El discurso de Luiz Inácio

El discurso de Luiz Inácio

La condenación y prisión de Luiz Inácio son parte de una crisis política y de una disputa feroz entre los grupos de poder de las clases dominantes reaccionarias de nuestro país.

¡Si la pena es injusta, que Luiz Inácio no se presentase! Que dejase la guardia pretoriana del viejo Estado hacer la prisión.

Al entregarse, la conocida verborragia de Inácio no pasó de discurso electorero barato que pretendió retomar y evocar un clamor a los idos de 1980, cuando fue su prisión y de la intervención en el sindicato por el régimen militar.

Luiz Inácio y el PT, que tuvieron 14 años de gobierno, ni siquiera levantaron durante este periodo (aunque de forma figurada) el término revolución, pero en su bravata demagógica vino a decir que “ellos tienen que saber que la muerte de un combatiente no para la revolución”.

De hecho, una revolución verdadera nada ni nadie podrá detenerla. Pero esa es otra historia.

En su afán de poder personal, de su personalismo sin frenos y en su entrenada labia de jugar con los sentimientos más profundos de las masas, quiso chantajear lo que hay de más caro de la gratitud de nuestro sufrido pueblo. Pueblo que, en su nivel de conciencia política y de organización aún bajos, cree que las migajas de los programas asistencialistas con propósito electoral (cómo el “bolsa familia”, la liberación de crédito endeudante de los empobrecidos y las “más vacantes” en las universidades dando millones a los comerciantes de la enseñanza) sean un favor, cuando, en verdad, el pueblo tiene derecho a todo, por ser el único productor de toda riqueza de la Nación.

En toda su palabrería, en ningún momento Luiz Inácio dirigió la denuncia o más leve crítica ni siquiera a ese sistema de explotación y opresión vigente en el país, y tampoco a su viejo y genocida Estado que él, su partido y sus compinches presidieron durante 14 años. Ninguna denuncia de este capitalismo burocrático causador de la miseria y opresión o cualquier mención contra ese sistema financiero que sangra el pueblo y la Nación – sistema que él inclusive se jacto de haber hecho lucrar como nunca antes. Ninguna denuncia siquiera sobre esos latifundistas, travestidos de “la industria y la riqueza de Brasil” que secularmente espolian, expulsan y asesinan el pueblo del campo, que roban las tierras de los campesinos pobres y las de la Unión. Esos, como los dueños de los ingenios de azúcar que él llamó de “héroes”, y para los cuales dio financiaciones multimillonarias en condiciones privilegiadas. Todo para el agro negocio y represión para los campesinos en lucha por la tierra. Ninguna crítica siquiera, ni aún indirecta, a la dominación y rapiña imperialista a que nuestro país es sometido y que él se jactaba de recibir elogios del jefe y genocida de turno del imperio yanqui.

Por el contrario, en vez de atacar esa putrefacta y carcomida vieja orden – como, de hecho, por su naturaleza, no podría hacerlo – quiso se autoelogiar y proferir disparates de que todo lo que el pueblo pueda luchar y reclamar se llame “Lula” – en un esparcimiento de su megalomanía y obsesión confiesa.

A lo sumo profirió el viejo cacareo de “las élites de este país”! ¿A final de cuentas, de quienes se tratan las “élites”, tan referidas por la mediocridad teórica y el cinismo político del PT y sus allegados? ¿Sería la media, como ellos dicen? ¿Ese monopolio de un puñado de familias encargadas de mentir, de confundir, turbar los hechos y de envenenar la atmósfera del país para defender el mantenimiento de esa vieja y carcomida orden? Tampoco parece ser el caso. Porque, de hecho, sus insultos en relación a la Red Globo, Band, Record y Veja, etc., como vociferó Luiz Inácio, sólo son hechos ahora en los momentos que le son críticos – porque cuando estos distribuían elogios a su administración benefactora, que propició enormes logros a la gran burguesía, al latifundio y al imperialismo, al costo del sudor, lágrimas y sangre de nuestro pueblo, Luiz Inácio las cortejaba.

Qué situación patética tener que dar razón a un imbécil como Gilmar Mendes, cuando este dice que el “PT y Lula están cosechando lo que plantaron”.

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