Farsa electoral reimpulsa oligarquías

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Farsa electoral reimpulsa oligarquías

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Concluido el lanzamiento de las candidaturas del partido único con su núcleo común programático, otras actividades se presentan para llevar adelante la farsa electoral. En primer lugar, administrar desde el punto de vista del marketing, las diferencias residuales entre los postulantes y ganar el mayor tiempo posible en radio y en televisión para repetir hasta el cansancio sus falsas promesas. Pero, además de eso, cuenta mucho el llamado montaje de las alianzas estaduales.

El término alianza, en realidad, es usado de forma figurada, ya que más apropiado sería corral. Los corrales electorales que muchos piensan ser algo del pasado de la vieja república de los coroneles del interior de Brasil, están bien vivos y son elementos decisivos para la definición de cuál de las fracciones del partido único ocupará la silla de gerente de turno de la semicolonia.

El crimen organizado en el poder

Las oligarquías estaduales, este verdadero cáncer cuya existencia viene desde los tiempos coloniales, encontró en la forma federativa del Estado brasileño el mejor envoltorio para su empodrecido contenido, y en la farsa electoral el mejor camino para su perpetuación.

La base de la oligarquía es el monopolio de la propiedad de la tierra. El latifundio, como parte de las clases dominantes en nuestra sociedad, establece una verdadera red de intereses para enriquecerse, a partir de su inserción en la máquina burocrática de los municipios, con recursos públicos transferidos para sus miembros, directamente – ej. pagos de altos salarios y gratificaciones – o indirectamente – a través del esquema de corrupción por comisiones obtenidas de constructoras y proveedores. De esta base despuntan los cabecillas que serán “elegidos” para las asambleas estaduales y para el Congreso Nacional, instancias utilizadas como plataforma para la disputa de la máquina burocrática estadual (ejecutivo y judicial) y de tajadas de la burocracia de la Unión.  

Figuras como Sarney, el fallecido Antônio Carlos Magalhães, Collor de Melo y Jader Barbalho, sólo para que tengamos una pequeña muestra de cómo funcionan las oligarquías, tienen en común el hecho de apoyarse en el latifundio y su dominio municipal y, a partir de ahí, ocupar la máquina del Estado. Ahí llegando, montan una estructura de comunicación, que sirve como soporte para su consolidación como grupo dominante en la sociedad, al mismo tiempo en que la usa como instrumento de ataque a los demás grupos de poder que posiblemente osen amenazarlos.

50 años atrás, Sarney no tenía nada; hoy él es el todo poderoso de los medios de comunicación y tiene una fortuna incalculable. El patrimonio de la familia Sarney incluye, por lo menos, cuatro emisoras de televisión, el mayor periódico impreso del estado de Maranhão, cerca de 20 emisoras de radio, una isla y diversas propiedades. Jader, de origen bastante modesto, posee haciendas, emisoras de televisión, de radio, periódico y diversas propiedades. La familia de ACM también tiene periódico, emisoras de televición, radio y diversas empresas. Lo mismo aconteciendo con la familia Arnon de Mello, padre de Collor.

Investigadores y estudiosos llegaron a acuñar la expresión “coronelismo electrónico” para caracterizar la influencia de los medios de comunicación en la formación de los modernos corrales electorales. Fueron exactamente Sarney y Antônio Carlos Magalhães, el primero como presidente y el segundo como ministro de las comunicaciones, que patrocinaron la mayor farra de distribución de emisoras de radio y televisión en pago de votos en favor de los intereses del latifundio, de la gran burguesía y del imperialismo en la elaboración de la Constitución de 1988. Inocêncio de Oliveira y los Coelho en Pernambuco; los Alves y Maia en el Río Grande del Norte; Albano Franco y João Alves en Sergipe; se suman a los ya citados arriba en el montaje de un dominio donde lo económico, lo político y lo “mediático” se entrelazan en el mantenimiento del status quo.

Con la llegada del oportunismo a la gestión del Estado, algunos ingenuos creían que había llegado la hora del ajuste de cuentas con las oligarquías. Ledo engaño, lo que se vio en los dos mandatos de Luiz Inácio y principalmente en su sucesión fue el fortalecimiento de la carcomida estructura de privilegios montada en cada unidad de la federación. La obstinación de Luiz Inácio en garantizar la continuidad del oportunismo en la gestión de la máquina estatal llegó al paroxismo cuando él resolvió ostentar su llamada base aliada a partir de las oligarquías estaduales, atropellando, inclusive, su propia agremiación que en muchos locales se creó encima de un discurso antioligarca.

PT como aliado menor del PMDB

El caso más patético aconteció en el Maranhão, justamente el reducto de José Sarney, que colocó como condición para la alianza del PMDB en torno a Dilma, el apoyo del PT a la candidatura de su hija Roseana al gobierno del estado.

Manoel da Conceição, figura histórica del movimiento campesino, fundador del PT y víctima de la oligarquía maranhense, por ser hombre de buena fe, fue víctima de la traición en un nuevo golpe: primero, cuando Maranhão era dominado por el oligarca Vitorino Freire y Sarney se presentó en las elecciones de 1965 como el candidato al gobierno estadual con la bandera de liquidar con la oligarquía y apoyar la lucha de los campesinos, Manoel da Conceição le creyó y lo apoyó. Electo Sarney, una de sus primeras víctimas fue exactamente Manoel da Conceição. Atacado por la policía, perdió una pierna al recibir un tiro de fusil que la despedazó.

Ahora, como fundador del PT, Manoel venía asistiendo al abandono del discurso anti oligárquico, principalmente de su jefe Luiz Inácio, acompañado por los arreglos más indecorosos con la oligarquía, pero continuó afiliado al PT. No imaginaba, sin embargo, que la cosa llegara a tanto y, principalmente, en su Maranhão donde el PT, en convención, repudió la candidatura de Roseana. Pero aconteció. El directorio nacional petista resolvió modificar la decisión estadual y determinó el apoyo a Roseana. Decepcionado Manoel llegó a enviar una carta a Luiz Inácio, intentando revertir la situación y entró en huelga de hambre. En su dramático llamamiento Manoel da Conceição denuncia la traición que la considera como la peor tortura que un hombre puede sufrir:

“… últimamente yo he vivido las mayores angustias que un hombre con mi trayectoria de vida es capaz de imaginar y soportar. Recibir la imposición de una tesis defendida por la Dirección Nacional de mi partido y, hasta donde me fue informado, por el propio compañero presidente, de que nuestro proyecto político y social pasa ahora por el fortalecimiento de la hegemonía de la oligarquía sarneysta en Maranhão…. todo necesita tener algún límite y tal límite es nuestra dignidad. Lo que está siendo impuesto a nosotros, petistas del Maranhão, extrapola todos los límites de la tolerancia e hiere de muerte nuestra honra y nuestra historia. Yo personalmente, hace más de 50 años vengo trabando una lucha contra los poderes oligárquicos y contra los explotadores de la clase trabajadora en este país. Por cuenta de eso perdí decenas de compañeros y compañeras que fueron bárbaramente asesinados por esas fuerzas reaccionarias.  ¿Cómo es que ahora mis propios compañeros de partido quieren obligarme a hacer la defensa de esas figuras que me torturaron y mataron mis más fieles compañeros y compañeras? Vosotros podéis tener certeza que esa es la peor de todas las torturas que se puede imponer a un hombre. Una tortura que parte de los propios compañeros que ayudamos a fortalecer y proyectar como nuestros representantes en el partido y en la esfera de poder del Estado, en la perspectiva de un proyecto estratégico de la clase trabajadora. Estoy hablando del fondo de mi alma en honra a mi historia y a la de mis compañeros y compañeras que fueron asesinados por las fuerzas oligárquicas y de extrema derecha en este país.”

Y, mostrando su indómita vértebra de campesino y de luchador del pueblo, proclama su decisión:

“…no aceptaré bajo ninguna hipótesis la tesis de que a esta altura de mi vida yo tenga que negar mi identidad y deshonrar la memoria de mis compañeros y compañeras que fueron cazados y exterminados por la oligarquía y los detentores del capital en el Maranhão, en Brasil y en el mundo entero.” Sin embargo e infelizmente, demuestra no perder ilusiones y saber sacar lecciones correctas de sus tan amargas experiencias al reafirmarse entusiasta de la candidatura de Dilma Roussef, patrocinada y bancada por el mismo esquema putrefacto del cual la imposición del “fortalecimiento de la hegemonía de la oligarquía sarneysta en el Maranhão” son partes.

Sólo la revolución puede liquidar la oligarquía

Aquellos que, delante de hechos de esta naturaleza, después de las prácticas de otros tantos hasta más sórdidos que los presentes, han alimentado alguna ilusión sobre la posibilidad de alguna transformación de fondo en nuestra sociedad por la vía electoral, necesitan definitivamente abrir los ojos para ver lo que está más de que patente: que la combinación de los intereses del imperialismo con el latifundio de viejo y nuevo tipo y con la gran burguesía, en la implementación de un capitalismo burocrático que – por su esencia semicolonial y semifeudal – drena el resultado del trabajo de toda la nación para el exterior, nutriendo las oligarquías y dejando al pueblo en el abandono y la miseria.

Este sistema se reproduce a través de la farsa electoral al colocar en los puestos claves de la burocracia estatal los elementos subordinados a los intereses del imperialismo y de las clases dominantes lacayas. No resta duda, por lo tanto, que el discurso de llevar adelante este señuelo llamado de democracia representativa está totalmente fracasado.

Es entonces ineludible la necesidad de la revolución democrática de nuevo tipo, o sea, una revolución que establezca una nueva democracia en el país a partir de un frente de las clases explotadas y oprimidas por esta vieja democracia bancada por el imperialismo y defendida y vanagloriada por las clases más reaccionarias del país y por los nuevos gerentes de turno de su Estado, la “izquierda” canalla y oportunista.

Denunciar ampliamente la farsa electoral y organizar una campaña militante por el boicot a estas elecciones viciadas de partido único es la tarea que está colocada para todos los brasileños verdaderamente demócratas comprometidos con la liquidación del latifundio y sus oligarquías, con la liquidación de la explotación de la gran burguesía y dominio del imperialismo.

En esta dirección debemos movilizar, organizar y politizar la clase obrera, los campesinos y las amplias masas explotadas mostrando, a través de un vigoroso trabajo de agitación y propaganda, que está en curso el desarrollo de una situación revolucionaria en Brasil y en los países dominados. Debemos dejar claro que la crisis en que el imperialismo se hunde sólo cobrará más sacrificios del pueblo, no dejando otra salida que no sea la revolución democrática, agraria, antiimperialista ininterrumpida al socialismo.

Traducciones: [email protected]

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