El último día 23/7, el proletariado brasileño perdió un valeroso hijo, el compañero Helio Silva. Helio fue asesinado a puñaladas en su residencia, en el barrio de Padre Miguel, Zona Oeste de Río de Janeiro. Su cuerpo fue encontrado por familiares que registraron el hurto de algunos objetos personales.
Ellan Lustosa/AND
La redacción de AND recibió la triste noticia el día 25/7.
Helio nació el día 8 de septiembre de 1942, en Quintino, Zona Norte de Río, hijo de un ferroviario y una doméstica. A los 4 años se mudó con la madre y los cinco hermanos para una favela de Padre Miguel. Tuvo una infancia muy pobre y, a los 9 años trabajó como limpiabotas y vendedor de caramelos en los trenes para ayudar en el sostenimiento de la familia.
Con el golpe civil-militar de 1964, y percibiendo la necesidad de una organización que dirigiera la lucha popular no sólo para derrumbar el régimen, pero para superar el sistema de explotación, ingresó en las hileras de la Vanguarda Armada Revolucionaria – Palmares (VAR-Palmares) y pasó a realizar trabajos de propaganda y agitación contra el régimen militar-fascista pro-yanqui. Tomó parte en diversas acciones armadas, como una en apoyo al Ejército Republicano Irlandés (IRA), que aniquiló un marinero inglés en Río de Janeiro.
Fue apresado en 29 de octubre de 1972. Cercado por varios policías y encapuzado, fue llevado al cuartel de la Policía del Ejército, en la Tijuca, donde pasó ocho días sin recibir alimentos y sufriendo diversos tipos de tortura. En todos los años de cárcel, Helio enfrentó sus torturadores y salió victorioso, pues no delató ninguno de sus compañeros y mantuvo su moral revolucionaria elevada. Participó de la histórica huelga de hambre de más de 30 días en el Presidio Frei Caneca.
Participó activamente del Centro Brasileño de Solidaridad a los Pueblos (Cebraspo) hasta su último día de vida activamente y tomó parte, al lado de la juventud combatiente, de las Jornadas de Junio de 2013. Era un entusiasta de la prensa popular y democrática y gran apoyador del periódico A Nova Democracia.
El reportaje de AND compareció a su entierro, que fue realizado el día 27/7 en el Cementerio de Realengo.
Decenas de jóvenes, compañeros de mucho tiempo, amigos y familiares estuvieron presentes y prestaron un justo homenaje, que también contó con la presencia de militantes de movimientos populares, revolucionarios, del Grupo Tortura Nunca Más y ex-presos políticos.
Fue una bella ceremonia que tuvo inicio al son de La Internacional y el féretro de Helio fue cubierto con la bandera del comunismo. El Frente Revolucionario de Defensa de los Derechos del Pueblo (FRDDP) hizo una intervención en su homenaje, en que, en un tramo, fue destacado:
“Una vez capturado por el enemigo, Helio fue torturado y condenado a pena de muerte, uno de los únicos que el régimen militar condenó a esta pena, pero no tuvo coraje de cumplir. Aún en la cadena Helio derrotó sus verdugos. Durante la prisión mantuvo siempre una posición firme. Participó de las luchas para que su condición de preso político fuese reconocida junto a otros grandes revolucionarios, como el también recientemente fallecido el gran Alípio de Freitas […] El camarada Helio sirvió verdaderamente al pueblo de todo el corazón, con desinterés absoluto, sin esperar nada en cambio, y su vida simple así la llevó. Después del fin del régimen militar, despreció aquellos que capitularon, que se acomodaron en los palacios del viejo Estado, y siguió defendiendo la lucha armada y buscando un camino para la revolución y para el comunismo. En este periodo, encontró el maoismo, que es la ideología de la clase obrera en los días de hoy. Y pasó a luchar incansablemente por la reconstitución del Partido Comunista de Brasil y por la Guerra Popular en nuestro país, lucha por la cual se dedicó hasta la muerte”.