El ministro de la Suprema Corte Argentina Raúl Zaffaroni, en un seminario realizado en Río de Janeiro, critica el avance del Estado policial, responsable por la persecución a la clase trabajadora, y denuncia: "La economía mundial está cada vez más mafiosa. La globalización no es nada más que una criminalidad económica internacional"
Jueves, 28 de agosto de 2008. El Instituto Carioca de Criminología organiza el seminario Después del gran Encarcelamiento, en Río de Janeiro, abierto por conferencia del profesor y escritor argentino Eugenio Raúl Zaffaroni. Además de ser una de las mayores referencias mundiales en los estudios de la criminología crítica, Zaffaroni hoy es uno de los siete miembros de la Suprema Corte Argentina. En su intervención, el profesor llamó la atención para el avance del Poder Punitivo en América Latina, que atiende a la lógica del llamado "neoliberalismo" y no reduce la criminalidad. Según las investigaciones en el campo de la criminología crítica, la punición pura y simple no evita la violencia ni la corrupción, cada vez más intensificadas pelo que llamó de economía "mafiosa internacional", operada por grandes corporaciones financieras.
El profesor está correcto de que cada vez más son punidos los pequeños delitos, mientras los "crímenes de cuello blanco" siguen cada vez más impunes. Todas las agencias ejecutivas del Poder Punitivo (media, Poder Judicial, sistema penitenciario, políticos y la propia policía) operan en ese sentido: criminalizar la pobreza.
La actuación de la policía de Río de Janeiro, como una de las agencias del Poder Punitivo, puede ser mejor percibida en la política de exterminio del gerente Sérgio Cabral (PMDB-RJ). Su expresión máxima es el elevado número de autos de resistencia (muertes en supuestos enfrentamientos con la policía). Nada menos que 1.330 personas fueron asesinadas por las fuerzas del gobierno en 2007, índice que coloca la policía del Río como la que más mata en el mundo.
La policía es el aparato de represión que cumple las órdenes de la política definida por el Poder Ejecutivo estadual. De todas las agencias ejecutivas del Poder Punitivo, es la más visible porque es la ejecutora inmediata. En el caso de Río de Janeiro, esta instancia obedece a la doctrina impuesta por el imperialismo, principalmente el yanqui, para América Latina, o sea, la eliminación de la parcela de la población excedente dentro del modelo pensado por el imperialismo; quién no está apto a consumir es descartable.
Pero la policía no actúa sola. El sistema judicial, cada vez más distante del pueblo, también fue blanco del análisis del profesor Raúl Zaffaroni. Es la Justicia, y solamente ella, quien tiene el poder legal de concluir el interrogatorio policial, como los autos de resistencia. Es el juez quien puede decidir si archiva un proceso o si pide para que el Ministerio Público continúe las investigaciones.
— El sistema judicial también es jerarquizado. Posee oficiales y la tropa. Ellos son entrenados juntos e introyectan valores, como determinadas características que hacen un juez bueno o malo, como por ejemplo: "el juez bueno es aquel que nunca revoca una sentencia". El juez vive en una especie de gueto de modo que su percepción es alterada. Cuando él mira para el espejo, no dice "Soy Juan", pero "Soy la Excelencia". Eso genera una alteración en su identidad– afirma Zaffaroni.
Y el monopolio de los medios de comunicación, por fin, es el responsable por legitimar el exterminio y las otras formas en que se manifiesta el Poder Punitivo. Como institución con gran poder de producir subjetividades, es el monopolio de la prensa quien produce y reproduce las formas de actuar, sentir, pensar y vivir que irán naturalizar todo ese proceso. Quién ejemplifica es el comisario de Policía Civil Orlando Zaccone, maestro en Ciencias Penales por la Universidad Cândido Mendes:
— Cuando usted lee una materia que dice así: "Policía sube un morro y mata no sé cuántos bandidos". ¿Cómo sabe que es bandido? La media comienza todo un trabajo para que aquella letalidad sea legitimada.
El papel de la imprenta
Según Raúl Zaffaroni, el monopolio de los medios de comunicación de masa explota el sentimiento negativo de venganza de la sociedad y estimula un interés patológico por crímenes.
–Eso da rating, que da propaganda, que da dinero. Y como son empresas capitalistas en búsqueda de dinero… – dice el profesor, para inmediatamente a continuación vaticinar: Sin los medios de comunicación el Poder Punitivo no podría existir.
Zaffaroni criticó también la construcción de la figura de la "víctima-héroe", un ciudadano que sufrió algún tipo de violencia o entonces tuvo alguien de su familia alcanzado y, sólo por eso, gana el status de especialista en seguridad pública pasa a emitir cualquier opinión sin que pueda ser cuestionado en razón de su condición de víctima.
Otro discurso utilizado por las corporaciones de media para legitimar la matanza incorpora el término "víctimas inocentes". Fue lo que escribió el periódico El Globo, el día 17 de agosto: "El secretario de Seguridad Pública del Río, José Mariano Beltrame, reveló al O Globo que están siendo tomadas algunas medidas para reducir la letalidad de la policía durante operaciones en comunidades dominadas por los criminales y, así, evitar la muerte de inocentes". Sería el caso de preguntar: ¿y se fuesen culpados, podrían ser asesinados si en Brasil no hay pena de muerte? Al naturalizar la muerte de "culpables", El O Globo pasa a legitimar la política de exterminio de la gerencia Cabral.
El papel de la prensa gana fuerza en Brasil debido a la concentración del sector. Hoy existen sólo siete emisoras abiertas de televisión, todas ellas afinadas con los intereses monopolistas. Entre los periódicos de circulación nacional, sólo tres empresas – también a servicio del capitalismo – controlan la mayor parte de las ventas: Organizaciones Globo, Folha de la Mañana y Grupo Estado, siendo que hay rumores de que este haya sido comprado por la Infoglobo.
Esa tendencia de concentración empresarial es mundial y, según el profesor Raúl Zaffaroni, viene siendo esencial para el desarrollo del crimen organizado:
— Crimen organizado es crimen de mercado, son los servicios ilícitos como lavado de dinero, tráfico de drogas, tráfico de armas, tráfico de personas. Y porque son negocios tienen riesgos, pero las leyes del mercado son las mismas, sean para los negocios lícitos, sean para los ilícitos. La concentración acontece conforme van proscribiendo el pequeño emprendimiento del servicio ilícito, dejando sólo el oligopolio concentrado, los ilícitos, y los oligopolios son más peligrosos porque tienen más inteligencia, más organización, más poder de fuego. La economía mundial está cada vez más mafiosa. La globalización no es nada más que una criminalidad económica internacional.
El ministro de la Suprema Corte Argentina explica que existe un proceso en curso de concentración de la economía, lícita e ilícita. Así, casas de cambio son cerradas mientras los negocios son transferidos para los pequeños bancos. Después estos son cerrados y el mercado pasa a operar en los bancos mayores y así sucesivamente. "Esa criminalidad es imposible sin la complicidad oficial", afirma Zaffaroni:
— Esa economía tiene los medios de comunicación de masa, que dan al público pan y circo. Abrimos los periódicos y sólo vemos sangre y fútbol. Tal vez en los 10% restantes tengamos Rusia. Cuando es escándalo, generalmente es sobre seguridad pública. De resto, en la TELE tenemos algunos shows con mujeres desnudas o semidesnudas.
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