Guerra reaccionaria incluye asalto a la tierra y al trabajo

Ministro da Justiça envia Força Nacional contra indígenas em Hidrelétrica no Amazonas, 17/10

Guerra reaccionaria incluye asalto a la tierra y al trabajo

La crisis vivida por el capitalismo burocrático brasileño, que es la causa directa de la crisis política y moral de falencia del sistema político del viejo Estado, llevará el país a la ruina por medio de medidas  aún más brutales impuestas por el imperialismo, en su prolongada depresión, a las colonias y semicolonias. Esta explotación y espoliación más desenfrenada es el telón de fondo de la embestida contra los derechos laborales de las clases trabajadoras, los derechos a la territorialidad de los pueblos originarios y a la tierra a los campesinos pobres.

Para su sobrevida, los monopolios, en la búsqueda del logro máximo, necesitan aumentar la tasa de más valía para contraponerse a la ley tendencial de la caída en las tasas de logro. Para tanto necesitan transferir cuotas cada vez mayores de lo que cabe a los trabajadores en el proceso de producción a los dueños del capital. Esta exacerbación de la explotación sólo puede ser realizada con el aumento sin límites de la opresión sobre las masas y las naciones dominadas. Pero, toda la explotación y opresión aun así se revelan insuficientes y las luchas por un nuevo reparto del mundo para dar salida al frente para la crisis general del imperialismo están radicalizándose, llevando a un mayor incremento de las guerras de agresión y rapiña.

Es una ley del desarrollo histórico que donde hay opresión, hay resistencia. Así, en la sociedad de clases las crisis revelan el carácter de clase de los envueltos en el proceso. Mientras el proletariado y las masas explotadas en lucha generan sus organizaciones y su partido revolucionario de vanguardia, creando sus liderazgos y la jefatura que los guiarán por el camino de la liberación, las clases dominantes producen las figuras más sórdidas, abyectas, inhumanas y despreciables con el objetivo de salvar el sistema de explotación y mantener la vieja orden.

Tomemos como ejemplo el preeminente cadáver político insepulto Michel Temer. Él necesita hacer un esfuerzo casi sobrenatural para la performance de títere. En verdad, este papel es desempeñado por Henrique Meirelles, proxeneta internacional y lacayo de los bancos, de la gran burguesía y del latifundio, serviles del imperialismo.

Pisando en el pie

Es de su parte y bajo su control la verdadera avalancha de PEC, leyes y decretos retirando derechos consagrados de los trabajadores, campesinos, indígenas y quilombolas.

Se trata de una devastadora acción combinada del Ejecutivo dispuesto a destruir todo, robar todo y matar a todos, aprovechándose de la escoria parlamentaria, sedienta por prebendas y garantías de privilegios, y, de una federación judicial de las clases dominantes en pugnas y colusiones, garantizando la aplicación de la absurda legislación producida bajo encomienda del imperialismo, principalmente yanqui, y las clases dominantes lacayas.

Dispensable sería afirmar que, en último instancia, tales medidas redundarán en el avance de la barbarie entre nosotros, tal como se desarrolla la guerra reaccionaria desatada contra los pobres. Hasta el momento que el pueblo generalice su insurgencia para ordenar e imponer el camino de la revolución.

Pidiendo pelea

A los movimientos indígenas y quilombolas que diariamente enfrentan la acción de los latifundistas, ahora con cobertura legal para tomar sus tierras y reducirlos a la condición de parias, sólo resta dejar de lado todas las ilusiones institucionales, pintar la cara con otros colores y pasar de los pasos de la danza de guerra a sus preparativos de hecho.

Al movimiento campesino, que enfrentó la sabotaje de la lucha por la tierra en los casi 14 años de gestión oportunista del PT/PCdoB y ahora enfrenta la saña devoradora de su ex-aliado y sucesor, destinando las tierras públicas al latifundio e implementando acciones de desalojo masivas, ya pasa de la hora de transformar su resistencia defensiva contra la embestida del latifundio con sus secuaces y de los órganos de represión del viejo Estado burgués-latifundista en resistencia activa en olas para tomar todas las tierras del latifundio, potencializando la Revolución Agraria.

Al movimiento obrero, aprisionado en estos últimos 15 años en la jaula de los colaboracionistas y el corporativismo, sólo le resta romper las cadenas que lo prenden a la máquina del viejo Estado y organizarse en las fábricas, patios de obras y demás locales de trabajo, fortaleciendo el movimiento clasista y combativo. El mismo camino debe seguir el movimiento de los profesores, que ya dio y viene dando demostración de gran combatividad, principalmente cuando se alía a la juventud combatiente. Es hora de romper con las adicciones del economicismo e ilusiones con la farsa electoral y seguir la recomendación del Gran Lenin de que “fuera el poder todo es ilusión”.

A las masas habitantes de favelas y barrios de periferia que ya perdieron la confianza en los falsos representantes del pueblo y presentan sus reivindicaciones inscritas en barricadas y neumáticos quemados, también sólo les resta transformar la protesta popular en la lucha por salud, educación, transporte, empleo etc., en lucha política por el Poder.

Dictadura burguesa

No teniendo más como camuflar su dictadura bajo el desgastado velo del “Estado democrático de derecho” las clases dominantes, delante de la situación revolucionaria en desarrollo, se desentienden en cuanto a cómo mantener su explotación. Creen que incrementando un proceso creciente de reaccionarización conseguirán aplacar la ira de las masas rebeladas del campo y de la ciudad.

Sin partidos y sin liderazgos que puedan engañar los trabajadores y las amplias masas, sólo les resta la guerra civil reaccionaria.

Revolución democrática en curso

Mientras eso el pueblo del campo y de la ciudad incrementa su rebelión. Se abre un nuevo tiempo para la Revolución que transformará la guerra civil reaccionaria en guerra civil revolucionaria. Tiempo de la Revolución de Nueva Democracia, de la Revolución Agraria y Antiimperialista, entregando la tierra a los campesinos sin tierra o con poca tierra, confiscando y nacionalizando los bancos y monopolios, aumentando la producción, generando empleo y mejorando, de inmediato, la condición de vida de las amplias masas.

Como nunca antes en la historia de Brasil, nuestro pueblo disfrutará de una nueva política, una nueva economía y una nueva cultura, en la construcción de un Brasil Nuevo.

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