En primero de junio de este año, se completaron 5 años de la criminal invasión colonial de la “Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití” (Minustah), liderada por Brasil al servicio de USA.
Gonaives, Haiti. Fila para receber alimentos
Actualmente, la ONU gasta para mantener la invasión criminal, aproximadamente U$S 600 millones por año. Son cerca de 7 mil soldados, de países como: Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Canadá, Paraguay, Uruguay, Francia, Portugal y otros. Sólo Brasil posee 1300 militares en el país caribeño como garantía de lucros para los mafiosos capitalistas.
En noviembre, el reportaje de AND estuvo en Guararema-SP, junto con Lúcia Skromov, del Comité Pro-Haití, conversando con una delegación de haitianos. Joseph Gaetan, Tanis Tertius, Elie Kamety, Questamène Cenor y Joseph Jacques Hebreux militan en organizaciones diferentes, pero unidos por una misma causa: la liberación de Haití.
Economía destrozada
El país vive una situación de total caos económico como consecuencia, entre otros motivos, de la política de subyugación nacional impuesta por el gerente de turno René Préval.
Según Joseph Hebreux, la ocupación militar es, en realidad, una garantía de ocupación económica por parte de las transnacionales que vienen invadiendo el país y transformándolo en una gran maquiladora.
Este plan imperialista tiene como estrategia la implantación de una gran cantidad de zonas francas donde las transnacionales produzcan directamente para el mercado yanqui a costes bajísimos, aprovechándose de la situación de miseria del pueblo haitiano y de sus bajos salarios. Cerca de 80% de la población es miserable, el salario mínimo es de U$S 3,75 por día, más del 50% de la población es analfabeta y la expectativa de vida es de sólo 51 años, con una renta per cápita equivalente a un tercio del mismo índice medido en la favela de la Rocinha en Rio de Janeiro.
Haití es el país más pobre de las Américas y el más pobre del mundo fuera del continente africano. Sus niños, para sobrevivir, tienen que someterse a una alimentación compuesta por galletas de barro por la escasez de alimento. Hebreux dice que 80% de la alimentación es importada: “Las tierras que son productivas, que podrían producir comida para el pueblo están siendo ocupadas por el capital de las maquiladoras y siendo transformadas en zona franca. Las zonas francas están en tierras fértiles” (…), “Hay el tal mercado libre que, para nosotros significa comprar todo de afuera para vender dentro”(…), “80% de la comida y de la ropa son importadas, diferentemente de 33 años atrás cuando plantábamos y vendíamos para el mercado interno. Por lo tanto, hoy en Haití no hay soberanía alimentar”.
El desempleo en el país es otro problema que crece a cada día. Se estima que 80% de la población económicamente activa esté desempleada sin cualquier tipo de asistencia social y 75% de los niños nunca fueron vacunados, gran parte de los barrios pobres no posee recolección de basura y 75% de las casas no tiene agua potable.
Tropas Asesinas
Después de cinco años de opresión, vendida al mundo como estabilización, lo que se ve es lo contrario de esa falacia. Los soldados invasores son verdaderos asesinos al servicio de la explotación de un pueblo miserable. El objetivo principal de las tropas es la represión encarnizada de las manifestaciones populares por mejores condiciones de vida y proteger las multinacionales que explotan el pueblo haitiano. “Cuando los movimientos sociales se organizan para manifestarse, la ONU entra en escena y los soldados de la Minustah agreden y reprimen las manifestaciones como si ellas fueran guerra, no se puede manifestarse en Haití” (…), “El papel jugado por la ONU allí es a favor del capital y no del trabajador y no del pueblo”, dice Hebreux.
La prueba de esto fue la represión desencadenada contra los trabajadores que se manifestaron recientemente contra los diputados que derrumbaron el reajuste del salario mínimo.
Las tropas asesinas, así como actúan en las favelas brasileñas, están promoviendo un verdadero terror contra la población pobre de Haití, lo que están cometiendo es un verdadero genocidio. Sobre estos hechos Hebreux afirma que “el apoyo que los soldados están dando en Haití es la violación de niñas, violencia sexual, secuestro de personas para pedir rescate” (…), “Antes del ejército llegar, no había secuestro, fue con la llegada de los soldados que comenzaron los secuestros, tenemos informaciones de que hay soldados que están secuestrando personas y exigiendo rescate”(…), “Hubo el secuestro de un niño y pidieron rescate. El dinero vino para Brasil”.
Según denuncia de los militantes haitianos, en Puerto Príncipe (capital del país) los barrios más pobres y las favelas están viviendo situaciones de extrema gravedad pues los soldados invaden y tiran, “Hay marcas de bala en las casas y el índice de muertes es mayor en los barrios populares”.
¿Quién sale lucrando?
Las transnacionales vienen beneficiándose principalmente de los acuerdos de libre comercio con USA, y del menor salario de las Américas. En 2006 por ejemplo, el gobierno yanqui creó una ley de libre comercio que garantiza varios tipos de exención fiscal principalmente para los sectores de electro-electrónicos, vestuario y automovilístico, que producen en el país con destino a USA.
En 2007 durante la visita de Bush a Brasil, él y Luiz Inácio declararon que pretendían realizar inversiones en el área de biocombustible en Haití.
En mayo de este año, la ONU nombró el ex gerente yanqui Bill Clinton cómo enviado especial a Haití, cumpliendo la función de atraer y tranquilizar los inversores privados en el país. En octubre él declaró que “El país vive el momento de menor riesgo político de su historia”, mostrando claramente su condición de agente imperialista para promover el saqueo al país.
Otros que también vienen aprovechando muy bien el servicio prestado por Luiz Inácio, son las instituciones parásitas del capital financiero mundial BID, FMI y BIRD: estos son acreedores de nada menos que 80% de la deuda externa del país. Entre los años de 2004 a 2005, 22% del presupuesto público fue destinado al pago de la deuda, de 2005 a 2006, la suma del pago de los intereses más amortizaciones llegaron la cifra de U$S 69,2 mil millones, mientras que el destinado la salud en el periodo fue de U$S 33,3 mil millones. Ya de 2006 a 2007, fueron gastos con este verdadero pillaje U$S 71 mil millones sacrificando toda la población en favor de media docena de banqueros imperialistas bandidos.
En esta tierra “fértil” donde los poderosos se salen bien, sobra también una porción para el vice gerente de turno brasileño José Alencar, que viene instalando sus industrias textiles en el país, como dijo muy bien Hebreux, “Haití está pareciendo una torta encima de una mesa. Todos van a querer agarrar una parte para satisfacer su ganancia, su hambre económico y el pueblo en la miseria”.
Con todo el silencio cómplice del monopolio de comunicación en Brasil, es necesario que los movimientos populares pasen a divulgar a todo el pueblo brasileño la realidad del país caribeño. Sólo así, con un amplio frente de lucha podremos crear grandes manifestaciones por la retirada de las tropas invasoras.
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