La Guerra Civil y la consolidación del Poder Soviético

Confraternização de soldados russos e alemães na frente de guerra, dezembro de 1917

La Guerra Civil y la consolidación del Poder Soviético

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100 años de la gran Revolución Socialista de Octubre

Para consolidar el Poder Soviético era necesario destrozar, destruir el viejo y genocida aparato estatal burgués-feudal y sustituirlo con la construcción de nuevas estructuras de organización del Estado Soviético. Era necesario, también, destruir los restos del régimen de castas y de opresión nacional del régimen zarista, abolir los privilegios de la Iglesia, acabar con la prensa y organizaciones contrarrevolucionarias de todo género – tanto legales como ilegales – y disolver la Asamblea Constituyente burguesa. Por último, era necesario nacionalizar la tierra, toda la gran industria, establecer el monopolio de los bancos, transportes y comercio exterior y, sobre todo, salir de la situación de guerra. La guerra era el mayor obstáculo que se oponía a la consolidación del Poder Soviético.

Todas estas medidas fueron llevadas a la práctica en el transcurso de unos cuántos meses, desde fines de 1917 a mediados de 1918.

Se rompió y se liquidó el sabotaje de los funcionarios de los viejos ministerios, organizada por los socialistas- revolucionarios1 y los mencheviques2. Se disolvió la Asamblea Constituyente, electa antes de la Revolución de Octubre, que se había negado a confirmar los decretos del II Congreso de los Soviets de Toda la Rusia sobre la paz, la tierra y la instauración del Poder Soviético. Fueron suprimidos los ministerios, creándose, para sustituirlos, aparatos soviéticos de administración y los correspondientes Comisariados del Pueblo. Se creó el Consejo Supremo de Economía Nacional, encargado de dirigir la industria del país. Se organizó la Comisión Extraordinaria de toda la Rusia (conocida como Checa) – bajo la dirección de Dzerzinski – para combatir la contrarrevolución y el sabotaje. Se bajó un decreto creando el Ejército Rojo y la Marina Roja bajo la dirección de Trotsky, el cual cometería una sucesión de graves errores durante la guerra civil dada su concepción militar burguesa – inclusive la línea de alzar a los puesto de mando oficiales del descompuesto Ejército zarista. Se creó el Comisariado del Pueblo para las Nacionalidades, bajo la dirección de Stalin, que aún en medio a la guerra civil haría hercúleo trabajo asentando las bases para la creación, en pocos años, de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Con el objetivo de liquidar definitivamente los residuos del feudalismo, del régimen de castas y de la desigualdad de derechos en todos los grados de la vida social, se bajó una serie de decretos aboliendo los privilegios de casta, suprimiendo las restricciones nacionales y religiosas, separando la Iglesia del Estado y la Escuela de la Iglesia. Se concedió igualdad de derechos a las mujeres y a las diversas nacionalidades de Rusia.

En un decreto especial del Gobierno Soviético, conocido como Declaración de derechos de los pueblos de Rusia, si estableció como ley el libre desarrollo de los pueblos de toda la Rusia y su plena igualdad de derechos.

Con el objetivo de minar la fuerza económica de la burguesía y de organizar la nueva Economía nacional soviética y, sobre todo, la nueva industria soviética, fueron nacionalizados los bancos, las ferrovías, el comercio exterior, la marina mercante y toda la gran industria, en sus diversos ramos: carbonífera, metalúrgica, petrolífera, química, de construcción de máquinas, textil, azucarera etc.

Con el objetivo de emancipar el país de la dependencia financiera y de la explotación por los capitalistas extranjeros, fueron anulados los préstamos exteriores contraídos en nombre de Rusia por el zar y el gobierno provisional. Los pueblos del país soviético no tenían por qué pagar las deudas contraídas para prolongar la guerra de rapiña y que habían entregado el país esclavizado a las garras del capital extranjero.

Pero la situación del Poder Soviético no podía considerarse plenamente garantizada, mientras Rusia se encontrase en estado de guerra con Alemania y Austria. Para consolidar definitivamente el Poder Soviético era necesario poner fin a la guerra. Por eso, el Partido comenzó la lucha por la paz desde los primeros días del triunfo de la Revolución de Octubre.

Brest-Litovsk y el traidor Trotsky

El Gobierno Soviético propuso a “todos los países beligerantes y sus gobiernos establecer negociaciones inmediatas para una paz justa y democrática”. Como los “aliados” ( Inglaterra y Francia) se negaron a aceptar la propuesta del Gobierno Soviético, este inició las negociaciones con Alemania y Austria. Las negociaciones comenzaron en3 (16) de diciembre, en Brest-Litovsk y el día 5 (18) de diciembre de 1917 3 fue firmado el convenio de armisticio, es decir, de suspensión temporal de las hostilidades.

Las negociaciones de paz se desenvolvieron en una situación en que la economía nacional estaba en derrocada, en que todo el país estaba cansado de la guerra, las unidades militares abandonaban las trincheras y los frentes se desmoronaban.

Continuar la guerra en estas condiciones equivalía a poner seriamente en riesgo la existencia de la República Soviética, que había acabado de nacer. Se presentaba a la clase obrera y a los campesinos la necesidad de aceptar las duras condiciones de paz y recular ante el más peligroso bandolero de aquel momento, el imperialismo alemán, para obtener una tregua, robustecer el Poder Soviético y crear un nuevo Ejército, el Ejército Rojo, capaz de defender el país contra los ataques de sus enemigos.

Todos los contrarrevolucionarios – de los mencheviques y los socialistas-revolucionarios hasta los guardias blancos más característicos – desencadenaron una furiosa campaña de agitación contra la firma de la paz. Su línea era clara: aspiraban romper las negociaciones de paz, provocar la ofensiva de los alemanes y exponer a un golpe el naciente Poder Soviético, poniendo en peligro las conquistas de los obreros y campesinos.

En este tenebroso objetivo se empeñaron Trotsky y su escudero Bukarin, que juntos de Radek y Piatakov lideraban el grupo anti bolchevique que se disfrazaba con el nombre grupal de los “comunistas de izquierda”. Trotsky y el grupo de los “comunistas de izquierda” trabaron en el seno del Partido una lucha furiosa contra Lenin, defendiendo la criminal posición de la continuación de la guerra.

Así, en 10 (23) de febrero de 1918, el entonces presidente de la delegación soviética de paz enviada la Brest, Trotsky, traicionó abiertamente las instrucciones concretas del Partido bolchevique, interrumpiendo las negociaciones de paz de Brest-Litovsk. No bastara declarar unilateralmente que la República Soviética se negaba a firmar la paz en las condiciones propuestas, también comunicó a los alemanes que los Soviets no harían la guerra y continuarían desmovilizando su Ejército.

La traición de Trotsky y Bukarin costó caro a la República de los Soviets. El avance de las tropas enemigas sólo fue contenido gracias al heroico encajamiento de la clase obrera que, atendiendo al llamado lanzado por el Partido y el Gobierno Soviético de La Patria Socialista está en peligro!, se puso en pie de guerra por medio de las numerosas unidades del Ejército Rojo.

Así, el día 23 de febrero (8 de marzo) las tropas del imperialismo alemán fueron rechazadas y el tratado de paz fue firmado con pesadas pérdidas para la patria de los Soviets.

Como resultado de la traición trotskista fueron anexionadas por Alemania Letonia, Estonia y Polonia. También Ucrania fue separada de la República Soviética y convertida en un Estado vasallo del imperialismo alemán. Se impuso al país soviético, además de eso, la obligación de pagar una contribución de guerra a los alemanes.

Lenin, Stalin y Sverdlov tuvieron que mantener una lucha durísima en el seno del Comité Central contra Trotsky, Bukarin y demás trotskistas, hasta conseguir que se tomara la resolución de negociar la paz. Lenin señaló que Bukarin y Trotsky “ayudaban de hecho los imperialistas alemanes y entrababan los avances y el desarrollo de la revolución en Alemania” (Lenin, Tomo XXII, pág. 307, Ed. rusa).

VII Congreso Bolchevique

El VII Congreso del Partido abrió sus sesiones en 6 (19) de marzo de 1918. Era el primer Congreso que se convocaba tras la toma del Poder por el Partido bolchevique.

El Congreso, tras ratificar la justeza de la línea leninista en el problema de la paz de Brest-Litovsk, condenó la posición de Trotsky y de Bukarin y estigmatizó la tentativa de los “comunistas de izquierda”, derrotados, de proseguir en el mismo Congreso su trabajo divisionista.

La firma de la paz dio al Partido la posibilidad de aprovecharse de los choques existentes dentro del campo imperialista (continuación de la guerra de Austria y de Alemania con la Entente4), de descomponer las fuerzas del adversario, organizar la economía soviética y crear el Ejército Rojo.

Fue en este congreso que se tomó la resolución de cambiar el nombre del Partido y de redactar un nuevo programa. El Partido pasó a llamarse Partido Comunista de Rusia (bolchevique) – PCR (b). Lenin propuso este nombre, por ser la denominación científica correspondiente al carácter de clase proletario y a la meta final del Partido bolchevique, el Comunismo.

Edificación del Socialismo

Tras concluir la paz y obtener una tregua, el Poder Soviético abordó el problema de desarrollar la edificación del socialismo.

En la primavera de 1918 se inició el pasaje para la nueva etapa de la construcción socialista, se pasó de la “expropiación de los expropiadores” a la consolidación organizada de las victorias conseguidas y a la edificación de la economía nacional soviética. Lenin consideraba necesario aprovecharse hasta el “máximum” de la tregua para abordar el problema de lanzar los cimientos de la economía socialista. Los bolcheviques tenían que aprender a organizar de un modo nuevo la producción y administrarla. Lenin escribía que el Partido bolchevique había conseguido convencer a Rusia y arrancarla de las manos de los ricos para entregarla al pueblo; ahora, decía Lenin, es necesario que el Partido bolchevique aprenda a gobernar y administrar a Rusia.

A través del control de la producción y consumo fue trabada lucha contra el peligro de la especulación y mercantilismo, y las tentativas de los pequeños industriales y comerciantes de enriquecer a cuesta de la miseria del pueblo, porque en la economía rusa predominaban los elementos pequeño-burgueses. Millones de pequeños industriales y campesinos formaban el terreno que servía de base para el desarrollo del capitalismo.

Lenin señaló la necesidad de desarrollar la emulación socialista en la industria, de implantar el salario por el valor del trabajo, de luchar contra el igualitarismo, aplicando, juntamente con las medidas persuasivas de educación, medidas de coacción contra cuantos pretendieran fraudar el Estado. Afirmaba que la nueva disciplina, una disciplina de trabajo, una disciplina de camaradería, una disciplina Soviética, sería forjada por millones de trabajadores, en la práctica del trabajo diario.

La lucha por una disciplina en el trabajo fue, durante este periodo, tarea central.

En el campo, estaba en ebullición la lucha de los campesinos pobres contra los kulaks5 que tomaban las tierras tomadas de los latifundistas.

Los kulaks luchaban contra el Estado proletario negándose a venderle el trigo al precio predeterminado. Se proponían obligar el Estado Soviético, por medio del hambre, a renunciar a la implantación de medidas socialistas. El Partido bolchevique trazó una campaña de los trabajadores en el campo y, bajo la consigna formulada por Lenin de La lucha por el pan es la lucha por el socialismo, organizó los campesinos pobres con el propósito de combatir los kulaks contrarrevolucionarios.

Se bajó una serie de decretos, por los cuales se instauraba una dictadura del abastecimiento y se concedían a los órganos del Comisariado de Abastecimiento poderes extraordinarios para comprar trigo a precios predeterminados. Fueron creados los Comités de campesinos pobres que tuvieron un papel fundamental en la lucha contra los kulaks. Los 50 millones de hectáreas de tierras en posesión de los kulaks pasaron para las manos de los campesinos pobres y medios.

La organización de estos Comités de campesinos pobres representó una etapa para el frente en la marcha de la revolución socialista en el campo. Estos Comités eran los baluartes de la dictadura del proletariado en las aldeas y, en fines de 1918, después de cumplida su misión, se fundieron con los Soviets rurales.

V Congreso de los Soviets

En 4 (17) de julio de 1918, se abrió el V Congreso de los Soviets. En él fue aprobada la Constitución de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, la primera de todas las Constituciones Soviéticas.

Los socialistas-revolucionarios de “izquierda” desencadenaron en este Congreso una lucha rabiosa contra Lenin, en defensa de los kulaks. Como encontraron firme resistencia en la gran mayoría del Congreso, organizaron una sublevación en Moscú y en algunos puntos del país, pero fueron rápidamente aniquilados por los bolcheviques.

Como parte de los planes de la contrarrevolución, maquinados desde el exterior bajo el patrocinio de los imperialistas ingleses, en agosto Lenin fue herido gravemente con disparos de arma de fuego ejecutado por la terrorista Fânia Kaplan a mando de Boris Savínkov, dirigente de los socialistas-revolucionarios que había ocupado en el entonces Gobierno Provisional la función de viceministro de Kerenski. El asesinato de Lenin sería la seña para la ofensiva contrarrevolucionaria dentro y fuera de Rusia. La fracasada tentativa de asesinato del gran dirigente de la República Soviética enfureció las masas obreras y campesinas en el país y en el exterior.

Intervención imperialista y la guerra civil

Los imperialistas de la Entente, viendo que el tratado de paz entre Rusia y Alemania perjudicaba sus intereses imperialistas y temerosos de que el Poder Soviético fuera un ejemplo contagioso para los obreros y soldados de los países occidentales, decidieron lanzarse a la intervención militar contra Rusia. Todo con el fin de derrumbar el Poder Soviético e instaurar un Poder burgués que restableciera el régimen capitalista dentro del país, anulara el tratado de paz con los alemanes y rehiciera el frente de guerra contra Alemania y Austria.

Esos intereses imperialistas encontraron repercusión dentro de Rusia en medio a los enemigos de la revolución, compuesta no sólo por latifundistas y capitalistas, pero también por las hileras de los partidos derrotados: kadetes6, mencheviques, socialistas-revolucionarios, anarquistas y nacionalistas burgueses de todos los matices – y en las hileras de los generales blancos, de la oficialidad de los cosacos7 etc.

Así se estableció colusión entre los imperialistas que disponían de armas y dinero, y la contrarrevolución interior, que disponía de algunos cuadros militares y cierta cantidad de hombres, reclutados principalmente entre los cosacos acomodados y los kulaks.

Dadas estas condiciones, ya en el primer semestre de 1918 se maquinó y se desencadenó la intervención armada extranjera contra el Poder Soviético, apoyada por las sediciones contrarrevolucionarias de los enemigos de los Soviets dentro de Rusia.

Los imperialistas de Inglaterra, Francia, Japón y Estados Unidos comenzaron su intervención militar sin previa declaración de guerra. En el norte de Rusia las tropas anglo-francesas desembarcaron apoyadas por la sublevación de los guardias blancos, mientras que las tropas japonesas desembarcaron en Vladivostok. En el Cáucaso del Norte, los generales Kornilov, Alexeiev y Denikin apoyados por los ingleses y los franceses organizaron una sublevación de cosacos ricos. En la región del Don, los generales Krasnov y Mamontov, apoyados secretamente por los imperialistas alemanes, desencadenaron una sublevación de los cosacos.

En la región céntrica del Volga y en Siberia, los anglo-franceses instigaron para organizar la sublevación del cuerpo de Ejército checoslovaco, contando con apoyo de los socialistas-revolucionarios.

La Rusia Soviética se veía de este modo aislada de las regiones que eran sus fuentes básicas de abastecimientos, de materias primas y combustibles.

La vida en Rusia Soviética durante este periodo fue terriblemente dura. Escaseaban el pan y la carne. El hambre mortificaba los obreros. Las increíbles dificultades de este periodo y la lucha desesperada contra ellas revelaron como son inagotables las energías que la clase obrera almacena y como es grande e inconmensurable la fuerza de la autoridad del Partido bolchevique.

El Partido puso el pueblo de pie para la guerra de salvación de la Patria contra la invasión de las tropas de los intervencionistas extranjeros y contra la sublevación de las clases explotadoras derrumbadas por la revolución.

A pesar de la durísima situación del país y de la poca edad del Ejército Rojo, que aún no había logrado fortalecerse, las medidas de defensa adoptadas no tardaron en acarrear los primeros éxitos en el norte y en la región del Volga.

Todo un sistema de medidas impuestas por las condiciones extraordinariamente difíciles en que se debía organizar la defensa del país, de carácter provisional, fue implementado bajo el nombre de Comunismo de Guerra. El país se preparaba para una larga y dura guerra civil contra los enemigos internos y externos del Poder Soviético.

Los intervencionistas declararon el bloqueo de Rusia. Quedaron cortadas todas las comunicaciones marítimas y de otro género con el mundo exterior. Con eso el país soviético se veía cercado casi por todas las partes.

Avanza la revolución en Europa

En noviembre de 1918 el ejemplo de Rusia fue seguido por los obreros austro-alemanes que promovieron la revolución en su país, derrumbando el Kaiser y su gobierno. Así, Alemania se vio obligada a reconocer su derrota y a pedir la paz a la Entente.

Esa nueva situación daba al Poder Soviético la posibilidad de anular el tratado de paz bandido de Brest-Litovsk, de poner fin a los pagos indemnizatorios y desarrollar una lucha abierta, en el terreno militar y político para liberar a Estonia, a Letonia, a Bielorrusia, a Lituania, a Ucrania y la Transcaucásica del yugo del imperialismo alemán.

La revolución comenzó a avanzar en Europa. También en Austria venía desarrollándose el movimiento revolucionario. En Hungría fue proclamada la República de los Soviets. La ola revolucionaria hizo aparecer los Partidos Comunistas en Europa.

Esto creó una base real para la unificación de los Partidos Comunistas en la Tercera Internacional, en la Internacional Comunista. La creación de la Internacional Comunista era consagración del leninismo como nueva etapa de desarrollo del marxismo, el marxismo-leninismo.

Derrota de la intervención

Fueron casi 2 años de duras batallas emprendidas por el Ejército Rojo dirigido por el Partido bolchevique – no sin combatir también las posiciones capitulacionistas y saboteadoras de Trotsky – hasta que en enero de 1920, Inglaterra, Francia e Italia se ven presionadas a suspender el bloqueo de Rusia Soviética.

Los imperialistas sólo cambiaron de actitud para con el Estado Soviético cuando ven que las tropas de los guardias blancos eran destrozadas una después de la otra, que la intervención armada fracasaba, que el Poder Soviético se fortalecía en todo el país y que en Europa Occidental aumentaba la indignación de los obreros en faz de la guerra de los intervencionistas contra la República de los Soviets.

La intervención armada de los japoneses en el Extremo-Oriente continuó hasta 1922, sin embargo los principales enemigos del país soviético, las fuerzas fundamentales de la intervención, quedaron destruidas en fines de 1920.

La guerra de los intervencionistas extranjeros y de los guardias blancos rusos contra el país soviético terminó con el triunfo de la República Soviética, abriendo camino para la edificación y restablecimiento de la economía nacional.


Notas:

1Socialistas-revolucionarios derechistas: el Partido Socialista-Revolucionario fue un partido pequeño-burgués que surgió en Rusia en los fines de 1901 y principios de 1902, como resultado de la fusión de varios grupos y círculos populistas. El agravamiento de la situación económica y el creciente desenmascaramiento del Gobierno Provisional en 1917 agravaron las divergencias en las hileras de los socialistas-revolucionarios, hecho que resultó en la división del partido en socialistas-revolucionarios derechistas, que apoyaron el gobierno reaccionario de Kerensky hasta su derrumbada por los bolcheviques en octubre de 1917 y socialistas-revolucionarios de “izquierda”, con posiciones vacilantes.

2Mencheviques: significa minoría, en ruso. Designación de la línea reformista-economicista pequeño-burguesa, derrotada en 1903, en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), que reunía los opositores a la línea revolucionaria representada por Lenin y la mayoría (bolchevique) de los cuadros dirigentes del partido. Los mencheviques refutaban la hegemonía del proletariado en la revolución democrático-burguesa y sostenían que la clase obrera debería someterse a la dirección de la burguesía.

3 – Referencia a los 13 días de diferencia del antiguo calendario Juliano adoptado en Rusia zarista con el calendario occidental Gregoriano, fechas entre paréntesis.

4 – Entente: Alianza imperialista de Inglaterra y Francia.

5 – Kulaks: Burguesía rural que usaba sistemáticamente trabajo asalariado y constituía base de apoyo del régimen zarista. Lucharon activamente para sabotear el Poder Soviético después de la Revolución Socialista de Octubre.

6 – Kadetes: miembros del llamado “Partido Demócrata Constitucionalista”, o simplemente Kadete. Era compuesto por representantes de la burguesía y latifundistas. Durante la revolución democrático-burguesa de febrero de 1917, hicieron todos los esfuerzos para salvar la monarquía. En el Gobierno Provisional, se aliaron a los mencheviques y socialistas-revolucionarios. Después de la Revolución Socialista de Octubre, todos sus esfuerzos fueron para sabotear el Poder soviético.

7 – Cosacos: pueblo nativo de las estepas que estableció lazos de vasallaje con el régimen zarista ruso. Durante la revolución de febrero de 1917 los Regimientos Cosacos de Petrogrado, desilusionados con el zar, se juntaron a la revolución. En la guerra civil que se siguió a la Revolución Socialista de Octubre, los Cosacos se dividieron: del lado del Ejército Rojo luchaban los que habían adherido a la causa de la revolución y, del lado del Ejército Blanco contrarrevolucionario se aliaron principalmente oficiales y capas más pudientes.

Referencia:
– Historia del Partido Comunista (Bolchevique) de la U.R.S.S., [Redactado por la Comisión del Comité Central del PC de la URSS, aprobado en 1938], Río de Janeiro: Victoria, 1945.

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