gritando lemas, soltando fuegos artifíciales y agitando sus banderas rojas. Policías a paisana y pistoleros del latifundio, apuntados a todo momento por miembros de la LCP a nuestro reportaje, rondaban la manifestación. Los campesinos no se intimidaron y caminaron decididos por la ciudad, bajo un sol abrasador, celebrando su lucha y su organización.
Estuvieron presentes campesinos de las áreas Poço da Vovó, Jaíba, Nossa Senhora Aparecida, Verde Agua, Nova Era, Irmaos Corajem, Baixa Funda, Santa Catarina, Trevo, Pedro Pires Nogueira, Bela Vista, Conquista da Terra, Unidos com Deus Venceremos, Ilha da Capivara, Pau Preto, Canabrava, Barra do Mirado, Renascer, Novo Plano y Ouro Verde. Son familias de áreas distintas, algunas con más de diez años de historia, otras bien recientes, todas unidas por el programa de transformaciones radicales del campo propuesto por la LCP.
A lo largo del Congreso, centenares de familias de campesinos pobres que nunca habían tenido contacto con la LCP, pero que fueron atraídas por la expectativa creada en toda la región desde la preparación del congreso, se inscribieron para la toma de nuevas tierras del latifundio en la región.
Representantes de organizaciones populares de Belo Horizonte, Montes Claros, Río de Janeiro, Jaíba y São Paulo compusieron la mesa de apertura del Congreso y saludaron la LCP y los campesinos presentes.
– En los últimos tres años, recibimos varias amenazas del Estado. Ellos dicen que nosotros vamos a perder nuestras tierras aquí en el norte de Minas. Dicen que ese cerrado seco esconde una mata atlántica y que todo ese suelo va a ser transformado en reservas y parques. Si eso fuese mata atlántica realmente, ellos no estarían dando pedazos de ese suelo para el agronegocio extraer gas natural y hacer reservas minerales, como están haciendo en Jaíba, por ejemplo. Pero nuestra lucha tiene que ser mayor que la lucha por un pedazo de tierra. Tiene que ser la lucha por la revolución agraria. Para acabar de una vez por todas con el latifundio. En el 6º Congreso, nuestra organización afirmó que era necesaria una gran lucha para alcanzar nuestro objetivo y, en este 7º Congreso, nosotros vamos a reforzar esa posición, pues ese es el único camino. – dijo Sônia, coordinadora de la LCP en la región.
– Nosotros que estamos en la ciudad, vemos todos los días campesinos llegando para trabajar en las obras. Campesinos expulsados del campo por el latifundio y por el agronegocio. En su mayoría, son jóvenes. Eso es solamente una pequeña prueba de que la lucha campesina y la lucha obrera son una sola. Está llegando la hora de levantarnos de una vez por todas contra toda esa opresión. Por eso, este Congreso es uno de los más importantes pasos del movimiento campesino combativo y organizado en dirección a su liberación definitiva de las garras del latifundio – dijo Wanderley, representante de la Liga Obrera de Belo Horizonte.
– La juventud revolucionaria brasileña no sólo entiende como apoya con uñas y dientes la lucha del movimiento campesino combativo y nosotros sabemos que la mayor expresión de ese movimiento actualmente es la Liga de los Campesinos Pobres. Por eso, hemos llevado el debate de la revolución agraria para dentro de las escuelas y de las universidades en las ciudades en todo Brasil. Esa es una forma no sólo de divulgar la lucha de los trabajadores en el campo, pero también de decir que nuestra lucha es una sola. Es la lucha para destruir todas las formas de opresión. Es la lucha por la revolución en nuestro país – dijo Arnaldo, del Movimiento Estudiantil Popular Revolucionario.
– El Centro Brasileño de Solidaridad a los Pueblos lucha por el derecho del pueblo de luchar por sus derechos y sabe que el movimiento campesino es el que sufre las más violentas formas de opresión en el país. La LCP es la mayor expresión de esa lucha, pues es el único movimiento en el campo que defiende sus banderas con combatividad y abnegación. Y fue por eso que nosotros vinimos a dar aquí un Viva a la Liga de los Campesinos Pobres, un Viva a la Revolución Agraria – dijo José Antônio, representante del Cebraspo.
Los campesinos, al tomar la palabra, prestaron homenajes a los compañeros caídos en la lucha, asesinados cobardemente por las fuerzas de represión y por pistoleros a mando del latifundio. En el más reciente caso, en abril de este año, el joven Renato Nathan, profesor de la Escuela Popular en Rondônia, apoyador de la lucha campesina, fue brutalmente asesinado, según denuncia de los campesinos, por policías. También fueron recordados los campesinos de Rondônia, liderazgos de la LCP, Gilson, Élson Sabiá, Zé Bentão. El Profesor Manoel, dedicado apoyador de la lucha campesina, profesor de la Escuela Popular, y Elzita , fundadora de la LCP del Norte de Minas y del Movimiento Femenino Popular, fallecidos el año pasado, también fueron cariñosamente recordados. Su ejemplo fue exaltado por todos que reafirmaron su decisión de llevar adelante el camino seguido por esos compañeros.
Al cierre del primer día de actividades, diversas actividades culturales alegraron la noche. Entre los grupos que se presentaron estaban el colectivo de teatro Servir al Pueblo y los músicos Negro das Cordas y Marcinho de la Gaita. Las delegaciones de campesinos y apoyadores del movimiento durmieron en el Centro Polideportivo a espera del segundo día de Congreso, marcado por el 2º Encuentro de Mujeres Campesinas.
2º Encuentro de Mujeres Campesinas:
“Aumentar la participación de las mujeres en la lucha revolucionaria”
O Encontro garante a voz ativa às camponesas
El segundo día del Congreso de la LCP fue marcado por la realización del 2º Encuentro de Mujeres Campesinas en el Salón Parroquial de Manga, a 200 metros del Centro Polideportivo.
Las campesinas participaron activamente de todas las actividades. Una guardería fue organizada con apoyadores de la lucha campesina que se dedicaron durante los dos días no sólo a entretener los niños, sino a producir pinturas, tocar músicas, organizar juegos que reforzaron el espíritu de colectividad.
Las mujeres estudiaron y debatieron un documento preparado por la coordinación del Movimiento Femenino Popular dividido en cuatro partes: La situación de la mujer campesina; Las mujeres campesinas y la lucha por la tierra; La organización de las mujeres campesinas y la Revolución agraria y Crisis imperialista y la lucha de los pueblos.
La campesina Rita, coordinadora del Movimiento Femenino Popular y de la Liga de los Campesinos Pobres nos concedió una entrevista sobre la importancia del Congreso y del Encuentro de Mujeres, las decisiones tomadas en ambos eventos y la actual situación del movimiento campesino en el norte de Minas.
AND: ¿De qué forma la sequía ha perjudicado los campesinos pobres de esta región?
Rita: La sequía ha complicado mucho el trabajo de los compañeros en la tierra por aquí. Inclusive el trabajo político. Sin el estiaje, ya es difícil mantener los campesinos en la tierra, en la lucha por mantenerla. Imagine con la sequía. La mayoría de los trabajadores está perdiendo la plantación y el ganado está muriendo. Algunos compañeros han ido para las cosechas de café en el sur de Minas intentar una oportunidad y, para eso, dejan sus familias aquí en el norte del estado. Lo que nosotros hemos hecho es intentar promover el trabajo colectivo de irrigación de la tierra en algunas áreas, como Para a Terra y Pedras de Maria da Cruz. Es la única manera, porque el gobierno no se interesa por nosotros. Ellos se la pasan decretando estado de emergencia, diciendo que van a dar un cheque, pero esas cosas nunca salen del papel. Nosotros mismos estamos intentando resolver nuestros problemas con nuevas técnicas de producción.
AND: ¿Cual es la importancia del Congreso en este sentido?
Rita: Ustedes están viendo que ese ha sido uno de los asuntos más discutidos aquí en el Congreso. Eso se debe a que nosotros no podemos permanecer a merced de las promesas del Estado y del clima irregular. Tenemos que estar siempre produciendo, a pesar de los obstáculos. No podemos dejar el sufrimiento ser un freno de nuestra lucha. Al contrario, él tiene que ser nuestro combustible. Y es exactamente ese el espíritu de los campesinos, tanto es que el 7º Congreso fue, tal vez, el que tuvo mayor participación de jóvenes y mujeres.
AND: ¿Cual es el balance de la LCP y del MFP del 2º Encuentro de Mujeres Campesinas?
Rita: Nuestro primer encuentro fue en 2003 y fue muy productivo. Este no fue diferente. Nosotros tenemos que movilizar las mujeres porque ellas son la mitad de esa clase. Tiene que acabar con esa idea de que mujer sólo sirve para procrear y ser ama de casa. Prueba de que eso no es cierto es nuestra participación en las áreas, en las escuelas populares, en los grupos de estudios, participamos activamente de la producción, además de que la presencia de las mujeres en las actividades revolucionarias ha crecido cada vez más. Aún así, muchas compañeras aún se sienten reprimidas en participar, en hablar, en expresar sus opiniones. Y el papel del Encuentro es justamente garantizar voz activa a esas mujeres, oírlas y dar a ellas la conciencia de clase que necesitan. Para eso, además de los Congresos y Encuentros, hacemos reuniones y grupos de estudios regionales para elevar la conciencia de las compañeras. Prueba de eso es la lucha que estamos trabando actualmente por la punición para los torturadores del régimen militar, que es una bandera política, no reivindicativa. Verdad sea dicha: tenemos que aumentar la participación de las mujeres en la lucha revolucionaria.
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