El terror que viene de los cielos

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El terror que viene de los cielos

Imagens que vazaram pela internet mostram perseguição policial e montagem da farsa

Al final de la noche de 11 de mayo de 2012, policías en dos helicópteros de la Coordinadora de Recursos Especiales de la Policía Civil, la CORE, realizaron una operación en la favela de la Corea, en Senador Camará, zona norte de Río de Janeiro. El objetivo de los agentes, según la jefa de policía Martha Rocha, era capturar Márcio José Sabino Pereira, conocido como Matemático, acusado de ser traficante y jefe del tercer Comando, una de las mayores facciones del tráfico minorista en las favelas de Río. Las imágenes de la acción, que resultó en la ejecución del traficante, se filtraron el día 5 de mayo por el programa Fantástico, de la red Globo.

La operación aconteció entre 22h y 23h30 de un viernes, horario en que es intenso el flujo de habitantes por las calles de la favela de la Corea. En las imágenes, policías civiles, con la ayuda de sensores de calor, monitorean los movimientos de Matemático. El traficante sale de una casa, que supuestamente sería la casa de su mujer, y entra en un vehículo ocupado por otros tres hombres. Cuando el coche arranca, el helicóptero de la policía inicia una persecución al vehículo y centenares de tiros son disparados, muchos de ellos contra casas y edificios de la calle que, recientemente recibió el nombre de Matemático.

En el momento de la persecución, un policía civil a bordo del helicóptero grita “Sigue, sigue, sigue!”. Cuando el francotirador para de disparar contra el vehículo de Matemático, el mismo policía exige “Da más, da más (tiros)”. Tras dos minutos de cacería, el coche que cargaba el bandido se choca en el muro de una casa y, herido, él huye en dirección a un callejón. Matemático fue encontrado muerto horas después en el banco trasero de un vehículo abandonado en las calles de Senador Camará.

El arma usada por la policía civil en la acción – una ametralladora belga FN MAG 7.62mm – pertenencia a la policía federal y, hasta el momento, la gestión estadual no explicó porque el arma estaba acoplada a la aeronave de la CORE. Además de eso, no es permitido el uso de ese tipo de armamento por las policías civil y militar. La ametralladora es capaz de disparar de 650 a mil tiros por minuto y, según especialistas, no debe ser usada en helicópteros, principalmente en acciones realizadas en ambientes urbanos, debido a la baja precisión del tiro.

Para la sorpresa de algunos, el policía-piloto que comandaba la operación, Adonis Lopes de Oliveira, defendió la acción de la CORE y dijo que los tiros disparados de la aeronave no ofrecieron riesgo a la población de la favela de la Corea. Sin embargo, una semana después de la filtración de las imágenes, el reportaje de AND fue al local de la persecución y conversó con habitantes, que relataron los momentos de terror que vivieron el día de la muerte del traficante.

– Yo estaba dentro de casa, pero mis nietos estaban en la calle andando de bicicleta. Yo creí que mi corazón iría a parar de tan desesperada que quedé. Yo sólo escuchaba la confusión de los tiros perforando la pared y el tejado de mi casa y yo no sabía dónde esconderme. Porque cuando los policías vienen andando, nosotros nos escondemos atrás de las columnas que son más firmes, los tiros no atraviesan. Pero cuando es helicóptero, uno no tiene donde esconderse. Yo lloraba y gritaba el nombre de mis nietos. Por un milagro nadie se lastimó – dijo una señora que vendía empanadas en uno de los tramos que aparecen en las imágenes de la persecución.

– Mira aquí el tamaño de los agujeros en mi tejado. Sábado a la noche es un día en que el habitante quiere quedarse en la calle, tomando una cerveza, conversando con su vecino. Los traficantes no son nuestros amigos, nosotros no sabemos lo que ellos están haciendo y ni queremos saber. No es justo que yo tenga que esconderme debajo de la cama, corriendo el riesgo de tomar un tiro, de perder un hijo con una bala perdida, siendo que yo me levanto todos los días a las 5h de la mañana para ir a trabajar – protesta otra habitante.

Propietario de un edificio que aparece en las imágenes como un obstáculo a la aeronave de la CORE, un señor que se identificó como Francisco invitó el reportaje a entrar en el inmueble. Un año después, sólo mitad de los daños causados por los tiros había sido reparada. Pero los arreglos de las ventanas quebradas, agujeros en las paredes y caños agujereados son las menores preocupaciones de Francisco.

– Parece que la gente de aquí no vale nada. Ellos hacen eso siempre, no fue la primera vez, ni va a ser la última. Uno está aquí viviendo hoy, sin saber si mañana una bala va a atravesar nuestro tejado y acertarnos. El caso  apareció en la televisión en el Brasil entero, en el mundo entero y, ni así, vino alguien aquí a preguntar si la gente está bien, si la gente está viva. Ni gobierno, ni “derechos humanos”, ni reportaje, nada. Ustedes fueron los únicos que vinieron aquí en un año – lamenta.

Un mototaxista que guió nuestra visita a la Corea y no quiso ser identificado en este reportaje nos llevó a la casa que era de la esposa del traficante Matemático. El inmueble es el mismo de donde el bandido aparece saliendo en el inicio de las imágenes filmadas por la CORE. Según el motociclista, la casa habría sido ametrallada por el mismo helicóptero que mató Matemático al día siguiente a la operación del día 11 de mayo. Abandonado, el inmueble estaba con los vidrios destruidos por tiros además de centenares de marcas de balas en las paredes y en el portón.

– No importa si el tipo era traficante y si la mujer era su esposa. Habían niños dentro de la casa, empleados, había gente en la calle. Era domingo, día de sol, imagina cuanta gente andando en la favela. Eso no es actitud de policía. Parece hasta facción de traficante queriendo tomar el dominio de la favela – critica.

“Autos de resistencia”

El día en que AND fue al local donde Matemático fue muerto, el periódico Extra divulgó nuevas imágenes de otra operación de la CORE, esta vez, en la favela de Rôla, a pocos kilómetros de la favela de la Corea. El vídeo muestra, claramente, policías civiles forjando un auto de resistencia – muerte en enfrentamiento con la policía.

En la ocasión, tres supuestos traficantes son muertos por policías a bordo del helicóptero de la CORE. Los agentes desembarcan del vehículo mientras policiales en un ‘caveirão’(vehículo policial blindado) recogen los cuerpos. Dentro del bar, agentes conmemoran las muertes, cuando, por el radio, otro equipo informa que un joven fue encontrado muerto, desarmado, dentro de una casa a cien metros del bar. El muchacho probablemente habría sido alcanzado por una bala que atravesó las paredes del inmueble. Policías, entonces, llevan el cadáver del joven y lo mezclan a los cuerpos de los supuestos traficantes muertos en el intercambio de tiros. El caso fue registrado como ‘auto de resistencia’.

La divulgación de esas imágenes revela nada más, nada menos, que una práctica trivial de la CORE y de todos los otros destacamentos de la policía de Río, de élite o no. Basta chequear el número de autos de resistencia en operaciones policiales en las favelas del estado. Solamente en los años de 2011 y 2012, 938 personas fueron muertas en supuestos enfrentamientos con la policía. En el caso del niño Juan, de 11 años, secuestrado y asesinado por policías en la Bajada Fluminense en julio de 2011, el policía acusado por el asesinato – el cabo Edilberto Barros do Nacimento – ya se había envuelto en 15 autos de resistencia en sólo nueve años como policía militar. Aun así, estaba en las calles engordando su currículum de crímenes contra el pueblo.

Las operaciones realizadas por los helicópteros de guerra de la policía para el asesinato de traficantes en las favelas de Río tampoco son novedad. Allí mismo, en la favela de la Corea, en 2007, imágenes hechas por el helicóptero de la Red Globo, mostraron los últimos momentos de vida de dos supuestos traficantes minoristas. En las imágenes, dos hombres corren cuesta abajo huyendo de una lluvia de tiros de fusil disparados de la aeronave de la policía civil. Los dos murieron baleados. Las imágenes generaron polémica y recordaban un safari, ya que en aquel momento, las víctimas no ofrecían ningún peligro al helicóptero de la policía.

Lo que muchos especialistas de la Red Globo llaman de señales de “falta de entrenamiento” de la policía de Río, en realidad son los reflejos del entrenamiento que reciben de las tropas del Estado para reprimir, matar, robar y llevar a cabo todo tipo de crimen contra las masas en las favelas y barrios pobres de todo el país. Delante de un modo de producción que pervierte todo tipo de humanidad, militares son entrenados, cada día más, para mantener los pobres bajo las riendas del fusil, como ganado de abate, detenido, encorralado, esperando el día de la muerte. Esas imágenes sirven para reforzar una realidad que los habitantes de los barrios pobres conocen muy bien, en la cual basta ser pobre para ser enemigo.

Traducciones: [email protected]

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