A pesar de vivir alineados en el esmero antipueblo, de rutinas de producción en común marcadas por el sensacionalismo, mentiras y prejuicios, y de constituir organizaciones empresariales de naturaleza eminentemente mafiosa, los nada respetables integrantes del monopolio de los medios de comunicación que operan en Brasil viven en pie de guerra por la audiencia del respetable público.
No huyen a la regla de la competición capitalista, como parte integrante que son del sistema donde las grandes empresas de todos los ramos disputan los espacios más privilegiados para lucrar en detrimento de las masas. ¡Y como se dedican a la opresión! Sea en el suelo de la fábrica, sea realizando el doble trabajo diario de difamación de las clases populares y elogio de la explotación y de la opresión generalizadas. Es sobre este escenario que debe ser entendida la "guerra" hace mucho anunciada y finalmente deflagrada con furor entre las emisoras de televisión Rede Globo y Rede Record.
El martes día 11 de julio, el principal programa periodístico de la Rede Globo, el Jornal Nacional, dedicó un tercio de su precioso tiempo en el llamado "horario noble" en la TELE, para repercutir la acusación del obispo Edir Macedo, fundador y jefe de la secta Iglesia Universal del Reino de Dios, y nueve personas más conectadas a él por lavado de dinero y formación de cuadrilla.
La acción criminal abierta en la 9ª Vara Criminal de São Paulo llevó a los meandros de la podrida Justicia brasileña lo que ya se sabía muy bien: Macedo y los demás acusados embolsaron mucho dinero dado de buena fe por las personas que hace años vienen siendo engatusadas con requintes de estafa profesional, además de aprovecharse de la inmunidad tributaria que la Constitución reserva a cualquier culto religioso organizado, redimiéndolos del pago de impuestos sobre su patrimonio, renta y servicios relacionados a sus actividades esenciales, bajo la justificación de que esta regalía resultará en el incentivo de trabajos sociales.
Aquel día, la Rede Globo aprovechó la acusación de Edir Macedo para atacar de manera frontal la Rede Record, propiedad de la Iglesia Universal del Reino de Dios y principal concurrente de la empresa de la familia Marinho en las mediciones de audiencia de la TELE abierta en Brasil. La pareja de presentadores del Jornal Nacional se esmeró en el tono alarmista y en los gestos reprobadores para introducir un reportaje de diez minutos en el cual imágenes del obispo Macedo fueron intercaladas con la de documentos judiciales, infográficos, tramos de materias de periódicos nacionales y extranjeros, además de escenas de fieles de la Iglesia Universal sumergidos en transes de fe en medio a una gran cantidad de dinero siendo cargada por los compinches de Macedo en grandes bolsas de paño, en los cuatro cantos del país.
Claramente, el objetivo de la Globo con este destaque de tamaña envergadura fue asociar el nombre de la Rede Record a la actividad criminal de los obispos que la comandan, con especial enfoque en el desvío de finalidad de diezmos y ofertas quitados de la gente humilde con la fuerza de la labia. Nada de mal, si no fuese el sucio haciendo pose de defensor del pueblo para hablar apenas del cochino, el cual no demoró en intentar hacer exactamente el mismo.
El pueblo no es bobo
La respuesta de la Rede Record vino el día siguiente, en el programa seudoperiodístico de la emisora que es similar al Jornal Nacional de la Globo, curiosamente en la voz de dos presentadores que durante muchos años trabajaron en la concurrente. Presentando el propio ascenso junto a la desavisada audiencia como un ejemplo de democratización "del acceso a la información" — en un ejemplo de presunción y demagogia propias de la prensa monopolista — , fue la vez de la Record presentarse como paladina de la verdad y fiel aliada de las masas, diciendo:
"No es novedad que la familia Marinho usa la emisora de televisión para su juego de intereses. La historia denuncia: acuerdos sospechosos, persecuciones, dinero ilegal del exterior, apoyo a la dictadura militar y hasta tentativas de fraudes en elecciones".
Y más adelante:
"Democracia nunca fue el fuerte de la Globo. El poder de la familia Marinho tuvo origen con la dictadura militar. La organización, que ya tenía periódico y radio, apoyó los dictadores en pago de señal verde para la ilegalidad. Un año después del golpe, burló la legislación y consiguió millones de dólares para implantar la TELE Globo. La historia no se borra: la Globo nació de una acción ilícita de un gobierno dictatorial. El acuerdo con el grupo americano Time-Life fue hecho con cláusulas escondidas, secretas, todo para burlar la Constitución, que impedía la participación de empresas extranjeras en empresas de comunicación en Brasil".
Se habló aún en el caso Globo-Proconsult, cuando la emisora de los Marinho intentó fraudar una elección en Rio de Janeiro para impedir la victoria en las urnas de Leonel Brizola, de manipulaciones en el informativo "global", sobre el hecho de que todos los que contrariaron los intereses políticos y económicos de la familia Marinho fueron blancos de la Globo, y de las incontables veces en que las masas reunidas gritaron: "El pueblo no es bobo! Abajo la Red Globo!".
La recíproca fue verdadera, o sea, todo lo que la Record habló de la Globo es verdad, lo que no invalida el hecho de que la propia Record también hace parte de un puñado de empresas de comunicación — con la Globo en el tope — cuyos métodos y objetivos no divergen en lo esencial. Y lo esencial es que unos y otros están siempre en contradicción con los intereses de las clases populares, aunque tengan la desfachatez de presentarse como los ojos, boca y oídos del pueblo. La pelea entre las dos emisoras se extendió a lo largo de días no sólo en sus noticieros nocturnos, pero con ramificaciones en los templos de la Iglesia Universal del Reino de Dios y en los diversos brazos de las Organizaciones Globo, principalmente en el periódico O Globo y en la revista Época.
Los trabajadores brasileños, sin embargo, no pueden aceptar que la verdad sobre los crímenes de ayer y de hoy del monopolio de los medios de comunicación solamente aparezcan cuando los verdugos del pueblo se enfrentan en luchas feroces por cotas de mercado. Aquellos que ahora se presentan como antagónicos, como antítesis uno del otro, en realidad comulgan del odio a las masas y del oficio de intentar engañarlas. La Record llegó a colocar en el aire el "resultado" de una supuesta encuesta de opinión sobre el lado de quien el pueblo está, el de ella o el de la Globo. El pueblo no es bobo, realmente, y no irá a caer en esta falsa dicotomía que intentan presentarle.
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