En 2010, la noticia de la elección de Brasil como el país sede de las olimpíadas de 2016 fue recibida con euforia por miles de personas en la playa de Copacabana. Ya en 2011, pasada la ilusión, comienza a quedar claro para las masas empobrecidas a qué sirve el circo de los mega-eventos. Constructoras embolsaron miles de millones del dinero público para reformar y construir estadios y ejecutar obras de gran porte; exigencias de la FIFA y del Comité Olímpico Internacional. Con eso, favelas y barrios pobres enteros fueron desalojados de las áreas nobles del país para regiones remotas. Todo minuciosamente maquillado por el monopolio de los medios de comunicación – uno de los grandes beneficiarios de los logros de ese circo – y la propaganda institucional, que insiste en decir: ‘la responsabilidad es de todos nosotros’.
Operário é preso durante protestos por melhores salários e condições de trabalho na Arena Pernambuco
A pesar de toda la opresión – con remociones de favelas, desalojos forzados de ocupaciones y represión violenta a los movimientos populares –, el año de 2011 también fue un periodo de lucha intensa para los obreros de la construcción civil en todo el país. Responsables por erguir toda la estructura del circo de los mega-eventos, obreros cruzaron los brazos en varios estados, por causa de las duras condiciones salariales impuestas por los consorcios que administran las obras.
Huelgas por todo Brasil
En Río de Janeiro, obreros que trabajan en la reforma del Maracaná cruzaron los brazos en dos ocasiones. En la primera, la paralización comenzó después que la explosión de un tonel de combustible hirió un obrero. En la segunda ocasión, trabajadores cruzaron los brazos después que el consorcio sirvió comida deteriorada a los obreros del turno de la noche. Esa vez, la huelga se extendió por tres semanas. Tras una larga pulseada entre los trabajadores y el millonario consorcio – que reúne las empresas Odebrecht, Delta y Andrade Gutierrez – el Tribunal Regional del Trabajo, TRT, decidió a favor de los patrones y decretó la huelga ilegal, mostrando a quien sirve la justicia de ese Estado podrido. Las únicas conquistas de los obreros en su jornada de luchas fueron el plan de salud individual y un aumento de 100 para 180 reales en el ticket alimentación, que continúa desfasado si comparado al valor pagado a los obreros de otros estados.
En el estadio Mineirão, en Belo Horizonte, obreros ya cruzaron los brazos en tres ocasiones en 2011, exigiendo, entre otras cuestiones, equiparación salarial con los trabajadores de la construcción de São Paulo y extensión del plan de salud a los familiares. La última paralización aconteció el día 16 de septiembre, cuando Dilma Roussef estuvo en Belo Horizonte para participar de una fiesta marcando el inicio de la cuenta regresiva de mil días para la copa del mundo. Profesores en huelga, en la ocasión, se unieron a los obreros para repudiar la presencia de la gerente de turno.
Ya en Salvador, obreros que trabajan en las obras de reforma del estadio Fonte Nova tuvieron conquistas significativas en su huelga de los meses de agosto y septiembre. La principal de ellas fue un abono de 180 reales, pagado en cuatro parcelas.
En Brasilia, 2.300 trabajadores de las obras del estadio Mané Garrincha también cruzaron los brazos en octubre exigiendo aumento salarial, pago inmediato de 20 horas-premio prometidas por el consorcio tres meses antes de la huelga, aumento del porcentual pagado sobre horas extras y bonificación por productividad. La huelga acabó tras diez días y el consorcio que administra la obra – presupuestada en 745 millones de reales – aceptó pagar a los trabajadores sólo un abono equivalente a 30% del salario y auxilio-alimentación.
En Recife, 1,6 mil obreros de la obra de la Arena Pernambuco cruzaron los brazos en noviembre alegando malos tratos, asedio moral y contestando el despido de dos miembros de la Cipa (Comisión Interna de Prevención de Accidentes), un carpintero y un ayudante. En 3 de noviembre, la policía impidió la realización de una asamblea general de los trabajadores. Los policías exigieron la retirada del coche de sonido del local, pero los obreros no aceptaron y reaccionaron. Policías atacaron los trabajadores a golpes de cachiporra y un obrero fue detenido. La huelga acabó después que el TRT decretó el movimiento ilegal.
En Porto Alegre, obreros que trabajan en la construcción de la Arena do Grêmio se sublevaron en el inicio de octubre después que un obrero fue atropellado en el recorrido entre el terreno de obras y el alojamiento y murió en el local. Los trabajadores bloquearon la BR-290 durante el fin de la tarde y de noche entraron en enfrentamiento con la policía.
Remociones forzadas
Además del maltrato a los obreros que trabajan en las obras, otro aspecto destacado en los preparativos para los mega-eventos son los desalojos y remociones forzados que anteceden esas grandes construcciones. La reurbanización de las grandes ciudades de Brasil y su impacto avasallador en la vida del pueblo pobre han sido blancos de críticas de urbanistas por todo el país.
– Estamos frente a un nuevo pacto territorial, redefinido por antiguos liderazgos parroquiales, sostenidos por fracciones del capital inmobiliario y financiero, y amparados por la burocracia del Estado – dijo Orlando dos Santos Júnior, doctor en Planificación Urbana de la UFRJ.
– Existe un control del espacio público para atender a los patrocinadores, que quieren el espacio de las ciudades, y no sólo del estadio. ¿Cuál podría ser el legado humano de esos eventos? – pregunta la maestra en arquitectura y urbanismo de la Universidad Estadual del Suroeste de la Bahia, Nelma Oliveira.
Aún con todas las críticas, para los beneficiarios de ese circo, las obras no pueden parar y las remociones siguen aconteciendo por todo el país. En Río de Janeiro, según el propio secretario municipal de habitación, Jorge Bittar, del PT, de enero de 2009 a agosto de 2011, ya fueron removidas más de 13 mil familias. Sólo en función de las obras de construcción de cerca de cien kilómetros de autopistas – las vías rápidas de autobuses – a un coste de R$ 4.200 millones, por lo menos otras 5 mil familias serán removidas en 13 barrios. En otras obras el número es aún incierto.
– Masacrar una comunidad por causa de unos juegos de 27 días yo pienso que es una injusticia muy grande – protesta Altair Guimarães, presidente de la asociación de habitantes de Vila Autódromo, una de las favelas amenazadas de remoción en Río (ver BOX ).
El panorama general de las remociones en todo Brasil en 2011 no fue diferente del de Río de Janeiro.
Según datos de la relatoría de las Naciones Unidas por el derecho a la vivienda adecuada, en Belo Horizonte, Minas Gerais, 4,5 mil familias están siendo removidas. La ofensiva se dirigió principalmente a las ocupaciones Dandara (1300 familias), Camilo Torres (140 familias), Irmã Dorothy (130 familias), Torres Gêmeas (180 familias) y al entorno del Anel Rodoviário (3 mil familias).
En Fortaleza, Ceará, más de 3,5 mil familias están siendo removidas en función de las obras de ampliación de la Vía Expresa y de la construcción del Ramal Parangaba/Mucuripe del VLT (Vehículo Leve sobre Trillos).
En Curitiba, Paraná, 250 familias están siendo removidas para la ampliación del Aeropuerto Internacional Afonso Pena. Las favelas afectadas son Jardín Suissa, Vila Quisissana, Nova Costeira, Costeirinha, Vila Fontes, Río Pequeno y Barrio Jurema.
En el municipio de São Gonçalo do Amarante, en Río Grande do Norte, 345 familias están amenazadas de remoción para la construcción del nuevo aeropuerto internacional. La mayoría de las familias vive en la comunidad Padre João Maria.
En Porto Alegre, en el Río Grande do Sul, 4,5 mil familias están amenazadas de remoción en el transcurso de las obras de ampliación del aeropuerto Salgado Filho y de duplicación de la Avenida Tronco. En el total, organizaciones de defensa de los derechos del pueblo estiman que 10 mil familias pueden ser removidas en los municipios de Porto Alegre y Canoas hasta 2014.
En São Paulo, se estima que serán desalojadas más de 50 mil familias hasta los mega-eventos. Cerca de 24 favelas están amenazadas hasta ahora. Las remociones forman parte del cronograma de obras de la Operación Urbana Aguas Espraiadas – que ya removió 10 mil familias –, Operación Urbana Agua Branca, revitalización del área da Luz, conocida como Proyecto Nova Luz, y la reurbanización del Parque Don Pedro y de la región del Patio Pari.
Contra las remociones, habitantes de varias de esas favelas y barrios pobres por todo el Brasil se preparan para la resistencia.
El día 12 de diciembre, el Comité Popular de la Copa y Olimpíadas realizó una gran manifestación que aconteció, simultáneamente, en las 12 ciudades-sede de los mega-eventos. En la ocasión, fue lanzado el Dossier de la Articulación Nacional de los Comités Populares de la Copa, documento que reúne detalles de casos de impactos sociales y violaciones de los derechos del pueblo por cuenta de los mega-eventos por todo Brasil.
En lo que dependa de la disposición de lucha de las masas bajo miradas feroces de las gestiones de turno, el trabajo sucio de las mega corporaciones para garantizar el circo de los mega-eventos en el Brasil no va a ser tan fácil.
Vila Autódromo resiste a los tractores de la municipalidad
Moradores da Vila Autódromo participam de protesto contra despejo forçado
La favela Vila Autódromo es un tradicional polo de lucha contra las remociones de barrios pobres en Río de Janeiro. Eso porque, desde 2005, la municipalidad de Río, por diferentes motivos, planea, sin éxito, remover los habitantes del local. Localizada en la zona Oeste de Río, la favela tiene ese nombre porque es vecina del autódromo de Jacarepaguá y, además de eso, está posicionada en medio a un complejo de arenas que abrigaron los juegos panamericanos en 2007. En 2011, una vez más, el gerente estadual Eduardo Paes mostró sus garras a Vila Autódromo y dijo que, esta vez, los habitantes van a ser removidos del local, cueste lo que costar. La remoción tendría el objetivo de abrir espacio para la construcción de un parque olímpico para las olimpíadas de 2016, pero los habitantes, organizados, dicen que van a resistir.
El proyecto del parque olímpico será hecho a través de un consorcio público-privado y, en su pliego, prevé que 75% de los 1,2 millón de metros cuadrados serán entregados a la iniciativa privada inmediatamente después de los juegos olímpicos, para la construcción de condominios residenciales, comerciales y hoteles.
A los habitantes, en pago de sus viviendas, la municipalidad les ofrece apartamentos del programa Mi Casa, Mi Vida a kilómetros de distancia de Vila Autódromo, o el mal afamado alquiler social. Ambas propuestas ya fueron rechazadas por los habitantes que prometen resistir.
– Nosotros adoramos vivir aquí. Uno sale para ir allí al mercadito, deja la casa abierta y, cuando vuelve, está todo de la misma manera. Esos lugares para donde ellos nos quieren llevar, apenas vamos a poder quedarnos en el portón. Aquí es muy bueno para vivir. Yo vivo aquí desde 1987 y tengo el título de posesión que el gobernador Brizola nos dio. Todo año viene el IPTU para pagar. Mis nietos crecieron aquí, jugando en la calle, entran y salen de la favela y nunca aconteció nada. Aquí no hay tráfico, milicia, nada de eso. Es pura paz. Nosotros aquí somos una familia. Uno ayuda al otro. Nosotros somos muy unidos, pero infelizmente la municipalidad está haciendo eso con nosotros – lamenta la habitante Osmarina Fernandes.
Aún con la incansable ofensiva de las gestiones de turno contra Vila Autódromo, habitantes se dicen preparados para resistir y luchar por sus viviendas, erguidas después de décadas de trabajo.
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