A pesar de toda la escenificación farsante, las elecciones y sus candidatos, con el cinismo y las payasadas que les son peculiares, falsean o intentan distraer la atención del pueblo de la real gravedad de la situación del país. Brasil está al borde de la guerra civil generalizada, incentivada por el incremento de la guerra reaccionaria que el viejo Estado desfecha contra el pueblo pobre para contener su revuelta creciente ante tantas injusticias. Injusticias estas oriundas de un sistema político desmoralizado y quebrado, cuya base es el capitalismo burocrático en profunda crisis de descomposición.
La gravedad de la crisis de todo el sistema es garrafal, además de la creciente intervención militar en la vida nacional, se combina con las visitas de altos emisarios del imperialismo yanqui que suceden en nuestro país.
Cuando cerrábamos la edición pasada de AND, el día 13 de agosto, llegaba a Brasil uno de estos. Esta vez se trataba de su secretario de Defensa, James N. Mattis, que cumplió agenda en Brasilia y en Río de Janeiro.
Según informaciones del Consulado de USA en Río de Janeiro, “en Brasilia, el secretario Mattis se reunió con el ministro de las Relaciones Exteriores, Aloysio Nunes, para discutir las relaciones de defensa bilateral, la situación crítica en Venezuela, la marcha de los acuerdos bilaterales y otras cuestiones de interés mutuo. El secretario Mattis también se reunió con el ministro de la Defensa, Joaquim Silva e Luna. Ellos discutieron la cooperación en el área de armamento, el aumento de la interoperabilidad entre las Fuerzas Armadas, el intercambio de personal y el avance de la colaboración en investigación y desarrollo en las áreas de ciencia y tecnología”.
Los países son presentados en un aparente pie de igualdad, y los temas ya fueron tratados durante el pasaje del vicepresidente y del secretario de Estado de USA. Ellos trataron, en la ocasión, por ejemplo, sobre la cuestión de Venezuela, para la cual proponen como “solución” una decidida iniciativa multinacional, compuesta por países como Brasil, Perú, Colombia, Ecuador y Argentina.
A pesar de toda descalificación y demonización que se hace del régimen chavista de Maduro y tantas amenazas descaradas a la soberanía de la nación y pueblo venezolanos, sabemos que los intereses yanquis, particularmente sobre el petróleo, vienen siendo religiosamente asegurados por aquel gobierno, sin ninguna sombra de amenaza.
Pero las visitas de Mattis a Brasil y vecinos no son meras coincidencias. La confusión es sobre Venezuela, sin embargo el plan yanqui es para toda Sudamérica. Incitar conflictos en las fronteras con Venezuela es el ardil actual para insinuar problemas de seguridad regional. En esta embestida se oculta la determinación yanqui de instalar en Brasil una base militar, en el caso, Alcântara, cínicamente tratada en la oportunidad como “colaboración en investigación y desarrollo en las áreas de ciencia y tecnología”. En esa iniciativa, USA cuenta con el favorecimiento del bandido Temer y con el silencio cómplice y vende-patria de los candidatos a presidente del país y sus intereses electoreros.
Sin embargo, fue en su pronunciamiento realizado en la Escuela Superior de Guerra (ESG) que Mattis dejó más clara su misión. Él se empeñó en agradar los corazones y mentes de la alta oficialidad brasileña, y lo hizo con un meloso discurso, congratulando la actuación de Brasil en la II Guerra Mundial, principalmente en la batalla de Monte Castillo y en las intervenciones imperialistas contra países oprimidos en que Brasil tomó parte.
La ESG fue creada después de la II Guerra Mundial, por orientación y bajo dirección del USA, insertada en la estrategia de la “Guerra Fría”. Su aparición fue definida para conjurar el peligro de la derrota global del imperialismo, surgido como un problema práctico de corto y medio plazos, cuando la correlación de fuerzas mundial entró en equilibrio estratégico entre socialismo e imperialismo, principalmente con el triunfo de la Revolución China, en 1949. De esta estrategia surgió la Doctrina de Seguridad Nacional, hasta hoy vigente, según la cual las Fuerzas Armadas de las semicolonias yanquis tendrían como tarea principal la defensa interna de combatir el comunismo, dejando la misión de su defensa externa para USA. Todo eso fantaseado de defensa de la libertad, de los derechos humanos, de la “democracia”, finalmente, a través de la realización de elecciones.
Y esto como si no bastasen todos los vínculos de sometimiento durante décadas, mantenidos a través de los “programas de cooperación ” (léase trabajo ideológico anticomunista) regados por nutridos aportes en “entrenamientos” en sus renombradas academias “fuertes” y famosas “Escuelas de asesinos ”, además de las actividades conjuntas de “simulacros de guerra en operaciones de fuerzas multilaterales” de países de Sudamérica, bajo las órdenes del Mando Sur yanqui.
En su discurso en la ESG, se ve que Mr. Mattis se esforzó por mostrarse celoso compañero y, porque no decir, amenazador defensor de nuestra seguridad: “Nosotros miramos para el futuro, debemos crear la confianza hoy. USA busca ganar su confianza diariamente, queremos ser escogidos como su compañero, especialmente cuando el problema aparecer – cuando necesiten lidiar con los flujos de refugiados a través de sus fronteras, cuando acontecer un desastre en una marina surdamericana y un submarino hundir, cuando haya amenazas a su soberanía o a su estilo de vida.”.
Revelando los planes yanquis de mantener su supremacía económica y militar sobre el hemisferio, disimuladamente afirmó: “Continuamos hoy enfocados en el fortalecimiento de nuestros relacionamientos de militar para militar porque buscamos un hemisferio colaborativo, próspero y seguro – en el cual individual y colectivamente mantengamos la conciencia situacional en todos los dominios: en el aire, en la tierra, en el mar, ciertamente en el espacio hoy, y en el ciberespacio. Esta es una época en que compartimos informaciones sobre nuestro ambiente con nuestros vecinos; es un hemisferio en que nos concentramos en prioridades nacionales, regionales y hemisféricas, seguros de que podremos enfrentar futuras sorpresas, sean ellas amenazas de actores estatales, actores no estatales, incluso la madre naturaleza, o cualquiera otro oponente que pueda amenazar el futuro bienestar de nuestros ciudadanos que vosotros y yo juramos proteger”. ¡Qué lindo! ¿No?
Toda ese palabreado para confundir. La época contemporánea mundial y nuestra historia están repletas de ejemplos de cómo se da la alianza y la cooperación imperialista, sirviéndose de políticos, empresarios y militares reaccionarios, entreguistas, débiles y volubles para mantener la opresión y la explotación sobre la nación y su pueblo.
Señores imperialistas yanquis, si algo de USA, de hecho, del pueblo estadunidense, puede servirnos como ejemplo es el hecho de él haber realizado dos revoluciones para asegurar la unidad e independencia y el progreso general de su Nación. Revolución de la cual somos carentes y cuya tarea está pendiente y atrasada, pero que por ella siempre luchó nuestro heroico pueblo. Y esa lucha fue secularmente sofocada a hierro, fuego y sangre por las Fuerzas Armadas locales, serviles del imperialismo y de los grandes burgueses y latifundistas. Pero que, ciertamente, crean, alcanzaremos a través de la Revolución Democrática, Agraria y Antiimperialista, a pesar de los señores, de sus lacayos y de sus monstruosidades.
¡El imperialismo es un tigre de papel!
¡Yankees go home!