El inicio del segundo mandato de la gerencia FMI-PT trajo un aluvión de leyes fascistas, todavía más perversas, ocupando el lugar de las anteriores. 

La antigua Consolidación de las Leyes de Trabajo (fielmente copiada, en 1943, de la Carta del Lavoro, de Mussolini) viene siendo sustituida por una legislación que, en mucho, consigue superarla en sordidez y crueldad.

En este mismo plano de la lucha económica (lucha por mejores salarios, garantías laborales y de seguridad social etc.), el cartel oportunista que monitorea gran parte de las centrales sindicales, las ONGs, los partidos electoreros y el gobierno — al apagar las primeras luces de su momento de esplendor — revela que no podrá seguir controlando, por mucho tiempo y de manera "pacífica", los sindicatos y las jornadas más importantes del país.

Por eso, retorna la prohibición del derecho de huelga , con las mismas justificativas de la dictadura militar que le dio origen. En principio, esa prohibición se dice limitar a los "servicios indispensables" ( ? ), siendo enteramente dispensable, todavía, el salario y garantías compatibles con las condiciones dignas de existencia y de trabajo.

II

De hecho, las leyes de excepción surgen histéricas, gruñendo terribles castigos para quien "contrariar la orden" del imperialismo y del latifundio.

Simultáneamente, el desencadenar de operaciones de guerra contra los barrios proletarios o favelas propiamente — incluyen versiones paramilitares más crueles que los ronderos en Perú, como es el caso de las milicias -, además de las áreas organizadas por los campesinos pobres, resultan en incontables violaciones de domicilios, humillaciones, zurras, prisiones arbitrarias y cadáveres. Los barrios empobrecidos son acusados de guarecer al comercio de drogas mientras que el tráfico al por mayor es protegido, vale decir.

El Estado criminoso — al lado de la promoción del trabajo no pago y del desempleo, del saqueo y la piratería, que coordina la entrega de todo lo que hay de útil en el territorio nacional (en el suelo, subsuelo, espacio aéreo y marítimo), principalmente la sangre de las masas — construye más y más penitenciarías de máxima seguridad para el pueblo oprimido, profundiza la política de subyugación nacional, bien como el sistema semi feudal y semi colonial en Brasil.

III

La norma jurídica sancionada es siempre una violencia, pero ella solo se torna legítima cuando expresión auténtica de la voluntad del pueblo . Sin embargo, los tales poderes jamás prestan cuentas al operario, al campesino pobre, al pequeño propietario en la ciudad y en el campo, a los empresarios operosos, a la verdadera intelectualidad etc. Se dedican exclusivamente a homologar los deseos del imperialismo, de la oligarquía latifundista y de la parte de la gran burguesía más pútrida: la burguesía rentista, improductiva y entregadora, juntamente con sus fracciones.

Una fantasía¹) — fruto del pacto de las fracciones contrarrevolucionarias para oponerse al principio del Poder de las amplias masas trabajadoras — finge retirar del Estado de las clases explotadoras su carácter de dictadura y de fuerza pública de represión.

Al mismo tiempo en que invoca el sufragio universal para establecer un sinnúmero de gobiernos de falsos líderes populares, la represión preventiva se estructura de la manera más drástica de que en la época de la gerencia militar. Cabe recordar, ni mismo en aquel período las clases contrarrevolucionarias contaron con el respaldo jurídico de que disponen hoy para sus atrocidades.

La Nación camina en dirección a la pena de muerte invocada todos los días en editoriales embalados en el sensacionalismo. Leyes drásticas colocan niños y jóvenes proletarios en una situación de desamparo peor do que la encontrada durante la vigencia del Código Menorista de triste memoria, mas aun ahora sumado a la eliminación física y a la absurda "ley antiterrorista".

IV

Cuando el monopolio imperialista de comunicaciones en nuestro país se ve obligado a divulgar alguna información concreta, busca "explicar", a su manera, que los vasos sirven para beber, pero hacen de todo para ocultar "para que sirve la sed" ².

Porque esa imprenta servil planta noticias aterrorizantes en una semana. En la otra, exhibe orgullosa más una ley de excepción aprobada por un congreso cobarde, mientras omite el creciente deflagrar de huelgas y protestos por todo el país.

De hecho, mismo que no exista ninguna resistencia armada en el país, ella coacciona, lanza pánico, invoca la represión a punto de inventar un terrorismo natural y latente contra el estado. Esa imprenta fascista, desde su matriz yanqui, actúa como los escolásticos criticados por Descartes³que sin medios para batirse con las masas, se comporta como un ciego buscando disminuir su desventaja atrayéndolas para el fondo de la caverna más oscura.

Todo es adaptado y reproducido directamente de USA: el estilo de la Guardia Nacional y de las organizaciones abiertamente terroristas como la CIA, el FBI, la SWAT; el actual sistema penitenciario (que llega a abrigar millares de presos sin juzgamiento); calles monitoreadas con equipamientos de espionaje militar; el monopolio de la imprenta directamente comandado por la policía política etc., etc.

La avidez y la violencia de ese aparato prosperan descontroladas e irreversibles. Pero las condiciones objetivas y la sed de emancipación de las clases explotadas y oprimidas — de independencia nacional y de la construcción de una nueva y verdadera democracia, clamor de millones y millones de trabajadores, los verdaderos héroes y dueños de este país —, son los únicos deseos ardientes que merecen ser, y serán, saciados.

La única forma de detener el fascismo es poner en marcha el más consecuente movimiento de masas, en el campo y en la ciudad, sobre un programa de una frente que una todo el pueblo brasileño, gobernando y derrotando las clases explotadoras y entregadoras, así como el propio imperialismo.