Traducido por Enrique F. Chiappa
En las plantas alógamas el polen de una flor va hasta el estigma, porción terminal del órgano femenino de la planta destinada a recogerlo y sobre el cual él germina, llevado por insectos.
En esta tarea, las abejas son muy activas y más de 60% de la fecundación por polinización tiene interferencia de ellas.
Esto es tan importante que, en USA, los apicultores tienen una renta apreciable por el alquiler de sus colonias itinerantes en la época de las floraciones (almendras, cítricos, mostaza).
Surgió, ahora, una denuncia de la Asociación de Apicultura Americana, que revela un problema con gravedad nunca vista en el mundo:
Las abejas están desapareciendo: abandonan las colmenas dejando para atrás hasta la reina, pero no encuentra el motivo de lo que les puede haber sido mortal.
El problema atinge 30 estados yanquis, según el presidente de la Federación de Apicultores de los Estados Unidos, Walter Haefeber. En Alemania, la revista Der Spieguel dice que lo mismo sucede allá, pero hace el juego del monopolio de los medios de comunicación, hablando de la "crisis ecológica" pero siempre absolviendo las grandes corporaciones.
El denominado Colapso de las Colonias de Abejas tiene consecuencia de inmensa magnitud en el escenario de destrucción cometido por el imperialismo contra los pueblos. Sin abejas no hay polinización, no se forman los frutos y sus semillas. La descendencia es bloqueada, acaban las plantas, los animales desaparecen.
¿Cómo el hombre podrá sobrevivir? De acuerdo con los especialistas, sin las abejas, en cinco años el hombre desaparecería del planeta.
¿Cuáles serian las causas del desastre?
El argumento imperialista dice que un ácaro Varroa, oriundo de Asia y que parasitario de la abeja, sería el responsable por el desaparecimiento. Esta hipótesis exige una enorme cantidad de ácaros. Otros argumentan una disminución en la inmunidad de las abejas habiendo hasta quien se atreva a llamar la enfermedad de "SIDA de las abejas". Así es la imprenta del imperialismo. Tantas mentiras y especulaciones para ocultar las causas de siempre.
Hay razones más concretas, como el uso desmedido de herbicidas. Estimulados por las corporaciones trasnacionales, agricultores asperjan hasta flores silvestres.
Otra causa: las mono culturas impuestas por los proyectos trasnacionales (que tienen origen principalmente en los negocios del capital monopolista e improductivo) también son apuntadas como causadoras del desaparecimiento de las abejas, consumiendo la biodiversidad y limitando terriblemente los períodos de floración con polen disponible.
El estudio de algunas abejas muertas reveló la presencia de más de una infección bacteriana, además de la presencia de hongos.
Investigaciones realizadas en USA y en la Universidad alemana apuntan para alteraciones en los organismos de las abejas como la causa de la enfermedad, admitiendo la hipótesis de que hay relación de los transgénicos con este sorprendente y extraordinario problema. Todo sucede en áreas de mono cultura en que no existen matas nativas y con plantaciones extensas de transgénicos.
Las más fuertes evidencias para el colapso de las colmenas con desaparecimiento de las abejas indican como causa los transgénicos, en especial los de maíz Bt) .
Casi todas las pesquisas actuales están dirigidas para el interés del capital monopolista, especulativo y rentista de las trasnacionales financieras. No hay preocupación con el ser humano, sus condiciones de vida y el ambiente natural.
El profesor Nagib Nassar, titular de genética de la Universidad de Brasilia, manifiesta, en el "Jornal da Ciencia", preocupación con la liberación del maíz transgénico por la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad — CNTBio. Su colega Aluízio Borem, del departamento de Fitotecnia de la Universidad Federal de Vinosa — UFV, miembro de la CTNBio, informa que habiendo aprobación por el Consejo Nacional de Biotecnología, un monitoreo del cultivo se tornará obligatorio.
Quiere decir, liberado el derecho de matar, mismo que monitoreado.
Claro que si, Vamos a los hechos:
Las abejas están desapareciendo. Sin ellas no hay polinización.
Todas las plantas que se reproducen por polinización por insectos serán afectadas.
Es inadmisible que ante la más leve duda de que el transgénico puede acabar con la propia sobrevivencia de la humanidad (¿otra vez tendremos que esperar para constatar lo obvio, entre tantos crímenes contra la naturaleza y contra los pueblos?) se permita su diseminación en larga escala.
Una curiosa observación se presenta ahora: ya existen árboles genéticamente modificados, y el eucalipto, entre ellas, es la que mayor interés despierta.
Si la enfermedad de las abejas puede ser provocada por el polen de los transgénicos, el eucalipto — que es un desierto verde alterando las venas freáticas y todo el ambiente natural y su mono cultura ofrece un solo empleo a cada 180 hectáreas (¡) —, además de todas las consecuencias graves por no producir alimentos y ofrecer poquísimos empleos ¿Qué beneficio trae para la humanidad?
Quien posibilita o facilita el uso de transgénicos, todavía insuficientemente estudiados, debería ser procesado por crimen de lesa-humanidad — se tal crimen no existiese, debería ser establecido.
Rui Nogueira es médico, ensayista y escritor. Portal: www.nacaodosol.org Dirección electrónica: [email protected]