Após 10 anos de agressão, cerca de dois mil ianques foram aniquilados pela resistência afegã

Con los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, el imperialismo yanqui obtuvo el pretexto que buscaba para declarar guerra infinita a los pueblos de las semicolonias, arrastrando otras potencias imperialistas de Europa, como Francia, Inglaterra, Alemania y otras, a compromisos, formando coaliciones militares para invadir Irak y Afganistán primero, Haití, Pakistán y Libia después.

Después de la invasión del Afganistán, los yanquis pasaron a ultimar los preparativos para la invasión y ocupación del Irak. La justificación para esta nueva guerra también entró para el rol de las grandes mentiras imperialistas: la fabricación y tenencia de “armas de destrucción masiva” por el gobierno de Sadam Hussein.

Acosado por un embargo económico desde la primera Guerra del Golfo (1990-1991) y en la inminencia de ser nuevamente agredido por el imperialismo, Sadam intentó al máximo unir la población con un discurso anti yanqui, liberó los presos políticos, abrió los depósitos de armas para el pueblo y convocó a una guerra prolongada de resistencia al invasor. Esa actitud fue en buena medida responsable por la heroica e indestructible resistencia iraquí, que sigue dando golpes en las tropas de invasión, situación en la cual el imperialismo yanqui una vez más se ve empantanado.

En 20 de marzo de 2003, las hordas imperialistas invadieron el territorio iraquí en una guerra que el comando yanqui prometía ser rápida. En 9 de abril la capital Bagdad caía en manos yanquis. Sin embargo, ese no sería el fin de la guerra, pero apenas su verdadero comienzo…

Fallujah, el bastión de la resistencia

Desde el inicio el pueblo iraquí dio muestras de un heroísmo infinito. Todos los pueblos del mundo tienen una deuda con la Resistencia Iraquí, deuda esa que será pagada con el enterramiento definitivo de la bestia imperialista más día menos día.

Al avasallador avance de las tropas invasoras, la Resistencia Iraquí opuso la guerra irregular y prolongada, que hasta hoy impone derrotas humillantes a los yanquis.

Entre los muchos memorables episodios del pueblo iraquí, se destaca la épica resistencia al cerco a la ciudad de Fallujah. Esta podría haber sido destruida más de una vez por el volumen de los bombardeos, pero resistió hasta el último combatiente en 2004, cuando los yanquis utilizaron armas químicas con fósforo blanco y otros elementos, inclusive radioactivos. Sus efectos son y serán sentidos por décadas y el nacimiento de niños con incontables deformaciones es otra prueba más de ese crimen imperialista contra la humanidad.

Tortura y genocidio

La utilización generalizada de la tortura vino a público con la divulgación de fotos y vídeos hechos por los propios soldados yanquis en la prisión de Abu Ghraib.

De hecho, la práctica de la tortura vendría a ser institucionalizada por la monstruosa mano de Bush hijo en documento de 2008 “permitiendo” la utilización de técnicas “refinadas de interrogatorio” y citando textualmente el simulacro de ahogamiento y otros.

En julio de 2003, Uday y Qusay, hijos de Sadam Hussein, fueron asesinados en Mosul, norte del país.

El propio Sadam Hussein sería capturado en 2004 y mantenido preso por más de dos años, periodo en que fue montado un juicio simulado para su condenación. Sadam se portó a la altura del momento histórico, no reconociendo el tribunal de ocupación y denunciando las maniobras imperialistas. El expresidente de Irak fue ahorcado en 30 de diciembre de 2006.

Un capítulo particularmente abominable de la acción del imperialismo yanqui por el mundo es la utilización de la base de Guantánamo (territorio usurpado en la isla de Cuba) como centro de detención y tortura de sospechosos “de terrorismo” de varias nacionalidades. Centenares de personas allí permanecieron confinadas en jaulas sin cobertura, con vendas en los ojos y sufriendo todo tipo de sevicias, hasta ser “juzgadas” por tribunales yanquis.

Esa era sólo la punta del iceberg de todo el esquema montado por el imperialismo para secuestrar, transportar a otros países, torturar, matar y cooptar agentes, todo eso en centros clandestinos de detención en bases yanquis, o con la colaboración de gobiernos semicoloniales, como Khadafi, en Libia, caso demostrado por la divulgación reciente de documentos secretos por la organización Wikileaks.

Doctrina Obama

Con el mandato de Bush hijo arrastrándose en un fin melancólico, surge en el escenario, como siempre, lo viejo pintado de nuevo. Barack Obama, personalidad en ascenso en el Partido Demócrata yanqui, figura como favorito para las elecciones presidenciales de 2008. Él inmediatamente conquistó la “opinión pública” y los oportunistas de toda clase cómo algo diferente de los que entonces gobernaban USA. Sus promesas de fin de la guerra, cierre de la base de Guantánamo, asistencia universal a la salud y otras más sedujeron parte del electorado, que también quería verse libre de Bush y de todo lo que él representaba.

Sin embargo, la dura realidad se abatió inmediatamente sobre los estadunidenses y pueblos de las semicolonias. Con palabras dulces y gruesa maquillaje, Obama incrementó las agresiones, amplió el presupuesto militar, aumentó las tropas en Afganistán, inyectó miles de millones de dólares en la salvación de los bancos y embistió contra el bolsillo de los trabajadores dentro del USA.

Su popularidad cayó vertiginosamente en poco tiempo y entonces fue decidido por los altos círculos militares yanquis la utilización de otro ardid. Como quién tiene una carta escondida en la manga, un comando yanqui anuncia el asesinato de Osama Bin Laden, el enemigo “nº 1” de USA, en 1º de mayo de 2011, en territorio paquistaní. La popularidad de Obama mejora ligeramente, pero una nueva crisis se abate sobre la economía yanqui con la cuestión del techo de la deuda pública cuando esta ya está en la estratosfera. Obama transige con sectores más reaccionarios y retrocede incluso en medidas cosméticas de su gobierno.

Se generalizan las agresiones

En el rastro de las guerras del Afganistán e Irak, la coalición extendió los ataques al Pakistán, victimando miles de civiles con sus ataques “quirúrgicos” con aviones no tripulados.

En 2005, Haití, desestabilizado políticamente por el propio USA, fue también invadido y ocupado por tropas yanquis que, enseguida, serían sustituidas por tropas de la ONU teniendo el ejército brasileño en el comando. Esa operación, además de servir de entrenamiento para las tropas brasileñas para la represión al pueblo de las favelas, como actualmente ocurre en el Complejo del Alemán, liberó tropas y recursos yanquis, empantanados por las resistencias iraquí y afgana.

En el mismo diapasón del militarismo yanqui, después del 11 de Septiembre, el Estado sionista israelí profundiza la agresión al pueblo palestino, en una escalada fascista que culminó en la genocida operación ‘Plomo Fundido’ (diciembre de 2008/enero de 2009), que mató más de 1.550 personas – siendo centenares de niños – y dejó más de 5 mil heridos. Segundos estudiosos como Michel Chossudowski, esa operación también estaba planeada por lo menos desde 2001, aguardando un pretexto, obtenido con la elección del Hamas para la Autoridad Palestina.

En 2010, fue la vez de Honduras, donde USA patrocinó otro golpe de Estado.

En marzo de 2011, como parte de la ola de revueltas populares que barrieron el Norte de África y Oriente Medio, una nueva agresión es promovida, esta vez a Libia. Sin embargo, la potencia que toma la iniciativa es Francia, que además de participar de la coalición invasora del Afganistán, actuó como fuerza de intervención en la Costa de Marfil, aún en marzo, y fue el primer país a bombardear el territorio libio, siguiéndose el apoyo de las fuerzas inglesas. USA, aún prendido a ciertos compromisos con Khadafi, aguardó hasta el último instante, pero no pudiendo largar un hueso tan suculento, también participó con la parte que le cabía, aunque en desventaja en el reparto del botín.

La agresión a Libia encontró un virtual fin después del linchamiento de Khadafi y su hijo Mutassen, a mediados de octubre, lo que decretó el “fin” de la resistencia.

Aumentan las contradicciones interimperialistas

Ese movimiento de Francia dice mucho sobre los bloques que van formándose y estableciendo grandes redes de relaciones diplomáticas, económicas y militares, objetivando constituir puntos avanzados para la próxima repartición del mundo.

Rusia se recuperó económicamente y reafirmó su condición de potencia imperialista (desde el punto de vista militar es superpotencia nuclear). Ensayando una nueva expansión más allá de sus áreas fronterizas Cáucaso y Asia Menor, se presentó como mediador para el reparto de Libia.

La Unión Europea, que atraviesa una delicada situación con algunos integrantes enfrentando serias crisis y protestas populares, ha expresado sus contradicciones con USA, inicialmente en el plano político y diplomático, cada vez más de forma pública.

La China domina comercial y económicamente en gran escala todo el sudeste asiático y las vastas zonas del pacífico además de detener amplias extensiones de tierras en el continente africano, e invierte en su robustecimiento militar. Sus pretensiones imperialistas rivalizan con USA y Unión Europea por importantes esferas de influencia en la América Latina. Además de varios tratados firmados entre Rusia y China, esta alianza se refuerza como tendencia, polarizando un eje con Irán, Corea del Norte y Venezuela, países complicadores para “la geopolítica” yanqui.

La lucha de esos grupos sobre la base de la crisis general del imperialismo se desarrolla en un terreno de creciente inestabilidad y cuestionamiento de la actual hegemonía, apuntando para el inicio de nuevas pugnas por ella.

Datos militares de USA

• De acuerdo con números del Departamento de Defensa de USA, existían, en 2008, por lo menos 865 bases militares yanquis fijas en más de 50 países. Otras 200 bases fueron implantadas en Irak, Afganistán y otros países en el Oriente medio, ampliando para más de mil las bases militares de USA esparcidas por el mundo, con un coste anual de 102.000 millones de dólares para su mantenimiento.
• La V Flota de la marina del USA (USA Navy) está implantada en el Bahréin y cuenta con cinco mil militares yanquis.
• La IV Flota de la marina yanqui, restablecida en América del Sur al final de la administración Bush, tiene la misión de permanecer con el dedo en el gatillo y con la mira en la costa del océano Atlántico, además de realizar “intercambio de informaciones” y “actividades conjuntas” con las gestiones semicoloniales.
• Barack Obama acordó con la gestión títere de Colombia la instalación de siete bases militares en aquel país. Hay aún en curso los planos contrainsurgentes Nuevos Horizontes/ Más allá del Horizonte, llevados a cabo en Perú por el Comando Sur del ejército de USA; la Iniciativa Mérida, que entrega el territorio mexicano a los yanquis; además de bases esparcidas por toda la América Central. Existen miles de militares yanquis actuando cómo “instructores o especialistas” en todos los países de América Latina. En Perú, por ejemplo, hay 300 marines en actividad y la gestión Ollanta Humala busca negociar un acuerdo de cooperación en defensa con USA objetivando “enfrentar las nuevas amenazas globales” y eliminar “remanecientes del grupo terrorista Sendero Luminoso”, como es tratado el Partido Comunista del Perú por la reacción.

Datos de las agresiones y resistencias nacionales

• Más de 2.800 militares de las fuerzas invasoras fueron aniquilados por la resistencia afgana. De estos, cerca de 2.000 son yanquis, 250 británicos y el restante de otras nacionalidades.
• Cerca de 140 mil militares de 49 países componen las fuerzas invasoras en Afganistán.
• Más de 35 mil civiles afganos fueron asesinados o cayeron en combate durante más de 10 años de agresión, otras decenas de miles de personas fueron torturadas y mutiladas.
• En Irak, desde 2003, más de 4.800 militares extranjeros fueron aniquilados por la resistencia, entre ellos, más de 4.480 son yanquis.
• En 2007, un destello iluminó el panorama de la resistencia, con la divulgación de la declaración de fundación de la Organización Maoísta del Irak y la descripción de sus primeras acciones. Sin embargo, por la falta de informaciones, no se sabe en qué situación se encuentra esa organización.
• Se estima que más de un millón de iraquíes fueron asesinados por los bombardeos e incursiones de las tropas invasoras o cayeron en combate desde la invasión del país.
• Según la organización Iraq Solidaridad, desde el inicio de la invasión, 317 profesores universitarios iraquíes fueron asesinados.
• Según datos de la Organización Internacional para Migraciones, un quinto de la población iraquí (considerando el censo poblacional anterior a la invasión) vive hoy como refugiado en el exterior o perdió su casa dentro del propio país.
• Números divulgados en agosto de 2011 por el Bureau of Investigative Journalism revelan que por lo menos 2.292 personas fueron asesinadas en Pakistán desde 2004, entre ellas 160 niños, en los ataques realizados por los Drones (aviones no tripulados comandados por control remoto).
• Según cálculo divulgado por el estudio Costes de Guerra, hecho por el Instituto Watson de Estudios Internacionales, de la Universidad Brown, en USA, el Estado yanqui gastó, hasta el momento, cerca de 4,4 billones de dólares con las agresiones al Afganistán, Irak y Pakistán.

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