Traducido por Enrique F. Chiappa
Se acostumbra ignorar la relación entre la estructura económica y la violencia. Así, tratan la seguridad pública con el mismo método primario aplicado a las demás cuestiones. La criminalidad crece, mientras que el sistema de poder, controlado desde el exterior, esconde su fuente. Los concentradores no desisten de expoliar el País, y la represión no evita la intensificación de la inseguridad.
Luís Nassif reportó estudios de la Secretaría de Seguridad Pública de San Pablo que muestran elevada correlación (encima de 0,8) entre la disminución de la renta y el incremento del número de crímenes violentos, de 2001 a 2003 (1).
Él destacó ser esa apenas la parte visible de la correlación. La más tenebrosa sería el avance del crimen organizado: "Cuando comenzó el gran nudo en el modelo económico, con la política de altas tasas de intereses de 1995, seguida por un aumento brutal de la carga tributaria (para pagar los intereses), millares de pequeñas y medias empresas dejaron de recoger impuestos. El primer paso fue la insolvencia. Al dejar de pagar impuestos, pero continuando en la formalidad, esos empresarios fueron albo de fiscalización intensa. Pasaron a abastecerse de mercaderías ilegales, desde cargas robadas a productos falsificados. Los empresarios que se mantuvieron en la legalidad se vieron sin condiciones de competir (2).
De forma simplista, Nassif decía haber una sola razón para eso: la abertura cambista con el cambio sobre evaluado (3). Hay factores más importantes: el control monopolista de las transnacionales, las transferencias al exterior, los impuestos y las tasas de interés absurdos. Fuera de eso, el declino económico venía de antes, no obstante se haya acelerado en la fatídica Era FHC (Fernando Henrique Cardoso).
Además de los conflictos en las periferias de los grandes centros urbanos, existen los del campo. Avanza rápidamente la violencia con la expansión de la caña de azúcar para atender el mercado mundial de energía bajo el control de tradings extranjeras (4).
Esto aquí es lo que informa Amaury Ribeiro Jr.: "La fiebre de la caña de azúcar está transformando municipios del Triángulo Minero en abrigos de bandidos y miserables. Impulsados por intereses del gobierno de EUA en el etanol brasileño, propietarios de usinas de Alagoas y San Pablo, pasaron a disputar, palmo a palmo, cada pedazo de tierra de la región. En menos de cuatro años, 300 mil hectáreas de caña de azúcar fueron plantadas en antiguas áreas de pastos y de agricultura. Asaltos a mano armada, asesinatos en serie, tráfico de drogas y comercio de niños y adolescentes pasaron a hacer parte de la rutina. Atraídos por intermediarios, más de 20 mil trabajadores del Nordeste se trasladaron al Triángulo Minero y al Alto Paranaíba. Entre ellos se infiltran traficantes, asaltantes, intermediarios de prostitución y corruptores de menores." (5)
Si fuese otro el modelo económico, el Nordeste no exportaría mano de obra en esas condiciones. Como apuntan peritos competentes, la naturaleza ofrece, en el semi árido, recursos naturales inestimables, y la escasez de agua no sería real, sino fuese manipulada por concentradores. (6)
Conforme demostré en el artículo sobre la biomasa (AND 35) — y esto vale también para los recursos del Nordeste — aquella y estos pueden ser la base de grandiosa prosperidad para decenas de millones de brasileños, desde que el Estado organice la estructura productiva y comercial de modo a suscitar el acceso a los mercados de numerosos productores, cooperativas y empresas.
Son fácilmente soportables los costos que deberían implicar la Unión y las unidades federativas locales en el necesario apoyo técnico y financiero a esa democratización económica y social, viabilizando empresas descentralizadas y volcadas para mercados regionales. Es, realmente, abismal la diferencia cualitativa entre esas inversiones y los realizados bajo la estructura concentradora, objetivando exportar la producción y transferir para el exterior la virtual totalidad de sus lucros y los de su comercialización, bajo el control de capitales extranjeros que gradualmente tragan hasta mismo las empresas de capital nacional a ellos asociados.
Véase a continuación los beneficios de aquella opción, en contraste con esta.
1) La productividad es grandemente favorecida por estar los productores sujetos a real concurrencia, al contrario de la "concurrencia imperfecta", en la cual los oligopolios y carteles apartan concurrentes, controlan las preferencias de los consumidores y los expolian, cobrando los precios máximos tolerados.
2) Los consumidores ganan renta real al recibir la mayor parte de los beneficios de la elevación de la productividad, por medio de los precios más bajos.
3) Hay espacio para el desarrollo de nuevas tecnologías, envés de lo que sucede con las transnacionales dominando el mercado, por que ellas usan la tecnología ya amortizada en el exterior, de sus matrices, las cuales se aprovechan del monopolio tecnológico para obtener precios abusivos en los insumos importados por sus subsidiarias en el País.
4) Se generan empleos en número creciente a cada año, en función de los lucros ser reinvertidos, en parte sustancial, para elevar la producción y o la productividad. Ya bajo el modelo concentrador, controlado por las transnacionales, el grueso de los lucros va para el exterior, de tal modo que la creación de un empleo, al instalarse en el País, implica en la pérdida de diez o más empleos, a lo largo de algunos años después de ese evento.
El sistema de poder mundial hace elegir los principales mandatarios políticos en el País e intensifica el modelo concentrador, por medio de las políticas fiscal (impuestos y aplicación de réditos en el Presupuesto público), monetaria (moneda, crédito e intereses), comercial y cambiaria. Todas favorecen los concentradores financieros, industriales y comerciales, en detrimento de los asalariados, autónomos y profesionales liberales, tanto como las empresas de capital nacional.
Esa política no es liberal ni neoliberal. Es mucho peor que eso, pues ella interviene en la economía, contra la sociedad y a favor de las transnacionales y de otros grupos que desvían para el exterior los fabulosos recursos naturales del País y el valor agregado en su transformación.
En apoyo al mega-crimen continuado, el sistema de poder se sirve de la media — por él controlada — para esconder los problemas reales. Como observó el periodista J. Carlos de Assis: "Hay dos niveles de manipulación pública por los medios de comunicación. El primero consiste en omitir los problemas. El segundo, en admitir que ellos existen, pero tienen solución mágica. Es en ese nivel que se encaja el 'reportaje' del 'Fantástico' (programa dominical de variedades de la Globo) sobre el desempleo entre los jóvenes."(7)
Assis considera, con razón, un insulto a la inteligencia y al sentimiento de los desempleados presentar el desempleo como resultado de la mala preparación de los jóvenes. El mensaje subliminal es que los jóvenes obtendrán empleo, caso se califiquen.
En la realidad, al contrario, el desempleo atinge de forma tan dura los descalificados, como los altamente calificados. Además, buena parte de estos sale de las estadísticas del desempleo, emigrando, para ser, en la mayoría de los casos, explotada en el exterior en ocupaciones inferiores a su grado de preparo.
No se trata solamente del éxodo de científicos y profesionales de elite, pero también de apreciable masa de cuadros medios y superiores. En ambos casos, lo que Brasil invierte en educación y formación es aprovechado por economías de otros países, en su mayoría, "desarrollados".
Los que permanecen en Brasil y se mantienen vivos en el mercado de trabajo son sometidos a condiciones insoportables y a salarios insuficientes. Mismo que desarrollen tecnología, no encuentran mercado para ella, que tiene que ser abandonada o apropiada por empresas transnacionales extranjeras.
Más de 10% de la fuerza de trabajo está desempleada, el subempleo atinge 25 a 30 %. En la faja de 15 a 24 años de edad, 27% no estudian ni trabajan. En ese "mercado de trabajo", asalariados, autónomos y profesionales, de todos los niveles de calificación, sufren permanente amenaza de desempleo.
Pesa, además, sobre esas personas y las empresas nacionales la carga de los tributos, discriminatoria, mientras que para las transnacionales, las exportaciones y las importaciones son subsidiadas, al contrario de las empresas nacionales y del mercado interno, donde los bienes y servicios son fuertemente gravados.
Arcando con los efectos combinados de la inadecuada remuneración, los elevados precios de los bienes y servicios, de los intereses y de los impuestos, la casi totalidad de la población vive bajo el estrés y no tiene como ahorrar para precaverse de la eventual pérdida de sus rendimientos.
El control oligopóligo del mercado limita las oportunidades de empleo e inhibe la demanda por bienes y servicios, cuyos precios administra. Los intereses e impuestos proveen del modelo dependiente, causador de la deuda pública. Las tasas de intereses más altas del mundo no tienen relación con los fundamentos económicos, ni siquiera con el "mercado".(8)
Impuestas por la política económica comandada por grupos financieros, por medio del Banco Central, esas tasas hacen con que: 1) el poder público gaste con intereses mitad de la recaudación tributaria; 2) asalariados, autónomos, productores rurales y empresas pequeñas y medias de capital nacional quemen en gastos con intereses la renta que les pueda restar bajo la estructura económica descripta y después del pago de los tributos.
A esas incalificables agruras se juntan los daños decurrentes de la criminalidad, estimulada por una orden social en que está implícito un tenor de injusticia de magnitud absurda. Es notable que la delincuencia no sea mayor, pues, en la mayor parte del tiempo y de los casos, la oferta de las industrias de juguetes y de entretenimiento, entre otras, inducen al aplastamiento de la cultura y a la sustitución de los valores éticos por la falta de carácter.
Programas interactivos humillantes, con llamadas telefónicas que cuestan caro a los teleespectadores, novelas que promueven la falta de decencia, todo eso es difundido por las TVs. Las mismas que, en los noticieros y comentarios políticos, representan pretensa moralidad. Esta hostiga selectivamente políticos cuyos deslices son levantados por revistas de opinión vinculadas al poder mundial.
En suma, la media, pone el foco sobre la corrupción minorista, como las relacionadas a licitaciones en la administración pública, mientras oculta la mega-corrupción: la que está en la base de las perversidades socioeconómicas resumidas anteriormente, además de otras, como las privatizaciones regaladas de estatales dotadas de inmensurables recursos y activos, las subastas de áreas de petróleo etc.
La exposición de la corrupción minorista sirve para bajar la autoestima de los brasileños, principalmente minándoles la confianza en hacer parte de una nación digna y viable. Eso contribuye para aceptar que Brasil sea dirigido desde el exterior, por extranjeros, ignorando los desinformados los maleficios para el País, en todos los aspectos, de esa dominación.
La caída de la autoestima nacional es impulsada por la creencia en que los electos para los cargos públicos representen las características de la sociedad. Tal creencia es infundada, por que, bajo la actual estructura económica y las condiciones políticas creadas por esta, solamente emergen al primer plano de la política a los asociados a las supremacía de las transnacionales, o lo mínimo, los tolerantes en relación a ella.
En esa estructura, los políticos, casi siempre, dependen de recursos de los grupos concentradores y o de dinero desviado de importes públicos. Normalmente, no son expuestos los pertenecientes al primer conjunto, y de los formadores del segundo, son apuntados como corruptos solamente los que no participan del primero.
*Adriano Benayon es doctor en Economía. Autor de "Globalización versus Desarrollo", editora Escrituras. [email protected] 1) Nassif, Luis: Modelo económico es crimen, artículo publicado en Folha de San Pablo, 04.01.2004. 2) Ídem, ídem. 3 Interesante notar que, en 2006/2007, Brasil vive, nuevamente, situación en que la moneda nacional está sobre valorizada. 4) Benayon, Adriano: Biomasa en Brasil, redención o desastre, artículo publicado en AND, nº35 – junio de 2007 5) Ribeiro Jr., Amaury, "Usinas de Miseria", en Estado de Minas 14.05.2007. 6) Entre otros, Bomfim Ribeiro, Manoel: La Potencialidad del Semi- Árido Brasilero , Brasilia 2007, 255 páginas. 7) Assis, José Carlos de: Solución mágica para el desempleo de los jóvenes, en Monitor Mercantil, articulo publicado en 16.05.2007. 8) Lo que la media y muchos formadores de opinión llaman de mercado no pasa de un cartel de grandes bancos, cuyo poder determina las tasas de interés, sin cualquier relación con la oferta y con la demanda por crédito para actividades productivas. Traducciones: [email protected]