El festival de desatinos en los primeros días de la gestión de Bolsonaro reveló otro “mito”: el de que no habría con el Congreso la política del “toma daca”. Al sancionar la ley que concedía incentivos fiscales a la Sudene y a la Sudam, provocando un agujero en el Tesoro, Bolsonaro cínicamente reveló que si él no sancionase la renuncia fiscal crearía dificultad para la aprobación de la “reforma de la seguridad social”.
¿De qué se trata entonces? Si la ley no fuese sancionada, los diputados de las dos regiones podrían votar contra la aprobación de los cambios en la seguridad. Por lo tanto, para agradar los diputados del norte y del nordeste, Bolsonaro dio la renuncia fiscal para pedir el apoyo de los diputados en la votación de la seguridad.
En el transcurso de sus siete mandatos – 28 largos años de vida de marajá – Bolsonaro ya tenía libre tráfico en el bajo clero del congreso, principalmente entre los representantes de los lobby de la bala, del buey y de la biblia, y fue aún durante su campaña que cerró los acuerdos en la base del “toma daca”, sólo que de una forma mistificada.
Para el lobby de la bala, cuyos parlamentarios recibieron apoyo financiero de los fabricantes y comerciantes de armas, prometió liberar la posesión de armas, o sea, dará la posesión de armas y recibirá el apoyo de la bancada de la bala.
Con la bancada del buey usó de la misma indulgencia: dio el control de las tierras indígenas y quilombolas para los ladrones de tierras de la UDR, además de afirmar que iría a replantear la demarcación de la reserva indígena Raposa Sierra del Sol, en Roraima. Cambió la Funai de Ministerio y “liberará” los latifundistas de las multas del Ibama, también descaracterizado. En cambio, tendrá de la fornida bancada del Buey y latifundistas apoyo a sus demandas en el Congreso.
Con la bancada de la biblia, además de “Dios por encima de todos”, dio orientación para una lucha sin cuartel contra lo que él llamó de “ideología de género”, “marxismo cultural”, “políticamente correcto” y otros similares, que en la opinión de la bancada perjudican las relaciones con Dios, patria y familia. El “toma daca” de los pastores tendrá la contrapartida para sus proyectos.
Por lo tanto, esta forma de hacer negociación con los grupos parlamentarios “temáticos” es, nada más, nada menos, de que la forma mistificada de dar continuidad a lo que no se puede cambiar en este sistema empodrecido desde la médula: la subordinación del legislativo al Ejecutivo, a través de la compraventa de apoyo.
El discurso fanático anticomunista sirve no sólo para alimentar el caldo de cultivo que lo eligió y sin el cual no se sostiene, y justificar su descaro antipueblo y vendepatria, de cortar derechos del pueblo y lamer las botas del USA para colocar una base militar en el territorio patrio. Sirve también para ocultar la compraventa de apoyo y votos imprescindibles para administrar esta putrefacta maquinaria.
Se engaña Bolsonaro al pensar que la minoría del electorado que lo eligió le dio un cheque en blanco para defender las clases dominantes (grandes burgueses y latifundistas serviles del imperialismo, principalmente yanqui) y ampliar aún más la explotación y opresión de las masas de nuestro pueblo. Pues no pasará mucho tiempo para que la mayoría de los que lo eligieron, votando por desesperación y falta de perspectiva, se dé cuenta del nuevo engaño de que fueron víctimas.
La situación de Brasil es muy seria, gravísima, y un gran desorden mundial sólo comenzó. Deliran los que piensan que la crisis política llegó al fin. No por otra razón, los altos mandos de las Fuerzas Armadas, al par de la gravedad de la situación e incentivados por el Tío Sam, mucho antes de la elección ya habían puesto en marcha el plan de intervención militar preventiva al inevitable levantamiento popular contra el aumento de la explotación, miseria y represión. Al utilizar la elección de Bolsonaro, quieren institucionalizar el golpe militar para darle “legitimidad”, conocedoras de que se trata de situación tan explosiva. Impusieron al pequeño clan Bolsonaro la ocupación por ellos de los puestos más estratégicos de la gestión del viejo Estado para manejar con cautela la plasmación del golpe contrarrevolucionario. Sin estos cuidados, Bolsonaro ya coloca leña en la hoguera.