La justeza del análisis y el golpe militar que ni todos previeron

La justeza del análisis y el golpe militar que ni todos previeron

Traducción Enrique Chiappa

Después de la posesión de Bolsonaro y, principalmente en el último mes, diversos partidos de la falsa izquierda electorera lanzan análisis hablando sobre un tal golpe militar en marcha. En este caso hablan como si fuese un segundo golpe, pues para ellos el impeachment de Dilma fuera un golpe concluido con la posesión de Temer. Sin embargo el golpe militar en curso fue planificado por el Alto Mando de las Fuerzas Armadas (ACFA) reaccionarias delante de las revueltas populares de junio de 2013-14, desencadenando su ofensiva contrarrevolucionaria preventiva. Lo que hoy está claro, no lo estaba ayer, aunque ya existiera. Y los que están munidos del materialismo dialéctico histórico ya habían previsto el fenómeno antes de su aparición evidente.

En el Editorial Las vestales del viejo Estado, de septiembre de 2017, AND denunció ya la planificación de un golpe de Estado, mientras todas las fuerzas oportunistas escaramuzaban en torno a la farsa electoral que apenas refrendaría lo que los generales conquistasen con su conducción. En tal Editorial se afirmó:

“Ninguna reforma política posible de ser aprobada en este congreso podrá salvarlo de su bancarrota, tampoco la intervención militar que se planifica como salida última del imperialismo…” (en esa y en las siguientes citaciones los destaques son nuestros).

Un mes después, AND profundizó su denuncia. Se sistematizó la situación de golpe militar como crisis militar debido al desarrollo de algunos hechos a través de los cuales se pudo, conociendo la historia de nuestro país como las leyes de la sociedad brasileña, hacer el análisis concreto de la situación concreta y hacer previsiones científicas más profundas.

El Editorial Crisis militar y la completa falencia de las instituciones, afirmó: “… las declaraciones del general Mourão acerca de una posible intervención militar… muestran que… las declaraciones son expresión de una voluntad de las cúpulas y sectores de las Fuerzas Armadas. Al confirmar esta constatación, tenemos la lenitiva reacción del ministro de la Defensa y del comandante del Ejército para no hablar de la enajenación de Temer”. Y, profundizando la denuncia del propio contenido del golpe militar, se afirmó: “… lo que se coloca es una intervención militar para efectuar una asepsia en las instituciones”.

En marzo de 2018, cuando las condiciones ya permitían, el Editorial de AND  205 estampaba: Intervención militar y golpe de Estado. La denuncia, más robusta, fue así desarrollada: “El decreto federal de intervención militar en Río de Janeiro… es un nuevo paso  en la dirección del golpe de Estado militar contrarrevolucionario preventivo a una futura e inevitable insurgencia popular que ya atormenta el eje Washington-Brasilia”.

Y prosigue, apuntando la relación de la Operación “Lava Jato” con toda la situación: “Desde el inicio de la Operación ‘Lava Jato’ hemos afirmado la acción de una ‘mano oculta’ manejando la campaña anticorrupción, con el objetivo inmediato de limpiar la fachada de las principales instituciones del Estado, desgastadas y desmoralizadas en la opinión popular, y salvar su sistema del rechazo completo por el pueblo, como la creciente abstención electoral (además de los votos nulos y blancos) atesta, transformándose en subversión abierta. Tal manejo operado por el Ministerio Público y Judicial, secretamente centralizado por determinada sección del ACFA, es inspirado por la Embajada yanqui y cuenta con las trompetas de la Red Globo”.

En la edición siguiente, de marzo de 2018, AND apuntó el carácter gradual y ampliado del golpe, es decir, su modo de operar diferente de 1964. “Los militares vinieron trabajando en silencio la intervención militar planificada, la cual continuará a ser ampliada hasta que surjan las circunstancias… convenientes para consumarse el completo golpe de Estado”, expuso el Editorial El golpe militar y la intervención militar ampliada. En ese mismo Editorial se afirmó también, tal como queda plenamente evidente solamente hoy para buena parte del oportunismo, que la situación correspondía a “un Plan del Estado Mayor”.

En la edición 208, en abril de 2018 (momento en cual el oportunismo no levantó ni siquiera susurros en protesta contra la tutela e intromisión de los generales en la elección) AND así denunció en su portada: En marcha golpe de Estado contrarrevolucionario!, constando en la foto una reunión del Alto Mando del Ejército.

El Editorial de esa edición afirmó: “Llegado a una etapa tal de inevitable putrefacción, la luz roja del establishment se encendió frente al descrédito y falta de legitimidad… En ese contexto, la Operación ‘Lava Jato’ fue lanzada para hacer una asepsia general en las instituciones del viejo Estado para salvar su sistema de explotación decantado como ‘Estado Democrático de Derecho’…  Sin embargo salió del control, dada la gravedad de la crisis estructural de ese capitalismo burocrático vigente, alcanzando todas las esferas de la política oficial, agudizando aún más la lucha por el control de la máquina de Estado entre sus grupos de poder”.

Y más: “Asestando el fracaso de la operación de limpieza en las apariencias de las carcomidas instituciones de esta vieja orden burguesa semicolonial y semifeudal…, los reaccionarios ponen en marcha su golpe de Estado contrarrevolucionario preventivo a la inevitable y violenta rebelión de las masas frente al incremento de la explotación, desigualdades y opresión llevado a cabo por este sistema y su viejo Estado. Tal como la intervención militar golpista, las llamaradas de la rebelión popular se arrastrarán por todo el país. ¡Quién viva verá!”.

A esa altura, en la lucha política con diversas fuerzas que actúan en los movimientos populares, no era inusual a los que difundían el AND oír rechazos o reclamos, diciendo tratarse de anacronismo, o de “teoría de la conspiración”. Los hechos hablaron por sí.

Después, ya con la elección y posesión de la chapa Bolsonaro/Mourão, conformada como una imposición de este como vicepresidente (así analizó AND), este órgano evidenció la tutela ejercida por los generales mientras algunos sólo veían convergencia entre ellos.

El Editorial Quien gobierna el país, entre febrero y marzo, así afirma: “Los meses siguientes tratarán de dejar patente que Bolsonaro sólo puede desempeñar el papel de máscara de proa, y aun así, hasta donde y mientras sea útil [al ACFA]”. Y prosigue: “El general Mourão de las declaraciones en la Masonería… repentinamente dio lugar a un Mourão moderado y comedido. Tal transmutación sólo cabe ser concebida como producto de importante orientación, o mejor, de una orden”. (…) “El golpe militar contrarrevolucionario preventivo fue desatado bien antes del proceso electoral, instalándose en este gobierno (que no fue de su elección) como producto de las circunstancias… sufragado en las urnas de la farsa electoral”, así remató ese Editorial, uno de los primeros después de la posesión.

Sin más avanzar en el contenido de los demás Editoriales de AND  de ahí en adelante – aunque fuera interesante hacerlo para demostrar la profundidad y justeza de los análisis y de las previsiones materialistas dialécticas – queda ya bastante claro el poder de la ciencia del proletariado manejado por ese instrumento de la lucha del pueblo.

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