Revolución entrega tierra a los campesinos y desarrolla la nueva sociedad
La India es un país marcado por la cruel y secular dominación (semi)colonial, practicada primero por el imperialismo británico y, ahora, por el imperialismo yanqui. El capitalismo de ese país se desarrolló sobre una base feudal, conformando un capitalismo burocrático, que mantiene relaciones pre-capitalistas (semifeudalidad) que interesan a los imperialistas. En este contexto de super explotación de la India como un país que tuvo su desarrollo histórico bloqueado por la dominación imperialista, sectores del pueblo cada vez mayores (en especial los campesinos y los pueblos tribales) se organizan política y militarmente para enfrentar las clases dominantes locales y el imperialismo, que perpetúan la esclavitud semicolonial y semifeudal. Con ese objetivo, el pueblo combate el gobierno hindú (títere de las clases dominantes) y sus fuerzas policiales y militares.
La Guerra Popular en la India, guerra de las masas pobres, está siendo dirigida por el Partido Comunista de la India (Maoista), cuyos militantes son conocidos como maoístas o “naxalitas”, en referencia a la aldea de Naxalbari, en Bengala Occidental, donde se inició la lucha armada en 1967. Una lucha que agrega centenares de miles de proletarios, campesinos, mujeres, adivasis (tribus), intelectuales y otros sectores.
Tal guerra revolucionaria, al conquistar y avanzar en vastas áreas, expulsa las fuerzas policiales, los gobiernos y las clases dominantes, para inmediatamente ser desarrollado el Nuevo Poder. Con el Nuevo Poder, los maoístas y las masas desarrollan una nueva política (amplia participación de todos en las decisiones, delegados electos con mandato revocable a cualquier momento y sin derecho a privilegios), una nueva economía (distribución de la tierra y producción destinada a las necesidades de la población y de la Nación) y una nueva cultura libre de las opresiones de castas y de la subyugación de la mujer. Así, ellos construyen una nueva sociedad con el fusil en la mano.
Desde el final de los años 1980, militantes del Partido Comunista de la India (Marxista-Leninista), divididos en grupos armados, entraron en Gadchiroli, Bastar (distrito del estado de Chhattisgarh) y Andhra Pradesh para esparcir el mensaje de la revolución. Desde entonces, basados en el camino de la Revolución China, crearon una inmensa zona de guerrilla que comprende ocho distritos en los cuales, por medio del Partido, el Ejército Guerrillero Popular de Liberación (EGPL) y el Frente Único establecieron sus órganos de poder y organizaciones de masas.
El bastión de la Revolución Agraria
Dandakaranya es una gran región localizada en el Centro de la India. El área tiene una población aproximada de 20 millones de habitantes, los cuales pertenecen a diferentes tribus, como Gond, Madia, Govari, entre otras. La región es uno de los lugares más ricos en reservas forestales, recursos hídricos y minerales como hierro, bauxita, dolomita y granito.
Desde los primeros días de la colonización británica hasta el presente, los imperialistas, los nobles nativos y la gran burguesía compradora hindú saquean las riquezas de la región, sometiendo los hijos de esa tierra a la privación y a la explotación. En aquella región son comunes los desplazamientos forzados, el hambre, la falta de abrigo, la falta de servicios como educación y las altas tasas de mortalidad, mostrando el abandono del viejo Estado y la entrega de tierras a la usura implacable. Los sectores más golpeados por ese sistema semicolonial y semifeudal son los adivasis y las mujeres que, bajo un sistema semifeudal, patriarcal y de castas son sometidos aún (en las regiones donde no hay el Nuevo Poder) a todas las formas de explotación y humillación.
En Dandakaranya, el pueblo ha trabado heroicamente muchas batallas contra los explotadores, pero solamente el movimiento maoísta consiguió resolver, junto a las masas, los problemas concretos que afligen la masiva población.
Nuevo Poder y transformaciones
Janatana Sarkar (Gobierno Popular) es el nombre del Nuevo Poder establecido en las áreas liberadas bajo la dirección de los maoístas. Ese es el verdadero poder popular que, con la fuerza de las armas, expulsó los antiguos latifundistas de amplias áreas, y cuyo resultado es la destrucción de todas las antiguas relaciones sociales de producción, la eliminación de las relaciones feudales y del hambre crónico. Los maoístas distribuyen las tierras antes monopolizadas en la mano de los señores de tierras, e incentivan el trabajo colectivo y las cooperativas.
El renombrado activista, poeta, crítico literario y periodista hindú, Varavara Rao, que estudia la Revolución de Nueva Democracia en marcha en la India, afirmó: “La revolución está yendo tan fuerte cuánto los ríos de la región. Aquí en Bastar la justicia del pueblo está siendo implementada. Antes que las delegaciones policiales puedan llegar, las peleas y conflictos son resueltos por los comités campesinos. Los recursos hídricos son desarrollados con la participación de las masas. Los guerrilleros están comprometidos en actividades de agricultura, educación y salud. La tierra es distribuida. No hay sequía, prostitución, homicidio o drogas en el área bajo control de guerrilla. Ni siquiera pequeños crímenes”.
En esas regiones, la Revolución Agraria es desarrollada: las tierras de los latifundistas son ocupadas y distribuidas; el corte de árboles es controlado; son edificadas construcciones que atienden a las necesidades colectivas, como vinícolas, depósitos, canales, represas y clínicas de salud. Los maoístas, trabajando con las masas, crearon centros de salud y escuelas elementales que operan regular y eficientemente, alfabetizando la población y elevando su consciencia política a niveles revolucionarios.
En las áreas bajo el Nuevo Poder y bajo una nueva economía, una nueva cultura también es creada, luchando contra la superstición y el patriarcado, produciendo nuevos relacionamientos en la familia y en la sociedad. Una nueva justicia es construida y el área, como nunca antes en su historia, no sufre más de hambre. Cuánto mayor el trabajo colectivo, mayor la resolución de problemas concretos de las masas. La base fundamental es el trabajo voluntario liderado por el Gobierno Popular.
Cada avance de la Guerra Popular es trabado contra dos grandes enemigos: el viejo Estado y sus fuerzas militares. Los gobiernos de turno en la India imponen una fuerte represión policial por medio de planes militares reaccionarios, que ya llevaron la vida de miles de bravos revolucionarios. Durante las operaciones de guerra de las fuerzas del viejo Estado, las represas fueron destruidas y las escuelas transformadas en campos policiales y paramilitares. Por eso, el Ejército del pueblo combate el viejo Estado y sus fuerzas policiales y militares, que son controlados por los latifundistas, grandes burgueses e imperialistas.
Por otro lado, los maoístas y revolucionarios también combaten las propias ideas erróneas en las hileras del pueblo con una lucha de dos líneas, que actúa para convencer, persuadir y fortalecer la conciencia política revolucionaria de los campesinos. Tal práctica busca evitar la creación de nuevas clases abastadas y combatir la claudicación en fase del enemigo en putrefacción.