La propaganda de esta Tropa de Elite

La propaganda de esta Tropa de Elite

Traducido por Enrique F. Chiappa

Tropa de Elite antes de estrenar ya era un éxito. Fueron retiradas copias de la productora y se diseminaron a los millones, primero por Río de Janeiro, después por todo Brasil. No será exagero afirmar que esta es la película brasileña más vista en todos los tiempos.

Pero, la principal polémica generada por la película no es la piratería, sino el propio carácter de la obra. El momento para el lanzamiento de la película no podría ser mejor escogido, por que la política de exterminio contra el pueblo de las favelas de Río de Janeiro está siendo aplicada con más esmero que nunca por las policías, comandadas por el gerente estadual Sergio Cabral Filho.

Desde mayo hasta ahora, decenas de personas fueron cazadas y muertas por la policía, que institucionalizó los grupos de exterminio, justificando con la "política de enfrentamiento al tráfico" los frecuentes asesinatos de habitantes de las favelas.

La película no puede ser analizada fuera de este contexto, por que trae una serie de preconceptos contra el pueblo y hasta mismo contra la pequeña burguesía — la llamada clase media.

Matar es mejor que robar

La primera idea que la película trata de infundir es esa. La primera mitad de la película muestra que la corrupción en la Policía Militar del Estado de Río de Janeiro atingió una proporción gigantesca. Solo no dice que la corrupción de la policía corresponde a la corrupción del Estado, ya que es parte de él.

Son mostradas las extorsiones a los traficantes minoristas, a los comerciantes, prostíbulos, quinieleros, y hasta cuidadores de autos. La estructura viciada de la policía, llamada de "convencional" por el Capitán Nacimiento (Wagner Moura), es resaltada, pero sin llegar a ser en tono de denuncia. En el medio de esta suciedad están los aspirantes Mathias (André Ramiro) y Neto (Caio Junqueira), que son honestos demás para la policía y humanos demás para el Bope.

Ahí la narrativa envereda para el elogio del Bope, como una publicidad institucional. El Batallón de operaciones especiales de la policía aparece como incorruptible durante toda la película. "En el Bope, corrupto no entra", repite el Capitán Nacimiento durante el entrenamiento.

Primero la narrativa trata de convencer que el Bope es una cosa y la policía es otra, como si el Bope no fuese un batallón, una fracción de la Policía, así como la Policía es una fracción del Estado.

Fuera de Río de Janeiro, talvez este discurso tenga surtido efecto, pero el hecho es que en la ciudad, todos aquellos que son honestos y buenos observadores no caen en esta armadilla. La blindaje del Bope contra la corrupción es un mito muy frágil para quién conoce un mínimo de la realidad carioca. Es lo que atesta la declaración de un sargento de la PM al diario O Globo de 20 de setiembre:

— Esta historia de tropa incorruptible es mentira. Tanto ahora cuanto en el tiempo en que el efectivo era menor. Unos dos o tres años atrás hubo una operación en el Morro de los Macacos (Villa Isabel) y descubrieron uno del Bope negociando con un bandido para soltar el traficante Scooby Doo. Hace poco tiempo, en la Operación Gladiador, fue preso el mayor Vasconcellos, que también pertenecía al grupo.

Y haciendo eco con todos los clamores de los sectores más reaccionarios de la sociedad brasileña, la policía que mata es declarada mejor que la policía que roba. Ese discurso es coherente con la política de criminalización de la pobreza y exterminio de indeseables. Nada más ilustrativo y deprimente que los grititos orgásmicos de la platea que asistió al preestreno de la película en el Festival de Cine de Río de Janeiro, ocurrido en setiembre.

El pequeño tráfico

La venta al pormenor de drogas en las favelas es el mayor problema de Río de Janeiro, según la película del director José Padilha. Nada más falso.

El tráfico de drogas nunca fue y nunca será combatido por el viejo Estado, principalmente en la fase más degenerada del capitalismo, el imperialismo. El comercio de drogas es parte de toda la economía de los monopolios, así como el tráfico de armas, que movilizan billones de dólares todos los años en el mundo entero. Dinero este que es debidamente "lavado" por los bancos y que el imperialismo no quiere y no puede despreciar. Dígase de pasaje, las armas y municiones usadas por los traficantes, así como las drogas por ellos vendidas, no son producidas en ninguna favela carioca. Sabiendo que las industrias de armas son las principales interesadas en el consumo de su producto, es posible concluir también quienes son los mayoristas del tráfico de armas.

En un mundo donde todos los sectores de la economía se encuentran monopolizados, es ingenuo pensar que la queda de algunos minoristas resolvería el problema de la violencia, venta y consumo de drogas en una ciudad.

El consumo de drogas, por ejemplo, hasta el golpe fascista de 64 era tratado como un problema de salud pública. Después de 64, los militares incorporaron la política yanqui de la llamada "guerra contra las drogas", criminalizando selectivamente el consumo de drogas — todas las demás como cigarros, alcohol, antidepresivos, etc., son libremente consumidas y hasta estimuladas.

La estrategia de la criminalización, además de negocio altamente lucrativo — por que sin esta política de guerra, el súper aparejamiento bélico del Estado y de los comerciantes de drogas no se justificaría — funciona como eficiente agente despolitizador.

Tal combate al tráfico viene todavía travestido de guerra, disculpa para ocultar la flagrante desproporción entre las fuerzas supuestamente en disputa y la gran mortandad sin prisión o juzgamiento. Destáquese que las víctimas "civiles" de una guerra entran en las estadísticas como "efectos colaterales".

El consumo de los medios

Tropa de Elite insiste en una deducción, hasta cierto punto acepta y alimentada, de que los culpados por el tráfico son los consumidores de drogas, localizados por la narrativa de la película como alumnos de una facultad.

Este es otro mito que viene siendo alimentado ya algún tiempo. Hay una publicidad en la televisión, donde un usuario compra la droga, el traficante compra la munición y un niño es atingido por una bala perdida.

Mucho más de lo que se pretende, una campaña de "concientización" tal publicidad quiere ampliar el espectro de las clases criminalizadas. Es necesario colocar bajo vigilancia y reprimir también la camada inferior de la "clase media", por que ella está siendo empujada cada vez más para abajo por la ruina de la economía nacional que se profundiza siempre que los gerentes semicoloniales obedecen a los designios del capital financiero.

Y así la pequeña burguesía se ve en la situación de, por un lado abultar la "opinión pública" de que las clases subalternas deben ser tratadas como enemigos de la sociedad y, por otro, ver una parte de si misma criminalizada.

El mito del coraje infinito

El Bope no es aquel de la película. No es hoy ni en el año retratado en la película. Es una tropa hecha para matar, que sube las favelas dentro de vehículos blindados, tirando al acaso y matando indiscriminadamente. El Bope es parte de un aparato complejo que somete las poblaciones más empobrecidas a momentos de terror estatal más cobarde y su preocupación no es la pérdida de niños para el tráfico de drogas, como dice el Capitán Nacimiento, mas continuar alimentando el pánico en la población conteniendo por ese medio las masas que empujadas por la miseria más brutal, comienzan a moverse.

Y si las operaciones de la Tropa de Elite son tan bien planeadas con un servicio de inteligencia tan primoroso ¿Por qué practican tortura?

La sociedad aturdida, ya acostumbrada a las mayores violencias, ni se escandaliza más con la tortura. Es verdad que ella nunca dejó de ser practicada en los sótanos de la represión pero nunca fueron tan fuertes las presiones para su institucionalización, como recientemente sucedió en USA, en un decreto de Bush que autoriza su práctica en los prisioneros de guerra sucia imperialista.

Las imágenes en que eran mostradas mutilaciones en prisioneros de los campos de concentración nazista en la II Guerra Mundial solo fueron encontradas después de la liberación, principalmente por el Ejército Rojo.

Ni mismo los nazistas utilizaban imágenes de tortura como piezas de propaganda. Y todo eso es representado con honras y glorias en Tropa de Elite.

Fascista al cubo

El "combate a la violencia" y el "tráfico de drogas" como política de control social sobre clases oprimidas, trata de ocultar las relaciones sociales que están en la base de los ataques del Estado.

Del mismo modo que fue prohibida la capoeira para atacar los esclavos en el siglo XIX, la persecución zamba en las favelas en el siglo pasado, es la criminalización del "tráfico de drogas" que tiene como objetivo criminalizar el pueblo pobre, particularmente su parcela más joven vulgarmente llamada de "menores", que llenos de energía en medio a faltas de perspectivas, representan una verdadera amenaza a las clases reaccionarias.

Superexplotación, desempleo, falta de habitación, ausencia de servicios esenciales como agua y energía eléctrica, hospital público en ruinas, escuelas y universidades deterioradas y sin calidad, transporte público pésimo e insuficiente. Ninguno de esos problemas es ni siquiera tocado en la película. La criminalidad si y, principalmente el tráfico de drogas, es apuntado como el principal problema, que será resuelto por el Capitán Nacimiento o el aspirante Mathias, que en la última escena de la película dejó de ser hombre para comandar el Bope.

Todas "nuestras" esperanzas están depositadas en un pequeño grupo de salvadores y es sintomático que ese grupo sea compuesto por militares. Depositar todas las esperanzas en la policía: es lo que las clases reaccionarias más desean que el pueblo piense, por que las masas ya perdieron las esperanzas en las políticos. Muchos pueden no haber percibido, mas la militarización de la sociedad es una de las principales características del fascismo. Viene a sumarse al desarrollo cada vez mayor del Estado penal, que pasará a existir apenas para reprimir las "clases peligrosas" desnudando así su verdadera naturaleza, la de organización especial de la fuerza de las clases dominantes para la represión y control de las clases dominadas.

Tal vez por que vivamos en pleno fascismo, tales cosas puedan ser presentadas sin estremecer las estructuras de la sociedad.

Otra característica del fascismo es la corporativización de la sociedad, que formaliza hoy a través de los programas caritativos como el bolsa-limosna del FMI-PT y la cooptación de los sindicatos y demás movimientos sociales, que ya se tornan apéndices del viejo Estado.

Lo que Tropa no muestra

26 de setiembre, una operación en el Morro de la Chatuba, Complejo del Alemán dejó tres personas muertas y una enfermera gravemente herida. La AND conversó con una vecina que no quiso identificarse por miedo de represalias. Ella trabaja como empleada doméstica en un barrio de la zona norte de Río y dijo que los tres muertos eran inocentes. Ella también contó que ese tipo de crimen es común allí, principalmente cuando la operación es del Bope, En grandes invasiones como la del 27 de junio, que resultó en la masacre del Alemán, ella dijo que los habitantes pierden derecho hasta a servicios básicos, como luz, teléfono y correo.

— En aquella operación mayor que hubo tres meses atrás, estábamos tanto tiempo sin luz que conseguimos hacer venir el camión de la compañía de electricidad para reparar el generador. Cuando estaba terminando el reparo los policías del Bope vinieron destruyendo todo y también amenazaron los trabajadores de la compañía de electricidad. Y después dijeron: "Perro tiene que estar como nosotros queremos!".

Además, las personas permanecen como prisioneras de un campo de concentración, sin salir para trabajar. Ella cuenta que en la favela, cualquiera puede ser tratado como bandido por la policía.

— En la última vez que el Bope vino aquí, separaron cinco jóvenes, de unos 16 años, los colocaron contra la pared y comenzaron agredirlos física y moralmente llamándolos de bandidos. Ellos lloraban diciendo que eran estudiantes. Solo pararon con la llegada de las madres que dijeron que los denunciarían. Los policías también amenazaron de muerte a las madres.

Además de ella, el vigilante Alex, habitante del Morro de la Manguera, contó que después que la película comenzó a ser vendida por los ambulantes, la represión de la policía pasó a ser más violenta. El trabajador de 34 años, que ya tuvo más de diez empleos dijo:

— Ahora ellos suben aquí, paran a cualquiera y le preguntan: "¿Ya vio Tropa de Elite? Voy hacer peor contigo". Sin decir que aquella práctica de colocar una bolsa (práctica tortura del Bope donde la persona es sofocada con una bolsa de plástico)pasó a ser moda en toda la policía! . Cualquiera que se oponer a ellos es embolsado.


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