Criminalización de los usuarios de drogas – ¿Cuáles usuarios?

Criminalización de los usuarios de drogas – ¿Cuáles usuarios?

Nuevamente el Estado semifeudal y semicolonial y su máquina de contrapropaganda anuncian una panacea objetivando camuflar su política criminal de terrorismo y aumento de la violencia contra el pueblo.

Después de los recientes episodios de incidentes más graves protagonizados por la policía y por traficantes en la ciudad de Rio de Janeiro, vuelven a la carga con los gritos por la criminalización de los usuarios de drogas, en otro matiz de la saña sanguinaria desencadenada por las fuerzas de represión después de la caída del helicóptero de la policía militar. Resta saber: ¿cuáles usuarios ellos quieren criminalizar y encarcelar? En una misma semana, los fariseos del monopolio de los medios de comunicación respondieron claramente a esta pregunta por medio de dos de sus mayores exponentes: la Red Globo y la revista Veja.

El día 26 de octubre, un lunes, el noticiario Jornal Nacional de la Globo llevó al aire en su horario “más noble”, el primer bloque entre los intervalos, una entrevista en vivo con Ronaldo Laranjeira, renombrado psiquiatra y profesor de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), especialista en tratamiento de viciados en drogas. Laranjeira fue llevado a la red nacional por la Globo en la secuencia de una otra entrevista, con el padre de un muchacho de clase media que había denunciado a la policía el hijo que, bajo el efecto de drogas, días antes había estrangulado la novia con las propias manos. El muchacho fue denunciado por homicidio y la pena puede llegar a 20 años de prisión.

El poeta Luiz Fernando Prôa, padre de Bruno el joven asesino, lamentó su drama y se quejó de las dificultades que existen en Brasil para que una familia consiga internar una persona viciada, aunque reconozca que su hijo, haya pasado por cinco internaciones y sufrido varias recaídas. La Globo, simulando conmoción con el caso, en un atisbo “casi-humano”, algo de lo cual es incapaz, pasó, a partir de entonces, a convocar especialistas para tratar la cuestión como un drama familiar, o mejor, un drama de clase: tamaña movilización de la máquina burguesa de propaganda para hablar con alguna serenidad sobre la cuestión de las drogas, que es sobre todo un asunto de salud pública, privilegio concedido sólo a los miembros de la “clase media” para cima.

Cuando se trata de abordar la adicción en crack o cocaína entre habitantes callejeros o entre los jóvenes de las periferias de las grandes ciudades, se convoca al comisario, al comandante de la Policía Militar, al especialista en seguridad pública y profesionales que son todos ellos, en diferentes grados, conectados a los engranajes del aparato represivo del Estado.

La cuestión de las drogas, abordada como problema psicológico cuando afecta los subscriptores del periódico O Globo y de los canales a cabo de la Globosat, rápidamente se transforma pura y simplemente en caso de policía cuando los viciados son gente pobre – para lo cual ni necesita que estos cometan homicidio; basta ser flagrado por las cámaras de la Globo fumando una piedra de crack, o ser parado por la policía en la calle con drogas en el bolsillo.

Es simple: cuando la Globo, por medio de sus periodistas y comentaristas, pide la criminalización de los usuarios de drogas, el compañero trabajador puede estar seguro: ellos no hablan en encarcelar al famoso actor de novelas atormentado por la adicción en cocaína. No. Este fue hacer tratamiento de desintoxicación en el exterior. El blanco apuntado son los hijos de las clases populares, para incrementar la política de encarcelamiento masivo de los pobres, modelo creado en USA y exportado para las semicolonias como complemento a la destrucción de los derechos y garantías de los trabajadores y a la precarización generalizada de las condiciones de vida impuesta por el imperialismo.

La revista Veja, que llegó a los quioscos el mismo día de la entrevista en vivo del psicoanalista en el Jornal Nacional, trajo en la tapa el titular: “Quién esnifa mata, y otras 14 verdades incómodas sobre el crimen en Rio de Janeiro”. En una de las tales “verdades” enumeradas, la Veja predicó la remoción de las favelas, llamada de terreno “ideal para escondite de bandidos”, en una clara apología al higienismo social, y como si el terreno más fértil para la proliferación de bandidos de toda clase no fuesen los pasillos y salas de reuniones – y redacciones de periódicos, revistas y emisoras de televisión al servicio de las clases reaccionarias o los órganos de la burocracia estatal, donde son tramadas las criminales políticas antipueblo.

El rufar de los tambores represivos que nos llega por las páginas y transmisiones del monopolio de la prensa tiene un único objetivo: incrementar la represión a las masas en el momento en que el pueblo da claras demostraciones de rebelión contra sus verdugos. El Ministerio de la Justicia ya tiene planes para construcción de más presidios, una penitenciaría federal en cada región del país. Serán nuevos escenarios para las viejas escenas de tortura, malos tratos y precarias condiciones de supervivencia dentro de las penitenciarías del Estado, a las cuales la Red Globo, en su ensandecida saña antipueblo, ya llegó a referirse como “club de ocio de los bandidos”. Allá mismo, donde agentes penitenciarios acostumbran introducir la cabeza de los detenidos en la privada inmunda, y de vez en cuanto son flagrados en pleno ejercicio de su nefasto oficio de verdugo.

Traducciones: [email protected]

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