Después de la victoria soviética sobre los intervencionistas, era necesaria la edificación de la economía nacional que se encontraba destruida tras los cuatro años de guerra imperialista y tres años de lucha contra la invasión extranjera.
La producción agrícola poco desarrollada había caído por la mitad, la producción industrial era siete veces menor que antes de la guerra y era necesario reargüir el sistema de transporte. Había escasez de combustible y artículos de primera necesidad como petróleo, pan, carne y sal.
Las duras condiciones de escasez prolongada provocaban insatisfacción, principalmente entre los campesinos que habían soportado la política de cuotas durante el periodo del Comunismo de Guerra, sin la cual no habría sido posible vencer la invasión imperialista.
La desestructuración de la economía también hacía con que muchos obreros emigrasen para las aldeas en búsqueda de alimentos, perdiendo su condición de clase. Así el descontento comenzaba a repercutir en medio del proletariado.
Aprovechándose de esa difícil situación económica e insatisfacción popular, los contrarrevolucionarios intentaron suscitar sublevaciones y, cambiando sus tácticas de lucha contra el Poder Soviético, disfrazaron su aspiración de restaurar el Poder y la propiedad de los capitalistas y latifundistas bajo el nuevo grito de “Por los Sóviets, pero sin los comunistas!”.
Fueron sobre esas difíciles condiciones que el Partido enfrentó la tarea de trazar la nueva orientación acerca de los problemas de la edificación económica del país.
La Nueva Política Económica
El Comité Central del Partido Comunista de Rusia (bolchevique), de mayoría leninista, entendía que una vez terminada la guerra, era necesario suspender el régimen del Comunismo de Guerra, impuesto por las circunstancias de la misma y del bloqueo, así como edificar la economía nacional.
La eliminación del sistema de contingencia del Comunismo de Guerra, sustituida por el pago de impuesto por la producción, permitiría a los campesinos levantar la agricultura, incrementar la producción de cereales y los cultivos necesarios para el desarrollo industrial, activar la circulación de mercancías dentro del país, mejorar el abastecimiento de las ciudades y asentar una nueva base económica para la alianza entre obreros y campesinos. A través de esa política, todo lo que excediera del impuesto era dejado a plena disposición de los campesinos, a los cuales se concedían libertad de comercializar estos productos.
Lenin entendía que una correcta libertad de circulación de mercancías estimularía el interés económico, incrementaría la productividad del trabajo campesino y elevaría rápidamente el rendimiento de la agricultura; que sobre esta base se restauraría la industria del Estado y se desalojaría el capital privado; que tras acumular fuerzas y recursos, sería posible crear una potente industria, base económica para el socialismo, e inmediatamente después, pasar decididamente a la ofensiva, para destruir los restos del capitalismo dentro del país.
A fin de dar un nuevo impulso a la economía campesina y envolverla gradualmente por la vía socialista, se tomaron medidas para un amplio desarrollo en el campo de las formas más simples de cooperación que deberían demostrar a los campesinos, en la práctica, las ventajas de la gestión colectiva de los asuntos económicos, transmitirles los hábitos de administración colectiva, de venta, de crédito, etc. y, de esta forma, prepararlos para la conducción conjunta de la producción de los kolkoses1.
También la reanimación de la industria era tarea de primerísima orden, y para conseguir esto era necesario convencer la clase obrera y sus sindicatos a comprometerse en esta ardua tarea por medio de la persuasión. Tales eran los objetivos de la Nueva Política Económica (NPE).
Así, la NPE consistía en una hábil política formulada por Lenin para la economía de la República Soviética que presentaba la necesidad de retroceder un poco en la ofensiva del Comunismo de Guerra para no perder el contacto con la base de la retaguardia.
A través de esta política fue posible aproximar principalmente los campesinos pobres y medios, estableciendo un contacto más fuerte con su base, asegurándose el desarrollo económico que necesitaba, para poder luego después lanzarse de nuevo al ataque, con mayor seguridad y garantía de éxito en el avance del socialismo.
Lenin afirmaba que “con nuestra ofensiva económica habíamos avanzado demasiado y no habíamos asegurado una base suficiente”, razón por qué fue necesario efectuar un “reculo pasajero para la retaguardia consolidada.”
La NPE aseguró una sólida alianza económica entre la clase obrera y los campesinos para la edificación del socialismo. Su éxito quedaría demostrado en los años siguientes después de su implementación: sirvió para aumentar la potencia y fortaleza de la dictadura del proletariado.
Fue la NPE que permitió la reconstrucción en un plazo brevísimo de la economía nacional y la transición del capitalismo para el socialismo en Rusia. En dos quinquenios planificados (10 años) garantizó la industrialización del país y llevó a cabo el cambio de los campesinos para la producción socialista en extensas haciendas colectivas. Aseguró la superación de la pluralidad de tipos de economía y la creación de la base económica del socialismo.
La NPE también tuvo gran importancia internacional, tanto en el plano de influenciar en toda la marcha de la historia mundial, afirmando el sistema socialista sobre el capitalismo, como desde el punto de vista de la elaboración de las vías, forma y métodos de la construcción socialista. Aseguró de esa forma el éxito de la construcción y el triunfo en el frente económico, para donde, después de la guerra civil, se había transferido la lucha entre el capitalismo y el socialismo en “escala mundial”, como indicó Lenin. A la vez, la NPE era un método científicamente fundamentado de construcción del socialismo, de incorporación en esta obra de las masas indigentes, tarea que, como destacaba Lenin, enfrentarán los socialistas de todos los países.
Sin embargo, la NPE no podría ser aprobada sin el combate a las posiciones confusas y vacilantes de los grupos de la oposición: trotskistas, la “oposición obrera”, los “comunistas de izquierda”, los “centralistas democráticos”. Mientras unos negaban el papel dirigente del Partido, defendiendo que se dejara el problema del restablecimiento de la economía nacional totalmente en las manos de los sindicatos, otros defendían que no era necesario poner fin al régimen del Comunismo de Guerra, pero por el contrario, debían reforzarlo.
Trotsky y sus seguidores, por su parte, eran contrarios al método de la persuasión de las masas obreras y defendían trasplantar a los sindicatos los métodos militares. Defendiendo la “estatificación de los sindicatos”, los trotskistas se posicionaban contra el desarrollo de la democracia en los sindicatos y a las elecciones para los cargos sindicales. Donde se apoderaban de la dirección sindical, los trotskistas provocaban conflictos, divisiones y discordias, haciendo con que la masa sin partido se colocase contra los bolcheviques.
En la lucha contra Lenin y el Partido, Trotsky fue ayudado por Bukarin, que creó un grupo con fines de encubrir y defender los divisionistas más perniciosos: los trotskistas. Poco después los bukarinistas se unieron abiertamente a aquellos.
Contra los grupos de la oposición, las organizaciones del Partido juntaron sus hileras en torno a Lenin, lo que garantizó la aprobación de la resolución de la Nueva Política Económica por el X Congreso del Partido.
Aún después de la aprobación de la NPE, esta se chocó también durante su implantación con la resistencia de los elementos inestables del Partido. Algunos, incapaces de comprender las leyes del desarrollo económico, alardeaban que la NPE sería la renuncia a las conquistas de la Revolución de Octubre, la vuelta al capitalismo. Ya los capituladores declarados como Trotsky, Kamenev, Bukarin y otros, con una interpretación profundamente perniciosa y antileninista de la NPE, exigían que se hicieran grandes concesiones al capital privado, tanto dentro del país como fuera de él, y que les diese una serie de puestos en la economía nacional, a la base de concesiones o de sociedades por acciones mixtas con participación del capital privado.
La Cuestión Nacional
Además de la NPE, otra resolución del X Congreso que perseguía la finalidad de solidificar la alianza económica entre la clase obrera y los campesinos para la edificación del socialismo era la decisión referente al problema nacional. La resolución tenía por objetivo acabar con el atraso económico, político y cultural de los antiguos pueblos oprimidos, herencia del pasado zarista.
En la exposición de la cuestión, el camarada Stalin atacó los dos desvíos contrarios al Partido en lo tocante al problema nacional: el gran chauvinismo ruso y el nacionalismo localista2, ambos peligrosos para el comunismo y el internacionalismo proletario.
Los bolcheviques combatieron debidamente las maniobras de los divisionistas y gracias al tenaz trabajo de lucha política realizado por estos, todas las organizaciones fundamentales de base del Partido adhirieron a la plataforma leninista en el X Congreso.
Contra el divisionismo y la vacilación
Notando el enorme peligro que representaba la existencia de grupos divisionistas para el Partido bolchevique y para la dictadura del proletariado, el X Congreso del Partido consagró atención especial al problema de la unidad del Partido, ordenando la inmediata disolución de todos los grupos divisionistas y encargando todas las organizaciones a cesar tales actitudes, bajo pena de expulsión.
La resolución indicaba que los órganos de propaganda debían explicar minuciosamente cuán pernicioso era el divisionismo para la unidad del Partido y como la consecución de la unidad de voluntad de la vanguardia del proletariado era condición fundamental para el triunfo de la dictadura proletaria.
La resistencia creciente que se oponía a la política del Partido mostraba una vez más la necesidad de depurar este de los elementos poco firmes. Con relación a esto, el CC organizó en 1921 la depuración de sus hileras realizadas en asambleas públicas, con intervención de los obreros y campesinos sin partido. Como consecuencia de esta depuración, fueron expulsados del Partido cerca de 25% del total de afiliados.
Esta depuración fortaleció considerablemente el Partido, reforzó la confianza de las masas en él, aumentando su autoridad, cohesión y la disciplina.
Avances de la NPE y fundación de la URSS
El primer año de aplicación de la Nueva Política Económica evidenció la justeza de esta. Se manifestaron los primeros éxitos en la agricultura, en la industria y en los transportes.
En marzo de 1922, el XI Congreso del Partido hizo el balance de las conquistas en el plano económico. Los resultados obtenidos permitieron a Lenin declarar ante el Congreso: “Durante un año, retrocedimos. Ahora, debemos declarar en nombre del Partido: Basta! El objetivo que perseguíamos con nuestro reculo fue alcanzado. Este periodo llega a su fin o ya finalizó. Ahora, pasa al primer plano otro objetivo: reagrupar las fuerzas”.
Los comerciantes privados y especuladores, llamados de nepman (hombres de la NPE, en castellano), que habían surgido como resultado inevitable del desarrollo de la economía, se aprovechaban de la debilidad del comercio soviético y dominaban las ventas de los artículos manufacturados y de mercancías de fácil colocación. El problema de la organización de un comercio de Estado y cooperativo adquirió una inmensa importancia.
En octubre de 1922, fueron expulsados los intervencionistas japoneses de Vladvostock. Era necesario unificar todas las fuerzas populares para la construcción del socialismo, organizar enérgicamente la defensa del país y asegurar el pleno desarrollo de todas las nacionalidades de la patria socialista. Para conseguir esto, se imponía la necesidad de agrupar más estrechamente aún todos los pueblos del país soviético.
Con este fin, en diciembre del mismo año, se celebró el primer Congreso de los Sóviets de toda la Unión. En este Congreso se fundó, por propuesta de Lenin y Stalin, la unión voluntaria, libre y con iguales derechos formada por los Estados de los pueblos soviéticos: la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La fundación de la URSS constituyó un gran triunfo para la política de Lenin y Stalin, al frente del Partido bolchevique, acerca del problema nacional.
XII Congreso y la enfermedad de Lenin
En el otoño de 1922, Lenin cayó gravemente enfermo, sin embargo no interrumpió su trabajo, a pesar de las complicaciones de salud. Estando ya en estado grave, aún escribió una serie de artículos muy importantes en los cuales hacía el balance del trabajo realizado y trazaba el plan de la construcción del socialismo en el país soviético mediante la incorporación de los campesinos a la obra de la edificación socialista.
En abril de 1923, las condiciones de salud ya no permitían a Lenin participar personalmente del XII Congreso del Partido, en el cual fue realizado el balance de los dos años de la NPE y combatidas las distorsiones oportunistas vinculadas a esta.
Así, aunque los oportunistas Trotsky, Bukarin y sus seguidores buscasen atender sus intereses restauracionistas proponiendo entregar los ramos industriales estratégicos a los capitalistas extranjeros y la quiebra del monopolio estatal en el comercio exterior, estos fueron duramente rechazados.
En este Congreso fue creado, por orientación de Lenin, un órgano de fusión de la Comisión Central y de la Inspección Obrera y Campesina con la misión de velar por la unidad, fortalecimiento de la disciplina del Partido y del Estado y perfeccionamiento del aparato del Estado Soviético.
A través de la intervención del camarada Stalin, el XII Congreso también confirió atención especial al problema nacional, destacando la necesidad de trabajar enérgicamente para liquidar la desigualdad económica y cultural entre los pueblos de la Unión Soviética y proseguir en la lucha decidida contra los desvíos referentes al problema nacional.
Los años que se siguieron fueron de intensas luchas contra los trotskistas y demás oportunistas que veían en el alejamiento médico de Lenin, una posibilidad de atacar el Partido Comunista. Y sirvieron para confirmar en la práctica los éxitos de la audaz política económica leninista.
1 – Kolkoses: Haciendas colectivas en la URSS organizadas bajo la forma de cooperativas campesinas, reunidas con base en el voluntariado para administrar la gran propiedad agrícola con base en la socialización de los medios de producción y en el trabajo colectivo. Desarrollaban su producción en tierras de propiedad estatal cedidas para usufructo perpetuo y gratuito.
2 – Gran chauvinismo ruso y nacionalismo localista: Posiciones políticas patriótico-nacionalistas que negaban el internacionalismo proletario. El gran chauvinismo ruso se basaba en el combate y negación de derechos a las nacionalidades no-rusas, teniendo su origen en el zarismo. Ya el nacionalismo localista tuvo su origen en el patriotismo burgués y se basaba en el combate a las nacionalidades de las demás República Federativas.
Referencia:
– Historia del Partido Comunista (Bolchevique) de la U.R.S.S., [Redactado por la Comisión del Comité Central del PC de la URSS, aprobado en 1938], Río de Janeiro: Victoria, 1945.