Siempre que una potencia extranjera invadió el territorio de otro país, lo hizo bajo diversos argumentos, siempre en nombre de la "libertad" del pueblo invadido, muchas veces en nombre de la propia seguridad y estabilidad de los invadidos o aún bajo pretexto de salvaguardar los países vecinos, pero nunca por los motivos reales, el dominio económico y militar.
Así, USA invadió a Irak para proteger el mundo de las "armas de destrucción masivas" jamás encontradas, o en el caso del Afganistán para proteger del fundamentalismo de los talibanes sus propios compatriotas. Pero, para defender la "democracia" en el mundo, los "defensores de la libertad" necesitan siempre remodelar, omitir, confundir y falsificar la Historia, pues en ambos casos, los "dictadores" del extranjero habían sido financiados y apoyados por el propio imperialismo yanqui en otras coyunturas.
En Haití no podría ser diferente, la actual invasión de USA, precedida por las tropas brasileñas, necesitaría falsificar toda la Historia para hacernos creer que el país negro, la antigua "Perla de las Antillas" sufre de un estigma de raíces históricas, una "inviabilidad como nación". Esa es la nueva tesis del imperialismo "humanitario".
Según esa teoría, tan propagada por la prensa imperialista, algunos países carecen de capacidad propia para desarrollarse y ese hecho se expresaría en algunos aspectos: Historia de violencia irracional y estructural, geografía naturalmente improductiva y política nacional inestable.
Bajo todos los argumentos presentados tras el terremoto, padece la verdadera Historia del pueblo haitiano.
La mentira de la improductividad natural
Comenzando por la geografía y el mito de la improductividad. Se afirma que el país posee un suelo pobre e improductivo que siquiera posee leña, ya que los propios haitianos destruyeron la floresta existente. Olvidan de contar que es en Haití donde se producen las naranjas del famoso licor Cointreau .
Pero un suelo desgastado no podría ser el único motivo de la ruina de un país entero, finalmente existen diversas naciones que abrigan en su territorio inmensos desiertos, o aún tienen grandes poblaciones viviendo en pequeñas islas. Véanse los casos de Japón, Israel o Cuba; sin contar los países helados como el Canadá, Noruega, etc. La explicación para la pobreza haitiana no está en sus condiciones naturales. Y mucho menos en su densidad poblacional, ya que Haití es menos poblado que Holanda, Corea del Sur, el Japón, Israel y poco más poblado que Alemania o Suiza.
A lo largo de la última mitad del siglo XX, Haití sería gobernado por los Duvalier (Papa Doc y Baby Doc ), con el apoyo de USA. Durante ese periodo no pudo haber progreso, ni libertad y, al final de los años 80 e inicio de los 90, el Estado se empeñaba por entregar a las manos de extranjeros algunas empresas estatales que existían en el país, llevando a la ruina sectores que, si no producían grandes sumas de dinero, al menos mantenían la economía haitiana con alguna capacidad productiva. El suelo de Haití es rico en calcáreo, que sirve como materia prima para la fabricación del cemento y otras aplicaciones. La fábrica nacional de cemento fue privatizada, y cerrada, luego después. Se dice que existe petróleo en suelo haitiano, imposible saber, y cualquier esfuerzo estatal en el sentido de explotarlo fue destruido por las privatizaciones.
Pero la mayor de las mentiras es la presentación del país como un lugar absolutamente improductivo. Aunque tengamos muchas dificultades en obtener informaciones sobre la realidad haitiana sin pasar por la censura de las grandes corporaciones de la prensa imperialista, tenemos noticias, a través de un sindicalista brasileño que pasó una semana en el país. Según Eduardo Almeida, el último año hubo una importante huelga en las fábricas haitianas. Pues sí, ¡existen fábricas en Haití! Eso usted no ve en el informativo. Conforme el relato, existen al menos 25 mil obreros en Puerto Príncipe que producen diversos artículos textiles para industrias extranjeras, como Nike , Wrangler y Levi ‘s. Con un salario mínimo de menos de 200 reales por mes, los obreros tienen una vida con enormes restricciones, sin servicio de agua potable, luz eléctrica, cloacas, etc. La educación está arruinada después de las privatizaciones. Casi 90% de la población es analfabeta. No existen más periódicos para la población y la única facultad pública, la Facultad de Ciencias Humanas es atacada constantemente por la policía local y por las tropas de la ONU por mantenerse como foco de resistencia contra la ocupación militar extranjera.
Políticamente el país realmente es inestable, pero no por ineptitud a la orden o a la democracia por parte del pueblo haitiano, sino, debido a una sucesión de invasiones de potencias imperialistas e intervenciones extranjeras, sea con tropas, como actualmente, sea a través de gobiernos títeres.
Después de la independencia en 1804, para que cesaran las hostilidades, Haití tuvo que pagar una deuda indemnizatoria a Francia (por el derecho a la libertad) que comprometió hasta el inicio del siglo pasado 2/3 de la producción haitiana. Tras librarse del yugo francés, tuvo su territorio invadido por tropas yanquis en 1915, que impusieron medidas desfavorables a la economía nacional. Las tropas imperialistas solamente dejarían el país en 1934. En la década de 50 tuvo inicio la dictadura de Papa Doc y posteriormente, hasta 1993, su hijo, Baby Doc. El gobierno apoyado por USA privatizó todo lo que pudo para beneficiar las grandes corporaciones extranjeras y las empresas que no se hicieron tan rentables fueron abandonadas. Hasta la década del 70 Haití producía 90% del arroz que consumía, además de diversos otros géneros alimenticios. El caso del arroz es bastante ilustrativo. Por imposición de los carteles yanquis, fueron abolidas las tasaciones sobre lo arroz extranjero. Al mismo tiempo que retiran el impuesto para la importación en Haití, el gobierno americano subvencionó su propia producción de arroz. El resultado fue la invasión del arroz estadunidense, la ruina de miles de familias campesinas y un enorme éxodo para las ciudades, particularmente para la capital Puerto Príncipe.
Pero el peor aún vendría. Con la elección de un párroco de discurso democrático para el gobierno de Haití, una vez más el país sufriría intervención extranjera. Después de electo, el presidente Jean Bertran Aristide sería derrumbado y Haití viviría bajo la tutela de la ONU. El pueblo resistía. Nuevamente la historia se repetiría, Aristides electo, derrumbado después y la ONU interviene. Es electo René Preval , que pasa a actuar como títere del imperialismo. En esta segunda vez, el imperialismo iría a utilizar tropas tercereadas, la Minustah (tropas de la ONU dirigidas por los militares brasileños). Funcionaría mejor, ya que el odio popular contra los brasileños es menor que contra USA. Aristides está hasta hoy impedido de volver al país. En 2005 fue aprobada la ley Hope, que impide el pago de cualquier impuesto por las industrias yanquis en suelo haitiano, inclusive sobre el agua y la luz. El gobierno brasileño cumplió su deber en la Minustah , ejecutó de manera eficiente su papel de agente del imperialismo en la América Latina.
En relación a su historia sangrienta, sólo un breve relato de la verdadera Historia del pueblo haitiano puede sobreponerse a la mentira tantas veces repetida en los periódicos y televisiones.
Antes, es importante añadir que Haití tiene, como Brasil, una rica herencia africana en diversos aspectos de su cultura popular. En todos los países de América Latina donde existió esclavitud negra, hay cultos de origen africano y una larga historia de sincretismo con el catolicismo, como nuestro Candomblé y Umbanda . El nombre de la religión popular haitiana es Vudú. Comparando con nuestra cultura popular, es más fácil imaginar esta religión y saber que no tiene ninguna relación con cultos demoníacos o de magia negra. Pero, al parecer, los fundamentalistas evangélicos de USA creen que el país abriga cultos satánicos, con rituales estereotipados, como lo de meter agujas en muñecos y adorar muertos-vivos. Esa es la imagen propagandeada en muchas décadas de películas hollywoodienses y otras cosas del género. Ahora algunos pastores yanquis llegaron a afirmar que el terremoto sería un castigo de Dios por los pecados de los negros haitianos.
Más allá del festival de retraso e ignorancia de los fundamentalistas protestantes, el "pecado" histórico que el imperialismo jamás perdonaría sería la intransigente lucha del pueblo haitiano por independencia y contra la esclavitud.
Los problemas de Haití tienen tres nombres:
Francia, Estados Unidos y ONU
Haití forma parte de una de las islas del Caribe, que junto con Cuba fue el primer punto de la invasión europea en la América, importante entrepuesto en el viaje entre la costa de la América Española y Europa. Después, bajo administración francesa, sería responsable por más del 70% de la producción de azúcar consumido en Europa y de más del 60% del café. En su suelo se producían también cacao y algodón para la metrópoli.
Conocido en el periodo colonial por la riqueza que proporcionaba a Francia, Haití sería llamado de "Perla de la Antillas". Debido a la brutal explotación que sufrían los esclavos y bajo influencia de los ideales de libertad e igualdad propagados durante la Revolución Francesa, ocurre una revuelta de esclavos liderada por Toussaint Loverture , el Espartaco Negro, que llevaría a la primera independencia en la América Latina, en 1804. Los imperios coloniales no admitirían la osadía, pero serían sucesivamente derrotados por los revolucionarios. Su independencia no sería reconocida por ningún país. Sólo Francia, imponiendo el pago de un enorme valor indemnizatorio, reconoció la independencia.
Pero el pueblo haitiano resistió, pagó la "deuda" y ayudó a los otros negros esclavos del continente. Como nos cuenta Eduardo Galeano, cuando Simón Bolívar, en 1816, fue en búsqueda de apoyo en la Isla rebelde, Haití suministró barcos, armas y soldados en solidaridad a la lucha por la independencia sudamericana. En cambio pidió sólo que liberara los esclavos por donde pasara. Bolívar hasta intentó cumplir la promesa, pero no consiguió. La abolición vendría solamente más de 30 años tras la independencia de las nuevas repúblicas de América del Sur. En el Brasil, el último país a abolirla formalmente, la esclavitud llegaría a la bordas del siglo XX.
Tras liberarse de Francia, los haitianos tendrían que encarar a USA. La invasión americana duraría hasta 1934, impondría la privatización del Banco Nacional y prohibiría que los negros, inclusive el propio presidente títere, entraran en los hoteles, clubes y restaurantes exclusivos a los extranjeros. Curiosamente, la invasión americana de 1915 fue justificada por los mismos "motivos humanitarios" de hoy y aconteció bajo diversos otros pretextos en el mismo periodo en otros países de la región, como Puerto Rico, Cuba, Panamá, Nicaragua, República Dominicana, Islas Vírgenes, Honduras y El Salvador.
Una vez más el pueblo haitiano se rebeló. Luego que los Marines desembarcaron tuvieron que enfrentar pesados golpes de la resistencia popular. Charlemagne Péralte , un oficial del ejército haitiano, se negaría a aceptar la invasión y lideraría una guerrilla nacionalista conocida como Cacos. Los Marines necesitarían encontrar un traidor entre los guerrilleros de Péralte e infiltrar un agente para asesinarlo en 1918. Su cuerpo sería crucificado en la puerta de una iglesia y la foto de su muerte distribuida entre la población. Pensaron que así podrían intimidar el bravo pueblo haitiano.
Por una terrible ironía, aunque sea la primera república independiente de América Latina, es el país que ha sufrido el mayor número de intervenciones extranjeras y hoy camina para volver, en la práctica, a vivir bajo el colonialismo y la esclavitud. No más de la Francia de Napoleón, pero bajo la tutela de las tropas yanquis y de la Minustah , que transformaron el país en un lugar donde se pagan los menores salarios posibles, se tiene el mercado de trabajo más "flexible" a la explotación capitalista y donde las multinacionales podrán arrancar los mayores márgenes de logro en local muy próximo a USA. ¡Ese es el plan! Esos son los objetivos de la campaña "humanitaria", de la "solidaridad" de celebridades hollywoodienses y de los planes de reconstrucción de Hilary Clinton.
Como nos cuenta Eduardo Almeida tras su viaje a Haití:
"El imperialismo está haciendo una experiencia. Está instalando aquí una industria de relativo bajo nivel tecnológico, con un grado de explotación que se aproxima de la barbarie. Un gigantesco ejército industrial de reserva asegura una mano de obra baratísima y la presión sobre los que trabajan, para que no reivindiquen reajustes.
En las fábricas existe una organización del trabajo moderna, los módulos. Grupos de trabajadores hacen, por ejemplo, una camisa, con cada uno haciendo una parte. Como ganan por tarea, se impone la disciplina del patrón por los propios trabajadores, que cobran a cualquiera que se atrase. Ese es el capitalismo moderno, con claros elementos de barbarie.
Nuevas zonas francas ya están planeadas. Existe una gran área ya reservada al lado de Citè Soleil , para que los trabajadores puedan ir a pie para el trabajo. Si consiguen implantar ese plan, tendrán una nueva referencia de tasa de logros".
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Referencias:
- Eduardo Galeano, La Maldición Blanca. Disponible en: www.chilehaiti.cl/docs/galeano2004.pdf
- D. Idrimi , La crucifixión permanente. Disponible en: http://www.rebelion.org/informa.php?id=100402
- Eduardo Almeida, Cartas de Haití: relatos de la situación en un país en lucha por su soberanía. Disponible en: http://resistir.info/la_central/cartas_haiti.html
- Amy Goodman , Este terremoto fue anticipado por otro terremoto político y económico impuesto por Washington. Disponible en: http://www.rebelion.org/informa.php?id=99218
Felipe Deveza , Doctorando (História – UFRJ)
Traducciones: [email protected]