Imperialismo usa brasileño como carne de cañón

Imperialismo usa brasileño como carne de cañón

Versão: Enrique F. Chiappa

La incorporación de "brasileños ilegales" en las tropas de ocupación de USA en Irak y Afganistán en trueque de la ciudadanía yanqui tiende a explotar, con la aprobación de nuevas normas de inmigración, clasificando como criminales todos los extranjeros que viven clandestinamente en aquel país. Las resistencias de la juventud yanqui al servicio militar (no es obligatorio en USA) aumentan día a día, dejando el Pentágono con extrema dificultad para atender las necesidades de refuerzos de las tropas de ocupación.

Cambio de nacionalidad o de ciudadanía ha sido un asunto astutamente transferido de la agenda de los encuentros de George Bush y Luiz Inácio para la pauta de los "asesores especiales". La cuestión es dar nueva ciudadanía "¿para quién y con que finalidad?". En 2001 la esposa del actual gerente brasilero, Marisa Letícia Rocco Casa, requirió la nacionalidad italiana para ella y los hijos, lo que le fue concedido por derecho de sangre (descendencia, o jus sanguinis ), en 2005, con el marido en pleno ejercicio de mandato.

Vale recordar: Dona Marisa Letícia (que ahora usa los dos nombres, "para ser más formal" anduvo se justificando con gansada sinceridad. Según sus palabras, el pedido de ciudadanía italiana fue para "garantizar a sus hijos un futuro más seguro". Marcus Claudio, Fábio Luiz, Luiz Claudio y.., ya recibieron pasaporte italiano. Esa señora debe saber muy bien cual futuro su marido está construyendo aquí.

Extraño también es que 17 parientes del ex ministro Palocci hicieron lo mismo.

Compra de brazos

El gerente de México, Felipe Calderón, fue directo al asunto con George Bush, suplicándole una reforma más leve de las normas de inmigración.

La administración yanqui ha lanzado mano de todo tipo de moneda para comprar brazos que puedan empuñar un fusil contra los pueblos oprimidos. En un artículo para la revista canadiense "Canadian Dimension", el profesor Saul Landau, de la Universidad del Estado de California observa que, "hasta el inicio del siglo 21, el Pentágono no tuvo mayores problemas para mantener el efectivo, principalmente porque el servicio en la Guarda Nacional parecía atractivo para centenas de millares de muchachos y chicas pobres, que, consideraban remota la posibilidad de un conflicto más serio en el exterior. Todo se alteró, sin embargo, después de Bush haber invadido Afganistán e Irak, y descubrir que no disponía de tropas suficientes para ocupar las dos áreas."

Para tentar resolver el problema, recurrió a la Guarda Nacional y promovió una verdadera escalada de salarios y otros beneficios. Los sueldos militares triplicaron y hasta cuadruplicaron, de encima a bajo, en menos de 20 años. En 1981, un soldado raso, recluta, ganaba menos de US$ 4500 anuales. Hoy, recibe poco menos de US$ 15 mil. Los vencimientos de un cabo saltaron de US$ 5 mil para US$ 22 mil. Además, él o ella tienen alimentación, habitación y vestuario (uniformes) totalmente gratis, pudiendo contar, todavía con descuentos en casi todos los establecimientos comerciales. Como oficiales esos jóvenes pasaron a recibir sueldos que llegan a US$ 125 mil anuales (R$ 20 mil mensuales), lo que les permite esquiar en los Alpes, disfrutar de taxi aéreo y frecuentar los clubes más reservados." Saul Landau destaca, entretanto, que a partir de 2003, delante de estadísticas según las cuales los muertos llegaban a 2 mil y los heridos pasaban de 20 mil, el reclutamiento cayó para niveles ridículos, llevando el gobierno yanqui a cortejar extranjeros, radicados legal o ilegalmente, en territorio yanqui. Rápidamente redujo de tres para un año el plazo para la concesión de ciudadanía para los alistados y estableció un fondo que financia estudios universitarios hasta 50 mil dólares. Ahora, ablandó las exigencias draconianas definidas por el US Department of Homeland Secúrity (Departamento de Seguridad Interna) a partir de 11 de septiembre y, ofreciendo ciudadanía rápida para los ilegales, consiguió fisgar cerca de 110 mil "voluntarios extranjeros". El Pentágono no revela el origen de eses combatientes, se sabiendo apenas, en lo que dice a respecto a la nacionalidad, que hay numerosos brasileños entre ellos, aunque la mayoría (55 mil) sea de mexicanos.

Mezcla sucia

La introducción de normas considerando criminoso todo extranjero que resida clandestinamente en territorio yanqui es amenaza para nada menos de 1 millón 200 mil brasileños, considerando apenas los que viven en las áreas de Miami y Boston. Se trata simplemente de más una artimaña yanqui para arrebañar carne de cañón.

Ya se torno rutina en el Ejército de USA la sustitución de jóvenes respetables por delincuentes, personas con problemas siquiátricas o de bajo cociente de inteligencia política. Esto por sí solo, explica las atrocidades y torturas que soldados yanquis practican contra hombres, mujeres, niños y ancianos en los países ocupados.

Estadísticas del Departamento de Defensa muestran que el número de delincuentes condenados que van a servir como reclutas en el Ejército y en el Cuerpo de Fusileros Navales — para tener la pena relevada — viene creciendo desde 2003. En los tres últimos años, nada menos de que 100 mil hombres y mujeres de pasado criminoso fueron incorporados a las fuerzas armadas yanquis, según el Centro de Pesquisas Militares Michael D. Palm, de California.

Los condenados por crímenes graves aumentaron de 411 en 2003 para 901 en 2006, confiesa el Pentágono. Con relación a delitos menores — hurto, emisión de cheque sin fondos o lesiones corporales — el número pasó de 2.700, en 2003 para más de 6.000 en 2006.

Acción externa

Además de atraer combatientes extranjeros en territorio yanqui y obtener de los gerentes de siete países — Colombia, República Dominicana, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Nicaragua y Panamá — el apoyo declarado para esta política, el sanguinario gobierno yanqui diseminó por América Latina agentes de la CIA y de 15 otras agencias de espionaje, bien como reclutadores de centenas de empresas de fachada para arrebañar mercenarios.

En Brasil esos reclutadores consiguieron hasta licencia del Comando de la Primera División del Ejército para entrenar mercenarios en el Centro de Instrucción de Gericinó, lo que acabó cortando las carreras de un general y de un teniente coronel, Rui Monarca da Silveira y Roberto Raimundo Criscuoli, respectivamente. Los alistadores, Giovanni Piero Spinelli, Cristiano Meli y Salvatore Miglio (estos no son italianos terroristas), que se decían representantes de la empresa First Line, seducían ex militares brasileños, ofreciéndoles US$ 3 mil por mes en contrato de dos años. El valor equivale a R$ 6.420 en moneda actual, aproximadamente seis veces el salario de un cabo, por ejemplo. La propuesta tendría atraído por lo menos cinco militares de la reserva: dos sargentos, dos cabos y un soldado.

Fue verificado también que más de 500 brasileños — de San Pablo, Goiania, Curitiba y Brasilia — se alistaron por intermedio de la Inveco Internacional Corporation para actuar como mercenarios en Irak. Por un largo tiempo Frank Guenter Salewski y Heiko Helmut Emil Seibold (tampoco son extranjeros terroristas y las empresas a las cuales están ligados no necesitan ser investigadas porque la CIA no acepta), dos alemanes, ofrecieron a militares y ex militares brasileños salarios mensuales variando entre US$ 6,5 mil y US$ 8 mil (R$ 17 mil y R$ 20,9 mil) solamente para "vigilar instalaciones militares en territorio iraquí."

En Goiania, donde la Inveco ya alistó más de 100 candidatos, Heiko Seibold anunció que todavía analizará currículos y, después, someterá los candidatos a una prueba de fuego: un entrenamiento de una semana, en territorio brasileño. La convocación de militares brasileños para trabajar en Irak envuelve otras empresas, como Blackwalter USA, Triple Canopy, DynCorp y Halliburton. La TEES Brazil, con sede en Curitiba, admitió en su página en la Internet que hizo un sondeo de interesados y que 300 personas mandaron currículos. Luego a seguir, sin embargo, anunció haber desistido de enviar hombres a Irak "en virtud de la creciente inestabilidad de la región, especialmente en lo que dice respecto a la seguridad de contratados extranjeros trabajando en el país".

Mientras tanto, estudiantes que concluyen el secundario son desincentivados a ingresar en las escuelas de formación de sargentos y oficiales, como también viene siendo desencadenado un proceso de evasión de jóvenes del Ejército, Marina, y Aeronáutica. Pero por lo que todo indica, nadie se preocupa mucho con esto: al final con el gobierno yanqui comandando los destinos de los ejércitos en América Latina hay siempre trabajo para quien no se incomoda en ir a la pocilga dejando para atrás la miseria económica, política y cultural que el imperialismo nos impone.

Seguridad privada

De acuerdo con la ZNet Irak Solidaridad, en Irak existen actualmente más de 30 mil de esos "especialistas en seguridad privada", constituyendo la segunda fuerza militar extranjera en el país. Estos mercenarios son pagos por empresas yanquis como la Bechtel y Halliburton, bajo pretexto de recibir protección para el pillaje de petróleo y otras riquezas iraquíes. El reclutamiento también es echo por la Internet, entre otras, www.hctatics.com , www.iraqijobcenter.com o en las páginas de la Epi, Hostile Control Tatics LCC y Blackwaters.

Los salarios mensuales van de US$ 7 mil a US$ 30 mil e incluyen "beneficios" como vacaciones en Europa a cada tres meses. Además los "especialistas" pueden ejercitar libremente todos sus "conocimientos", como represores, asesinos y torturadores, colaborando con las tropas invasoras. Su presencia en las torturas en Abu Graid y en la represión a las revueltas populares, como en Faluja, ha sido denunciada en el mundo entero. La Aegis Defense Systems es una de las empresas más importantes entre las que prestan este tipo de "servicio". En junio de 2004, fue premiada por autoridades de USA con un contrato de US$ 300 millones para proteger la "zona verde" de Bagdad y coordinar las actividades de todas las empresas privadas de seguridad que operan en Irak.

Citando su amigo Dan Broidy, autor de "The Halliburton Agenda: The Politics of oil and Money" ("La agenda de la Halliburton: la política del petróleo y del dinero"), el profesor Landau estima que USA tenga contratado más de un agente privado para cada grupo de 10 soldados en Irak. Saul recuerda que entre las mil primeras bajas de USA en Irak, habían 122 latinos, 70 de los cuales reclutados entre mexicanos: "Llegando sin un brazo, una pierna, un ojo, o totalmente desfigurados, o muertos con el cráneo esfacelado, ellos propagaron dolor y piedad en los dos lados del Río Grande".

Mercenarios de Trujillo

La desatención de los gobernantes para con los oficiales jóvenes de su país es apenas uno de los síntomas de las condiciones a que llegó la sumisión al gobierno asesino de Washington.

Terminada la II Guerra Mundial, Getúlio Vargas y Eurico Dutra determinaron la inmediata exoneración de los combatientes, inclusive el efectivo de la Fuerza Aérea que acababa de recibir instrucción en USA. Los pilotos que estaban en la reserva — cerca de 400 -fueron los primeros a ser desvinculados. Otros prestaron servicio por algún tiempo en la base aérea de Santa Cruz. Muchos se emplearon en las compañías de aviación, pero no todos.

En 1948, el dictador Rafael Trujillo, que enfrentaba rebeldes de la Legión del Caribe, convidó un grupo de brasileños para organizar la Fuerza Aérea de la República Dominicana y eliminar la insurrección. Eran los pilotos de caza Carlos Alberto de Freitas Guimaraes, Itamar Pereira de Oliveira, Rivaldo José Barbosa, João Carlos Menna Barreto, Wilson Bitencourt Braga, Nilton Miguel Ajuz Gilberto Syllos Clark, José Rafael Martins, los ingenieros de aviación Linguanotto y Harrington, y los mecánicos Cléber, Heredia y Ronaldo. Eran jóvenes de 20 años de edad y con poco dinero.

Quien no era de Río de Janeiro se alojaba en un hotel fulero, pero que aceptaba pagar fiado, el Hotel Primavera, llamado de "Spring", localizado sobre una panadería y un cabaret. Ni daba para dormir — recuerda Martins.

El carioca Ajuz contó a la revista "Fuerza Aérea" cómo surgió la oportunidad de ir al Caribe: "Encontré un compañero de la FAB que me comentó sobre esa propuesta. Me mandó para el comandante Jopert, de las Aerovias Brasil, yerno de un coronel dominicano. Jopert me preguntó si yo tendría como conseguir unos ocho pilotos para formar mitad de un grupo de caza. Al mismo tiempo, Trujillo compraba armamentos brasileños, como fusiles y viejos cañones, que serían enviados por mar (para enseñar el uso de ese material, dos oficiales y dos sargentos del Ejército se mudaron para República Dominicana en la misma época que los aviadores).

Nosotros fuimos allá para defender el país, como mercenarios. Éramos mercenarios, mismo — dice el aviador José Rafael Martins, el "Cabecita", natural de Belo Horizonte.

Para ayudar a los dominicanos a utilizar bimotores Beaufighter y Mosquito había también un grupo de aviadores británicos en el país. Así como los aviones, también era transnacional el grupo de instructores. Había yanquis, la mayoría del ejército, más por lo menos un aviador naval, y hasta un ex piloto de la Luftwaffe.

No obstante el grupo tenga pasado a ser conocido como Trujillo boys , ninguno de ellos tenía oído hablar siquiera del General Rafael Leónidas Trujillo Molina:

Solamente allá que fuimos descubrir lo que era un dictador. La policía de Vargas era tímida comparado con aquello — dice Martins.

Permanecieron cerca de dos años en la República Dominicana — de1948 a 1950. La única acción de combate en que participaron — y medio por acaso-fue al metrallar una Catalina, Carlos Alberto Guimarães, en 18 de junio de 49, cuando los rebeldes, dominicanos exiliados en Guatemala, desencadenaron una invasión. Desde 1947, entretanto, Trujillo adhiriera con oportunismo al programa de anticomunismo exaltado en la época, conquistando así el apoyo de USA.

De vuelta a Brasil, los "mercenarios" continuaron con sus carreras, en la aviación comercial o hasta mismo en la FAB, a pesar, de que como reservistas, tuvieren que se sujetar a recomenzar de cero — y atrás del último aspirante de clase del año. La República Dominicana para la mayoría de ellos pasó a ser un recuerdo distante. La excepción fue Martins, que volvió allá en 1957 para casarse con una antigua enamorada, Maria Natividad, en la primera catedral de las Américas.

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