Traducido por Enrique F. Chiappa
En el día 29 de mayo último, el médico perito del Instituto Nacional de Seguridad Social INSS, de Patrocinio (MG), murió después de ser atingido por un tiro en la cabeza. El autor del disparo fue el ex barrendero, Manoel Rodrigues, de 61 años.
Después de la muerte del perito, el monopolio de los medios de comunicación divulgó, mientras consideró conveniente, su versión sobre la violencia a que han sido sometidos los funcionarios del INSS, especialmente los médicos peritos. Ningún diario buscó informaciones sobre las actividades del médico ni sobre Manoel Rodríguez, mucho menos sobre los trabajadores que enfrentan largas filas, amenazas y todas las demás perversidades posibles.
Nuestro equipo de reportaje estuvo en Patrocinio, donde visitó el señor Manoel Rodrigues en la cárcel de la ciudad y conversó con diversos moradores.
La vía crucis a que Manoel Rodrigues estaba sujeto y todavía recorrida por millares de personas en todo el país. Después de años de trabajo, como barrendero de la Intendencia Municipal de Patrocinio, atacado por varios males, inclusive neurológicos, él requirió el auxilio-dolencia a que tenía derecho al INSS. Manoel Rodrigues recibió por más de un año y solicitó la jubilación. Después de enfrentar un intenso trámite burocrático e innumeras pericias, el médico del INSS, José Rodrigues, negó el pedido.
La actuación del perito José Rodrigues ya había sido denunciada varias veces y a su respecto todavía pesan muchas reclamaciones.
— Yo sufrí un accidente de trabajo y mi pierna quedó tres centímetros menor después de la cirugía. Después de dos años en que estaba apartado del trabajo, fui para hacer la pericia en el INSS y el perito Dr. José Rodrigues dijo que no podría hacer nada por mí, que yo estaba fuerte y fuese a buscar otro empleo. Yo trabajaba cargando sacos de café. Él dijo que yo tenía que resolver mi problema con la empresa. Yo volví para la empresa, pero fui dimitido — afirmó el trabajador Antonio de Assis.
Antonio de Asis fue apartado del trabajo en cuatro de enero de 2003. Durante cinco meses no recibió el auxilio-dolencia, a pesar de haber solicitado el beneficio. Solamente después de la denuncia en Brasilia (DF), el Instituto marcó una pericia para evaluar su condición, resultando en la aceptación del pedido de auxilio-dolencia. Las dificultades enfrentadas por Antonio de Assis en el puesto de Patrocinio, lo llevaron a transferir el caso para la ciudad vecina, Patos de Minas.
— Quien creaba más dificultades aquí era el mismo Dr. José Rodrigues. Yo dije en la denuncia que iba reunir unos quince lisiados, (gente faltando brazo, pierna, etc..) para mostrar como él actuaba. Él no jubiló una señora que estaba con cáncer. Después que ella murió es que llegó la carta de su jubilación. Existe mucha gente que perdió miembros y no es jubilada por los peritos. ¿Cómo yo podría cargar sacos con una pierna mayor que la otra? Para lo que yo hacía antes ya no sirvo más y es lo mismo con mucha gente — relata indignado Antonio de Assis.
João de Assis, hermano de Antonio de Assis, también pasó por las manos del perito José Rodrigues. Él está con problemas en la rodilla que perjudican hasta el simple acto de andar:
— En mi caso, que estoy con la rodilla estropeada, yo hacía pericia con los dos médicos. Ahí, el Dr. João me daba el auxilio, pero cuando hacía con el Dr. José Rodrigues él siempre negaba. Una vez fui hacer la pericia con el Dr. José Rodrigues y él me dio 30 días sin examinarme. Ahí yo pedí para que me examinase, cuando él vio mi situación, examinó, me dio seis meses. Sino dijese nada tendría que volver a trabajar en 30 días, sin ninguna condición.
Según João de Assis la población de la ciudad comenta que el perito había jubilado el propio hijo con 10 salarios mínimos por que el joven no oía bien, a pesar de haber recibido tratamiento en USA y utilizar aparato auditivo.
Arbitrariedades cometidas por el médico perito también fueron mencionadas por el trabajador, en la ciudad de Patrocinio, Francisco de Olivera:
— Yo tengo problemas serios de columna. Siempre que iba hacer pericia, el Dr. José Rodrigues negaba mis pedidos. Era muy arrogante, pedía para que hiciésemos varios exámenes y después rechazaba los laudos de los otros médicos. Decía que los exámenes no probaban nada. Una vez él pidió mi cartera de identidad y la tiró al piso. Él siempre tentaba humillar.
¿Médicos o bandidos?
El ministro de la Previdencia, Luiz Marinho, viajó el mismo día para Patrocinio, donde anunció "medidas drásticas" para garantizar la seguridad de los funcionarios del Instituto. Luiz Marinho anunció la instalación de puertas con detectores de metal en las 1400 agencias del INSS en todo el país. Además, fueron definidas medidas como la instalación de puertas giratorias, guardas armados, campanillas de emergencia y una ruta de fuga para los médicos.
Bisoña, la política de previdencia social de la gerencia FMI-PT, consiste en retirar el derecho de la jubilación y otros beneficios sociales de la población — ya que los trabajadores brasileños pagan por este servicio durante toda la vida, teniendo los valores descontados automáticamente de sus salarios.
La política fascista de jugar el pueblo contra el pueblo genera situaciones como el asesinato del perito en Patrocinio, llegando al cúmulo del ministro de la Previdencia defender una ruta de fuga para los médicos, como si ellos fuesen bandidos.
La responsabilidad mayor e intransferible de transformar los peritos en agentes de la negación de derechos y, antes de todo, decretada por el gobierno federal. Muchos de los trabajadores que AND entrevistó afirmaron estar aliviados con la muerte del perito. El hacho es que cuando el médico (un profesional que debe celar por la salud del pueblo) y, en el caso de los peritos, que tiene la responsabilidad sobre la sobrevivencia material y física de un trabajador — se vuelve contra el pueblo como ejecutor de políticas fascistas, él también se torna un enemigo del pueblo. Cuando el médico cumple su función es siempre considerado como un héroe por el pueblo, recibiendo la eterna gratitud y respeto de las masas.
El señor Luiz Marinho, en ningún momento, se preocupó con la arbitrariedad y hasta la truculencia con que son tratados los trabajadores cuando requieren sus derechos.
Víctimas del fascismo
Solamente este año, según los datos de la Asociación Nacional de los Médicos Peritos (ANMP), 60 médicos fueron agredidos en agencias del INSS. En censo realizado por la ANMP, con 1.186 profesionales, constató que 4% ya fueron agredidos físicamente, dos tercios recibieron ataques verbales en el local de trabajo y cuatro de cada diez sufrieron amenazas. En este año, en Santos, litoral paulista, un médico recibió cinco cuchilladas durante una consulta. Sobrevivió. En Garanhuns, Pernambuco, una perita, socorrida cuando era estrangulada, sobrevivió.
Una inmensa cantidad de trabajadores, subyugada por la política antiproletaria que a cada año se viene tornando más implacable, desde abril de 1964, sucumbe lenta y cruelmente, con el agravamiento de sus molestias, el hambre y el desespero.
Las agresiones a los peritos aumentaron velozmente después de la contra-reforma de la previdencia, en 2003 y la consecuente exclusión de una parcela considerable de la población, como la tal "alta programada". Por lo tanto, toda y cualquier violencia contra los funcionarios del INSS es, antes de todo, responsabilidad de quien aprobó estas normas anti-pueblo y de quien gerencia la política de subyugación nacional.
AND denunciaba la "alta programada", en la edición 30, de julio de 2006, en que se explica como funciona uno de los más lesivos actos contra el trabajador:
"La gerencia FMI-PT profundizó el sistema fascista en el INSS. La COPES — Cobertura Previdenciaria Estimada, más conocida como Alta Programada, instituida en agosto de 2005, determina el tiempo de retiro del trabajador con licencia definida por un programa de computador, sin llevar en consideración el cuadro clínico del paciente. (.)
Trabajadores con miembros amputados y dolencias laborales tiene el beneficio cortado después de, lo máximo, dos años por que el Instituto pasó a considerar que el comprometimiento de algunas funciones, permite que el trabajador realice otros tipos de trabajo. El problema, fundamental, es que en un país de tan alto nivel de desempleo, las probabilidades de una persona enferma o mutilada ser admitida en el mercado de trabajo son prácticamente nulas.
Es el caso de Arístides Francisco dos Santos, uno de los trabajadores de la ciudad de Patrocinio que realizaba trabajos brazales y pesados en una empresa de la ciudad. Fue atingido por una bala y tuvo que amputar la pierna derecha. Actualmente está recibiendo un salario mínimo como auxilio-dolencia del INSS. Los médicos ya descartaron cualquier posibilidad, mismo con la utilización de una prótesis, de Arístides Francisco dos Santos volver a trabajar en esta función. Si el Instituto seguir la tendencia que ha sido dominante, él no será jubilado por invalides, ya que amputada una de las piernas, él "podrá desarrollar otras funciones", como la de telefonista. El gran problema es que él no tiene calificación para realizar esta función. Pero, para el órgano, esto no tiene importancia, lo que importa es que él esté hipotéticamente apto.
Traducciones: [email protected]