El estado de descomposición del Estado brasileño

El estado de descomposición del Estado brasileño

En ediciones anteriores de AND, inclusive en la de número 52, hemos mostrado a nuestros lectores la movilización de empresarios en el ámbito del Fórum Nacional (FN) y del Plan Director del Mercado de Capitales (PDMC) como "los dos grandes mecanismos de acción política de los monopolios transnacionales y del capitalismo burocrático en nuestro país," según el periodista Henrique Júdice Magalhães. El BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) alberga estas entidades, cediendo la infraestructura para sus reuniones. Sus debates generan directivas para la acción del Estado, sea en la esfera del ejecutivo, del legislativo o de la judicatura.

En pocas oportunidades, ha quedado tan clara la condición del Estado como comité gestor de los intereses de las clases dominantes, como en estas materias publicadas en A Nova Democracia.

La partición de la estructura del Estado entre los varios grupos de poder es tan patente que la propia imprenta de los monopolios no tiene cómo esconder la formación de cuadrillas y verdaderas mafias, que como gusanos parasitan la cosa "pública" con la certidumbre de la impunidad asegurada en ley.

Nobles corruptos

En el parlamento, la conformación de la base aliada de la gerencia de turno, a través del "mensalón"; la llamada ‘farra de los pasajes aéreos’; y la reciprocidad de denuncias sobre nepotismo y uso de la máquina; envolvieron la situación y su complaciente oposición. En realidad, estos chanchullos son sólo el "cafecito" de "sus excelencias" ya que lo que más les importa son las enmiendas en el presupuesto; el chantaje, como la recurrente amnistía de débitos o prorrogación de plazos por el Banco de Brasil, beneficiando los latifundistas; y la presentación de proyectos que benefician los grupos de poder, apoderados de grandes burgueses y latifundistas serviciales del imperialismo, principalmente yanqui.

Estas mismas prácticas son reproducidas en los legislativos estaduales y municipales. Recientemente, por ejemplo, se reveló que la empresa encargada de hacer la reurbanización de la región de la Luz, en la ciudad de São Paulo, habría contribuido generosamente con los fondos de campaña de muchos concejales que se empeñaron en la votación de la concesión.

El tamaño de la mordida

En el ejecutivo, la distribución de los ministerios a representantes de los intereses monopolistas, comenzando por el presidente del Banco Central, Henrique Meireles, servicial de la banca internacional y la acción del propio Luiz Inácio como representante comercial de las transnacionales instaladas en Brasil, del agronegocio (latifundio de nuevo tipo) y como protector de banqueros y especuladores, fueron la seña para el auto favorecimiento, entre los "peces más pequeños" que va desde el uso indebido de las tarjetas corporativas a los negociados con las contratistas. ¿Que son las peleas intestinas en la Policía Federal, sino el reflejo de las disputas de los grupos de poder en el aparato policial? Pugnas que también se verifican en la extensión de todo el aparato estatal. Las reparticiones que tienen poder de policía, que compran contratación de obras y fiscalización son el blanco preferencial en las disputas por la división de la máquina administrativa. Así, el tamaño de la "mordida" es proporcional a la posición del funcionario en la jerarquía de la repartición.

Por encima de la ley

En la judicatura, jueces y ministros, después de ocupar los altos puestos de la magistratura, montan banca y abogan para los monopolios, usando todo su prestigio e influencia junto a sus ex-pares y a la burocracia de la judicatura. Esto es más grave cuando, en el ejercicio del propio cargo, son representantes en el tribunal de determinada oficina de abogacía. Un estudio de cómo fueron resueltas las pendencias de los banqueros y transnacionales en los varios tribunales del país no dejará dudas cuanto al carácter de clase de esta institución. La frase "existen casos que pueden más que la propia ley" es usualmente repetida por los "respetables" miembros de las clases dominantes para convencer los jueces en todas las esferas para decidir favorablemente a sus pleitos.

Las causas de esta endemia

Generalmente las personas, inclusive miembros de la Academia, defienden que esta corrupción endémica es fruto de la naturaleza humana. Así colocadas las cosas, apenas nos restaría la sátira del periodista Aparício Torelli, el "Barón de Itararé" con su máxima de que "o se instaura la moralidad o afanamos todos". En realidad imputar la corrupción a la naturaleza humana sólo sirve para justificar su continuación y consecuente impunidad.

Hija de la sociedad de clases, esa práctica está en la base de la explotación del hombre por el hombre y, particularmente, en Brasil, país sometido a una condición semicolonial y semifeudal, determinantes de la vigencia entre nosotros de un capitalismo burocrático, ella es la herramienta utilizada por las clases dominantes para mantener la concentración de la tierra y de la renta en niveles poco usuales, incluso, entre países en la misma situación que el nuestro.

Colapso a la vista

Estas "mordidas" practicadas por gánsteres de alto coturno, mafiosos del cuello blanco, al servicio del imperialismo, de la gran burguesía y del latifundio de viejo y nuevo tipo y, también, por los corruptos inferiores, sus apadrinados, van corroyendo no sólo los cofres y recursos de la nación, pero ensanchando las rajaduras congénitas de las instituciones del viejo Estado brasileño. El mito difundido por las facultades de Derecho, en todo el país, de un Estado por encima de las clases, regulador de los conflictos y patrono del bien común, está tan corroído delante de las masas que su colapso inevitablemente vendrá más temprano de que tarde. Junto a la destrucción de esta imagen virtual acontecerá la destrucción de las instituciones del viejo Estado y en su lugar se erigirá el Estado de Nueva Democracia como transición para el Estado de efectiva soberanía de las masas proletarias.

Traducciones: [email protected]

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