José Carlos Mariátegui sigue siendo uno de los mayores pensadores revolucionarios peruanos. A través de los años, su vida y obra han sido evocadas para los más diversos fines. Actualmente, sin embargo, una vasta corriente, principalmente en la academia, viene "rescatando" y destorciendo el pensamiento de Mariátegui para intentar justificar el oportunismo de algunos grupos políticos en América Latina.
Mariátegui fue uno de los fundadores del Partido Socialista del Perú, en 7 de octubre de 1928, siendo electo Secretario-General de la organización. En noviembre del mismo año publica su principal obra, los Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana.
AND entrevistó el Maestro en Historia por la UFF — Universidad Federal Fluminense, Felipe Deveza, que escribió su disertación de maestrazgo ‘La Comunidad Indígena y la Indo-América — Mariátegui, APRA y Haya de La Torre en búsqueda de una identidad nacional’. Felipe destaca que Mariátegui nunca fue un reformista, sino un grande revolucionario. "Mariátegui funda el Partido Socialista Peruano que después cambia el nombre para Partido Comunista del Perú, pero él funda un partido que se autodenomina marxista-leninista. Es sólo ver el programa del Partido, está escrito allá".
Felipe Deveza – La primera cosa que es importante decir sobre José Carlos Mariátegui es que su principal obra, los Siete ensayos de la realidad peruana, es el libro más vendido en el Perú y continúa siendo hasta hoy. Es el libro escrito por un peruano que tiene el mayor número de traducciones en un mayor número de idiomas. Entonces en el aspecto académico, literario o de divulgación, él es el autor peruano con mayor importancia. El segundo aspecto importante es que él era un militante comunista y tal vez el único militante comunista latinoamericano que consiguió ese reconocimiento nacional. La historia de su obra es compleja, porque él muere en 1930, pero el reconocimiento — como importante teórico de la izquierda peruana — sólo acontece a partir de la década del cincuenta, que es cuando la familia de él rescata sus libros. De la década de cincuenta en adelante es que comienza a existir un interés mayor por la obra de Mariátegui. Actualmente es lectura obligatoria en las escuelas y universidades peruanas. Sus libros son vendidos hasta en quioscos de periódicos.
FD – En la academia, Mariátegui viene tornándose "moda", un proceso parecido con lo que hicieron con el Gramsci. Aunque los autores no tengan necesariamente muchas semejanzas, son autores que integraban el movimiento comunista, eran revolucionarios conectados a la Tercera Internacional, militantes y fundadores de Partidos Comunistas. Fueron apropiados en algunos autores de la universidad como si fuesen intelectuales, con escritos "desinteresados" políticamente, de modo que ofrecieran menos riesgos al status quo y a la orden social actual. Un tratamiento emblemático de lo que estoy diciendo quién hace es Michael Löwy, afirmando que Mariátegui sería un "anticapitalista romántico", un "marxista heterodoxo". Existe un esfuerzo por crear nuevos nombres y conceptos, de asociar Mariátegui a alguna novedad culturalista y posmoderna.
Mariátegui fundó un Partido Comunista (dio el nombre de Partido Socialista Peruano), organizó sindicatos obreros, se conectó al movimiento campesino que luchaba por la tierra de forma altamente radical y se opuso activamente a la dictadura de Lenguía. Todos sus escritos fueron en el sentido de elaborar una teoría revolucionaria. Él quería conocer la realidad peruana, pero el objetivo del conocimiento de la realidad peruana era el de la transformación revolucionaria de la sociedad para organizar una sociedad socialista. Mariátegui funda el Partido Socialista Peruano que después cambia de nombre para Partido Comunista del Perú, pero él funda un partido que se autodenomina marxista-leninista. Es simplemente ver el programa del Partido, allí está escrito.
Muchas veces, cuando se habla de Mariátegui, se utiliza de su análisis sobre la cuestión cultural indígena como se fuera algo desplazado de su concepción del marxismo, del socialismo y de la Revolución. Muchos han investigado la obra de Mariátegui, y ese interés tiene dos aspectos: por un lado es positivo porque se ha divulgado más la obra de Mariátegui, pero por otro, existe alguna tergiversación o una "domesticación" de la teoría revolucionaria de Mariátegui para adecuarse a algún molde académico. Hicieron y hacen eso con Marx, Gramsci, Che Guevara y otros revolucionarios.
Entonces Mariátegui es eso, un revolucionario antes que todo, y un intelectual y periodista por consecuencia, y no lo inverso.
FD – Mariátegui estudió profundamente el marxismo y buscó, inspirado por la Revolución Bolchevique de 1917, construir una sociedad socialista en el Perú. Al depararse con el movimiento campesino e indígena, que en 1923 vivía una elevación de su organización, buscó comprender la realidad particular del Perú, su desarrollo histórico y político para elaborar un programa, una estrategia revolucionaria para el Perú y para América Latina. Al estudiar sobre la realidad peruana, percibió que en el interior del país, en la tradición comunalista del Ayllu, el nombre quechua de las comunidades indígenas, existe el embrión de un tipo de relación social que podría ser aprovechada en un futuro Estado Socialista, en cooperativas y soviets. De la misma manera, por ser tres cuartos de la población peruana, los descendientes indígenas deberían componer la base cultural de la Nación. En el Perú, el racismo, sutil o no, es muy fuerte y los gobernantes siempre negaron la herencia cultural indígena. Mariátegui con otros intelectuales y artistas rescataron elementos de la cultura indígena para una nueva propuesta de identidad nacional peruana, opuesta al europeísmo dominante en la década de 1920.
FD – En 1928 fue organizada una conferencia internacional de Partidos Comunistas de América Latina, realizada en Buenos Aires. Esa, inclusive, fue la única reunión de ese tipo en el continente, la Tercera Internacional fue disuelta en 1943 y nunca más se reunieron los representantes de los Partidos Comunistas del continente en un único espacio. El marxismo aún era una novedad por aquí y los comunistas que militaban dentro de esos partidos tenían muy poco conocimiento del marxismo, hasta porque las obras de Marx y Lenin tenían pocas traducciones para español y para el portugués. En Buenos Aires es presentada una tesis intitulada El problema de las razas en América Latina, presentada por Hugo Pesce, pero escrita por Mariátegui. Él no pudo ir Buenos Aires por motivos de salud.
En esta tesis Mariátegui da su mayor contribución, creo, al movimiento comunista internacional, porque él entiende que el problema de las razas es un problema de clases, es un problema del campesinado en el Perú, es un problema del campesinado en Méjico, o sea, el problema indígena no es un problema de nacionalidad como entendían los dirigentes de la Internacional. Algunos miembros de la Tercera Internacional proponían una solución socialista para América parecida con la forma que entendían el problema de las nacionalidades en Europa. Vinculaban nación con raza, o etnia. Proponían fundar, en el sur de Estados Unidos, una nación socialista negra independiente y en el Perú y en Bolivia fundar un Estado socialista aimara y un Estado socialista quechua, respectivamente. En realidad esa propuesta demostraba el desconocimiento por la Tercera Internacional de la realidad política de América Latina y el desarrollo histórico de nuestros países.
Pero diferente de lo que algunos autores colocan, eso era un esbozo, una propuesta de debate que algunos dirigentes de la Internacional colocaron para los militantes de América Latina y no una imposición. El organizador de esa conferencia, el suizo Humbert-Droz, miembro del Comité Ejecutivo de la Internacional, llamó la atención de los participantes de esa conferencia, para que trajeran más datos para un análisis más profundo de la realidad latinoamericana y así elaborar una estrategia revolucionaria para estos países.
De hecho, en las fuentes, en las actas, en las conferencias y en la propia obra teórica del Mariátegui usted ve nítidamente que él es un revolucionario y un activista político y todo lo que él más anhelaba era filiar el Partido Socialista Peruano a la Tercera Internacional. Mariátegui quería incorporar el Perú en la Revolución Mundial e integrarse a la Tercera Internacional, que era el Partido mundial de la Revolución. Él era un internacionalista, quería colocar el Perú dentro de ese proceso revolucionario mundial.
Es artificial decir que él tiene contradicciones con la Tercera Internacional. Él tuvo debates y polémicas, como acontece en todo lugar que existe discusión política.
FD – Yo me concentré en sus escritos sobre el problema indígena y descubrí que eso no sólo es muy importante, como es más amplio para pensar la realidad latinoamericana. Cuando la Tercera Internacional se expande para otros países, en el embalo de la Revolución Rusa, ella tiene dificultades en interpretar la riqueza social que hay dentro de América Latina, particularmente el problema indígena. Existe una dificultad en definir cual la composición de clases de América Latina. Mariátegui consigue colaborar exactamente en eso, él hace la conexión entre el indígena que se rebelaba en el interior del Perú con el problema de la lucha por la tierra y consecutivamente con el problema campesino. Diferente del campesinado francés, por ejemplo, que tenía una actitud conservadora en relación a la transformación social, en América Latina el campesinado es revolucionario y Mariátegui desvela eso en la tradición comunal indígena. El Ayllu viene desde la época del Imperio Inca y se mantiene durante el periodo de feudalidad del dominio español. Esa tradición comunalista llega a la época del imperialismo el siglo XX como un elemento de cohesión social, de estructura y organización social superior a las relaciones semifeudales que se mantienen y en las cuales, muchas veces, el sistema capitalista se apoya para desarrollarse en América Latina. Cuando llega el imperialismo inglés y norteamericano la comunidad indígena es atacada, sus tierras comunales usurpadas. El campesinado indígena reacciona y el Ayllu pasa a ser un elemento revolucionario y la primera experiencia colectiva socialista en el Perú. Eso realmente es una interpretación original de Mariátegui, pero no es heterodoxa o contraria al leninismo. Es el leninismo que posibilita ese análisis de Mariátegui. Lenin afirma que el capitalismo llegó a una etapa de dominación internacional, imperialista, pero que se apoyaba en estructuras de producción, arcaicas y serviles en los países periféricos, coloniales y semicoloniales.
El latifundio que usurpaba las tierras comunales indígenas estaba aliado al imperialismo, y no pretendía desarrollar el capitalismo en el interior peruano. Así los campesinos indígenas, como los obreros y la pequeña burguesía, estaban del mismo lado, contra el imperialismo, contra el latifundio y por una Revolución Democrática en el Perú, incorporada a la Revolución Socialista mundial.
FD – Es un marxismo original porque parte de una realidad particular de América Latina. Cada lugar tiene un proceso histórico, y aquí tiene ese, los indios, los incas, los mexicas, los aztecas, una mayoría campesina y la tradición comunalista del Ayllu.
Para Mariátegui eso mantiene vivo algo positivo, que sería esa organización colectiva del campesinado y diferente de otros campesinos de Europa, él no buscaría la propiedad particular de la tierra, y sí la propiedad colectiva y su uso colectivo. Él coloca eso en el programa del Partido.
FD – Existe una resistencia muy grande en la universidad en utilizarse el término "semifeudal" porque estaríamos haciendo referencia a una realidad medieval europea. Feudal sería solamente el tipo de relación de vasallaje característica de Europa de un tiempo datado históricamente. Sin embargo, cuando pensamos en la explotación de los trabajadores de la caña de azúcar, por ejemplo — es sólo alguien pasear por Pernambuco o por el interior de San Pablo — vemos que las relaciones de producción aplicadas allá no son asalariadas y capitalistas, como en una fábrica. Entonces es preciso tratar eso de otra forma y entender cómo es que funciona y porqué es así. Mariátegui contribuye en el sentido de identificar cómo se desarrollan las relaciones de producción en el Perú y él es utilizado por muchos autores, historiadores y científicos sociales en América Latina también en ese sentido. La idea de semifeudalidad es actual porque Brasil no extirpó todas las relaciones pre capitalistas o atrasadas anteriores o extrañas al asalariamiento. Hasta hoy muchos trabajadores viven bajo régimen de esclavitud en el campo. Desde una empleada doméstica que tiene una relación de vasallaje dentro de la casa de los patrones, un cortador de caña, o hasta un vendedor de las calles, viven relaciones extrañas al asalariamiento. Cuando un vendedor organiza una banca, existe un tipo de arrendamiento del espacio, la policía trabaja con la idea de arrendamiento cuando extorsiona la propina, eso es en parte una cosa del capitalismo, pero es muy característico de un sistema anterior, feudal. ¿Cómo podemos denominar el sistema de deudas impuesto a los trabajadores de las minas de oro, en los seringales o en medio a los trabajadores rurales? Las relaciones arcaicas se desarrollan de incontables maneras en nuestra sociedad, no sólo en el campo, pero en las ciudades también. Esa es una herencia colonial, pre-capitalista y feudal, finalmente, cuando los europeos llegaron a América el sistema dominante en el Viejo Continente aún era el feudalismo y fue eso que ellos implantaron aquí. Aliado al mercantilismo y el trabajo esclavo.
FD – En la década de 1920 surgen los dos principales partidos del Perú del siglo XX: la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) y el Partido Comunista. Yo creo que en la década de 1980 tenemos una nueva polarización de la izquierda peruana también en esos dos campos, el Partido Aprista con el primer gobierno de Alan García, en 1985, y el PCP (denominado de Sendero Luminoso por la prensa y fuerzas represivas del Estado), que es una insurrección dirigida por el Partido Comunista, basado en el movimiento campesino principalmente, con fuertes tradiciones de las comunidades indígenas. La Guerra Popular dirigida por el PCP es hasta hoy, la que tuvo más éxito en términos de fuerza política dentro del campesinado peruano, tal vez la que consiguió el mayor apoyo popular en América Latina. Mariátegui sirvió de inspiración fundamental y de base teórica para esa guerrilla. Inclusive, quien conoce o se dé el trabajo de investigar la historia del Perú, leer alguna cosa producida en la década de 1980 en el Perú, verá que el Partido Comunista del Perú se intitula el continuador de Mariátegui, como los que de hecho irían a hacer de la rebelión indígena campesina comunista un Estado Socialista.
FD — Sin duda, cualquier persona que lee la obra de Mariátegui con seriedad va a percibir que la línea, los objetivos y el esfuerzo de Mariátegui van en el sentido de transformar la realidad social peruana, de hacer una Revolución en el Perú, y él está intentando entender esa realidad para transformarla. Cualquier acusación de que Mariátegui era sólo un intelectual europeísta, de no tener práctica política, etc., es pura falsificación, no puede tener crédito.
Mariátegui no era un pacifista, él era a favor de una Revolución, que hasta por la propia palabra es una transformación radical de la sociedad, ella implica en violencia y quién es adepto de una concepción revolucionaria de transformación de la sociedad no puede creer que no va a haber violencia en eso, sino ahí usted no puede ser un revolucionario. Sendero es un movimiento que presenta una propuesta de sociedad legitimada por una parte de la población, que inclusive tomó las armas. Todo movimiento revolucionario antes de llegar al poder es tratado como terrorista y demoníaco. La Revolución Francesa cortó la cabeza del rey y fue tratada como la mayor violencia terrorista, con el perdón del anacronismo. Hoy es una referencia, el inicio de la Historia Contemporánea.
FD — Uno escribe un montón de cosas, pero nadie lee, sólo la banca y el orientador. Muchas veces puede existir una resistencia ideológica al abordaje de la obra teórica de un revolucionario latinoamericano que toma una concepción nítidamente marxista. Existen sectores de la universidad extremadamente conservadores, pero a su vez uno tiene una producción académica muy abstracta, muy subjetiva. Entonces, a veces, usted puede escribir y pasar porque nadie se da el trabajo de leer, porque si leyera tendría alguna resistencia, creo yo. Pero también existen otros sectores que no son conservadores, al contrario, son progresistas, tienen una historia de lucha por democracia en nuestro país y que ven con buenos ojos, otras visiones, otras formas de ver la historia de América Latina. Por suerte yo tuve una orientadora con una importante historia de lucha, la profesora Conceição de Góes, que ve de forma positiva un trabajo de investigación del movimiento popular en América Latina, del movimiento revolucionario que ha intentado transformar la historia de América Latina.
FD – Creo importante colocar que Los Siete Ensayos está completando ochenta años y muy poca gente tiene contacto con esa obra. Mariátegui es un autor importante para comprender la realidad latinoamericana, la historia de las luchas populares en América Latina y muchas veces en Brasil. Él tiene un componente original, un análisis de la realidad latinoamericana que es sorprendente, tamaña la profundidad, la cantidad de cuestiones que él abarca, la claridad y hasta la poesía de sus palabras.
Y otra cosa, él era un periodista y escribía muy bien, entonces por eso también es bueno leerlo.
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