En 3 de septiembre pasado, la organización Médicos del Mundo Hoy divulgó un informe denunciando la situación sanitaria de Haití. Según el texto, existen brotes de enfermedades respiratorias, diarreas, altos índices de desnutrición y un aumento de la violencia contra la mujer. Cerca de un millón y medio de haitianos siguen viviendo en seiscientos campamentos abarrotados, problemas para el acceso al agua, pésimas condiciones de saneamiento básico, conviviendo con depósitos de basura a cielo abierto. Este cuadro es el ambiente favorable para el desarrollo de innúmeros microorganismos nocivos a la población y el ambiente ideal para la propagación de enfermedades infectocontagiosas. Haití arrasado e invadido era el ambiente ideal para el desarrollo y propagación de la cólera, que ya segó cerca de trescientas vidas. La epidemia comenzó a mediados de octubre y alcanzó, principalmente, las regiones de Artibonite, en el norte, y el altiplano central. Ya se registran más de 3 mil casos de contagio.
Como siempre ocurre en situaciones como esta, la gerencia semicolonial intenta amenizar la situación con palabras y no con actos. En la última semana de octubre, se decía que “no existe epidemia”, que “los cuatro casos que aparecieron en Puerto Príncipe vinieron de afuera” y que “su listo descubrimiento era la prueba de que el sistema funciona” etc., etc.. Después del primer caso oficialmente confirmado en la capital, se conmemoró que “el número de muertes disminuyó”.
Mientras tanto, los hospitales están repletos de gente esparcida por el suelo, extremadamente debilitada por la deshidratación causada por la enfermedad y nuevos casos no paran de aparecer. Eso para no hablar de los casos no registrados, de gente que ni va al hospital. La enfermedad es asintomática en muchos casos, lo que crea una legión de posibles transmisores. El monopolio de la prensa ya divulgó fotos de muertos caídos en chozas en la periferia siendo recogidos.
Otro agravante es que, como no existió cólera en Haití por más de 50 años, no existe experiencia ni de la población ni del cuerpo médico para enfrentar la enfermedad. La cólera es una enfermedad de evolución rápida que puede matar un adulto saludable en 24 horas, caso no sea socorrido. ¿Qué decir de un niño desnutrido? Si la epidemia, que ya alcanzó un presidio, alcanza los campamentos y refugios improvisados desde el terremoto de enero de este año, la situación se hará incontrolable y especialistas afirman que la enfermedad vino para quedarse por varios años. Aunque se consiga controlar esa epidemia, nuevos brotes vendrán, ya que el problema central son las condiciones sanitarias del país y la desnutrición crónica de la mayor parte de la población. Delante de todos esos problemas es justo indagar: ¿qué hace el Ejército Brasileño y las demás tropas invasoras, además de masacrar y reprimir la población haitiana que, en más de seis años de injerencia, no auxiliaron en la más mínima estructura sanitaria para el pueblo? Y los invasores aún se mantienen en Haití alegando razones “humanitarias”…
Farsa electoral para legitimar ocupación
Aunque Haití esté invadido desde 2004, tarea delegada por el imperialismo yanqui a las tropas brasileñas, tan inmediatamente ocurrió el terremoto en enero USA mandó la “ayuda humanitaria” de 15 mil mariners. Ahora el país enfrenta una epidemia de cólera y muy poco, o prácticamente nada, fue hecho por su reconstrucción desde el temblor sísmico. Es en este cuadro que, el día 28 de noviembre, serán realizadas las elecciones presidenciales.
Como no podría dejar de ser, el monopolio de los medios de comunicación enaltece las elecciones en Haití. Felizmente no se puede asistir desde aquí los diecinueve postulantes a la gerencia del viejo Estado haitiano que afirman que son la “ruptura con lo viejo” y que una “nueva era” surgirá para Haití. Lo que no se podía prever (o mejor, si podía, pero la omisión y el servilismo no permiten enfrentar los problemas) era que el Vibrio colerae (bacteria de la cólera), intentara estorbar la “fiesta de la democracia”. Como con las actuales condiciones sanitarias de Haití no sólo era probable que algo parecido aconteciera, como también es probable que se esparza. Ya se especula hasta el aplazamiento de las elecciones. Y mientras no se toma una decisión sobre el aplazamiento, el circo electoral está armado. El jefe civil de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), Edmond Mulet, reafirmó en 28 de octubre el compromiso de la ONU para “garantizar la seguridad y las operaciones técnicas y logísticas de las elecciones”. Inclusive la propia financiación de las elecciones es externa, vía Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud). El presupuesto debe llegar a los 29 millones de dólares de los cuáles 500 mil (aproximadamente 850 mil Reales) son de Brasil. Todo para garantizar las elecciones y mantener la dominación de Haití. El coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina, Henry Boisrolim, en entrevista al Correo del Orinoco, afirmó que los mítines serán una verdadera farsa.
— Las elecciones que están programando para el día 28 de noviembre próximo constituyen una verdadera farsa y no resolverán los problemas angustiosos del pueblo, como los referentes a la salud — afirmó Boisrolim.— Aprovechando el terremoto y la complicidad del gobierno de René Préval (actual presidente) — ya que este último está totalmente con la ‘comunidad internacional’, controlada por USA principalmente — el imperialismo avanzó muchísimo en la estrategia de colocar nuestro país sobre su tutela. Hablar de democracia y realizar elecciones son actitudes cínicas y criminales — destacó Boisrolim.
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