En 18 de julio de este año, se completan 35 años del cobarde asesinato de Gabriel Pimenta, abnegado abogado popular, ardoroso defensor de los campesinos, enemigo inconciliable de los latifundistas y usurpadores de tierras públicas y militante de la causa de la liberación de nuestro pueblo.
En el inicio de la década de 1980, Gabriel Sales Pimenta, formado en Derecho por la Universidad Federal de Juiz de Fora (UFJF), se mudó de Juiz de Fora (MG) para Marabá (PA), donde se integró a la lucha de los campesinos por la posesión de la tierra.
Trabajó incansablemente en la defensa y organización de los trabajadores rurales, colaborando en la creación de sindicatos y asociaciones. Fue representante legal del Sindicato de Trabajadores Rurales de Marabá y uno de los fundadores de la Asociación Nacional de los Abogados de los Trabajadores de la Agricultura.
En esa época, cerca de 160 familias luchaban por la posesión de las tierras de la hacienda Madre Maria, que ocupaban por más de veinte años, supuestamente del latifundista Manuel Cardoso Neto, conocido como “Nelito”, hermano del ex-gerente del estado de Minas Gerais, Newton Cardoso.
Gabriel Pimenta defendió jurídicamente la lucha de los ocupantes y fue el primer abogado a ganar una causa en la judicatura en favor de los campesinos en el conflictivo sur del Pará, lo que contrarió los intereses de latifundistas locales. Pimenta pasó a sufrir constantes amenazas de muerte.
El día 18 de julio de 1982, en Marabá, el abogado del pueblo fue asesinado con tres tiros de revólver en la espalda, disparados a corta distancia por el pistolero José Crescêncio de Oliveira, contratado por el jefe de pistolerismo José Pereira Nóbrega, socio de Nelito. Gabriel Pimenta tenía 27 años de edad.
El proceso judicial del asesinato de Gabriel Pimenta pasó por diferentes jurisdicciones y jueces, arrastrándose a lo largo de las décadas. Nelito quedó detenido solo un mes y José Pereira Nóbrega por apenas diez días.
En 8 de mayo de 2006, los criminales fueron “premiados” por la judicatura con la prescripción del crimen. Nuevamente la impunidad cuando se trata de crímenes practicados por latifundistas contra el pueblo, expresión clara del carácter de clase burgués -latifundista del viejo Estado y su judicatura.
Pasados 35 años de la muerte de Gabriel Pimenta, el pueblo no olvida su héroe. En Marabá, un barrio del municipio lleva el nombre del abogado del pueblo, surgido después de una ocupación de terrenos. En Conceição del Araguaia, campesinos, organizados por la LCP del Pará y Tocantins, tomaron las tierras de los latifundios Capivara, Talismán y Jacutinga, que hoy integran el área Revolucionaria Gabriel Pimenta.
Como destacamos en nuestra edición nº 30 de AND: “Si la justicia del latifundio jamás irá a punir sus adeptos, la justicia popular ya comienza a vengarlo. La vida de Gabriel Pimenta será siempre recordada en los más distantes rincones del país, a través de su propio ejemplo: en la lucha popular cotidiana, principalmente la lucha por la destrucción total del latifundio”.