El anuncio de Luiz Inácio de que pretendía hacer de Brasil "la Arabia Saudita del Biocombustible" e informar que los pobres del mundo están comiendo más, fue lo suficiente para que el imperialismo representado por Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, pidiese un esfuerzo global contra el flagelo del hambre, que continuará en escalada hasta 2015 debido a la alta de los precios de los alimentos.
Responsabilizando los biocombustibles por la disparada de los precios de los alimentos, Zoellick, así como Luiz Inacio, finge no saber que apenas 50 transnacionales controlan la producción agrícola mundial, controlando la tierra, los cultivos, la industrialización, la distribución y las ventas.
Voracidad
La escandalosa alta de los precios del arroz, poroto, maíz, soya y otras commodities van matar 100 millones de personas, en América Latina, según cálculos de la CEPAL, porque la irracionalidad de la llamada "globalización neoliberal" atingió un grado tan elevado, que las leyes de mercado funcionan al contrario de lo que pregonan los economistas de alquiler: la mayor oferta, junto con la menor capacidad de compra, no resulta en queda de precios, sino al contrario.
El mito del "libre mercado" produjo concentración y centralización de capitales y recursos en pocas manos, o sea, fortalecen aquellos pocos dueños del mundo que intensifican la explotación e imponen los precios que quieren para obtener el lucro máximo. En realidad, la "globalización" no intensificó la concurrencia, al contrario facilitó la tomada del control del mundo por media docena de potencias que dan las cartas en el FMI y Banco Mundial.
Sin la menor preocupación en alimentar la humanidad, los monopolios condicionan diariamente la vida de todos, creando guerras reales y de mercado, infiltrándose en los gobiernos y medios de comunicación, concentrando enorme poder de propaganda, comprando políticos y tribunales enteros, y apropiándose de los mercados, desde la producción hasta la venta final al consumidor.
Si es así en el ámbito doméstico, peor todavía en el plano internacional, en el cual el precio de cada mercadería internacionalizada es objeto de especulación. No existe más una relación directa del precio con el costo de la producción, que es apenas una referencia. La manipulación mayor de esas empresas sobre la producción nacional y comercio internacional es un instrumento para alcanzar sus lucros.
La influencia de ese sector sobre la política económica de la gerencia Luiz Inacio es por medio del Banco Central, que monitoriza las tasas de intereses y cambio. Muchos especialistas establecen una correlación directa entre el aumento del precio del arroz y otros géneros y la desvalorización del dólar. Para ellos, gobiernos (como el de China) y los fondos de riesgo, que representan capitales especulativos, están aplicando grandes sumas de sus dólares, antes que se deprecien, en tierras y bolsas de artículos agrícolas, como el arroz.
Supermercados
El gigante de los supermercados es el Wal-Mart, con 4.500 filiales en 14 países y facturación mayor de que el producto bruto interno de Arabia Saudita y de Austria. En seguida vienen Carrefour, Home Depot, Metro Y Royal Ahold, según informes del Grupo ETC, Oligopoly Inc 2005, que monitorea las actividades de las corporaciones globales, especialmente en la agricultura, alimentación y farmacia.
Mayor red minorista del mundo — tiene casi 1,7 millón de funcionarios — , mayor compañía yanqui, más poderosa cliente de las industrias de bienes de consumo, la Wal-Mart pasó de un emporio a una potencia cuyas ventas alcanzan increíbles 300 mil millones de dólares al año. Muchos de los grandes movimientos del capitalismo americano — como la reciente fusión de la Procter & Gamble con la Gillette — fueron resultado de la enorme presión ejercida por la red.
Los anaqueles del Wal-Mart y de todos los otros supermercados de Brasil están abarrotados de productos de la Bunge, como las margarinas Delicia, Primor, Soya, Cyclus; los oleos Soya, Primor, Salada y Cyclus; las mayonesas Primor y Soya; y aceites Delicia y Andorinha. Muchos de estos oleos son transgénicos y, por determinación judicial, deberían tener un rótulo especial para alertar al consumidor. Nunca respetaron ese dispositivo legal. La gerencia Luiz Inacio prometió quebrar este monopolio, pero hasta ahora no adoptó ninguna medida.
Con la Cargil y la ADM, la Bunge controla 60% de la producción de soya en Brasil, para alimentar ganado en Europa. El precio y el comercio de las commodities, en general, son manipulados también por la Dreyfus, Syngenta y Monsanto.
Para colocar cada vez más productos en el mercado mundial, ese grupo promueve la desforestación ilegal, inclusive con trabajo esclavo, apropiación ilegal de tierras públicas y violencia contra comunidades locales.
La especulación de estos grupos es responsable por la elevación de los precios de los cereales, principalmente del arroz, artículo que no es utilizado en la producción de biocombustibles y cuya zafra atingió el record de 423 millones de toneladas. Su precio sin embargo, más que dobló, pasando de 360 para 760 dólares.
Lacticinios
En esta área el mercado es manipulado por apenas tres: la Nestlé, la Parmalat y la Danone. La Nestlé domina también el sector de procesamiento de alimentos y vende el doble o el triple de los demás componentes del monopolio: Archer Daniel Midlands, Altria, PepsiCo, Unilever, Tyson Foods, Cargil, Coca Cola, Mars y Danone.
Hace décadas que la Nestlé es responsabilizada por la desnutrición y muerte de niños de tierna edad, debido a las campañas en perjuicio del amamantamiento, precozmente suspendido para expandir las ventas de sus productos, principalmente del leche en polvo, las sopas y papas que muchas veces contienen hasta alimentos transgénicos.
Cerca de 46 millones de niños cursan en las 170 mil escuelas fundamentales mantenidas por el poder público en Brasil. Por lo menos 30% de ellos solo pueden frecuentar las aulas porque es servida una comida en la escuela. Y la merienda escolar también es objeto para todo tipo de corrupción por parte de los monopolios.
Recientemente, el Tribunal de Cuentas de San Pablo descubrió un fraude en la Alcaldía de San Pablo que promovió una licitación para la merienda escolar adecuando el edito para un proveedor especifico, la Nestlé-Maggi.
Examinando el proceso, el Tribunal de Cuentas percibió que el pliego había sido preparado para beneficiar a Nestlé-Maggi, corporación transnacional que se comprometía a atender todas las exigencias de los nutricionistas, comprendiendo 7 kg de carne, 2 kg de zanahoria y 3 kg de "otras hortalizas" (por 100 kg de sopa deshidratada a ser distribuida). Después de la contratación el alcalde Kassab autorizó a Nestlé-Maggi a cambiar la receta de la sopa, que pasó a tener apenas 0,5 kg de carne, 0,8 kg de zanahoria y 1 kg de "otras hortalizas". El precio del contrato, sin embargo permaneció igual.
Se constató que la Nutri Plus, empresa tercereada responsable por proveer la merienda escolar, ofrece un bono mensual de R$ 40 reales a las cocineras que preparan la merienda que reducen la cantidad del alimento de los estudiantes de las escuelas municipales, entregando mitad de manzana a los alumnos; mezclando pedazos de pollo a legumbres no previstos en el menú o acrecentando bastante agua a la salsa de tomate para que la comida rienda más.
Este crimen fue denunciado por nueve cocineros de escuelas municipales, que indignados con la medida se recusaron a recibir el bono.
Ni la Cámara Municipal consiguió instalar una comisión parlamentar de investigación para comprobar el fraude.
Semillas y fertilizantes
Entre 2005 y 2007, las mayores industrias de semillas, que detenían un tercio del comercio global, pasaron a controlar la mitad, y la Monsanto, después de comprar la mejicana Semilis, pasó a controlar 90% de la venta, inclusive de las transgénicas, seguida por la Dupont, Syngenta, Groupe Limagrain, KWS, Ag. Land O´Lakes, Sakata, Bayer, Crop Sciences, Taikii, DLF Trifolium y Delta and Pine Land.
En agrotóxicos. Las 10 principales concentran 84% de las ventas globales y son: Bayer, Syngenta, BASF, Dow, Monsanto, Dupont, Koor, Sumitomo, Nufarm y Arista. Los analistas dicen que con tal nivel de concentración, en breve serán apenas tres: Bayer, Syngenta, y Basf.
En Brasil, las plantaciones de soja (33%), maíz (17%), caña de azúcar (15%), café (8%) y algodón herbáceo 95%) son los mayores consumidores de fertilizantes respondiendo por 78% del consumo nacional. Este mercado mueve mundialmente cerca de US$ 60 mil millones anuales. El grupo Bunge fertilizantes tiene aquí 3.000 funcionarios y 60 mil clientes.
Ahora, dominar la tierra
Con la intensificación de las grandes jugadas del mercado de alimentos y producción de biocombustibles, bancos y especuladores extranjeros pasaron a comprar macizamente tierras en Brasil, único país disponiendo de campos con área y clima favorables a la expansión de la agricultura para atender a las exigencias de las grandes potencias. Este movimiento ha provocado alta en el precio de las propiedades rurales consideradas baratas. Entre 2001 y 2007, el valor medio subió 131% en reales y 219% en dólar.
La AIG Capital, fondo de inversiones que ya tuvo participación en la Gol Líneas Aéreas, en el Frigorífico Mercosul y en la Fertilizantes Heringuer, está invirtiendo US$ 65 millones en la compra de acciones de la Calix Agro, subsidiaria de la Louis Dreyfus Commodities, creada para adquirir tierras y plantar en Brasil.
La Cargil construyó ilegalmente un puerto en las márgenes del Río Tapajos, en Santaren, en Pará, de donde exporta soya para su terminal en Liberpool, en Inglaterra. De allá, la soya va hasta la productora de alimentos Sun Valley, también de propiedad de la Cargil que, a su vez, la utiliza para alimentar pollos para producir McNuggets, distribuidos para las McDonald´s de toda Europa.
Niño implora comida
Al atribuir la escalada mundial de los precios de los alimentos al aumento del consumo de las masas empobrecidas, el Califa del Etanol, Luiz Inacio barrió de la memoria el estudio realizado por los Correos en la última navidad comprobando que los niños pedían a Papá Noel una cesta básica digna del nombre, y no los tradicionales juguetes.
El periódico francés "Le Figaró" analizó el estudio, bautizado de "Operación Papá Noel", destacando que en Pernambuco, 60% de las 11 mil cartas revelaban que los niños pobres pedían generalmente una cesta básica, a pesar de que sus familias fuesen contempladas por uno de los programas caritativos y compensatorios de la gerencia FMI-PT.
Para el periódico francés, las cartas "tienen un efecto más chocante aún por que los mercados experimentaron la mayor explosión de consumo de los últimos 11 años en Brasil, donde se verifica uno de los más elevados índices de desigualdad del mundo. La operación Papá Noel demuestra que el programa de subsidios sociales implementado por el gobierno Lula no es suficiente ni para reducir los desvíos estructurales, ni para erradicar el hambre".
Escasez de alimentos
Analizando los costos de la alimentación, en 2007, todos los institutos de pesquisa constataron que el precio de los artículos básicos superó por mucho el reajuste de 8,57% fijado para el salario mínimo en abril, con aumentos de la cesta básica variando de 11,46% en Curitiva, para 24,38% en Aracajú. Es necesario afirmar que entre los sectores más empobrecidos de la población esos índices son considerablemente ampliados.
Los repetidos discursos de todos los integrantes de la gerencia FMI-PT, estimulando cultivos vinculados a la mono-cultura latifundista y destinados a la producción de biodiesel, como soya, caña, maíz, y otros artículos, provocó el abandono de la producción de alimentos como poroto, que registró un aumento de precio de 200%, en media. El desvío de la finalidad de alimentos para biocombustibles causó también el aumento de los precios en los supermercados, como el maíz en granos (50,7%), y oleos combustibles (33,27%).
La plantación total ocupó en 2007 un área de 46,4 millones de hectáreas, 0,3% mayor que la del período anterior. Los productos que presentaron mayores incrementos en la producción fueron: el trigo con 71,5% (1.597,7 mil toneladas); el maíz 1ª y 2ª zafra con 3,9% (1.999,3 mil toneladas) y arroz con 5,5% (625,7 mil toneladas). Esto sin embargo no acompaña las reales necesidades de la población.
Por consecuencia, el salario mínimo necesario para suplir los gastos (alimentación, vivienda, salud, educación, vestuario, higiene, transporte, diversión y seguridad social) de una familia de cuatro personas sería, en diciembre de R$ 1.803,11 de acuerdo con cálculos del Dieese. Esto representa 4,75 veces el valor del salario mínimo fijado por la gerencia Luiz Inacio.
El economista Heron do Carmo, de la Facultad de Economía y Administración de la USP, explica que la tasa de inflación registrada en 2007 fue más intensa para los pobres, que según él, gastan más de la mitad de lo que ganan con comida.
Él dice que fue diferente de los años anteriores, en que el alta de los precios era sentida por las personas con renta mayor.