Todos los gobiernos anteriores al de Bolsonaro utilizaron el contingenciamiento de presupuestos para administrar el presupuesto de la Unión según la entrada de recursos en los cofres de la hacienda y la prioridad en pagar intereses a los banqueros.
Bolsonaro resolvió transformar el contingenciamiento en una amenaza a todas las instituciones de enseñanza superior y hasta de enseñanza técnica. De salida, el ministro de la Educación, Abraham Weintraub, afirmó que el corte de presupuestos alcanzaría las universidades en las cuales “hay desorden”, o sea, donde profesores y alumnos están empeñados en defender el derecho a la universidad pública, gratuita y de calidad. Después, Bolsonaro extendió la medida a todas las universidades, además de hacer un levantamiento de las becas ofrecidas por las instituciones de investigación para efectuar un corte severo en sus presupuestos, reduciendo tremendamente la oferta de becas para máster y doctorado.
En un verdadero atentado al desarrollo científico del país – que, tanto el Ministro, como Bolsonaro consideran gastos superfluos – tal medida sirvió para alborotar un verdadero avispero, provocando la movilización de millones de profesores y estudiantes el día 15 de mayo, en una demostración de que irán hasta las últimas consecuencias para impedir la destrucción de la enseñanza, de la investigación y del desarrollo científico en Brasil.
¿Cuál es el motivo de toda esta amenaza contra la educación? El hecho del señor Abraham haber sido escalado para ser el “exterminador del futuro del MEC”, cumpliendo determinación programática dictada por Olavo de Carvalho (según el cual el ministerio y las universidades son reductos de comunistas, que estarían desarrollando en todas sus divisiones el llamado “marxismo cultural”), la medida chantajista tiene, también, las digitales del Chicago boy Paulo Guedes.
Guedes insiste en arrancar del sistema previsional la cuantía de un billón y trescientos mil millones para entregar a los especuladores y chupasangres del sistema financiero internacional. El banquero afirma que si no pasar la “reforma de la Seguridad social”, de la manera propuesta, no habrá como arcar con los gastos de las Universidades brasileñas. Él actúa como si esa fuese la única fuente recaudadora de la Unión. No fue sin motivo que él escondió la base de cálculos de la PEC de la “reforma de la Seguridad”.
A cada tres meses el Banco Central muda para bajo la perspectiva de la tasa de crecimiento de la economía brasileña, cuya recesión será incrementada aún más por la crisis que ya se entrevé en la economía yanqui. Y si la propuesta del gobierno no pasar en el Congreso Nacional, Paulo Guedes responsabilizará la nueva recesión que se aproxima por su no aprobación.
Al contrario de lo que piensan, la crisis que lanza al desempleo cerca de 30 millones de brasileños, además, lanzará más combustible en el inevitable levante de las masas.
Además de las gigantescas manifestaciones del último día 15, profesores, estudiantes e investigadores continuarán su movimiento y participarán de la huelga general nacional, junto a los demás trabajadores de la ciudad y del campo.
Lo que está en juego son los más elevados intereses del país, su independencia y su soberanía.