Traducido por Enrique F. Chiappa
Un Estado encima del Estado. El Forum Nacional y el Plan Director del Mercado de Capitales determinaron las principales políticas de las administraciones Cardoso y Luiz Inácio. Los hombres y las empresas por tras de las entidades que dirigen el país. Como el capital transnacional y asociado se organiza y conserva su poder.
¿Quién gobierna el Brasil? Tenemos un presidente nominal, Luiz Inácio Lula da Silva, electo dentro de los términos de la Constitución. Él fue antecedido por Fernando Henrique Cardoso, también alzado al cargo por medio de elecciones. Tenemos igualmente, gobernadores y congresistas electos.
Sin embargo, desde 1994, Brasil pasó a ser administrado de facto por una junta de tecno-empresarios de confianza de los monopolios transnacionales y de sus socios internos: el Forum Nacional, al cual se juntó, a partir de 2002, el Plan Director del Mercado de Capitales (PDMC).
El Forum y el PDMC no son sociedades secretas. Si lo fuesen no publicarían en libros y en el Internet el tenor de sus seminarios y reuniones. Constituyen, sin embargo, el más poderoso dispositivo de lobby existente en Brasil desde el dúo IPES-IBAD. Elaboran leyes e imponen su aprobación al Congreso. Influencian — para decir poco — el Judiciario y la imprenta. Nominan y destituyen ministros. Formulan y prescriben casi todas las políticas relevantes del poder Ejecutivo.
Actuando dentro del Estado, cercándolo desde afuera para someterlo y pairando encima de él, constituyen un Estado paralelo o — mejor dicho — un supra-Estado. Los grupos que se suceden en la jefatura del Ejecutivo federal son meros ejecutores de sus órdenes.
Esto no es un ejercicio de retórica; es una afirmación basada en hechos descriptos a continuación, a partir de los cuales el lector podrá juzgarla.
También no es una visión conspirativa del mundo: siendo canales de acción política de los sectores económicos y sociales que representan, el Forum y el PDMC son consecuencia, y no causa, del poder que ellos detienen. Sirven para mantenerlo — y para esto, recurren permanentemente a la conspiración. Pero no es en ella — ciertamente un ingrediente esencial de la política — que se sitúa el origen de ese poder.
Tampoco es una reflexión teórica sobre la dominación de clase; se trata de demostrar como ella ocurre, en la práctica, en nuestro país y en nuestros días. Si el Estado sirve siempre, en última instancia, a los intereses de las clases dominantes, a las formas y a la intensidad de la dominación — exceptuando cuadros terminales de crisis — dependen de muchos factores, inclusive del uso de elementos de mediación situados en el ámbito de superestructura. La investigación de esos aciertos constituye el campo de interés y actuación por excelencia del periodismo.
Lo que AND ofrece a sus lectores es un reportaje. Con nombres, conexiones, métodos y objetivos de quién gobierna el Brasil sin un único voto del pueblo.
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