Editorial – El imperialismo y toda reacción serán barridos de la faz de la tierra

Editorial – El imperialismo y toda reacción serán barridos de la faz de la tierra

“Un espectro ronda  Europa – el espectro del comunismo. Todas las potencias de la vieja Europa se unen en una Santa Alianza para conjurarlo: El papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales de Francia y los policías de Alemania”. Así expresaba el texto del Manifiesto del Partido Comunista de 1848.

Lo que era un espectro al fundirse con  el movimiento obrero vivo, convertirse en una pujante fuerza material capaz de cambiar los rumbos de la humanidad. La vieja  Rusia, imperio feudal euroasiático – prisión de pueblos  – es el escenario de las revoluciones democrática y socialista, fruto de la alianza de obreros y campesinos  que, bajo la dirección  de los bolcheviques, pusieron fin a la vieja orden de opresión  y explotación, inaugurando la Nueva Era de la Revolución Proletaria, de la transición del capitalismo al Comunismo.

 Al presentar los fundamentos científicos de la transformación de la vieja sociedad, de su  destrucción y edificação  de la nueva sociedad a través de la Revolución Socialista y su  concretización como Dictadura del Proletariado, Karl Marx y Friedrich Engels lanzan las bases del socialismo científico. Bases estas que servirán a Lenin en la arquitectura  de la gran Revolución Socialista de Octubre; y al  Presidente Mao Tsetung en la Revolución  de Nueva Democracia ininterrumpida al Socialismo y en la gran  Revolución Cultural Proletaria, ambas en China.

Con  el inicio de la emancipación humana, Octubre de 1917 apunta para la superación de la explotación del hombre por el hombre en la historia  de la humanidad. Por eso que los comunistas conmemoran con honra y júbilo los 100 años de la gran Revolución Socialista de Octubre  dirigida por los bolcheviques.

Tal como aconteció en la época del lanzamiento del Manifiesto Comunista, los reaccionarios de todos los calibres lanzan un mar de inmundicias  en forma de películas, libros y periódicos  – para no hablar de los vómitos biliosos por la internet – contra la   mayor conquista del proletariado del mundo entero. Todo como si el capitalismo en su fase empodrecida, el imperialismo, no mantuviera el planeta en un estado permanente de guerra reaccionaria y genocida, diezmando poblaciones enteras por la peste, por el hambre y por la guerra.

Es axioma de la reacción que en la guerra la primera  víctima es la verdad. ¡Por experiencia propia! Pues bien, la guerra reaccionaria del imperialismo para conjurar el Socialismo intenta reescribir la historia  en la ilusión  de querer robar de la humanidad su esplendoroso futuro: el Comunismo.

En esta ofensiva se formó una Santa Alianza entre Hollywood, los monopolios mediáticos , los emisarios de la ideología burguesa, los académicos de alquiler , espadachines a sueldo  de la reacción, además de todo el oportunismo socialdemócrata, el trotskismo, los revisionistas bernsteinianos, kautskistas, bukarinistas, zinovievistas, kruschovistas, brejznevistas, tengsiaopinguista, hohxistas, la Línea  Oportunista derechista  revisionista y capitulacionista  y la oportunista de “izquierda” (Perú), avakianistas (PCRUSA) y prachandistas  (Nepal).

Como no pueden negar efectivamente las realizaciones socialistas, alcanzadas principalmente con  la Dictadura del Proletariado bajo la firme y resoluta conducción de Stalin, sólo les restan  la mentira, el embuste  y la deturpación  de los hechos.

Los defensores de la ideología burguesa, amaestrados en las academias yanquis y británicas, juntamente con los resentidos y oportunistas de siempre, llegan al delirio de negar la insurreição  y la propia  revolución con epítetos de “cuartelada” y “golpe”. Son en estas fuentes que los grandes periódicos del monopolio comunicacional  van a montar sus indigentes materias, contando siempre con la escritura de “historiadores”, principalmente de trotskistas  y/o ex trotskistas. Materias casi siempre desproveídas de   cualquier análisis objetivo, pinzando patrañas, chismes, hechos aislados en el afán de disminuir  el gran hecho Bolchevique, ya que  negarlo del todo es demasiada estupidez.

El periódico “O Estado de São Paulo”, por ejemplo, escribió: “En poco tiempo, un Estado agrario, pobre y analfabeto, se modernizó, derrotó el nazismo y se hizo una potencia nuclear con presencia en todo el mundo. En medio del camino dejó un rastro totalitario y violento, con 20 millones de muertos  de hambre, ejecutados o víctimas  de conflictos  internos”. En una confesión de  un facciosismo característico de la prensa reaccionaria, nada es dicho sobre las muertes provocadas por el Ejército blanco de monarquistas, latifundistas y burgueses, sobre las muertes practicadas por los ejércitos de 14 países que invadieron  Rusia, sobre la muerte de soldados y campesinos  pobres por la negación  de latifundistas  y campesinos  ricos de liberar reservas de alimentos para atenderlos.

En la cobertura de las manifestaciones del día 7 de noviembre  en Rusia, la “Folha de São Paulo”  repercutió la presencia  de oportunistas y encallecidos  revisionistas brasileños en la conmemoración, de entre ellos, Eliomar Coelho (diputado estadual del Psol-RJ) y Jandira  Feghali (diputada federal del PCdoB-RJ). Demostrando, respectivamente, oportunismo post-moderno de él y el revisionismo senil de ella, ambos exaltaron la “validez” de la lucha bolchevique, como aseguró Coelho. Y Jandira  colocó en las redes sociales: “la lucha  obrera es más necesaria de que nunca.”

Esa gente hundida hasta los últimos pelos de cabello  en este putrefacto parlamento brasileño, justificando la farsa electoral que sirve de base para la dictadura de grandes burgueses y latifundistas  serviles del imperialismo, fue hasta el límite a traficar con  el prestigio del gran acontecimiento histórico. Uno señaliza que la revolución  bolchevique fue válida 100 años atrás y que el correspondiente hoy son las edulcoradas reformas pregonadas por el Psol. La otra  enfatiza que más nunca es el colaboracionismo de su  partido que se hace necesario.

Sin embargo es correcto, aunque  algunos no  lo digan abiertamente, que el blanco común de toda esta clase es el Gran Stalin, Guía Genial de los pueblos, conductor de la Dictadura del Proletariado y construcción  del socialismo en la Unión  Soviética.

Las envenenadas, sin embargo ridículas, acusaciones atribuidas a Stalin como responsable por todas las desgracias del mundo hasta los días de hoy, nada  más es que la demostración  de la indigencia, de la pequeñez y del despecho de sus  autores.

Toda esta falsificación de la historia difundida y propagandeada  por la burguesía  y demás  clases reaccionarias, todo este alarde de sus  representantes en los medios comunicacionales, en los medios de difusión  cultural, en la academia,  en la vida política oficial de sus  Estados señores, son gruñidos de odio  contra la revolución  proletaria que hace 100 años comenzó a arrancarles de vuelta la riqueza que acumularon con  el sudor, lágrimas y sangre  de la clase proletaria. ¡Vosotros tenéis razón, de hecho, en mentir y gruñir!

Bajo el mando y el descortino de los continuadores de Marx y Engels, los jefes del proletariado desde el siglo XX, Lenin, Stalin, el Presidente Mao Tsetung y el Presidente Gonzalo, los grandes acontecimientos que dirigieron personalmente, entre derrotas y victorias , trajeron la revolución  proletaria a la etapa de la Ofensiva Estratégica. Ofensiva que está en correspondencia con lo que prenunció el Presidente Mao al afirmar que “dentro de los próximos 50 a 100 años”, en el transcurso de la época de la más avanzada descomposición del imperialismo, en que el mismo, junto con toda la reacción , será barrido de la faz de la tierra por la revolución  proletaria mundial.

El capitalismo, es decir, el imperialismo, vive el agravamiento de su  crisis general de descomposición, en él un tormentoso movimiento de masas  está se agigantando: ¡la Revolución  Proletaria se irgue, el Socialismo y el Comunismo vencerán inevitablemente!

 

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