Prometidas dos nuevas versiones de una obra emblemática
En la historia de la televisión, las series en el mejor de los casos son pura diversión y otras, la mayoría temperadas con violencia y sexo, apenas una herramienta de dominación cultural. Pero existe una excepción. Cuarenta años atrás en plena contracultura, estrenaba El Prisionero algo que sería único y para muchos en la época pasó desapercibido, tal vez justamente por no tener un apelo comercial.
Londres. Un hombre dirige su automóvil. Su rostro demuestra tención. Pasa próximo al Big Ben y entra en un estacionamiento subterráneo. Camina con pasos firmes. Un trueno contrasta con el día ensolarado. Abre de par en par las puertas de un gabinete, discute acaloradamente, da un golpe en la mesa que quiebra una taza de té y entrega un sobre con su renuncia a lo que sería un alto cargo de seguridad, tal vez un espía de la guerra fría. A continuación va hasta su casa donde prepara una valija presurosamente. Sin percibir él fue seguido, y por el ojo de la cerradura es introducido un gas blanco que lo duerme. Cuando despierta ya está en otro lugar La Villa, una ciudadela costera encantadora llena de gente aparentemente feliz, que disfruta una vida agradable repleta de actividades recreativas. La Villa también es una cárcel de la que no se puede salir, en la que nadie tiene nombre apenas números identificativos. Conviven allí prisioneros y colaboradores del gobierno, pero como saber quién es quién? Nuestro personaje pasa a ser bautizado de Número 6. El resiste trata de huir una y otra vez. De un lado, montañas intrasponibles, del otro el mar. Un sistema de seguridad compuesto por cámaras y especialmente por una misteriosa esfera blanca, de unos tres metros de diámetro, que brota del fondo de las aguas capaz de perseguir, reducir o matar a los que se revelan. Quien manda en el lugar es el Número 2, que no es siempre la misma persona las identidades son intercambiadas. Existe un sistema electoral, un parlamento, un sistema judiciario. ¿Será que los habitantes de la Villa podrán libertarse por el voto? Aquí todos leen el mismo periódico, y por altoparlantes instalados en todo lugar hasta en las casas, compulsoriamente son informados de las novedades. El Número 2 obedece órdenes ¿Quién o qué será el Número 1? En una ocasión ocurre una revuelta, un golpe de estado con tentativa de asesinato, pero no proviene de los prisioneros no es una revolución para libertarse, apenas un acierto entre los poderosos. "Tan desconcertante en forma como estimulante en contenido. Un autentico clásico. Descomunalmente único. Una obra maestra. Intensa, divertida, profunda, intrigante, innovadora…" son algunos de los comentarios de las nuevas y viejas generaciones en varias partes del mundo, cuando descubren la obra.
Si nuestro héroe, tal vez se transportase por medio de otra serie de la época El túnel del Tiempo, y llegase aquí en nuestros días, vería una ciudad hermosa y su pueblo alegre, centenas, miles de cámaras monitoreando sus ciudadanos. Quedaría espantado con el sistema represor que en la Villa era apenas un balón, aquí compuesto de patrulleros blindados estampados con calaveras y hombres de fusil. Modelos "democráticos de elección" donde solo mudan los personajes, nunca el sistema. El perspicaz Número 6 no se dejaría engañar por la diversidad de diarios, revistas, TVs, percibiría que son apenas faces del monopolio de los medios de comunicación. Y al ver nuestro mandatario mayor no tendría dudas, definitivamente Lula no es el nº 1.
Mismo quien nunca haya oído hablar de esta serie difícilmente no topó con ella de alguna manera.
Fue homenajeada en un episodio de Los Simpsons, en el que Homero es raptado y llevado a una isla donde un hombre extraño mantiene prisioneras a personas que descubrieron cosas importantes. Temporada 12 cap 254 "Amenaza informática".
El grupo de rock Iron Maiden le dedicó dos canciones. En la que lleva el nombre de la serie, comienza reproduciendo el diálogo inicial de la secuencia de apertura de cada capítulo donde, entre otras cosas exclama –"No soy un número, soy un hombre libre!"
Muchos escritores y directores de áreas como ciencia ficción, espionaje, misterio han reconocido que esta obra los influenció tremendamente y que siempre permanecerá como un marco de referencia.
El capítulo "Drama en el oeste" fue censurado y omitido totalmente en USA, por sus interpretaciones subversivas. La excusa oficial fue que se empleaban drogas en ese episodio, argumento insostenible. Primero porque no son los personajes que se dopan, son sometidos a sueros de la verdad, alucinógenos, inductores de sueños, por las autoridades para quebrar sus mentes y así obtener informaciones, algo que en la vida real sabemos que se esfuerzan para conseguir. Segundo porque ese método es mostrado en otros capítulos.
La serie inglesa fue llevada al aire originalmente de octubre de 1967 a febrero de 1968 compuesta de 17 capítulos. El idealizador, protagonista principal, director y escritor de la mayoría de los episodios es Patrick McGoohan.
Para los próximos meses se esperan dos nuevas versiones de la obra, una serie por la cadena yanqui AMC con James Caviezel (Pasión de Cristo) y Ian McKellen (Señor de los Anillos) y supervisada por el propio McGoohan, ya en andamiento y una película por la Universal, posiblemente con Russel Crowe (Gladiador). Difícilmente estas remakes conserven el mismo espíritu libertario y contestador. Para nuestros lectores que hayan encontrado interés les recomiendo, mientras esperamos las nuevas adaptaciones, que vean la original. Es posible comprar una caja de DVD con la serie completa en casas especializadas. La otra posibilidad es bajarla gratuitamente en el internet. Pueden entrar en el sitio de elcuervolopez donde está bien explicado.