AND entrevistó Joana Sales, integrante de la coordinación del Movimiento Femenino Popular, que habló sobre varios aspectos de la actuación del movimiento junto a las mujeres trabajadoras. El MFP hizo recientemente el lanzamiento de una página en internet (www.mfpopular.com.br) y de una serie de publicaciones sobre la cuestión de la mujer, con textos clásicos y contemporáneos sobre el tema, que pueden ser adquiridos a través del sitio.
AND: ¿Como está organizado el Movimiento Femenino Popular? ¿Cuál es su programa de luchas?
Joana: El MFP es una organización clasista, que moviliza, politiza y organiza las mujeres de las clases populares. Pero, bajo la hegemonía de la clase obrera. Esto quiere decir que la ideología de nuestro movimiento es la del proletariado, que nos guiamos por esa ideología revolucionaria y por una línea política de frente único para unir las mujeres trabajadoras, obreras, campesinas, amas de casa, estudiantes e intelectuales honestas.
El MFP integra las organizaciones populares de defensa de los derechos del pueblo que luchan de manera independiente y clasista, sin ilusión con esta vieja democracia burguesa, por la construcción de un nuevo Poder, el Poder Popular, que será conquistado por la acción de las clases revolucionarias de nuestro país – la clase obrera, los campesinos y la pequeña burguesía revolucionaria (sectores de las clases medias, intelectuales honestos y estudiantes); bajo la dirección de la clase obrera.
Defendemos: organización y politización. Nos organizamos en núcleos territoriales. Hay una coordinación general y las coordinaciones de los núcleos de mujeres por barrios, villas y favelas en las ciudades y por campamentos, líneas y villas en las áreas rurales, además de núcleos de estudiantes secundarios y universitarios y jóvenes proletarias y campesinas.
Esta organización requiere una elevación de la conciencia de clase, requiere la politización de la mujer como una cuestión clave en la conquista de su emancipación, o sea, que ella participe masivamente de las organizaciones combativas generadas por toda su clase. Por eso nuestro programa de luchas está profundamente insertado en las luchas de todo el pueblo en general y de las mujeres en particular, porque ellas enfrentan mayores obstáculos que los hombres para participar de la lucha social. De ahí la necesidad de una organización específica, de métodos especiales de propaganda, de la presentación de sus reivindicaciones inmediatas.
Las compañeras del MFP en el campo impulsan la participación activa de las campesinas en el proceso de producción colectiva a través de los grupos de ayuda mutua, en la construcción de Escuelas Populares y de los comités de apoyo a las tomas de tierra; peleamos por asegurar la condición de que las compañeras participen en todas las etapas de la lucha, garantizando su presencia en las reuniones, en los cursos, palestras y otras actividades. En las ciudades concentramos la atención en el trabajo en las periferias, en las tomas de terrenos, en las fábricas, principalmente en las grandes; y en la implantación de Escuelas Populares y grupos de ayuda mutua que son colectivos de modistas, asistente de limpieza, cocineras, para enfrentar el desempleo. En el campo y en la ciudad, una lucha se coloca como cuestión clave para la participación de la mujer: la lucha por la construcción y mantenimiento de guarderías, que cumplen dos funciones fundamentales: garantía de la incorporación de la mujer a la producción y construcción de una nueva concepción de educación de los niños, vuelta para el colectivismo, desarrollando la conciencia de clase de los niños. Cuánto a las estudiantes, jóvenes proletarias y campesinas, desarrollamos amplia discusión sobre la opresión femenina, que se abate de manera especial sobre las jóvenes.
Combatimos la cultura imperialista, que lanza sobre las jóvenes su cultura de la alienación, de las drogas, de la prostitución, de la dictadura de la moda de los centros comerciales y modelos. Finalmente, todo el conjunto de actitudes degeneradas divulgadas como demostración de modernidad.
Buscamos también desarrollar la Solidaridad Popular, es decir, buscar soluciones colectivas para los problemas de las familias más necesitadas, contraponiendo nuestra acción a la demagogia de los programas asistencialistas del Estado y sus instituciones ideológicas auxiliares como la iglesia, que siguen la receta del imperialismo: empujar para la miseria absoluta miles de familias y utilizarse de esos programas para garantizar su dominación, manteniéndolas totalmente marginalizadas, económicamente dependientes, humilladas por la limosna e incapacitadas de organizarse para la lucha.
AND: ¿Cómo es la actuación del Movimiento Femenino Popular en relación al proceso electoral? ¿Hay vinculación con algún partido?
Joana: Las elecciones han servido únicamente para renovar los representantes de las clases dominantes en el poder. Ellas son un proceso lleno de mentira, demagogia y corrupción. Para el pueblo no sirven para nada. Sólo son importantes para las clases dominantes. El sufragio universal bajo el imperialismo se hizo un instrumento de perpetuación del sistema. El MFP defiende la organización clasista e independiente de las masas, que sirva al fortalecimiento de la lucha por los derechos del pueblo, por la destrucción de esta vieja orden a través de la Revolución Democrática ininterrumpida al Socialismo.
AND: ¿Cómo se coloca históricamente la cuestión de la mujer?
Joana: A lo largo de los diferentes segmentos de la sociedad de clases, se desarrolló una seudoteoría de la “naturaleza humana”, que niega la lucha de clases, la contradicción inconciliable entre explotados y explotadores. Como variante de esa “teoría”, idealista y reaccionaria, se presenta la tesis de la “naturaleza femenina” (que en los tiempos antiguos se hacía acompañar del adjetivo “deficitaria”). El objetivo es el mismo: afirmar que existe una naturaleza femenina en general (características propias de género, inherentes a todas las mujeres) eterna e inmutable.
El feminismo burgués intercambia el adjetivo “deficitaria” por “sensibilidad especial”, sin alterar en nada la esencia idealista y reaccionaria. ¿Por qué? Porque huyen de un análisis profundo, del origen de la opresión sexual sobre la mujer, defendiendo que basta que nosotros ocupemos los “espacios democráticos” y el mercado de trabajo, probando inclusive que somos mejores. ¿Por qué las mujeres en general serían mejores que los hombres? ¿Una latifundista no expulsaría aquellos que tomaran sus tierras? ¿Las empresarias explotan menos sus obreros? ¿Las policías femeninas son menos violentas al reprimir el pueblo?
AND:¿Cuál es el origen de la opresión de la mujer?
Joana: Ella se inicia con la propiedad privada, con la división de la sociedad en clases sociales antagónicas. Inicialmente, el patriarcado derrumbó el derecho materno, atendiendo a la necesidad del hombre de garantizar la herencia para sus hijos legítimos. La familia monógama atendió esa nueva exigencia. La opresión sexual original, exigencia de la monogamia, aplicada sobre el conjunto de las mujeres, se desarrolla al lado de la opresión de clase. Su intensidad y sus efectos son relativos, por lo tanto, a la condición social de la mujer, al hecho de que ella pertenezca a la clase explotadora o a la clase explotada. La familia que se establece a partir de ahí, es la unidad económica de la sociedad de clases. En el capitalismo, por ejemplo, la explotación de los trabajadores extrapola la fábrica invadiendo su hogar. Para entender este problema es necesario comprender que el salario del obrero no es más que el necesario a su supervivencia y reproducción. En el campo esas relaciones son aún más atrasadas. Las mujeres de la burguesía compran su liberación de la opresión sexual colocando otras mujeres para realizar su trabajo doméstico.
AND:¿Cómo usted ve la entrada de la mujer en la producción capitalista?
Joana: La entrada de la mujer en la producción capitalista no fue una conquista, no partió de una reivindicación de la clase. Por el contrario, el desarrollo de la maquinaria, haciendo superflua la fuerza física, permitió al capitalismo explotar la fuerza de trabajo femenina e infantil. Eso no significó una mejoría en las condiciones de vida de las clases trabajadoras, pues dividió entre todos los miembros trabajadores de la familia el salario del antiguo jefe de la familia. La gran industria amplió el número de trabajadores y también el grado de explotación sobre la clase.
La gran conquista fue que a través de la incorporación de la mujer a la producción se amplió en millones de personas el contingente de obreros y otras clases trabajadoras, aumentando enormemente su potencial revolucionario. La mujer obrera amplía sus horizontes para más allá de la cerca doméstica, gana conciencia de clase, desarrolla su politización, entra en la escena de la lucha de clases al lado de sus compañeros de desdicha, agregando una fuerza fabulosa a la lucha de los trabajadores.
Es eso que afirmamos con nuestra consigna “Despertar la furia milenaria de la mujer”. Las mujeres del pueblo son capaces de matar y morir para defender sus hijos e, históricamente, han dado muestras de su heroica combatividad en las luchas populares.
AND:¿Cual es la diferencia entre la lucha por la emancipación y la lucha por la liberación de la mujer?
Joana: ¿De quién deben las mujeres trabajadoras liberarse? De la explotación y opresión de clase ejercida por los hombres y mujeres burgueses y latifundistas, en el caso de Brasil, y no de los hombres de su clase. Por eso, la lucha de la mujer trabajadora, hoy, es por igualarse a la condición de los hombres de su clase, pues la mujer es doblemente explotada y doblemente oprimida. Es esto que significa emancipación de la mujer, liberarse de la tutela del hombre, estar en pie de igualdad con los hombres de su clase. Y esta lucha es condición indispensable para su liberación completa de la explotación de clase. La liberación de la mujer, sin embargo, sólo será conquistada con la liberación de todo el pueblo.
La tesis de la liberación femenina históricamente aparece como una tesis burguesa, defendiendo como contradicción principal la lucha entre hombres y mujeres en general, camuflando la raíz de la opresión de la mujer. Esta tesis se desenmascara cada vez más como feminismo burgués, que, con su proposición de “unión de todas las mujeres” independientemente de su clase social, divide el movimiento popular, aleja de esta lucha las mujeres de las clases explotadas. El feminismo burgués, en realidad, se opone al desarrollo del movimiento femenino bajo el punto de vista de clase, bajo la dirección y conducción del proletariado.
AND: ¿Cómo usted ve cuestiones como la violencia sobre la mujer, la prostitución infantil, etc.?
Joana: ¿Qué es la prostitución infantil, el abandono de miles de niños en las calles, la explotación del trabajo infantil, sino el resultado de la crueldad de ese sistema económico inhumano? ¿Cuál es la causa de la violencia de los hombres sobre las mujeres, sino el sistema de la propiedad privada, con su ideología de opresión de clase y opresión sexual, para garantizar que las mujeres cumplan la función a ellas reservadas de reproductoras y esclavas? El sistema infunde en el hombre del pueblo la concepción chauvinista machista, los monopolios de comunicación, la religión, la escuela, enseñan que “el lugar de la mujer es en la cocina”, que ella es a “reina del hogar”, que no debe meterse en los “asuntos de los hombres”, etc.
Las propias mujeres, sin darse cuenta de eso, víctimas de la masacre ideológica de la burguesía, educan sus hijos reproduciendo esa ideología, fortaleciendo en las hijas los conceptos de sumisión y en los hijos los “derechos’ del macho. Es de eso que tenemos que tratar, elevar la conciencia de las clases explotadas, de las mujeres y hombres, sobre a quienes sirve la opresión sexual de la mujer, que no raro llega a la violencia física doméstica y no delegar a la policía, a través de las comisarías de mujeres la solución del problema. ¿Qué hacen esas comisarías sino reprimir? No somos un caso de policía, la liberación de la mujer es una lucha revolucionaria, no quiere ninguna proximidad con el aparato represivo, al contrario, se desarrolla contra ese aparato.
El pueblo tiene que defenderse de la violencia del sistema con organización, sin embargo con organización clasista independiente, desenmascarando la manipulación de su miseria y por los causadores de ella.
Algunos datos de la situación económico-social de las mujeres
. 80% de los 1.500 millones de pobres del mundo;
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