La desnacionalización de la economía II

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La desnacionalización de la economía II

Cuadro general

Las inversiones directas extranjeras (IDE)1 registradas en el Brasil de 1947 hasta 2008 totalizaron 222.600 millones de dólares. Sin embargo, las rentas remitidas del Brasil para el exterior, sólo entre 1995 y 2008, sumaron 292.200 millones de dólares.

2 Las rentas incluyen la remisión oficial de intereses y de logros, y estos, que correspondieron a más de 3/5 de esas remisiones, son solamente la punta del iceberg de las reales transferencias de ganancias para el exterior. De hecho, el grueso de ellas se realiza a través de las cuentas de servicios y de la fijación de precios sobrefacturados en las importaciones y subfacturados en las exportaciones de mercancías.

3 Con cinismo y/o con la misma ignorancia de siempre, los engañadores al servicio del saqueo del Brasil continúan recitando el antiguo mito de que las inversiones directas extranjeras (IDE) capitalizan la economía brasileña y generan grandes inversiones en la producción.

4 El mito es falso. La mayor parte de las inversiones directas extranjeras no es empleada en nueva producción. Ellas son usadas por las transnacionales principalmente para asumir, por medio de adquisiciones y fusiones, el control de actividades productivas preexistentes, casi siempre creadas con capitales de empresas brasileñas.

5 Las fusiones y adquisiciones siguen creciendo asustadoramente. Se calcula que el total de ellas en 2010 superará las de 2007, cuando alcanzaron R$ 136.500 millones, el equivalente a U$S 80.000 millones, siendo ciertamente más del 80% de eso, i.y., US$ 64.000 millones, por parte de transnacionales.

6 Esa cuantía es muy superior a la de la entrada anual de IDE. Eso significa que, además del grueso de esos ingresos haber servido para las fusiones y adquisiciones, estas alcanzan tal volumen, que otra parte sustancial de ellas es costeada con logros obtenidos en el Brasil, reinvertidos en aquellas operaciones.

7 Prosigue, pues, en ritmo acelerado, la apropiación de la capacidad productiva brasileña por transnacionales extranjeras, lo que eleva aún más el porcentual, ya de la orden del 75%, del capital total de las grandes y medias empresas en actividad en el Brasil bajo control de subsidiarias, registradas en el Brasil, de transnacionales con matrices con sede en el exterior, o directamente por empresas extranjeras.

8 El porcentual asciende a, por lo menos, 90% si consideramos el número de esas empresas, y no el sumatorio del capital extranjero, por cuanto, en el cómputo anterior, no se cuentan las empresas en que la transnacional adquirió parte sustancial del capital, pero no detiene la mayoría de él, como, por ejemplo, la estatal Petrobras, cuya mayor parte de los logros es obtenida por accionistas extranjeros, y la inmensa Vale Rio Doce privatizada.

9 Eso nos recuerda el mega-fraude de las privatizaciones, el mayor asalto habido en la Historia Mundial, practicado, principalmente entre 1996 y 2000, por eso aún, el periodo en que el aumento del grado de desnacionalización de la economía brasileña batió, de lejos, todos los récords.

10 Los datos oficiales dicen que el flujo de IDE  para las privatizaciones, entre 1996 y 2000 (U$S 29.6000 millones), correspondió a un cuarto (1/4) del total líquido de ellos (U$S 112.6000 millones).

11 Escabroso y ridículo: no entró en los cofres públicos ni esa mísera fracción de las decenas de billones de dólares en que tendrían que ser evaluadas las estatales privatizadas — si fuera para atribuirles un precio — por cuanto la Unión y los estados propiciaron a las empresas beneficiarias del esquema, ventajas y subsidios en montante muy superior a aquellos supuestos ingresos, además de aceptar monedas (títulos) podridos en el “pago”.

12 Así fueron afanados de la propiedad brasileña patrimonios en el valor de decenas de billones de dólares. Eso considerando lo que se podía estimar en la época, porque, hoy, en realidad, los dólares están destinados a no valer más nada. Además, no hay, ni había, en 1997, cuando de la privatización de la Vale, como evaluar en moneda alguna, fuerte o no, yacidas de metales preciosos y de otros metales y minerales estratégicos explotables por centenares de años.

13 Al entrar en la presidencia, en 1991, Collor hizo el Congreso aprobar, de inmediato, montañas de proyectos de ley, todos al gusto de Washington. Entre esos proyectos, el de la mal afamada “ley de desestatización”, con la cual se instituyó la entrega de las estatales por medio de donaciones ‘sui generis’, o sea, de tal naturaleza que en ellas el donante se obliga a, además de dar el patrimonio, pagar, y mucho, para hacerlo. FHC ejecutó la “obra”, en un proceso en que, y entre otros fraudes, los evaluadores estaban al servicio de los “adquirentes”.

14 Los dólares son emitidos a discreción, y, en los últimos años, en montantes absurdos, en la casa de los billones, por el FEDERAL RESERVE BOARD (FED), el banco central privado y predador al servicio de los grandes bancos norteamericanos, que es para donde van esos billones.

15 A menudo, los dólares pasan por los paraísos fiscales antes de ingresar en el Brasil. Levantamiento fidedigno reporta que cerca de 26% (U$S 9.000 millones) de los IDE, en 2007, fueron de esa proveniencia. El porcentual es, ciertamente mayor, por cuanto plazas financieras, como Londres y Zúrich, funcionan también como paraísos fiscales, además del estado de Delaware, en los EUA, donde los capitales están a salvo de cualquier fiscalização2.

16 Los inflacionados dólares y euros sirven para comprar bienes y empresas por todo el mundo, inclusive por empresas y aplicadores de terceros países, como la China, Japón etc.

17 Además de las grandes transnacionales, entran en el juego los fondos financieros, formados por varios aplicadores y destinados a inversiones en bolsa en el Brasil, y a la adquisición de acciones.

18 Así, 140 gestoras captaron, en 2009, U$S 4.600 millones para inversiones en el Brasil, mismo montante de 2008, como informa el Centro de Estudios en Private Equity de la Fundación Getúlio Vargas, publicada en 15-04-2010 por el periódico VALOR.

Bancos

19 Había en el Brasil, hasta 1990, más de 300 bancos comerciales y múltiples, casi todos de capital nacional. El número cayó para menos de 100, habiendo ahora sólo 10 grandes bancos privados, de los cuales siete son extranjeros: Santander, HSBC, Citibank, UBS Pactual, ABN Amro, Deutsche Bank y Safra. Las leyes fueron cambiadas para que estos puedan actuar en áreas antes vedadas y tener varias agencias en una misma ciudad.

20 Numerosos grandes bancos privados brasileños desaparecieron: Nacional; Económico; Real y Bamerindus, entre otros. Vale notar que, en general, sus dueños apoyaron la política antibrasileira de FHC, lo que no los eximió de ser decapitados de sus reinados financieros.

21 Ellos no se dieron cuenta de que el imperio no admite reinitos en las áreas por él conquistadas. Fue eso que aconteció también con los Villares y otros grandes industriales paulistas tragados por las transnacionales, tras haberse asociado a ellas y de haber prestado colaboración a gobiernos que subsidiaron la penetración de las multinacionales, inclusive en la represión política.

22 Con efecto, el poder mundial insiste en quebrar el poder de los que se constituyen en élite local, sea como grandes empresarios, sea como políticos o en ambas capacidades, como Maluf y otros. La oligarquía mundial prefiere usar agentes burócratas, del tipo de FHC, que no pretende pasar de “intelectual” artificialmente fabricado, o del de Lula, ex sindicalista, como Palocci y otros tantos.

23 Pesa también, en la desnacionalización de los bancos, la venta a extranjeros de elevada cantidad de acciones del semi-estatal Banco do Brasil y de los mega-bancos privados Itaú y Bradesco.

24 Mucho antes de la razzia encima de los bancos comerciales, los bancos extranjeros ya habían ocupado los bancos de inversión, bajo la protección del decano de los entreguistas, Roberto Campos, zar de la economía en el gobierno de 1964-1966. Además de eso, empresas extranjeras de auditoría y consultoría financiera también dominan, hace mucho tiempo, los respectivos mercados.

25 En los bancos de inversión y financieras, se acumulan sobre la ocupación antigua, nuevos casos, en que son absorbidos asociados locales, como ahora la Gávea Inversiones, que opera en fondos de hedge, gestión de patrimonio y compraventa de participaciones en empresas, además de administrar activos de R$ 10.200 millones. Adquirió, inclusive, hace poco, 14,5% del capital social de la Odebrecht Realizaciones Inmobiliarias (OR).

26 El controlador de la Gávea es Armínio Fraga, presidente del BACEN en la época de FHC. El JP Morgan está comprando 55% de esa financiera para integrarla a la Highbridge, su subsidiaria.

27 El JP Morgan, uno de los bancos gigantes de Wall Street, fue uno de los socorridos por el FED con centenares de miles de millones de dólares, en 2007/2008, después de haberse revelado sin valor sus derivativos apenas embasados en hipotecas y otros títulos de crédito.

Transporte aéreo

28 El sector aeronáutico es uno de los más recientes a ser ocupado por el capital extranjero. Como en el caso de los bancos, eso fue facilitado por los “gobiernos brasileños”, a través de modificación de leyes y de normativas, además de total desinterés, para no decir hostilidad, en relación a la posición competitiva de ellas frente a empresas del exterior.

29 El proceso de destrucción de las grandes empresas nacionales del sector se inició con el de la Panair, por medio de un golpe gubernamental, aplicado en 1965, bajo Castello Branco, uno de los presidentes más pro-EUA de toda la historia del País.

30 En el decenio iniciado en 2001, se dio fin a la Varig, otra gran empresa nacional de transportes aéreos, fundada en 1929. El diputado Paulo Ramos (PDT), que presidió CPI en la Asamblea Legislativa del Río de Janeiro, verificó que la venta de la Varig constituyó crimen de lesa patria, montada a través de decisiones del gobierno federal, por el proceso de recuperación judicial y por la utilización de falsos testaferros en la compraventa.

31 El grupo adquirente, liderado por el chino Lap Chan, pagó  cerca de U$S 20 millones y, ocho meses después, vendió  la empresa por US$ 320 millones”. Tan grave, o aún más que eso, fue que los “gobiernos brasileños” perjudicaron la compañía nacional con la política de tarifas. Después, la abandonaron a su suerte, desprovista de soporte de capital y de financiación, al contrario de lo que hacen otros países en favor de las compañías locales.

32 De la liquidación de la Varig resultó el llamado “apagón aéreo”, con la salida de 60 aeronaves del Brasil y la ocupación de las rutas voladas por las concurrentes extranjeras. De inmediato, el país perdió líneas internacionales y, con ellas, aumentó en más de U$S 1.500 millones el déficit de la balanza de servicios, el cual continua aumentando desde entonces. Además de eso, los trabajadores de la Varig, perjudicados por los “adquirentes” o, mejor dicho, liquidadores, y por el gobierno, permanecen hasta hoy sin satisfacción a sus derechos.

33 Antes de la Varig, sucumbió la VASP, otrora importante compañía aérea del estado de São Paulo, con gran red nacional y apreciable actuación también en el exterior. Fue, primero, privatizada por el notorio devastador del patrimonio público paulista, el entonces gobernador Mário Covas, miembro de la tropa de FHC, Serra y similares. Después, fue gradualmente hundida, como las demás empresas privadas nacionales. Destino semejante tuvo la Transbrasil, también de razonable porte, igualmente atropellada.

34 Así, tal como hicieron con otros sectores vitales para la seguridad nacional, como las telecomunicaciones, los minerales estratégicos etc., los gobiernos que profundizan  la sumisión del País entregaron los transportes aéreos de carga y de pasajeros al control extranjero.

35 El ultraje llega al punto en que, aunque yo sea ciudadano de un país que, en el inicio de los años 60, contaba con grandes compañías con actuación internacional —  la Varig y la Panair, además de la VASP — cuando viajo a Portugal, tengo que ir con la TAP, empresa de un país atrasado económicamente, de población correspondiente a 5% de nuestra y territorio con dimensión igual a 1% del espacio brasileño.

36 Está, además, siendo completado el arrasamiento del capital nacional en las líneas aéreas, ya que: la Gol se hizo subsidiaria de una norteamericana, Southwest;  la Webjet fue vendida para la Ryanair; la Azul pertenencia a David Neeleman, de la Jet Blue; y la TAM pasó al control de la LAN Chile.

37 Otro “inversor” norteamericano, Alliance Bernstein, elevó su participación en la GOL, adquiriendo acciones preferenciales de esta, en el montante de más de 8,7 millones, correspondiente a 6,57%.

38 Como observó el actuario Clóvis Marcolin: “Ahora vamos modernizar, ampliar, construir con dinero público estaciones operacionales para que empresas extranjeras actúen, lucren, por aquí, subsidiadas, un favorecimiento que el Gobierno brasileño no se dispuso a hacer para el transporte aéreo, cuando era nacional”.

39 Aduce él que la ANAC — Agencia Nacional de Aviación Civil,  órgano de regulación de servicios públicos, servirá a empresas extranjeras. A propósito, pregunta: “¿Cuanto la ANAC tuvo de participación en ese proceso de entrega de la aviación civil brasileña al control de extranjeros?” 

40 Además, acaba, de acontecer la extrañísima adquisición de la TAM (29 mil operarios y 141 aviones) por la diminuta LAN, de Chile (11 mil operarios y 70 aviones). Los límites legales, aún en vigor en el Brasil, para la participación extranjera en el sector, están siendo contornados con la formación de la LATAM Airlines, en la cual el control pertenencia a la familia Cueto, que designará el ejecutivo-jefe, pues tiene 70,6% de las acciones votantes. Sólo 29,4% de esas acciones quedan con el presidente de la TAM, Maurício Amaro.

41 Paira en el horizonte, la probable aprobación por el Congreso de la elevación del 20% para 40% de la participación extranjera en el sector.

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42 Como se ve, describir la profunda desnacionalización del País envuelve copiosos datos y detalles, que no se deben omitir al presentar la cuestión de manera concreta. Así, aún no es esta vez que se puede concluir el examen sectorial de la desapropiación de los brasileños en favor de grandes bancos y empresas transnacionales.

Notas

1 — Los datos aquí vehiculados sobre las inversiones directas extranjeros (IDE) incluyen los préstamos inter-compañías, hechos por la matriz de la multinacional para la subsidiaria brasileña, y de ellos son deducidas las remisiones de capital al exterior (no las de logros, intereses y otras ganancias).

2 — La Inversión Extranjera Directa en el Brasil y el Riesgo de Lavado de Dinero, Bruno Ribeiro Castro, Comisario de la Policía Federal, División de Represión a Crímenes Financieros — 2009-08-27.

* Adriano Benayon es Doctor en Economía. Autor de “Globalização versus Desenvolvimento”, editora Escrituras. [email protected]

Traducciones: [email protected]

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