Professores e operários protestam na visita de Dilma ao Mineirão
Después de cinco días de huelga y denuncias contra las pésimas condiciones de trabajo, en agosto, el consorcio responsable por la obra del Maracaná cerró un acuerdo con el sindicato que representa la categoría prometiendo a los obreros, plano de salud y el reajuste del vale alimentación de 110 para 180 reales. Primero de septiembre llegó y las constructoras no cumplieron el acuerdo. Y para colmo, el consorcio sirvió comida deteriorada para los obreros en el turno de la noche. En el mismo momento, los trabajadores cruzaron los brazos.
— Lo que está deteriorado: el tomate, el pepino, el poroto es duro, no está bien preparado, la carne muchas veces no tiene gusto. Cuando uno reclama con el personal de la cocina, la única cosa que ellos hacen es quitar la ensalada deteriorada, y en su lugar, no colocan otra cosa. Otras veces, uno va a reclamar y ellos dicen que nosotros estamos equivocados. En la última vez, un compañero se accidentó y fue parar en el hospital público, ahora, ese asunto de la comida y para terminar de empeorar, el acuerdo de la última huelga no fue cumplido por el consorcio — dice el montador de andamios Luciano Martins.
Fueron trece días de huelga y, en ningún momento, el consorcio recurrió al Sintraicp — Sindicato de los Trabajadores de las Industrias de la Construcción Pesada Intermunicipal de Río de Janeiro — para negociar. Ya la asesoría de prensa del consorcio todos los días enviaba emails a la redacción de AND atacando la huelga y desmintiendo las reclamaciones de los obreros. La huelga sólo acabó cuando el Tribunal Regional del Trabajo juzgó como abusiva la paralización. El reportaje de AND acompañó, desde el inicio al fin, la huelga obrera que paró las obras en el principal escenario de la copa de 2014.
— Esa obra no tiene médico, no tiene comida de calidad, las condiciones de trabajo son muy malas, el consorcio recibe millones del gobierno; mil millones, y no cumple acuerdo con la gente, hay muchas cosas erradas en esa obra. Después la gente hace huelga y el tribunal dice que es abusiva. ¿Y lo qué ellos hacen con la gente? ¿No es abusivo? ¿El tribunal no va a juzgar el consorcio? — pregunta el obrero Flávio Araújo, miembro de la comisión que representa los obreros y fiscaliza el trabajo del sindicato.
El día 13 de septiembre, los obreros hicieron una marcha en el entorno del estadio difundiendo consignas, denunciando las condiciones de trabajo y exigiendo derechos.
Un obrero representante del Sindicato de los Trabajadores en las Industrias de la Construcción de Belo Horizonte, el Marreta, estuvo presente en esa huelga prestando solidaridad en nombre de los obreros de Minas Gerais:
— Lo que está aconteciendo aquí, está aconteciendo con los obreros en la obra del Mineirón, de Jirau, en Rondônia, en Brasil entero. Comida estropeada, compañeros durmiendo sin colchón… es una vergüenza. La gente ve el logro que esas empresas tienen con esas obras, el dinero que es repasado por los gobiernos para esas empresas. Millones y millones. Vamos, con nuestra fuerza, con nuestra organización, y decir ¡basta! a la intransigencia de los patrones. Los patrones tienen miedo porque esa obra no puede quedar parada. Ellos creen que van a vencernos por el cansancio, pero no van a vencer. No van a vencernos, compañeros — dijo el representante del Marreta.
La huelga fue concluida y los obreros volvieron al trabajo el día 19 sin que sus reivindicaciones hayan sido atendidas. De acuerdo con los términos del cierre de la huelga, los obreros aún tendrán que pagar por los días parados con trabajo extra no remunerado. La indignación continúa fermentándose en medio a los trabajadores que aún antes del fin de esa huelga ya hablaban en una nueva paralización por los derechos no atendidos.
Nueva paralización en el Minerón
El día 16 de septiembre, cuando Dilma Roussef estuvo en Belo Horizonte para participar de la fiesta montada para la cuenta regresiva de mil días para la copa del mundo, ella enfrentó la furia de los trabajadores en educación y de los obreros de la obra del estadio Minerón en huelga.
Las obras del Minerón amanecieron paralizadas con los obreros reivindicando equiparación salarial con los trabajadores de la construcción de São Paulo (R$ 1.150 para oficiales y R$ 900 para sirvientes); vale alimentación en el valor de R$ 160; extensión del plan de salud a los familiares, pasaje aéreo para aquellos que poseen domicilio en otro estado; condiciones dignas de trabajo como: mejor calidad en la alimentación, en los bebederos, en el duchas y en los vestuarios, entre otras demandas.
Recibimos un boletín de los obreros en la redacción de AND, datado de 15 de septiembre, que contiene graves denuncias de trabajadores, escritas a mano por ellos, denunciando despidos arbitrarios y malos tratos por parte de las contratistas.
Esta fue la tercera paralización en las obras del Minerón desde el mes de junio y los trabajadores afirman que nuevas paralizaciones ocurrirán si sus reivindicaciones no fueren atendidas. A finales de la tarde de ese mismo día, los trabajadores en educación de MG se encadenaron al reloj con contador regresivo de mil días para la copa y fueron brutalmente reprimidos (ver materia en la página 7 de esta edición de AND).
Conquistas de la lucha de los obreros de la Fonte Nova
Las movilizaciones de los obreros de la construcción en el estadio de la Fonte Nova, en Salvador – BA, destinado a los juegos de la copa del mundo de fútbol en 2014, arrancaron, el día 8 de septiembre, un abono salarial de R$ 180 que será pagado en octubre de ese año y enero de 2012.
Los obreros luchan por mejorías de las condiciones de trabajo en la obra llevada a cabo por las contratistas OAS y Odebrecht.
Entre otras demandas levantadas por los obreros también fueron solucionados problemas como el desvío de funciones y la mejoría de la calidad de la alimentación suministrada a los trabajadores. Aún está pendiente el aumento en R$ 30 en el valor de la cesta-básica reivindicado para los 980 trabajadores de esa obra.
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