Crisis en la frontera es premeditada para justificar más intervención yanqui en la región
En 17 de mayo, habitantes de Pacaraima agredieron inmigrantes venezolanos, expulsaron muchos de ellos de Brasil e incendiaron sus pertenencias y tiendas en los puntos de concentración en la pequeña ciudad de frontera que es la principal puerta de entrada de los refugiadlos venezolanos a nuestro país.
Banco de dados AND
Venezuelanos imigrando para o Brasil, agosto de 2018
La agresión habría sido motivada por un asalto a un pequeño mercado practicado por venezolanos que, luego después del asalto, habrían golpeado el propietario. La demora en la atención médica por el sistema de salud local acabo empeorando la situación, que se volvió contra los inmigrantes.
Conflictos de esa naturaleza eran sólo cuestión de tiempo, ya que hace meses se alerta para el riesgo de la cuestión migratoria ser usada como pretexto para una agresión imperialista a Venezuela. País que, hace años, está sumergido en una profunda crisis de descomposición de su capitalismo burocrático, expresada en pugnas de las fracciones de la gran burguesía y también en la contradicción interimperialista, con la diputa entre USA, Rusia a China, principalmente.
Ese episodio que opuso masas brasileñas a masas venezolanas fue un nuevo paso en la dirección planeada por el Pentágono de provocar disturbios fronterizos para justificar una invasión llevada a cabo por fuerzas militares latinoamericanas bajo bandera de “resolución de crisis humanitaria”, conforme plano yanqui ya divulgado en AND 214.
Además, las seguidas visitas recientes de personas del alto escalón del gobierno yanqui a Brasil y a Colombia, algo muy inusual, hacen creer que se concluyen los últimos preparativos para una ofensiva militar destinada a derrumbar Maduro y agredir la nación venezolana.
En medio a toda esa grave situación, Rusia actúa para minar aún más los intereses yanquis en Venezuela. El día 21 de agosto fue divulgado el interés de la empresa rusa Rosoboroneksport (exportación de productos militares) en instalar fábricas de fusiles de asalto Kalashnikov (los poderosos AK) en Venezuela, comenzando a producirlos ya en 2019.
Atentado contra Maduro
Pasadas algunas semanas del atentado contra Maduro en Caracas, el fiscal general de Venezuela, Tarek Willian Saab ha hecho frecuentes declaraciones a la prensa anunciando prisiones de sospechosos de implicación con el caso y acusando otras personas que se encuentran refugiadas en otros países.
Dos generales ya fueron presos, entre ellos Héctor Hernández de la Costa, de la Guardia Nacional, el segundo en la autoridad del estado-mayor de la Región de Defensa Integral de Caracas. Algunas fuentes hablan en 25 investigados o sospechosos; otras dicen que son 43.
Saab también exhibió un vídeo del testimonio de Juan Requesens, el diputado detenido inmediatamente enseguida al atentado contra Maduro. En el vídeo, él confiesa que su participación se limitó a facilitar el pasaje del encargado por el atentado a través de la frontera con Colombia, a pedido de Julio Borges, ex-presidente de la Asamblea Nacional (antigua casa legislativa), que se encuentra refugiado en Colombia. Este encargado es Juan Monasterios, ex-militar de la Guardia Nacional que también está detenido y habría admitido que ayudó aún a introducir los drones explosivos.
Como no podría dejar de ser, USA, el “gran guardián de la democracia”, viene reivindicando que una comisión independiente investigue el caso y acusa el gobierno venezolano de ilegalidades en las prisiones de sospechosos y en la recolección de pruebas y persecución política a los adversarios de Maduro. De hecho, testigos relatan que los investigados fueron secuestrados y mantenidos sin comunicación.
Paquetazo económico
El día 30 de julio, Maduro bajó un paquetazo de medidas económicas destinado, según él, a “quitar el tumor del capitalismo y buscar una cura profunda con una nueva economía”. Entre las medidas, ya está valiendo, a partir del día 20 de agosto, la reconversión del Bolívar, que perdió cinco ceros, y su indexación al Petro, moneda virtual creada por el propio gobierno de Venezuela. El Petro, por su parte, estaría vinculado en las reservas de petróleo del país.
Además de eso, hay otras medidas, como el aumento del salario mínimo en 300%, la promesa de repaso de la ley contra crímenes cambiales, elevación de las reservas internacionales y exención de impuestos para importación de algunos ítems. Sin embargo, nada que demuestre que realmente el tumor del capitalismo será extirpado, sino que las medidas pretenden dar un alivio momentáneo a su gobierno – algo improbable delante de la magnitud de la crisis que se abate sobre el pueblo venezolano.
Nicaragua: Avanza masacre contra el pueblo
Prosiguen las protestas exigiendo la renuncia de Daniel Ortega del gobierno semicolonial de Nicaragua. El pueblo nicaragüense toma las calles sin descanso desde el día 18 de abril, enfrentando las fuerzas de represión del viejo Estado y grupos paramilitares sandinistas que secuestran, zurran y matan manifestantes.
Se estima que más de 400 personas fueron muertas en las protestas, entre manifestantes contrarios y favorables a Ortega. Entre los muertos está la brasileña Raynéia Gabrielle Lima, estudiante de medicina. En la guerra de versiones, el rector de la universidad donde ella estudiaba acusa un paramilitar pro-Ortega por el asesinato, pero el régimen prendió un guardia particular presentándolo como culpable.
El día 26 de agosto fueron realizadas protestas contra Ortega en decenas de ciudades y 28 personas acabaron presas por las fuerzas de represión, la mayoría liderazgos estudiantiles. Emilia Mello, una documentalista con nacionalidad brasileña y estadounidense está entre los detenidos y, aunque casi todos los demás ya fueron liberados, Emília sigue presa y probablemente será deportada.
La crisis en Nicaragua provoca efectos parecidos con los de Venezuela. Uno de ellos es el aumento del flujo migratorio de ciudadanos nicaragüenses que han pedido refugio en Costa Rica. Las autoridades de inmigración del país ya hablan en una media de 200 pedidos de refugio por día y que 8 mil personas ya intentaron fijarse en Costa Rica desde el inicio de las protestas.
Nicaragua, Venezuela y Cuba se insertan en la contradicción interimperialista en la condición de semicolonias bajo la zona de influencia de Rusia y China, pero que no rompieron los lazos de dominación con los yanquis. Entre sí, hacen algún comercio de bienes primarios y alimentos como carne, mientras dependen de los imperialistas rusos y chinos para adquirir productos industrializados y para invertir en infraestructura.
Atentos a todo lo que pueda mejorar la posición de sus monopolios en América Latina, los yanquis trataron inmediatamente de alimentar planes de substituir Ortega por alguien más dócil a su diktat, como ha hecho en otros países de la región incansablemente.
En ese espacio, además de las fuerzas de represión y grupos paramilitares sandinistas, las masas nicaragüenses enfrentan también grupos paramilitares de extrema-derecha, añorantes de Somoza, el tirano derrumbado por las masas (bajo dirección de los sandinistas y con apoyo del entonces social-imperialismo ruso) en 1979.
En ese cuadro, sólo resta esperar que las masas nicaragüenses retomen su tradición de lucha heroica contra la tiranía y que se forje una dirección capaz de llevar a cabo la liberación del país.