La guerra civil reaccionaria en las ciudades

Com decreto de Temer, Exército atuará contra as favelas (Foto: Ellan Lustosa/AND)

La guerra civil reaccionaria en las ciudades

Río de Janeiro, vitrina de la guerra, es el estado donde las acciones son más agudas

Ellan Lustosa/AND

En las ciudades de todo el país, el viejo Estado aplica cada día más su guerra civil reaccionaria contra el pueblo, en diferentes niveles. La crisis económica, política, moral, social, institucional y militar, que genera problemas claves como desempleo, miseria, delincuencia y otros, potencializan esta guerra civil movida por el viejo Estado, y cuyo blanco son las masas.

Aunque se exprese más aguda en Río de Janeiro, la guerra civil es nacional. Datos compilados en 2017 por el Forum de Seguridad Pública muestran que Sergipe, Río Grande do Norte, Alagoas, Pará y Amapá poseen, respectivamente, las más altas tasas de muertes violentas de Brasil.

Hospital atiende en condición de guerra

En Río de Janeiro, la situación es más intensa y es donde el viejo Estado concentra sus fuerzas de guerra. La Bajada Fluminense, en la región metropolitana de Río, es una de las partes más asoladas por las campañas militares de las fuerzas enemigas.

El Director general del Hospital da Posse, en el municipio de Nova Iguaçu, el doctor José Sestello, dice que los números de la emergencia de la unidad federal son sobrecogedores y no paran de crecer, asemejándose a números de hospitales de campaña en regiones asoladas por la guerra de agresión imperialista, como en Irak, Afganistán y la Siria.

— Nuestro hospital ya tiene números que se asemejan a los de hospitales de campaña en zonas de guerra por el mundo. Solamente el año pasado, fueron 678 baleados atendidos por la Emergencia del Hospital da Posse. Este año, los números ya superan la media mensual del año pasado y llegaron a 65 atenciones solamente el mes de enero. Y lo que llama la atención no son sólo los números, pero los tipos de heridas, que en su mayoría son causadas por tiros de grueso calibre, lo que casi siempre lleva el paciente a óbito o a la amputación de brazos y piernas — dice.

— La Bajada Fluminense, en el eje de la carretera Presidente Dutra, tiene cerca de 2,9 millones de habitantes, para una emergencia con sólo 490 lechos en el Hospital de Saracuruna [en Duque de Caxias], sumados a los lechos del Hospital Municipal Moacir do Carmo, que es el hospital municipal de Caxias. Esos lechos atienden, además de la población de la Bajada, todos los casos de accidentes en la Dutra, que son muchos. Y nosotros continuamos atendiendo normalmente personas de la municipalidad con todos los tipos de enfermedades, infartos, atropellamientos, etc. — resalta.

Ejemplos cotidianos de la guerra

Con el decreto de intervención militar firmado por Michel Temer, la guerra civil reaccionaria en Río se revela como nunca y alcanza un segundo nivel: el del mando centralizado de las Fuerzas Armadas, lo que antes estaba dividido con el comando de la Policía Militar (PM).

Desenmascarando lo que será el objetivo de las Fuerzas Armadas durante su acción, el general y comandante del Ejército, Eduardo Villas Bôas, afirmó, el día 19/02, que sus tropas necesitan actuar sin miedo de ser afrontados con una nueva “Comisión de la Verdad”, o sea, con redes sueltas para no ser investigadas.

El mismo día, más temprano, el ministro de la Defensa, Raul Jungmann, afirmó que las Operaciones necesitarán de órdenes judiciales de búsqueda y aprehensión colectivos, es decir, que abarque todas las casas de determinada área, quieran sus dueños o no, criminalizando toda la población.

Antes del decreto, sin embargo, la situación ya se presentaba en alto nivel de beligerancia, en la cual las acciones son norteadas por la lógica de la guerra.

En algunas favelas los asesinatos cometidos por la PM acontecen todos los días, hace meses. Es el caso de la Rocinha, que solamente en los últimos cinco meses contabilizó 42 muertes en acciones de guerra de la PM. La Ciudad de Deus tiene números aún más preocupantes: 305 personas muertas en operaciones de la policía solamente en los últimos tres años. Una media de una persona muerta cada cuatro días, siendo 97 muertos en 2015, 99 en 2016 y 96 en 2017. En 2018 ya fueron muertas 13 personas.

Hay casos casi rutinarios de acciones de guerra policiales que, con la justificación de “combate al tráfico”, someten las masas a las bayonetas y cañones como prisioneras de guerra. A pesar de eso, estas se levantan.

En Angra dos Reis, famoso municipio de la Costa Verde, en el litoral sur de Río de Janeiro, nueve personas fueron muertas por la policía en el inicio de febrero de este año. Inclusive la vuelta a las clases en las escuelas del estado y del municipio, prevista para el día 1º de febrero, fue suspensa por causa de los tiroteos. El mismo día, habitantes protestaron con pancartas y carteles en la carretera BR-101 y atravesaron un autobús en la pista para bloquear el tráfico.

En el Jacarezinho, tres personas fueron muertas en una operación policial el día 29 de enero. La acción fue una retaliación a la muerte de un comisario de la policía civil al lado de la favela. Lo mismo aconteció en agosto de 2017, después que un agente de la Coordinadora de Recursos Especiales de la Policía Civil (Core) fue encontrado muerto en una calle que da acceso al Jacarezinho. Ocho personas fueron muertas por la policía en diez días seguidos de operaciones la semana siguiente a la muerte del policía.

Dueño de un bar en el Largo dos Tuba, Raimundo Silveira, de 61 años, conversó con el reportaje de AND mostrando dentro de su comercio las heladeras destruidas por tiros.

— Ya hace más de un año que no sabemos lo que es tener paz aquí. El año pasado, un joven del mototaxi murió aquí en frente del bar. Sus amigos lo socorrieron, pero murió. Perdió mucha sangre. El caveirão (vehículo blindado policial) entra por la línea del tren y ya sale aquí al lado disparando en todo que se mueve. Uno se tira en el suelo y reza, porque no tiene otra cosa que hacer. Sólo rezar para que ninguna bala nos alcance — desahoga el comerciante.

Otra región bastante conflagrada por las acciones armadas de la policía es el Complejo del Chapadão, también en Río.

— Ellos invaden nuestra casa imponiendo autoridad… Cuando pedimos el mandato, ellos dicen: “Quién son ustedes para pedir mandato? La ley aquí somos nosotros! Grupo de vagabundas!”, es como somos llamadas, al lado de nuestros hijos – se indignó una habitante del complejo que no quiso identificarse.

— Ellos roban zapatillas de marca, nos humillan diciendo que nosotros no podemos tener eso, jabón en polvo de marca ellos tiran en el suelo, entendió? Cosas que ellos creen que uno no puede tener, porque es caro, ellos llevan. Electrodoméstico, mueble, todo. Así es el cotidiano, sin haber nada y sin poder nada – desahoga para nuestro equipo.

Toda acción del viejo Estado, sin embargo, genera resistencia y abre camino para la toma de conciencia del proletariado y semiproletariado victimado en las favelas.

— Nosotros es que somos fuertes, de poco a poco la gente se une y abre los ojos para ver que eso que está luchando contra nosotros es el viejo Estado! Unido, el pueblo va a derrotar y mostrar quién es que manda en nuestra tierra – concluyó la habitante.

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