¿Cómo viven los sin techo en São Paulo?

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¿Cómo viven los sin techo en São Paulo?

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Así, gente cuidada, de vida fácil,
si algún día vinieren a visitar Londres y veis esas
personas durmiendo en los bancos, en los parques,
no piensen que se trata de vagabundos
que prefieren el descanso al trabajo.
Sabed que los poderosos los obligan
a ambular toda la noche, que durante el día
ellos no tienen otro lugar donde dormir.

El pueblo del abismo — Jack London

Calçada do edifício Copan, Centro de São Paulo

La página en internet diariotiao.zip.net muestra imágenes de dos agentes de la Guardia Civil Metropolitana — GCM de São Paulo despertando un habitante callejero en la mañana del último 21 de abril.   “Era feriado, y por eso no había mucha gente en la región del Patio del Colegio y de la Plaza Antônio Prado. Esa imagen revela la crueldad de un procedimiento que viene siendo llamado de “toque de despertar”. O sea: habitante callejero en el Centro de São Paulo no puede acostarse y dormir — sobre todo de noche. Si quiere quedarse aquí, tiene que ser sentado“, cuenta Tião Nicomedes, ex habitante callejero, escritor y editor que narra el día a día de los habitantes callejeros y defiende su causa.

La criminalización de la pobreza y las políticas anti pueblo de “higienización social”, aislamiento y cerco a las poblaciones empobrecidas fue incrementada por la publicación de una determinación municipal en 1º de abril por Gilberto Kassab (DEM). Podría, tomando en cuenta el día de la publicación de la ley, tratarse de una mentira, para agradar a los ojos y oídos delicados de la “gente cuidada, de vida fácil” que preferiría no tomar conocimiento de la vida y dificultades enfrentadas cotidianamente por los habitantes callejeros, sea en São Paulo o en otra parte del país.

Calçada da Avenida Ipiranga, São Paulo

AND publicó en la edición nº 65, de mayo de 2010, artículo que denunciaba esa determinación que retiró la responsabilidad por el abordaje de los habitantes callejeros de los agentes de protección social, repasándola a la Guardia Civil Metropolitana, que a partir de entonces quedó encargada de contribuir “para evitar la presencia de personas en situación de riesgo en las vías y áreas públicas de la ciudad y locales impropios para la permanencia saludable de las personas“.

13.666 seres humanos en las calles en SP

Reciente estudio realizado por la Fundación Instituto de Pesquisas Económicas — FIPE en São Paulo, encomendada por la propia municipalidad, divulgada en junio de este año, apunta los siguientes números:

Hoy, en São Paulo existen 13.666 habitantes callejeros, 7.482 solamente en la región céntrica de la ciudad.

Este número supera en 4.960 el del último censo de 2000, lo que representa un aumento 57% de seres humanos, hombres y mujeres como el lector, viviendo en esta situación inhumana en 10 años.

Aún de acuerdo con esta investigación, los distritos que comportan mayor cantidad de habitantes callejeros en São Paulo son: República (región céntrica de la capital) con 1.570 personas (24%), (también en la región céntrica, juntamente con la República conforma el centro histórico de São Paulo) 1.195 (18%) y Santa Cecília (también en la región céntrica, es un importante centro comercial) con 1.025 (14%) de la población que no tiene donde vivir.

Banco anti-morador de rua na Praça da República, em São Paulo:
barras de ferro para impedir que se deitem e durmam

Por tratarse de estadísticas oficiales, encomendadas por la propia municipalidad de São Paulo, se puede perfectamente creer que los números son mayores y las condiciones de vida de esas personas, peores.

El pueblo del abismo

El libro El pueblo del abismo, del prominente demócrata y defensor inflexible de los derechos del pueblo, el escritor estadounidense Jack London, fue escrito en 1902. En su introducción, el propio autor relata que la obra narra experiencias vividas en el verano de aquel año. Jack London se vistió como la gente empobrecida del barrio alejado de Est End, en Londres — Inglaterra, incorporando todos los elementos de la vida de los habitantes callejeros. Vivió con ellos, durmió y comió con ellos, sufrió sus vicisitudes pues, según él, “estaba abierto a ser convencido por la evidencia de mis ojos, en vez de los enseñamientos de quienes no había visto, o por las palabras de los que habían visto e ido antes“.

En este impactante y realista libro él narra:

“En los bancos, en ambos lados se acomodaba una masa humana miserable.

Soplaba un viento frío y cortante, y aquellas criaturas se envolvían en sus trapos, en su mayoría durmiendo o intentando dormir. Había una docena de mujeres, cuyas edades iban de los veinte a los setenta años. Junto a ellas un bebé de unos nueve meses dormía en un banco, sin almohada o cobertor y sin que nadie lo vigilara.

Media docena de hombres dormían en pie o apoyados unos en los otros. Una familia, el hijo durmiendo en los brazos de la madre adormecida, y el marido o compañero inhábilmente costurando un zapato roto.

En otro banco, una mujer cortaba con un cuchillo tiras de sus trapos y otra, con una aguja e hilo, cosía los remiendos.

Al lado, un hombre sostenía en sus brazos una mujer adormecida.

Lo que más me sorprendía era esa multitud de adormecidos. ¿Por qué nueve entre cada diez estaban durmiendo?

Sólo lo pude saber más tarde. Hay una ley que establece que los sin techo no pueden dormir de noche.”

Ação policial durante o evento Natal Solidário motivou passeata de moradores de rua

AND también estuvo con los habitantes callejeros de São Paulo en junio de 2010. Se pasaron 108 años desde la vivencia de Jack London en East End, también se trata de un otro país. Pero la amarga realidad enfrentada por los habitantes callejeros es la misma.

El pueblo del abismo

Policía despierta habitante callejero
con una linterna en los ojos en East End. “Si acaso(se)
sentar en un banco y cerrar los ojos, un policía
lo despertaría con la orden seca de ‘circule’
.”
Después de ambular durante toda la noche en vigilia,
ellos caían exhaustos a dormir en los parques.
Estaban tan agotados de andar toda la noche que
se dejaban caer en los bancos y dormían en el mismo
instante. Otros caían en el pasto mojado y dormían
el sueño de la fatiga, a pesar de la persistente lluvia
.”
Habitantes callejeros pasan horas en las filas de los albergues
para tener donde dormir de noche. “Los albergues ya no disponen
de espacio donde amontonar las multitudes hambrientas que durante
el día y a la noche llaman a las puertas pidiendo alimento y poso.

Ellos denuncian la violencia cometida contra ellos por la Guardia Civil Metropolitana de São Paulo y la dura realidad del día a día.

— La GCM no nos deja dormir. Cuando nos acostamos en algún lugar, ellos llegan agrediéndonos dando patadas, golpes de cachiporra, lanzan espray de pimenta y apuntan armas de fuego en nuestra cara. Eso además de robar nuestras cosas como ropa y documentos, las únicas cosas que tenemos  — denunció un habitante callejero.

Ellos también denunciaron al reportaje de AND que, en varias calles del centro de la capital, principalmente donde se aglutinan los habitantes callejeros, la municipalidad contrata camiones cisterna para mojar los locales donde las personas acostumbran dormir, que la GCM intimida constantemente las personas que se solidarizan y buscan ofrecer alimentos o algún cuidado para los habitantes callejeros.  No quisieron identificarse al reportaje. Agentes de la guardia rondaban el local durante el reportaje observando todo.

Uno de ellos declaró:

— No aguantamos más esta situación, luego vamos a rebelarnos y enfrentar eses guardias. ¡Ellos no nos dan paz! Si estamos sentados aquí en la plaza viene la operación “cata bagulho”, el “rapa” (cómo ellos llaman a los guardias civiles) viene y lleva todo lo que es nuestro. Si estamos protegiéndonos de la lluvia bajo alguna marquesina, llegan los guardias y nos expulsan diciendo para ir andando.

— Yo salí de la cadena. Estuve 5 años preso, quiero enderecharme pero ellos no dan ninguna oportunidad. No consigo un empleo, no sé lo que voy a hacer… si  no recibiésemos alimentación de algunos voluntarios, moriríamos de hambre porque la municipalidad no da nada y aún quiere prohibir quién da… ¡sólo viviendo para saber! — relata otro.

De un habitante callejero en East End, 1902

“Aquí estoy yo, un viejo. Los jóvenes ocuparon mi lugar, mis ropas están cada vez más gastadas, y cada día me es más difícil conseguir trabajo. Voy al albergue abuscar una vacante. Tengo que estar allí a las dos o a las tres de la tarde, de lo contrario no me dejan entrar. Ya sabes lo que pasé hoy. ¿Cómo voy a encontrar un empleo?

Supongamos que me admitan en el albergue. Me mantendrán cerrado aquí todo el día siguiente y no me liberan hasta la mañana del otro día. Y entonces, ¿qué hacer? La ley dice que tras ese no podré ir a otro albergue que esté a menos de diez millas de aquí. Tengo que apresurarme para llegar en otro en tiempo. ¿Qué oportunidades me sobran para encontrar un trabajo? Supongamos que yo no vaya al albergue. Supongamos que yo busque un trabajo. Si no conseguir, cuando caer la noche no consigo donde dormir. Toda la noche sin dormir, nada que comer, ¿cómo conseguiré al día siguiente buscar empleo?”

A los habitantes callejeros en São Paulo, si los conociéramos, busquemos ver bien de cerca, veremos que no son una masa amorfa. Ellos terminan por dividirse en capas. Gente que deambula por las calles, otros piden limosnas, algunos se desesperan y recurren a los hurtos. Pero varios, muchos aún viven en búsqueda de una salida de esa vida de penurias y trabajan. De noche, varios de ellos se agrupan para, colectivamente, cocinar, protegerse de otros habitantes callejeros y principalmente de la GCM y de la policía. Colocan siempre un perro como fiel protector y alarma contra quien los pueda colocar en riesgo.

En un mundo sin explotación

En este valle de lágrimas
el hombre es lobo del hombre
todos con una aspiración:
unos queremos ser hombres
otros prefieren ser lobos

Hombres necesitan ser reducidos a basura para que este sistema decrépito continúe existiendo. ¿De dónde salieron los habitantes callejeros sino de las generaciones anteriores de obreros, campesinos, trabajadores que fueron usurpados, violentados, robados de todas las formas por los patrones, latifundistas, chupados hasta la última gota por el imperialismo? Ellos fueron descartados incluso de las esferas más bajas de la escala de la producción.

Hay los que luchan con todas las fuerzas en las bordas del abismo para mantenerse trabajando y viviendo con dignidad. Todos los años tantos otros son empujados al abismo por ese sistema cruel y sanguinario.

Los 13.666 habitantes callejeros en São Paulo tienen que pugnar por las insuficientes 8 mil plazas en los abrigos de la ciudad, locales ni un poco atractivos, considerando las violencias y humillaciones a que son sometidos los que los buscan.

Muchos preguntarán porque las dichas “autoridades” no les extienden la mano. Pero eso ni los habitantes callejeros deben esperar. Jack London tampoco esperaba sensibilizar los parásitos y sanguijuelas detentores del poder con su obra. Él, como AND, poseía la convicción en la destrucción de la vieja orden y en la construcción de un nuevo sistema volcado para la satisfacción de las necesidades de la humanidad y basado en la solidaridad entre los pueblos.

Traducciones: [email protected]

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