El gobierno Temer ya recibió la extrema unción desde que, para escapar de dos denuncias de la Procuraduría General de la República, gastó todo su capital político obtenido a cuesta del erario nacional.
Sometido a una investigación de la Policía Federal sobre el recibimiento de propina para bajar un decreto que favorecería empresas del puerto de Santos (SP), Temer resolvió hacer su defensa como si fuese la última vestal del planeta.
No teniendo cómo defenderse del montón de pruebas que pululan en los órganos del monopolio de prensa, se esmeró en su discurso gongorino para acusar la propia Policía Federal por supuestas filtraciones de informaciones del interrogatorio. Decidiendo, por fin, exigir del entonces ministro de la Justicia, Raul Jungmann, una profunda investigación de los agentes federales conductores de dicho interrogatorio.
Amigos detenidos
Como todo buen jefe de cuadrilla, Temer tiene como principal característica la “cara dura”. Siempre cercado de gánsteres como Eduardo Cuña, Geddel Vieira Lima, Moreira Franco, Eliseu Padilha, Romero Jucá, además del abogado José Yunes y el silencioso coronel João Baptista Lima, todos con un prontuario de hacer envidia a Don Corleone, Temer se presenta como la mayor víctima de injusticia de los seres humanos y “víctima” de una persecución de una de las instituciones que él propio dijo funcionar perfectamente, en el encuentro de jefes de Estado en Davos en Suiza.
Gobierno a deriva
Cada boletín del Instituto Brasileño de Geografía y Estatística (IBGE) o aún del Banco Central, la realidad de la crisis brasileña va desnudándose y desmintiendo el megalomaníaco discurso de Temer y Henrique Meirelles, además de la engañosa propaganda del monopolio de prensa, sobre la recuperación de la economía y la retomada del crecimiento.
Según el IBGE, el desempleo alcanzó el índice del 13,1% en el primer trimestre de este año y eso no es todo, pues el propio órgano del viejo Estado ya había informado que faltan empleos para 26 millones de brasileños y que el desempleo el año pasado fue el mayor desde 2012.
Confirman estos datos la caída del 2,4% de la producción industrial en enero de este año, también informada por el IBGE. Lo mismo ocurre en relación a las ínfimas tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y de la elevada inflación.
El análisis del boletín, posteado en la web ADVFN Brasil, vinculado a la Bolsa de Valores de São Paulo (Bovespa), desmiente las proyecciones de Meirelles según el cual el PIB llegaría a 3,2% este año. Según la divulgación del ADVFN el “estudio del Banco Central fue realizado entre los días 16 y 20 Abril de 2018”.
En consonancia con el Boletín Focus (Banco Central), los principales economistas en actuación en el país empeoraron sus proyecciones para 2018 sobre una serie de indicadores, tales como: el Índice de Precios al Consumidor Amplio (IPCA), la PIB, el Índice General de Precios – Mercado (IGP-M), el Índice General de Precios – Disponibilidad Interna (IGP-DI), el valor del dólar comercial, la Balanza Comercial y la Inversión Extranjera Directo (IED).
En la tabla, para comprobarse el aumento de la crisis, basta que se verifique la tendencia de baja en ítems de fundamental importancia como IPC-Fipe, PIB, Balanza Comercial e Inversión Extranjera Directo.
Sostenido por las Fuerzas Armadas
Para llegar hasta 31 de diciembre, Temer, teniendo los generales como muleta, gasta su tiempo en defender lo indefensable, buscando un agujero en el cual pueda meterse el día 1º de enero del próximo año.
Las clases dominantes manejan con un golpe militar contrarrevolucionario preventivo a las violentas rebeliones populares que se avecinan. Ellas comprenden que la situación esta descontrolándose y que las masas no están dispuestas a arcar una vez más con la falencia económica, política, social y moral de este viejo y podrido estado burgués- latifundista, servil del imperialismo, hundiéndose en la crisis de su capitalismo burocrático.
Los índices de criminalidad siguiendo en elevación en Río de Janeiro, aún tras más de dos meses de intervención militar con su ficción de “sensación de seguridad”, son elementos para el incremento de la guerra civil reaccionaria contra el pueblo pobre. Pueblo pobre que dará la espalda a la farsa electoral y organizará la protesta popular en altos niveles hasta responder en el mismo tono a la violencia contra sí.